July 10, 2023

Sobre cuidarte como artista, tener varios negocios a la vez y reflejar tus raíces | Lila Downs | 295

Lila Downs es una cantante mexicana originaria de Oaxaca, hija de una cantante indígena mixteca y de un profesor estadounidense. Lila también es licenciada en Antropología por la Universidad de Minnesota y es dueña de un restaurante.

La trayectoria musical de Lila incluye 10 álbumes de estudio, 2 álbumes en directo y casi 50 sencillos, sin contar bandas sonoras y EPs. Su sencillo más reciente se titula “Vas de Salida”.

En este episodio hablamos sobre:

-La evolución de su carrera musical

-La influencia de su origen binacional en su trayectoria

-Cuidarse a uno mismo

-La discriminación

-Su última canción, “Vas de Salida”

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Transcript

Diego Barrazas: Más allá de la intimidación que puedo sentir, de lo intimidado que puedo estar en este momento, es todo un honor. Y quiero empezar con que me platiques de Anita y de tu papá, es como una historia muy interesante, muy diferente y de un contexto o de un background muy no típico, ¿no? Entonces me encantaría entender un poco y partir de ahí para luego regresar a donde estamos hoy. Entonces, ¿para ti qué significó tener estos papás de mundos aparentemente tan distintos?

Lila Downs: Pues muy bonito escuchar las historias de cada uno, ¿no? Porque mi papá decía que…Empiezo con mi mamá porque ella decía que ella cantaba en una cafetería y que bailaba un poco, pero mi papá después decía que era una cantina y que bailaba muy bien. Entonces, son esos mitos que no te dejan entender muy bien de chiquita pero ya después pues fui atando cabos. Y mi mamá a la fecha no me quiere hablar muy expresamente sobre eso. Pero eso es parte de todo esto, ¿no? De lo lindo de la familia, de los secretos y del sufrimiento. Porque a ella la casaron de 14 años, se fugó a la Ciudad de México sabiendo solo su idioma indígena y en México vivió pues una vida muy difícil. Y muchos años después conoció a mi papá, ¿no? Entonces, ella es indígena y además es bióloga por naturaleza.

DB: ¿A qué te refieres por naturaleza?

LD: Porque ella no estudió biología pero se sabe de todos los insectos que podrían entrarle a ese órgano, por ejemplo, o sabe cómo se llama el nombre endémico de este maguey. Entonces, es una persona con mucho conocimiento de la madre naturaleza. Y mi padre sí estudió biología. Y era artista y cineasta. Y entonces coincidían en muchas cosas. Y claro, él le llevaba 21 años, era mucho mayor que ella y estaba casado en su momento cuando la conoció, así que provocó cambios mi madre, ¿no? Y tiene ahí sus karmas mi madre.

DB: ¿Crees en el karma?

LD: Pues yo pienso que el karma es algo que te va cobrando la vida, ¿no? En base a tus decisiones.

DB: ¿Sientes que la gente mala le pasa cosas malas o que la gente que hace una acción tiene una reacción?

LD: Pues no siempre. No siempre. Pero algunas veces creo que sí. Creo que sí. A mí me gusta tener esa conciencia.

DB: ¿A qué edad fuiste consciente de esto que dices de tus papás? O sea, es esta cosa que de niña te pueden decir lo que quieras y te crees todo. ¿A qué edad empiezas a tener conciencia y cómo eso tiene impacto en tu vida?

LD: Pues creo que empezaba a cantar. Bueno, me invitaban a cantar que a la quinceañera, a la boda y así. Y desde que tenía como seis, sabía que quería cantar rancheras. Y una vez, me acuerdo que voltearon los dos, mi papá y mi mamá y dijeron “¿y esa voz?” Se quedaron así impactados. Pero no recuerdo que haya sido como especial.

DB: ¿Para ti o para ellos?

LD: Creo que la percepción de mi mamá era “bueno, es una niña, hay que educarla y aunque quiera cantar…” Creo que no le gustaba mucho la idea de que yo cantara al principio. Pero como mi padre era profesor, él sí me inculcó tener como disciplina. Me acuerdo que desde la niñez tenía mis tocadiscos y ponía cada rato Flor Silvestre, Antonio Aguilar , y los ponía desde la mañana, la noche, la tarde, y me ponía mis faldas, mi sombrero, y mi papá eso lo aplaudía.

DB: ¿Pero sentías como un juego? No era un tema de “a ver, pues vámonos y ponte a hacerlo”.

LD: No, no, no. Era porque me gustaba. Y en eso los dos son muy similares, porque mi madre vive, y ella también es muy libre. Era “pues a ver qué quiere la niña, a ver qué escoge ella”. Nunca fue de imponer. Y creo que ese es el contexto hermoso para un artista, porque así pues sabes que hay algunas reglas, pero las reglas en el arte pues en realidad las puedes estar ahí experimentando.

DB: ¿Y sentías que tu mamá te transmitía alguna preocupación de ella, alguna onda de “oye, quiero que no tenga que vivir lo que yo viví”?  

LD: Sí, sí. Ya después ya me lo dijo, “es que me preocupa que tú seas una cantante de música popular, porque algún día te van a aventar una botella de tequila”, me decía. Y entonces a ella le preocupaba que estudiara canto clásico. Y pues la técnica fue muy útil, ¿no? Y estudié la carrera de canto clásico después a la par que antropología. Antropología en Estados Unidos, en Minnesota.

DB: Pero a ver, entonces, ¿cuándo pasó de esta niña que cantaba por gusto y que le gustaba y demás, a que empezaron a tomárselo un poquito más en serio? Y no digo en serio ya en serio de decir “me voy a quedar en esto”, pero sí un poco más de “oye, pues si quiere estar en esto, vamos a echarle ganas de empezar a buscar”.

LD: Eso no se dio hasta mucho tiempo después, aunque seguí estudiando canto y aprendí muchas cosas, pero no estaba convencida de eso.

DB: ¿Tú?

LD: No. No estaba convencida del canto porque veía que la gente no respetaba el canto. Creo que especialmente en México, pues cualquier persona canta, la verdad. Entonces no hay mucho respeto, ¿no? Y pues siempre me decían “a ver, canta pues”.

DB: Claro, claro, claro. “¿Qué haces?”, estoy estudiando canto”, “a ver, canta”.

LD: Eso, sí. Era una falta de respeto. Cuando ya estudié antropología, entendí un poco más de mi color de piel, de mis orígenes indígenas y también toda la historia con los anglos y este rollo terrible con mi padre que era blanco y me trataban diferente, mi madre indígena. Y cruzar la frontera, una cuestión dolorosa en cualquier situación, pero claro, como una persona de privilegios, ¿no? Porque siempre tuve mi pasaporte de ir y venir, ¿no? Y a diferencia de mis parientes, tengo tíos que se han ido de mojados y que están allá toda su vida sin papeles. Y eso empezó a afectarme bastante.

DB: ¿En qué sentido?

LD: En el sentido de que sentía responsabilidad de contar, de contar esa parte porque era parte de mí, era parte de mí.

DB: Pero dices que fue doloroso la parte de ir a Estados Unidos ¿en qué sentido doloroso? La responsabilidad que dices, pero ¿por qué más?

LD: Es doloroso ir y venir. Ser discriminado, ¿no? Es doloroso. Y te hace más fuerte también, ¿no?

DB: ¿Pero sentías que no eras ni de aquí ni de allá? Porque imagino que te tocaba esa dualidad donde aquí llegabas y decían “es que es gringa, es que viene de allá” y luego aquí mismo también.

LD: Así es también. Eso va a ser para siempre. Así es la interpretación de los que somos méxicoamericanos. Hay muchos celos un poco, discriminación, porque la mayoría somos morenos y una mala comprensión como ignorancia sobre qué implica esa, pues ¿qué le podríamos llamar?, ese crisol de culturas, porque no podemos decir que somos uno solo, somos muy diferentes, dependiendo del país del que provengas y dónde creciste en Estados Unidos, etcétera, ¿no? Muchas cosas.

DB: A ver, y me voy a regresar a una cosa. Estaba preguntándome sobre cuándo sentiste que ya se lo estaban tomando más en serio, ¿no? Y cuando empezaste tú misma, dices que al principio no te la creías tanto y dices como medio que experimento ahí a ver qué salía, ¿cuándo sentiste que ya era tu responsabilidad de cantar? O sea, como ya dijiste “esto es mi chamba y lo voy a empezar a hacer”.

LD: No, creo que eso fue porque terminé la carrera de antropología, me regresé a unas montañas triquis de la región mixteca donde yo crecí y es una etnia muy discriminada, la más discriminada de mi estado y estudié el textil de allá. Hay símbolos que datan de… Es este, es este textil, pero este es estilizado en negro, ¿no? Pero estas son mariposas, este es el rombo y así hay diferentes símbolos que datan de tiempos prehispánicos a la modernidad y las mujeres están constantemente creando, inventando símbolos. Y me fascinó y me liberó también porque entendí que el idioma de la mujer es particular y no viene en escritura necesariamente, viene en textil, viene en interpretación de estética. Y luego pues, estando ahí, escuché una voz cantando un tema de Violeta Parra que se llama Gracias a la Vida y era Mercedes Sosa. Y yo me atrevo a decir que fue el momento que me cambió la vida porque entendí que un instrumento tiene el poder de cambiar tu visión, de tu futuro y lo que vives.

DB: Ok, entonces ¿qué edad tenías ahí más o menos?

LD: Ya estaba haciendo mi tesis de la universidad, tenía 21.

DB: Ok, ¿cuánto pasó de ahí a que lanzaste tu primer disco?

LD: Tenía como seis años porque luego conocí a mi marido en ese inter.

DB: Estuviste en lo de La Trova Serrana y entonces estuviste en el otro grupo, pero ya en esos grupos ya estabas con “yo me voy a dedicar a esto”.

LD: Sí, sí, ya.

DB: Pero en tu cabeza, en tu mente, ¿a dónde te imaginabas que ibas a llevar esa…? “Ok, sí quiero cantar, ya lo quiero hacer y sé que lo que yo puedo hacer, puedo generar un cambio”, pero ¿hacia dónde te imaginabas que lo ibas a poder hacer o cómo lo podías tangibilizar?

LD: Pues había tomado y había escrito desde que era más jovencita cosas diferentes. Entonces llevaba un poco de práctica en mantener mis diarios. Y empecé a escribir sobre la migración. Fue el primer tema que me importó narrar y se llama Ofrenda el primer tema, hablar de los paisanos de un pueblo que se va casi el 90% al norte y regresan el día del santo patrón con sus trocas y es una revolución porque ese pueblo está abandonado el resto del año. Entonces es muy interesante. Pero también tuve la triste historia de un paisano que traía el cadáver de su hijo. Él me enseñó el acta de defunción y eso me marcó mucho porque dije “esto está ocurriendo en mi entorno, en las montañas de la mixteca oaxaqueña” y quería contar esa historia. Y es lo que acontece en Ofrenda.

DB: Lanzas Ofrenda, no le va tan bien comercialmente hablando comparado con lo que fue ya después. ¿Cómo te sentiste tú en ese momento? O sea, tú que ya dijiste “yo me quiero dedicar a esto y esa es mi primera propuesta”, ¿no? ¿Cómo te pegó o no te pegó? ¿Estabas contenta? ¿Cómo fue esa sensación?

LD: Estaba muy contenta porque creo que mi ambición era tener una difusión en la radio comunitaria de mi pueblo. Y quería mandar un mensaje de identidad, de fuerza de identidad. Porque me parece a mí que más que un problema económico, y me parece que eso yo lo intuía desde que estaba muy jovencita, era que siempre los paisanos se quejan mucho de la pobreza, desde mi niñez, pero yo sabía que hay algo más ahí. Es una cuestión de pobreza de orgullo. Y entonces...

DB: Que también te costó a ti.

LD: Claro, sentí que eso era necesario, era contar la grandeza de nuestro pasado y contarlo a través de canción. Y por eso el segundo disco se basa en los códices mixtecos y los personajes verbales e importantes.

DB: Entonces para ti el que te sonaran en la radio comunitaria ya era un éxito.

LD: Para mí empezaba, me acuerdo que había enojo en la comunidad porque decían que ese tema ya existía, pero yo lo había compuesto, entonces había ese machismo que sigue existiendo en mi tierra. Y pues desde esa edad, desde antes, desde 16 años, yo tuve que batallar un poco con esa situación de que me había quedado sin padre porque mi padre muere cuando tenía 16. Y eso hace que yo me dé cuenta de que te atacan y también te ignoran cuando te quedas sola. Y esto también pasa un poquito ahora que perdí a mi marido. Es como la naturaleza humana de atacar a alguien que le está yendo mal.

DB: ¿Pero qué es lo que te está atacando ahorita?

LD: Pues creo que es como la idea de que va a ser un fracaso. Yo creo que a los que hemos tenido éxito, porque yo considero que yo he tenido éxito.

DB: No hay ni duda de eso.

LD: Y yo creo que hay esa noción quizás de que nos merecemos un poco de dolor. Ese es nuestro México cruel. Y eso existe en todas las películas con las que nosotros crecimos y en la literatura de Rulfo y de muchas cosas.

DB: ¿Tú nunca estuviste…? Porque tu papá es americano, y… Bueno, estadounidense, pero nunca estuviste a merced de todo el tema de usos y costumbres, de que te casen a los 14 o qué tal, ¿o si estuviste en riesgo de ese tipo de costumbres?

LD: No, porque yo no crecí en una comunidad indígena como mi madre. Yo crecí en una comunidad que está junto a la comunidad de mi madre, pero los divide una montaña enorme por la cual están peleando, su pueblo de mi madre y mi pueblo ahorita en estos momentos. Y ha sido un tema interesante en mi vida, porque yo le canté a esa montaña, se llama Yucuninu, en ese primer disco, está ese tema grabado, agradeciéndole a la montaña por sus regalos, la madera, los honguitos, las flores. Y ahora el pueblo de mi madre está protegiendo el monte para que no lo saqueen, y mi pueblo lo quiere saquear.

DB: Ok, o sea, tu pueblo es el malo, por así decirlo.

LD: El malo, sí. Bueno, el malo según algunos, ¿verdad? Porque algunos piensan que eso es progreso, ¿verdad?

DB: Qué difícil esa parte. Qué difícil la parte donde entre más modernizas una comunidad o un pueblo, más puede ir perdiendo lo que lo hacía único, pero a la vez necesito poder tener acceso a temas de salud, acceso a información, pero también, entre más información tienes, más las niñas saben y “a mí no me vas a casar los 14 años”, y empieza ese conflicto de cosas. ¿Tú de qué lado te sientes que estás parada? Porque de pronto puedes llegar a jugar un poco los dos lados, de yo querer comunicar lo que pasa en mi tierra, o este modo de orgullo, pero al mismo tiempo traer un poco de modernidad a la situación. ¿Cómo vives esa dualidad?

LD: Pues sí, no hay que ser hipócritas porque a todos nos gusta la madera. A mí me gusta la madera, ¿no? En mi casa tengo mucha madera, en tu casa, en Oaxaca. Pero al mismo tiempo veo el lado de mis tíos que han servido como autoridades en el sistema de usos y costumbres y veo que lloran por la montaña. Y eso es muy fuerte verlo, es muy fuerte, porque tienen un sentimiento conectado con la madre naturaleza y la quieren proteger a costa de todo.

DB: ¿Te han dicho? ¿Te han pedido ayuda de alguna forma?

LD: Pues yo fui a cantar al pueblo de mi madre hace algunos años. Es donde vi mi primera difunta. Yo vi una difunta que me vino a saludar.

DB: Ah, o sea, una persona muerta que ya no existía.

LD: Una persona como una así, normal como tú, vestida con un...

DB: Quería preguntar, pero ya lo sacaste tú. Te quería preguntar porque dijiste que tu abuela también decía que le hablaban.

LD: Pero curioso, fíjate, porque ahora se suscita de nuevo el mismo problema de la montaña. Y justo cuando yo fui también era el mismo tema. Y me habían agradecido. Me dijeron “qué bueno que viniste ahorita”. Esa señora me dijo a mí “qué bueno que viniste ahorita”. Y yo lo interpreté como un agradecimiento porque quizás se iba a suscitar una guerra, tipo lo que está pasando…

DB: Como que pusiste calma ahí un poco a...

LD: Ajá, la música pues resuelve los problemas, ¿no?

DB: Pero a ver, ¿y esta persona se te apareció? O sea, ¿dónde la viste?

LD: Se apareció porque, bueno, las autoridades organizaron, la comunidad se paró en una fila para la fotografía. Y en esa fila estaba una señora que es la mamá de un presidente municipal de mi pueblo. Y me dijo “Lila”, me saludó, estaba mi mami conmigo y estaba mi asistente, que también era de mi pueblo y las tres la vimos. Pero al día siguiente llegaron las nietas. Y estaban también en la cola otra vez para la firma. Y les comenté “fíjense que ayer estuvimos platicando con su abuela”. Y dijeron “¿cuál abuela?”. Y yo les dije “pues su abuela, la mamá del presidente”. Y me dicen “no, mi abuela murió hace dos años.”.

DB: Uy, ¿qué sentiste?

LD: Pues así, la piel chinita como ahorita. Y es curioso porque hoy fui a hacer una entrevista a la Tele UNAM sobre Gabriel García Márquez. Hablamos sobre diferentes libros y las ánimas y cómo las ánimas son tan importantes en nuestra realidad imaginativa o real. Mi abuela hablaba con los difuntos.

DB: Sí, explícame eso. ¿Qué te decía tu abuela? Mi abuela nos decía, así de pronto, estábamos sentados desayunando.

LD: Nos contaba y dice “fíjate que vino mi compadre Aguilar y estuvimos platicando”. Y le hablaba de pronto en mixteco a mi mamá y a mi mamá le platicaba. Mi mamá se le quedaba viendo así como “¿estará bien mi mamá? ¿Por qué habla usted así, mamá? Si ya sabe usted que el compadre se murió ya hace mucho tiempo”. Y dice “pues quién sabe, pero él vino y yo estuve platicando con él”.

DB: Órale. ¿Tú qué pensabas ahí? ¿Sí le creías?

LD: Claro, porque yo era una niña chiquita y uno cree todo lo que dicen los adultos.

DB: ¿Te ha vuelto a pasar?

LD: No, esa fue... Bueno, me han vuelto a pasar otras cosas, ¿verdad? Que dicen algunos que son chaneques, que son duendes, los ruiditos acá, el movimiento acá, la arrastrada acá.

DB: ¿No te dan miedo esas cosas?

LD: Pues como dice mi mamá, no hay que tenerle miedo a los difuntos, hay que tenerle miedo a los vivos. Ah, la lámpara.

DB: ¿Qué es lo de la lámpara?

LD: Ah, sí, se enciende, en mi casa se enciende así. Yo vivo atrás del templo de Coyoacán. Entonces, bueno, cuando vengo acá en la ciudad y definitivamente ahí hay unas energías, porque es un lugar con mucha historia, ¿no?

DB: ¿Y se prenden las lámparas?

LD: Sí, cuando estoy sola nada más me pasan esas cosas.

DB: ¿Y tú a veces intentas contactar con, o has intentado como decir “oye, manden una señal”?

LD: A veces sí, porque se pone agresiva la cosa. Entonces, hay que hablar y decir en este caso a Paul, a mi marido, le digo “oye, Paul, échame la mano, ¿no?” Aquí están poniendo roñosos. O a mi papá, yo invoco a mi papá, a mi abuela, a mi abuelita, porque mi abuelita yo sé que viene y me apoya.

DB: ¿Cómo explicas o cómo te explicas a ti eso? O sea, ¿sientes paz, sientes nervio, te preocupa? ¿Cómo sientes esa relación que se aparece la gente contigo?

LD: A veces es bien incómodo porque te despiertas a las 3 en punto de la mañana. Como lo compuse en mi canción, así es. Eso es verídico, ¿eh? Y eso lo puedes encontrar en muchos lugares. Esa es la hora del difunto. Ahora, hay horarios en los que también hay energías como muy oscuras, ¿no? O la de los chaneques que decíamos, ¿no? Que es como a las 12 de la noche o a las 12 del día.

DB: ¿Qué tipo de cosas pasan? Perdón, me da mucha curiosidad.

LD: Pues sonidos, como sonidos raros, como que alguien toca la puerta y pues no hay nadie ahí, abres la puerta y no hay nadie.

DB: ¿Crees que haya algo que te pueda hacer que pierda esa sensibilidad?

LD: Claro.

DB: ¿Y te preocupa decir, “bueno no quiero perder ese contacto que tengo”?

LD: Puedes ignorarlo, como mi marido que no creía nada de eso. Incluso unos meses antes de que falleciera, yo sentía que ya se me iba. Y yo le dije “oye, Paul, pero me vas a venir a visitar, yo sé que tú no crees, pero tú me tienes que venir a ver”, le dije. Y me dice “ay, ¿cómo crees?” Y le digo “no, pero prométeme, eh, prométeme”. Y dice “bueno, pues, ya, está bien”.

DB: ¿Qué sentías? ¿Cómo dices que sentías que algo es a ti que te da?

LD: Sí, porque bueno, en el caso de él, él tenía una enfermedad muy fuerte del corazón. Le dieron cuatro años.

DB: Dijeron “no puedes estar tocando” y dijo “yo voy a seguir tocando”. Él siguió tocando.

LD: Dejó un tiempo, dejó como siete años el saxo, pero ya hace unos tres años empezó a tocarlo otra vez. Y ya este último año de plano lo tocó diario por dos horas, tres horas. Y yo creo que ya el corazón. Pero ¿sabes? Que yo creo que él murió muy feliz. Murió haciendo lo que él quería. A veces ya se echaba sus mezcales. Y pues eso fue lindo.

DB: Pero dices que sentiste que ya y te interrumpí, que había señales de que ya mero, ya mero le toca.

LD: Sí, porque él también decía cosas. Fíjate, se veía en el espejo y me decía “qué cosa tan rara, ¿verdad? Un día ya no voy a estar, esta imagen ya no, ya no voy a estar”. Y cada que me paro en ese espejo, lo pienso, lo veo. Pero es un recuerdo lindo. Es un recuerdo bonito. No me causa temor.

DB: Siento que es muy difícil esta sensación de amar a alguien por lo bonito y lo triste que es al mismo tiempo, ¿no? Como la canción que tienes de tengo miedo de quererte. Y como esta combinación entre lo vulnerable que te puede volver el querer tanto a alguien. ¿Tu percepción del amor ha cambiado con los años?

LD: Claro.

DB: ¿En qué sentido?

LD: Pues es que empezamos a entender que no somos perfectos y que tenemos muchos errores. Y eso empieza a calar después de muchos años. Y depende de ti si quieres perdonar y no tomar en cuenta eso. Y a veces pues no lo puedes hacer, yo creo. Eso pasó un poco con nosotros. No pudimos. También el perdón. Lo del perdón, lo canto en uno de los temas de este disco nuevo, La Sánchez, le escribí una canción a un árbol y es un árbol que está ahí enfrente de mi recámara. Y pues sí se paga cuando no hay perdón, yo siento. A nivel así político, a nivel todo. Y a veces somos bien orgullosos.

DB: ¿Hay cosas que te cuestan a ti perdonarte a ti de ti?

LD: También, claro, claro.

DB: ¿Y cómo lo administras, cómo lo manejas en tu vida?

LD: Pues ahorita es curioso, porque con la pena tengo un día muy oscuro de la semana y tuve que ir con la psicóloga porque sí, de verdad, me estaba como jalando así la oscuridad porque también tiendo a ser medio darks.  Le platiqué todo esto que me pasa y me decía “pues yo creo que tienes que cuidarte a ti misma”. Y eso fue como una llave. Me abrió la puerta, la puerta violeta.

DB: ¿Cómo te cuidas a ti misma? Pensando en... O sea, todo el tiempo te está buscando la gente, todo el tiempo la gente quiere algo de ti. Incluso mucho es por el beneficio de tu carrera, ¿no? Como decir, ok, bueno, vas a sacar un nuevo disco, hay que hacer… Vi tu agenda, ¿no? Y tienes grabación tras grabación, ahorita estabas haciendo algo antes de esto. ¿A qué hora tienes tiempo de respirar? Y digo, perdón, que hoy yo estoy siendo uno de esos que te está interrogando al cansancio, pero, ¿cuándo tienes tiempo de respirar y de descansar? ¿Y cómo es que te cuidas? ¿O para ti qué es cuidarte?

LD: Es pelear por ese tiempo, ¿no? Y también anunciarlo y decirle a tu gente, porque a veces tu familia y tu equipo de trabajo son los que están ahí presionando, ¿no? Entonces, es como definir qué tiempo necesitas, porque antes me reunía como mi marido en lunes con el equipo para ver cuáles eran los nuevos conciertos, cuál es el nuevo trabajo, qué hay que ver. Y no lo pude soportar.  Fue muy difícil. Entonces, cuidándome a mí misma, comiendo bien, haciendo, saliendo a caminar al campo, o haciendo ejercicio, haciendo algo que me hace...

DB: O sea, ¿ahora cómo es tu día de trabajo? O sea, ¿cómo es tu día normal?

LD: Es como una locura.

DB: ¿Sí? O sea, pero dices “me quité las juntas de los lunes”, pero que más...

LD: Pues sí, ¿no? En la mañana hay que levantarse bien temprano para llevar a los niños a la escuela, y a veces...

DB: ¿Cuántos años tienen ya?

LD: Tiene 12 y 6. Y lo bueno es que van a la misma escuela. Eso ayuda.

DB: Y ya entran y salen más o menos al mismo horario, ¿no? Porque ya no es como cuando están todavía diferentes.

LD: Sí, no, está bien difícil.

DB: Yo tengo uno de cuatro y dos y todavía uno ya empieza a ir al kinder de grandes y el otro todavía apenas va, entonces...

LD: Sí, es bien pesado. Bien pesado. Y bueno, cuando están chiquitos así, luego no te dejan dormir bien también. Es difícil, sí, es muy difícil. Pero es una gran parte del día de uno, ¿no? Estar con ellos y pelear por el tiempo para estar con ellos, porque ellos te necesitan. Y más ahorita que perdimos al papá, pues un poco más, pero...

DB: Me decías de tu rutina del día, de los días normales.

LD: Mi rutina es regresar. Normalmente, regresar a la casa, me siento tranqui, pero excepto por un día de la semana, que te digo. Y luego ya me pongo a estudiar.

DB: ¿Un día de la semana es que siempre te pasa un día de la semana que sientes mal? O sea, constantemente, semana en semana...

LD: Sí. Sí, es como un día de la semana.

DB: Qué raro.

LD: Sí, está extraño.

DB: Uno en particular. O sea “es que ese día estoy de bajón”. ¿A qué crees que se deba?

LD: Pues, la verdad todavía no sé. Pero voy a ir descubriendo qué es. Y pues sí, el día se va volando, ¿no? Tiene uno que hacer ejercicio. A veces no hay tiempo para ni hacer ejercicio, la verdad. Porque tenemos el restaurante y tengo que ir allá a ver. Luego es todo un drama con el chef que anda con esta señorita y anda con la otra.

DB: La cocina, bien gracias. Ya entró una nueva persona a trabajar y ya también se la ligó

LD: Y luego hay que diseñar nuevos desayunos. Es muy divertido, la verdad me encanta. Me encanta. Y luego el foro de música, ¿no? Programar diferentes músicos.

DB: ¿Tienes alguien que te ayude a operar eso?

LD: Sí, tengo ayuda de una gran música que se llama Bibi y que es parte de un grupo que se llama Raíces, que hace música jarocha, pero son oaxaqueños. Y hacen muchos versos políticos, ¿no? Que es muy divertido. Y pues luego también lo de mi madre, pues mi madre tiene varios negocios, aunque ella ya es una señora de 85. Y hay que apoyarla con su rancho.

DB: ¿Lo de los carros todavía lo tiene o no?

LD: Ella maneja su camioneta y se va a su rancho.

DB: Pero tenían una cosa como de...

LD: Ah, la refaccionaria. No, ya no tiene ya eso. No, ya no, pero sí fue comerciante, le ayudaba ahí a vender bujías y llantas.

DB: Tú también le sabes a todo eso.

LD: Sí, un poco.

DB: De todo haces. A ver, ¿por qué te metiste el tema de...? Vamos a llegar a esto, y todavía me falta un par de cosas que me brinque ahorita, pero ¿por qué te metiste el tema de los restaurantes, de los negocios, de dónde nace esa intención de hacerlo o esa necesidad de hacerlo?

LD: Creo que Paul y yo teníamos ese sueño porque así empezamos nosotros, tocando en una pizzería que se llama El Sol y La Luna, que sigue existiendo en Oaxaca, de unas amigas muy queridas. Y ahí llegaban los jarochos, llegaban músicos argentinos, llegaban jazzistas. Y ahí yo me hice. Yo empecé a cantar para el turismo de Oaxaca al principio.

DB: Pero ¿y eso qué tiene que ver con ponerte la friega de hacerlo?

LD: Fíjate que creo que los foros para músicos que apenas empiezan son muy difíciles. El sonido no se cuida, también la belleza del lugar. Principalmente el cuidado del audio y tratar bien a los músicos, darles un porcentaje de la barra. Si nos va bien, hay que darles un porcentaje de la barra. Entonces empezamos con eso. Estamos como quebrando, ¿verdad? Pero estamos en eso.

DB: Pero mi duda es como ¿por qué? Porque es una friega, es una friega, y estás haciendo un negocio, son dos negocios. A ver, la música es un negocio. Muy difícil en general, y luego operar un lugar de música es otro negocio difícil y un restaurante otro negocio difícil. Qué necesidad.

LD: Nos gustan los retos, yo creo.

DB: Porque una cosa es decir “bueno, qué padre, existe un lugar y ahí recomendamos gente a otra cosa” y otra es decir “bueno, vamos a aventarnos el reto de hacerlo”. ¿Por qué?

LD: Pues creo que porque nos gusta sufrir. Hay una parte de uno que te gusta estar muy activa, y mi marido fue muy activo y le gustaba, le daba mucho gusto estar ahí. Creo que él sufría un poco con mi fama.

DB: ¿En qué sentido?

LD: Pues es que nunca le daban el crédito a él, la verdad. Y eso era muy difícil para él. Entonces, el restaurante era como su refugio. Su... Era suyo. Su proyecto. Era su proyecto, sí.

DB: Porque igual tocó mucho tiempo contigo. ¿Y a ti cómo te hace sentir eso? O sea, “Pues es que yo soy la que está cantando y...” Si lo quieres ver desde el punto de vista de marketing, “es lo que va a ayudar a que sigamos, ni modo que seamos un dúo”. ¿Cómo lo manejabas?

LD: Fue difícil. Sí, fue un tema.

DB: ¿Lo hubieras hecho diferente?

LD: Pues no, porque... Pues el arte así es. Hay un aspecto del arte que sí es cruel. Es como la naturaleza. ¿No? Es como la naturaleza. O sea... Me gusta ese vestido azul. No sé por qué me gusta, pero me gusta. ¿No? Y eso es difícil. Y algunos artistas que batallan toda su vida y no logran tener un reconocimiento. Y muchos autores, compositores, cantidad de gente, ¿no? Que tiene mucho talento. Pero por algún motivo.... Es un misterio, ¿no?

DB: Y hablando de ese misterio, ¿cuándo sentiste que ya todo pegó? O sea que ya todo cuajó como debía porque hiciste dos discos que como que sí, como que no. Luego de pronto hiciste Border, creo que fue uno de los que empezó, y luego la La Sandunga. Ese fue el que hizo como un boom, que después eso despegó mucho más la carrera. Pero tú a nivel personal, ¿cuándo sentiste que ya había pegado? ¿Border fue antes o fue...?

LD: No, Border fue después. Border fue después. Sí, fue después. Pero creo que no veo mis discos así. Los veo como una parte esencial de mi crecimiento como ser humano, porque yo tenía que explorar mi veta  indígena con los códices. Y yo tenía que explorar mi poches con el Border, yo tenía que explorar mi parte de festejo y de pecado con Pecados y Milagros, ¿no? Y ahora como esto también. Cada proyecto es una expresión de lo interno que uno carga. Y entonces no... Creo que quizás hay un disco que sí siento que hubiera estado bien si se hubiera promovido más. Ganó un Grammy. Pero sí sentí que no estaba ahí presente como debió haber sido. Y ese es el de Salón Lágrimas y Deseo .

DB: ¿Pero por el disco crees que tal? ¿O tú no estabas ahí presente?

LD: No, por el disco, como un producto, digamos. Como que ese ya lo vi un poco más en la escena del comercio, de la música. Y quizás es porque fue el disco en donde canté más covers, creo. Eran más canciones de jazz, de boleros y así, ¿no?

DB: ¿Cuál ha sido el que más te ha gustado a ti? Sé que siempre te lo preguntan, pero ¿alguno que digas “fue muy especial para mí haber hecho esto en particular”?

LD: Pues todos son muy importantes, yo creo, porque te digo que en cada etapa tienes que ir cantando los temas. Pero creo que de los temas que más me encantan son... Pues Una sangre fue un disco que quise mucho porque había una exploración vocal muy como arriesgada, sentí y no me importó lo que pensara el público, ¿no?

DB: ¿Te pasa eso todavía? ¿Que sientes que no te importa lo que la gente dice? Porque, a ver, no es lo mismo que dijeras tú “estoy haciendo el mismo tipo de música y nada más sé que voy construyendo sobre la misma y sobre la misma”, pero aquí cada vez es un experimento distinto. Esto mismo sí tiene raíces de lo que has venido haciendo, pero también es una propuesta nueva. Yo me imagino cuando alguien canta lo mismo toda su vida, ya está en automático “ya me la sé, a la gente le va a gustar y tal”. En tu caso, ¿te sientes así o te entra el nervio con cada nuevo proyecto? A ver, ¿qué pasa con esto?

LD: Pues un poquito, ¿no? Siempre es bueno dudar. Es bueno dudar, yo creo. Es sano. Porque no tienes la cabezota así creyéndote la gran caca. Pero también es sano tener orgullo de quién eres y cuál es tu voz y estar segura de lo que haces.

DB: Pero ¿cómo te sientes ahorita?

LD: Muy segura con este disco. Vocalmente me siento fuerte, que fue lindo explorar el modo de cantar porque lo hablé con el productor. Me decía “ah, pero es que así no cantamos nosotros”, me decía. Y entonces yo probaba otra cosa y me decía “sí, ese sí”. Eso me encanta, me encanta.

DB: Hablando de eso de la fuerza y tal, decir La Sánchez suena diferente, suena como más del norte, ¿por qué? ¿Por qué estás haciendo esto así?

LD: Pues no pensé que sonara más norteño, pero coincide con el hecho de que quería hacer un tributo a esa parte de mi familia, ¿no? A los Sánchez, que somos una buena raza, allá en el pueblo de mi mamá, somos como primos de quién sabe qué tantas familias, ¿no? Somos Los Sánchez, muchos.

DB: Pero ¿y por qué manejarlo o por qué no seguir…? O sea, porque a mí también, acláramelo, porque por un lado sí es Lila Downs, pero luego esto lo manejan como este nuevo disco de Lila Downs, pero empujan como el tema de La Sánchez. ¿Sientes que es una especie de alter ego? ¿Sientes que nada más como el nombre del...? O sea, ¿cómo lo percibes tú y cómo está pensado?

LD: Pues creo que en las mentes de algunos es más auténtico mexicano, ¿no? En la mente mía es de mi raza. Es de mi raza. Pienso en mi tío Adrián, que es un hombre que habla bien suavecito, pero cuando él dice, algunas cosas las dice, y tiene una piel morena así, hermosísima, y pues en la raza de mi madre son muy morenos y hay raza negra en sus ancestros, ¿no? Hay gente china, hay gente que es muy política también.

DB: ¿En qué sentido?

LD: O sea, se meten a la política.

DB: O sea, ¿qué dices que tu tío que era regidor y tal, o que está en ese lado?

LD: Bueno, él ha servido. No, él ha servido en usos y costumbres. Ha sido el comisariado, que es una posición hasta más importante que el presidente municipal, porque en realidad él es el que tiene que enfrentar todos los problemas.

DB: Y no gana, qué se me hace súper interesante eso.

LD: No, no gana exactamente, lo tenemos que apoyar un poco al tío.

DB: O sea, es como una cosa de vengo a donar mi tiempo y manténgame mientras que...

LD: Así es, qué bonito que sabes eso.

DB: Bueno, lo estoy aprendiendo.

LD: Muy bien, muy bien. Así es, es un tema bien interesante, porque creo que hay mucha ignorancia sobre lo que es usos y costumbres.

DB: Pero entre más vamos a aclarando, mejor siempre. Pero eso, ¿sientes que alguien que dedica su vida a la política en esa vena? O sea, a ver, no es lo mismo decir “oye, yo soy político en el gobierno normal” porque dices, “ah bueno, pues quiere hacer lana o quiere...” O sea, sí quiere hacer un cambio, quiere hacer lana. En este lugar donde lo que ganas económicamente no es que... ¿por qué la gente lo hace? O sea, ¿de dónde viene esa intención?

LD: Ah, porque hay que servirle al pueblo, es tu comunidad. En Oaxaca sí tenemos un sentido muy fuerte de la guetza, que es el dar y recibir. Y ahorita, por ejemplo, el restaurante de nosotros que se está viniendo para abajo, pero aún así me preguntaron, hoy me dicen “vamos a participar en la guetza este año, ¿qué dices?” Les dije que pues sí. ¿Y qué representa para un restaurante? Tienes que aceptar a la delegación, que son de 80 a 100 personas, les tienes que dar de comer y de tomar gratis. El gobierno te ayuda con una parte. A veces la mitad, a veces un poco menos, todo depende del gobierno. Pero aún así tienes que dar una buena parte de tu bolsa. Creemos en la guetza, creemos que es importante apoyar una representación de nuestras etnias y de nuestros municipios. Y queremos mucho a nuestra propia gente. Entonces, ¿por qué a veces se dan cosas tan negativas? En mi tierra también, en donde hay unas protestas muy agresivas. Pues, por lo mismo, la historia es muy compleja, ¿no? Muy compleja.

LD: A ver, me hace pensar, por ejemplo, que entre muchas personas, como más ancianas, toman decisiones, o es como este consejo y demás. Pero ahora pienso en... A ver, no sé si estoy diciendo una estupidez, tú me corregirás, pero pensando en tu tío, si yo le estoy dedicando mi tiempo, mi vida, mi esfuerzo, mis posibilidades de crecer económicamente a esto, a tratar de cuidar lo que existe o hacer que sea mejor lo que tú quieras, al mismo tiempo voy a ser el más reacio a que haya un cambio. O sea, como que se vuelve esta persona, no es lo mismo el que está ahí por conveniencia o por oportunismo y entonces llega alguien y quiere hacer un cambio y dice “pues lo que tenga que pasar” alguien que su convicción es ayudar. O sea, por un lado es un beneficio, pero por otro lado frena avances culturales o cambios…. Me refiero a es más difícil convencer a alguien que está dedicando su vida a eso porque es su convicción y su forma de intentarlo, al mismo tiempo convencerlo de “oye, pero es que ya hay que cambiar ese uso y hay que cambiar esto o hay que ahora hacerlo de otra forma” cuando no lo puedes comprar, o sea, no va por ahí. Entonces, ¿cómo logras generar un cambio en una cultura cuando quien está ahí tiene tanto tiempo estando ahí y además no lo hace por un interés de oportunista, sino que lo hace porque cree que es la mejor forma de hacerlo? No sé si me estoy explicando.

LD: Sí, porque ellos son los herederos de la costumbre y de la visión de protección, de proteger lo que es, creo que desde la niñez mamamos la importancia de proteger al río, a la madre naturaleza. Se nos va yendo ese conocimiento cuando vamos a la ciudad y nos volvemos indiferentes, ¿no? Lo cual pasa con muchos oaxaqueños y oaxaqueñas, ¿no? Pero cuando estás en la comunidad todavía tienes esa cercanía con el río y además lo vives porque te das cuenta de que el río alimenta a todos los sembradíos que tenemos en esas áreas del maicito, de la calabaza, del frijol que se plantan de manera conjunta para que así se den sus vitaminas y nutrientes al mismo tiempo. Y te vas dando cuenta de esa conexión que tiene la madre naturaleza con tu vida y con la calidad de lo que tú ingieres a diario, porque cuando vives en esas comunidades, lo cual me tocó vivir cuando fui a estudiar mixteco un tiempo con unos tíos allá, me tocó ir a sembrar frijol y recuerdo que era, pues sí, una vida muy esencial y muy básica y muy conectada con la simpleza del monte y de la naturaleza, ¿no? Y del ciclo de cosecha.

DB: A ver, y esto que me dices de cómo se nos va olvidando las cosas y demás, ¿qué tipo de cosas quieres que a ti no se te olviden? ¿Y cómo estás haciendo para que no se te olviden?

LD: Pues creo que en las canciones que compongo trato de plasmar nuestra costumbre, nuestra herencia.

DB: Y a nivel personal, o sea, tu vida... me dijiste que de pronto hay diarios, pero ¿estás haciendo algo, estás trabajando en algo para poder quedarte con esas memorias?

LD: Sí, bueno, participo, ahorita me pidieron estar en cultura y entonces formamos un consejo al estilo también de la tradición para elegir a una persona que es el secretario de cultura, que es un lingüista y que está haciendo una labor de pelear por el idioma zapoteco, el idioma mixteco, el idioma cuicateco, los idiomas de Oaxaca que son 16 idiomas incluyendo el español y que él está también a cargo de otras áreas, de la música y entonces formamos un equipo con músicos clásicos, con bailarines, con pintores, con antropólogos que están en el INAH, también con botanistas, con la persona que está a cargo del Centro Etnobotánico de Oaxaca que inició el maestro Toledo y así, ¿no? Y decidimos sobre las actividades que se hacen.  Así que me tienen ahí haciendo un tequio porque en eso no hay pago, ¿no? Eso es estar ahí preocupada por nuestra tierra y nuestra ciudad.

DB: Y mi pregunta va un poco hacía, por ejemplo, si escribieras algún día una autobiografía, ¿qué tipo de cosas estarías guardando en eso? O sea, ¿qué cosas son las que siempre quiero tener estas cosas presentes en esa? ¿Qué sí pasaría a una autobiografía?

LD: Pues me gusta el análisis, pero me aburre. Como arte no creo que soportaría, aunque pues sí, hay que saber cómo hacerlo y decirlo para que puedas analizar todos estos puntos porque pues sí, también vengo del mundo mestizo y tengo diferentes perspectivas.

DB: Háblame de Vas de Salida. ¿Qué onda con eso? ¿Por qué nace? ¿Para dónde va?

LD: Pues es un gran tema que no compuse yo, que lo compuso Luciano Luna y Leslie Larraín. Y es una canción de desamor. Y en mi interpretación es sobre una violencia que se ha vivido. Y pues dices no, hasta acá, y ya me voy y tú te vas. Y está hecha la producción por Orlando Aispuro, que es un gran productor de 28 años y que me presentó con su universo musical y me encantó.

DB: Pero más allá de quién participe y quién lo hace, para ti en nivel personal, ¿qué significa? O sea, , estás dedicando horas y días y meses a todo esto, desde la parte de preparar, de pre-producción, producción, ahora el tema de promoción y demás. ¿Por qué hacerlo con este álbum, en esta temática, con estas canciones? ¿Qué representó? ¿Por qué hacerlo?

LD: Pues creo que para mí la vida sigue ahorita. Es una pregunta que quizás algunas personas tienen opiniones diferentes de los que hemos tenido pérdidas. Podríamos nada más meternos en una cueva y olvidarnos de la vida. Pero creo que yo no me merezco eso. Yo creo que yo me merezco la vida. Yo voy a luchar por ella y por eso estoy cantando este disco.

DB: Lila, ¿cuál ha sido en tu vida uno de los peores consejos que te han dado? Lo hayas seguido o no lo hayas seguido.

LD: Pues fíjate que para mí hasta las cosas así negativas de la gente, yo les agarro y lo volteo y lo utilizo.

DB: ¿Cuál ha sido uno de los mejores consejos que te han dado?

LD: Una vez cuando tenía como la edad de mi hijo, 12 años, había un pianista en mi pueblo que me escuchó decir que yo iba a estudiar agronomía porque yo veía que había mucha erosión en mi región y ya sabía que yo cantaba, me había escuchado cantar, y me dijo, el señor Vega, me dijo “Lila, me preocupa que tú quieres estudiar para ingeniera porque tú tienes un don que Dios te dio y yo creo que lo debes de pensar muy bien”. Es un consejo tremendo.

DB: Porque ni siquiera fue una orden “haz esto”, fue “piénsalo”. Con tus hijos, ¿cómo ves eso? ¿Cómo sientes tu papel en su desarrollo de decir que tanto soy influencia o no, que tanto me quedo al margen?

LD: Sí, bueno, mucha gente naturalmente me dice “¿qué tal canta? ¿qué tal toca?” Y pues no va así la cosa. No va así la cosa, hay que respetar, respetar su deseo, su independencia, su expresión. Benito es muy respetuoso y muy musical, tiene oído absoluto, pero no quiso hacer nada de música y se me hace que va a ser como productor porque produce ya mucho así en nivel chiquito, pero produce, ilumina y hace con un pad y luego otro pad y está filmando. Y la niña desde que llegó a mi vida es una bendición y es también una fuerza de mujer, es bien brava, es bien brava y dice que va a ser chef.

DB: ¿Sientes que en eso se parece o no se parece a ti?

LD: Pues creo que se parece demasiado. Es bien brava y dice mi hijo que es muy enojona.

DB: Y está chiquita ¿no?

LD: Tiene seis años.

DB: Desde ahí se les va viendo el carácter. ¿Cuál ha sido una de las lecciones más memorables o que más tienes presentes que te trajeron la llegada de tus hijos a tu vida? ¿Qué te han enseñado? ¿Qué aprendiste de ellos? ¿Qué has aprendido?

LD: Uy aprendo un montón porque los términos, así como esto que acabo de presenciar un concierto, en Oaxaca me invitaron a dar un palomazo con la marimba del estado y la marimba usualmente toca para las personas que trabajan en el mercado Benito Juárez, pero esta vez el secretario de Cultura organizó este evento para que fuera en el Teatro Macedonio Alcalá, que es un teatro hermosísimo Porfiriano y entonces invitaron a trabajadoras sexuales a la comunidad LGBTQ, invitaron a las personas del mercado y lo anunciaron como una invitación a las comunidades marginales. Y Benito me preguntó qué significa marginal. Y me encantó cómo volver a definir qué significa una palabra porque luego ya todo se vuelve como lo mismo, lo mismo y es muy fresco con los niños volver a vivir cosas que ya viviste pero en otro momento de tu vida.

DB: Es como que esto de volver a cuestionarte y volver a verlo desde sus ojos. ¿Qué es un consejo que tú antes dabas como un buen consejo pero ya por experiencia no lo darías? Si alguien llegara contigo y te decía algo que tú hayas dicho y que casi dirías “es que te dije esto, no hagas caso, ya no pienso eso, no pienso igual”.

LD: Pues decirles que hagan lo que quieran, porque sí es muy bonito ser libres y yo creo que a los niños no hay que cortarles esa inspiración pero hay que saber cómo decirles que son libres.

DB: ¿Qué opinión tienes que poca gente comparte contigo? Una opinión no muy popular que tengas. Que en una cena y cuentas eso, se divide la mesa.

LD: Creo que siempre me he identificado con la izquierda, creo que eso me ha afectado pero así va la vida, tienes que decidir. Y como buena mexicana diría no pues ni muy muy ni tan tan pero también tienes que decir “bueno esto es lo que yo prefiero” y tienes que vivir con eso y no estar así como barquito yéndote para acá y para allá.

DB: Me da la impresión de que es una mujer muy decidida, entonces ¿en tu vida te ha jugado eso más a favor o más en contra?

LD: En contra yo creo.

DB: ¿Por qué?

LD: Pues porque hay mucha gente conservadora en mi mundo tradicional, creo, eso es curioso.

DB: O sea te pasa mucho que la gente no está de acuerdo con lo que tú decides.

LD: Sí, yo diría que en nuestros conciertos hay como la mitad de izquierda y la mitad son de derecha. Eso es curioso.

DB: ¿Pero no es bueno?

LD: Pues a mí me parece muy bueno, a mí me encanta, pero es algo que nunca lo había analizado.

DB: Perdón por hacerte pensar ahorita en esas cosas que a lo mejor no tienes ni ganas de estar considerando. ¿Qué es algo que la gente no sabe de ti y que si supiera le sorprendería?

LD: Que me encanta estar en pijama todo el día. Creo que todos los artistas somos así, porque siempre tenemos que arreglarnos, irnos. Me encanta estar sin maquillaje en la casa con la pijama y en la hamaca y leyendo y descansando.

DB: ¿Qué te gusta leer?

LD: Me gusta leer Octavio Paz, me gusta leer Wislawa Szymborska, una poeta polaca. Natalia Toledo, Jodorowsky. He estado leyendo últimamente, me ayuda. Normalmente no tanto, pero ahorita...

DB: ¿Sí? ¿Por qué? ¿Por qué sientes que ahorita...? ¿O sea que cambió?

LD: Pues no sé, hay algo en el teatro que me cae mal a veces. Está como muy manipulada la cosa. Y a lo mejor necesito eso, necesito esos tipos de ejercicios ahorita.

DB: Bueno, en línea con eso, libro, película, documental, serie, cualquiera, no tiene que ser todo, pero que se haya marcado un antes y un después en tu forma de entender el mundo o en tu vida. No que recomiendes, no, que a ti, a alguna edad, haya sido un punto clave haber leído eso, haber visto eso, o escuchado eso.

LD: Sí, Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Y de película, yo creo que, Nosotros los pobres, Ustedes los ricos, de Ismael Rodríguez.

DB: ¿Por qué te marcaron esos?

LD: Pues porque hay ciertas realidades que son muy fuertes de nuestro México difíciles de aceptar.

DB: ¿Crees en algo? ¿En algo como religión o espiritualmente?

LD: Sí, sí, creo. Creo en los santos de mi niñez, en las vírgenes, la virgen de la soledad, la virgen de Juquila, la virgen de Guadalupe. Creo en la madre tierra, en el universo, en la fuerza de la luz.

DB: ¿Cuáles son las experiencias más memorables que tienes en tu vida?

LD: El olor del locote, que es una especie de pino de mi tierra, cuando se cocinan las tortillas. También el olor del sudor del caballo, cuando te vas a andar a caballo así por el monte. Me encanta.

DB: ¿Qué te da mucha curiosidad hoy en día?

LD: Pues que todavía en la juventud vuelvan los mismos problemas y volvamos a tener los mismos errores después de ciclos en los que se peleó tanto por algo y luego vuelve a surgir la misma equivocación.

Diego Barrazas: Más allá de la intimidación que puedo sentir, de lo intimidado que puedo estar en este momento, es todo un honor. Y quiero empezar con que me platiques de Anita y de tu papá, es como una historia muy interesante, muy diferente y de un contexto o de un background muy no típico, ¿no? Entonces me encantaría entender un poco y partir de ahí para luego regresar a donde estamos hoy. Entonces, ¿para ti qué significó tener estos papás de mundos aparentemente tan distintos?

Lila Downs: Pues muy bonito escuchar las historias de cada uno, ¿no? Porque mi papá decía que…Empiezo con mi mamá porque ella decía que ella cantaba en una cafetería y que bailaba un poco, pero mi papá después decía que era una cantina y que bailaba muy bien. Entonces, son esos mitos que no te dejan entender muy bien de chiquita pero ya después pues fui atando cabos. Y mi mamá a la fecha no me quiere hablar muy expresamente sobre eso. Pero eso es parte de todo esto, ¿no? De lo lindo de la familia, de los secretos y del sufrimiento. Porque a ella la casaron de 14 años, se fugó a la Ciudad de México sabiendo solo su idioma indígena y en México vivió pues una vida muy difícil. Y muchos años después conoció a mi papá, ¿no? Entonces, ella es indígena y además es bióloga por naturaleza.

DB: ¿A qué te refieres por naturaleza?

LD: Porque ella no estudió biología pero se sabe de todos los insectos que podrían entrarle a ese órgano, por ejemplo, o sabe cómo se llama el nombre endémico de este maguey. Entonces, es una persona con mucho conocimiento de la madre naturaleza. Y mi padre sí estudió biología. Y era artista y cineasta. Y entonces coincidían en muchas cosas. Y claro, él le llevaba 21 años, era mucho mayor que ella y estaba casado en su momento cuando la conoció, así que provocó cambios mi madre, ¿no? Y tiene ahí sus karmas mi madre.

DB: ¿Crees en el karma?

LD: Pues yo pienso que el karma es algo que te va cobrando la vida, ¿no? En base a tus decisiones.

DB: ¿Sientes que la gente mala le pasa cosas malas o que la gente que hace una acción tiene una reacción?

LD: Pues no siempre. No siempre. Pero algunas veces creo que sí. Creo que sí. A mí me gusta tener esa conciencia.

DB: ¿A qué edad fuiste consciente de esto que dices de tus papás? O sea, es esta cosa que de niña te pueden decir lo que quieras y te crees todo. ¿A qué edad empiezas a tener conciencia y cómo eso tiene impacto en tu vida?

LD: Pues creo que empezaba a cantar. Bueno, me invitaban a cantar que a la quinceañera, a la boda y así. Y desde que tenía como seis, sabía que quería cantar rancheras. Y una vez, me acuerdo que voltearon los dos, mi papá y mi mamá y dijeron “¿y esa voz?” Se quedaron así impactados. Pero no recuerdo que haya sido como especial.

DB: ¿Para ti o para ellos?

LD: Creo que la percepción de mi mamá era “bueno, es una niña, hay que educarla y aunque quiera cantar…” Creo que no le gustaba mucho la idea de que yo cantara al principio. Pero como mi padre era profesor, él sí me inculcó tener como disciplina. Me acuerdo que desde la niñez tenía mis tocadiscos y ponía cada rato Flor Silvestre, Antonio Aguilar , y los ponía desde la mañana, la noche, la tarde, y me ponía mis faldas, mi sombrero, y mi papá eso lo aplaudía.

DB: ¿Pero sentías como un juego? No era un tema de “a ver, pues vámonos y ponte a hacerlo”.

LD: No, no, no. Era porque me gustaba. Y en eso los dos son muy similares, porque mi madre vive, y ella también es muy libre. Era “pues a ver qué quiere la niña, a ver qué escoge ella”. Nunca fue de imponer. Y creo que ese es el contexto hermoso para un artista, porque así pues sabes que hay algunas reglas, pero las reglas en el arte pues en realidad las puedes estar ahí experimentando.

DB: ¿Y sentías que tu mamá te transmitía alguna preocupación de ella, alguna onda de “oye, quiero que no tenga que vivir lo que yo viví”?  

LD: Sí, sí. Ya después ya me lo dijo, “es que me preocupa que tú seas una cantante de música popular, porque algún día te van a aventar una botella de tequila”, me decía. Y entonces a ella le preocupaba que estudiara canto clásico. Y pues la técnica fue muy útil, ¿no? Y estudié la carrera de canto clásico después a la par que antropología. Antropología en Estados Unidos, en Minnesota.

DB: Pero a ver, entonces, ¿cuándo pasó de esta niña que cantaba por gusto y que le gustaba y demás, a que empezaron a tomárselo un poquito más en serio? Y no digo en serio ya en serio de decir “me voy a quedar en esto”, pero sí un poco más de “oye, pues si quiere estar en esto, vamos a echarle ganas de empezar a buscar”.

LD: Eso no se dio hasta mucho tiempo después, aunque seguí estudiando canto y aprendí muchas cosas, pero no estaba convencida de eso.

DB: ¿Tú?

LD: No. No estaba convencida del canto porque veía que la gente no respetaba el canto. Creo que especialmente en México, pues cualquier persona canta, la verdad. Entonces no hay mucho respeto, ¿no? Y pues siempre me decían “a ver, canta pues”.

DB: Claro, claro, claro. “¿Qué haces?”, estoy estudiando canto”, “a ver, canta”.

LD: Eso, sí. Era una falta de respeto. Cuando ya estudié antropología, entendí un poco más de mi color de piel, de mis orígenes indígenas y también toda la historia con los anglos y este rollo terrible con mi padre que era blanco y me trataban diferente, mi madre indígena. Y cruzar la frontera, una cuestión dolorosa en cualquier situación, pero claro, como una persona de privilegios, ¿no? Porque siempre tuve mi pasaporte de ir y venir, ¿no? Y a diferencia de mis parientes, tengo tíos que se han ido de mojados y que están allá toda su vida sin papeles. Y eso empezó a afectarme bastante.

DB: ¿En qué sentido?

LD: En el sentido de que sentía responsabilidad de contar, de contar esa parte porque era parte de mí, era parte de mí.

DB: Pero dices que fue doloroso la parte de ir a Estados Unidos ¿en qué sentido doloroso? La responsabilidad que dices, pero ¿por qué más?

LD: Es doloroso ir y venir. Ser discriminado, ¿no? Es doloroso. Y te hace más fuerte también, ¿no?

DB: ¿Pero sentías que no eras ni de aquí ni de allá? Porque imagino que te tocaba esa dualidad donde aquí llegabas y decían “es que es gringa, es que viene de allá” y luego aquí mismo también.

LD: Así es también. Eso va a ser para siempre. Así es la interpretación de los que somos méxicoamericanos. Hay muchos celos un poco, discriminación, porque la mayoría somos morenos y una mala comprensión como ignorancia sobre qué implica esa, pues ¿qué le podríamos llamar?, ese crisol de culturas, porque no podemos decir que somos uno solo, somos muy diferentes, dependiendo del país del que provengas y dónde creciste en Estados Unidos, etcétera, ¿no? Muchas cosas.

DB: A ver, y me voy a regresar a una cosa. Estaba preguntándome sobre cuándo sentiste que ya se lo estaban tomando más en serio, ¿no? Y cuando empezaste tú misma, dices que al principio no te la creías tanto y dices como medio que experimento ahí a ver qué salía, ¿cuándo sentiste que ya era tu responsabilidad de cantar? O sea, como ya dijiste “esto es mi chamba y lo voy a empezar a hacer”.

LD: No, creo que eso fue porque terminé la carrera de antropología, me regresé a unas montañas triquis de la región mixteca donde yo crecí y es una etnia muy discriminada, la más discriminada de mi estado y estudié el textil de allá. Hay símbolos que datan de… Es este, es este textil, pero este es estilizado en negro, ¿no? Pero estas son mariposas, este es el rombo y así hay diferentes símbolos que datan de tiempos prehispánicos a la modernidad y las mujeres están constantemente creando, inventando símbolos. Y me fascinó y me liberó también porque entendí que el idioma de la mujer es particular y no viene en escritura necesariamente, viene en textil, viene en interpretación de estética. Y luego pues, estando ahí, escuché una voz cantando un tema de Violeta Parra que se llama Gracias a la Vida y era Mercedes Sosa. Y yo me atrevo a decir que fue el momento que me cambió la vida porque entendí que un instrumento tiene el poder de cambiar tu visión, de tu futuro y lo que vives.

DB: Ok, entonces ¿qué edad tenías ahí más o menos?

LD: Ya estaba haciendo mi tesis de la universidad, tenía 21.

DB: Ok, ¿cuánto pasó de ahí a que lanzaste tu primer disco?

LD: Tenía como seis años porque luego conocí a mi marido en ese inter.

DB: Estuviste en lo de La Trova Serrana y entonces estuviste en el otro grupo, pero ya en esos grupos ya estabas con “yo me voy a dedicar a esto”.

LD: Sí, sí, ya.

DB: Pero en tu cabeza, en tu mente, ¿a dónde te imaginabas que ibas a llevar esa…? “Ok, sí quiero cantar, ya lo quiero hacer y sé que lo que yo puedo hacer, puedo generar un cambio”, pero ¿hacia dónde te imaginabas que lo ibas a poder hacer o cómo lo podías tangibilizar?

LD: Pues había tomado y había escrito desde que era más jovencita cosas diferentes. Entonces llevaba un poco de práctica en mantener mis diarios. Y empecé a escribir sobre la migración. Fue el primer tema que me importó narrar y se llama Ofrenda el primer tema, hablar de los paisanos de un pueblo que se va casi el 90% al norte y regresan el día del santo patrón con sus trocas y es una revolución porque ese pueblo está abandonado el resto del año. Entonces es muy interesante. Pero también tuve la triste historia de un paisano que traía el cadáver de su hijo. Él me enseñó el acta de defunción y eso me marcó mucho porque dije “esto está ocurriendo en mi entorno, en las montañas de la mixteca oaxaqueña” y quería contar esa historia. Y es lo que acontece en Ofrenda.

DB: Lanzas Ofrenda, no le va tan bien comercialmente hablando comparado con lo que fue ya después. ¿Cómo te sentiste tú en ese momento? O sea, tú que ya dijiste “yo me quiero dedicar a esto y esa es mi primera propuesta”, ¿no? ¿Cómo te pegó o no te pegó? ¿Estabas contenta? ¿Cómo fue esa sensación?

LD: Estaba muy contenta porque creo que mi ambición era tener una difusión en la radio comunitaria de mi pueblo. Y quería mandar un mensaje de identidad, de fuerza de identidad. Porque me parece a mí que más que un problema económico, y me parece que eso yo lo intuía desde que estaba muy jovencita, era que siempre los paisanos se quejan mucho de la pobreza, desde mi niñez, pero yo sabía que hay algo más ahí. Es una cuestión de pobreza de orgullo. Y entonces...

DB: Que también te costó a ti.

LD: Claro, sentí que eso era necesario, era contar la grandeza de nuestro pasado y contarlo a través de canción. Y por eso el segundo disco se basa en los códices mixtecos y los personajes verbales e importantes.

DB: Entonces para ti el que te sonaran en la radio comunitaria ya era un éxito.

LD: Para mí empezaba, me acuerdo que había enojo en la comunidad porque decían que ese tema ya existía, pero yo lo había compuesto, entonces había ese machismo que sigue existiendo en mi tierra. Y pues desde esa edad, desde antes, desde 16 años, yo tuve que batallar un poco con esa situación de que me había quedado sin padre porque mi padre muere cuando tenía 16. Y eso hace que yo me dé cuenta de que te atacan y también te ignoran cuando te quedas sola. Y esto también pasa un poquito ahora que perdí a mi marido. Es como la naturaleza humana de atacar a alguien que le está yendo mal.

DB: ¿Pero qué es lo que te está atacando ahorita?

LD: Pues creo que es como la idea de que va a ser un fracaso. Yo creo que a los que hemos tenido éxito, porque yo considero que yo he tenido éxito.

DB: No hay ni duda de eso.

LD: Y yo creo que hay esa noción quizás de que nos merecemos un poco de dolor. Ese es nuestro México cruel. Y eso existe en todas las películas con las que nosotros crecimos y en la literatura de Rulfo y de muchas cosas.

DB: ¿Tú nunca estuviste…? Porque tu papá es americano, y… Bueno, estadounidense, pero nunca estuviste a merced de todo el tema de usos y costumbres, de que te casen a los 14 o qué tal, ¿o si estuviste en riesgo de ese tipo de costumbres?

LD: No, porque yo no crecí en una comunidad indígena como mi madre. Yo crecí en una comunidad que está junto a la comunidad de mi madre, pero los divide una montaña enorme por la cual están peleando, su pueblo de mi madre y mi pueblo ahorita en estos momentos. Y ha sido un tema interesante en mi vida, porque yo le canté a esa montaña, se llama Yucuninu, en ese primer disco, está ese tema grabado, agradeciéndole a la montaña por sus regalos, la madera, los honguitos, las flores. Y ahora el pueblo de mi madre está protegiendo el monte para que no lo saqueen, y mi pueblo lo quiere saquear.

DB: Ok, o sea, tu pueblo es el malo, por así decirlo.

LD: El malo, sí. Bueno, el malo según algunos, ¿verdad? Porque algunos piensan que eso es progreso, ¿verdad?

DB: Qué difícil esa parte. Qué difícil la parte donde entre más modernizas una comunidad o un pueblo, más puede ir perdiendo lo que lo hacía único, pero a la vez necesito poder tener acceso a temas de salud, acceso a información, pero también, entre más información tienes, más las niñas saben y “a mí no me vas a casar los 14 años”, y empieza ese conflicto de cosas. ¿Tú de qué lado te sientes que estás parada? Porque de pronto puedes llegar a jugar un poco los dos lados, de yo querer comunicar lo que pasa en mi tierra, o este modo de orgullo, pero al mismo tiempo traer un poco de modernidad a la situación. ¿Cómo vives esa dualidad?

LD: Pues sí, no hay que ser hipócritas porque a todos nos gusta la madera. A mí me gusta la madera, ¿no? En mi casa tengo mucha madera, en tu casa, en Oaxaca. Pero al mismo tiempo veo el lado de mis tíos que han servido como autoridades en el sistema de usos y costumbres y veo que lloran por la montaña. Y eso es muy fuerte verlo, es muy fuerte, porque tienen un sentimiento conectado con la madre naturaleza y la quieren proteger a costa de todo.

DB: ¿Te han dicho? ¿Te han pedido ayuda de alguna forma?

LD: Pues yo fui a cantar al pueblo de mi madre hace algunos años. Es donde vi mi primera difunta. Yo vi una difunta que me vino a saludar.

DB: Ah, o sea, una persona muerta que ya no existía.

LD: Una persona como una así, normal como tú, vestida con un...

DB: Quería preguntar, pero ya lo sacaste tú. Te quería preguntar porque dijiste que tu abuela también decía que le hablaban.

LD: Pero curioso, fíjate, porque ahora se suscita de nuevo el mismo problema de la montaña. Y justo cuando yo fui también era el mismo tema. Y me habían agradecido. Me dijeron “qué bueno que viniste ahorita”. Esa señora me dijo a mí “qué bueno que viniste ahorita”. Y yo lo interpreté como un agradecimiento porque quizás se iba a suscitar una guerra, tipo lo que está pasando…

DB: Como que pusiste calma ahí un poco a...

LD: Ajá, la música pues resuelve los problemas, ¿no?

DB: Pero a ver, ¿y esta persona se te apareció? O sea, ¿dónde la viste?

LD: Se apareció porque, bueno, las autoridades organizaron, la comunidad se paró en una fila para la fotografía. Y en esa fila estaba una señora que es la mamá de un presidente municipal de mi pueblo. Y me dijo “Lila”, me saludó, estaba mi mami conmigo y estaba mi asistente, que también era de mi pueblo y las tres la vimos. Pero al día siguiente llegaron las nietas. Y estaban también en la cola otra vez para la firma. Y les comenté “fíjense que ayer estuvimos platicando con su abuela”. Y dijeron “¿cuál abuela?”. Y yo les dije “pues su abuela, la mamá del presidente”. Y me dicen “no, mi abuela murió hace dos años.”.

DB: Uy, ¿qué sentiste?

LD: Pues así, la piel chinita como ahorita. Y es curioso porque hoy fui a hacer una entrevista a la Tele UNAM sobre Gabriel García Márquez. Hablamos sobre diferentes libros y las ánimas y cómo las ánimas son tan importantes en nuestra realidad imaginativa o real. Mi abuela hablaba con los difuntos.

DB: Sí, explícame eso. ¿Qué te decía tu abuela? Mi abuela nos decía, así de pronto, estábamos sentados desayunando.

LD: Nos contaba y dice “fíjate que vino mi compadre Aguilar y estuvimos platicando”. Y le hablaba de pronto en mixteco a mi mamá y a mi mamá le platicaba. Mi mamá se le quedaba viendo así como “¿estará bien mi mamá? ¿Por qué habla usted así, mamá? Si ya sabe usted que el compadre se murió ya hace mucho tiempo”. Y dice “pues quién sabe, pero él vino y yo estuve platicando con él”.

DB: Órale. ¿Tú qué pensabas ahí? ¿Sí le creías?

LD: Claro, porque yo era una niña chiquita y uno cree todo lo que dicen los adultos.

DB: ¿Te ha vuelto a pasar?

LD: No, esa fue... Bueno, me han vuelto a pasar otras cosas, ¿verdad? Que dicen algunos que son chaneques, que son duendes, los ruiditos acá, el movimiento acá, la arrastrada acá.

DB: ¿No te dan miedo esas cosas?

LD: Pues como dice mi mamá, no hay que tenerle miedo a los difuntos, hay que tenerle miedo a los vivos. Ah, la lámpara.

DB: ¿Qué es lo de la lámpara?

LD: Ah, sí, se enciende, en mi casa se enciende así. Yo vivo atrás del templo de Coyoacán. Entonces, bueno, cuando vengo acá en la ciudad y definitivamente ahí hay unas energías, porque es un lugar con mucha historia, ¿no?

DB: ¿Y se prenden las lámparas?

LD: Sí, cuando estoy sola nada más me pasan esas cosas.

DB: ¿Y tú a veces intentas contactar con, o has intentado como decir “oye, manden una señal”?

LD: A veces sí, porque se pone agresiva la cosa. Entonces, hay que hablar y decir en este caso a Paul, a mi marido, le digo “oye, Paul, échame la mano, ¿no?” Aquí están poniendo roñosos. O a mi papá, yo invoco a mi papá, a mi abuela, a mi abuelita, porque mi abuelita yo sé que viene y me apoya.

DB: ¿Cómo explicas o cómo te explicas a ti eso? O sea, ¿sientes paz, sientes nervio, te preocupa? ¿Cómo sientes esa relación que se aparece la gente contigo?

LD: A veces es bien incómodo porque te despiertas a las 3 en punto de la mañana. Como lo compuse en mi canción, así es. Eso es verídico, ¿eh? Y eso lo puedes encontrar en muchos lugares. Esa es la hora del difunto. Ahora, hay horarios en los que también hay energías como muy oscuras, ¿no? O la de los chaneques que decíamos, ¿no? Que es como a las 12 de la noche o a las 12 del día.

DB: ¿Qué tipo de cosas pasan? Perdón, me da mucha curiosidad.

LD: Pues sonidos, como sonidos raros, como que alguien toca la puerta y pues no hay nadie ahí, abres la puerta y no hay nadie.

DB: ¿Crees que haya algo que te pueda hacer que pierda esa sensibilidad?

LD: Claro.

DB: ¿Y te preocupa decir, “bueno no quiero perder ese contacto que tengo”?

LD: Puedes ignorarlo, como mi marido que no creía nada de eso. Incluso unos meses antes de que falleciera, yo sentía que ya se me iba. Y yo le dije “oye, Paul, pero me vas a venir a visitar, yo sé que tú no crees, pero tú me tienes que venir a ver”, le dije. Y me dice “ay, ¿cómo crees?” Y le digo “no, pero prométeme, eh, prométeme”. Y dice “bueno, pues, ya, está bien”.

DB: ¿Qué sentías? ¿Cómo dices que sentías que algo es a ti que te da?

LD: Sí, porque bueno, en el caso de él, él tenía una enfermedad muy fuerte del corazón. Le dieron cuatro años.

DB: Dijeron “no puedes estar tocando” y dijo “yo voy a seguir tocando”. Él siguió tocando.

LD: Dejó un tiempo, dejó como siete años el saxo, pero ya hace unos tres años empezó a tocarlo otra vez. Y ya este último año de plano lo tocó diario por dos horas, tres horas. Y yo creo que ya el corazón. Pero ¿sabes? Que yo creo que él murió muy feliz. Murió haciendo lo que él quería. A veces ya se echaba sus mezcales. Y pues eso fue lindo.

DB: Pero dices que sentiste que ya y te interrumpí, que había señales de que ya mero, ya mero le toca.

LD: Sí, porque él también decía cosas. Fíjate, se veía en el espejo y me decía “qué cosa tan rara, ¿verdad? Un día ya no voy a estar, esta imagen ya no, ya no voy a estar”. Y cada que me paro en ese espejo, lo pienso, lo veo. Pero es un recuerdo lindo. Es un recuerdo bonito. No me causa temor.

DB: Siento que es muy difícil esta sensación de amar a alguien por lo bonito y lo triste que es al mismo tiempo, ¿no? Como la canción que tienes de tengo miedo de quererte. Y como esta combinación entre lo vulnerable que te puede volver el querer tanto a alguien. ¿Tu percepción del amor ha cambiado con los años?

LD: Claro.

DB: ¿En qué sentido?

LD: Pues es que empezamos a entender que no somos perfectos y que tenemos muchos errores. Y eso empieza a calar después de muchos años. Y depende de ti si quieres perdonar y no tomar en cuenta eso. Y a veces pues no lo puedes hacer, yo creo. Eso pasó un poco con nosotros. No pudimos. También el perdón. Lo del perdón, lo canto en uno de los temas de este disco nuevo, La Sánchez, le escribí una canción a un árbol y es un árbol que está ahí enfrente de mi recámara. Y pues sí se paga cuando no hay perdón, yo siento. A nivel así político, a nivel todo. Y a veces somos bien orgullosos.

DB: ¿Hay cosas que te cuestan a ti perdonarte a ti de ti?

LD: También, claro, claro.

DB: ¿Y cómo lo administras, cómo lo manejas en tu vida?

LD: Pues ahorita es curioso, porque con la pena tengo un día muy oscuro de la semana y tuve que ir con la psicóloga porque sí, de verdad, me estaba como jalando así la oscuridad porque también tiendo a ser medio darks.  Le platiqué todo esto que me pasa y me decía “pues yo creo que tienes que cuidarte a ti misma”. Y eso fue como una llave. Me abrió la puerta, la puerta violeta.

DB: ¿Cómo te cuidas a ti misma? Pensando en... O sea, todo el tiempo te está buscando la gente, todo el tiempo la gente quiere algo de ti. Incluso mucho es por el beneficio de tu carrera, ¿no? Como decir, ok, bueno, vas a sacar un nuevo disco, hay que hacer… Vi tu agenda, ¿no? Y tienes grabación tras grabación, ahorita estabas haciendo algo antes de esto. ¿A qué hora tienes tiempo de respirar? Y digo, perdón, que hoy yo estoy siendo uno de esos que te está interrogando al cansancio, pero, ¿cuándo tienes tiempo de respirar y de descansar? ¿Y cómo es que te cuidas? ¿O para ti qué es cuidarte?

LD: Es pelear por ese tiempo, ¿no? Y también anunciarlo y decirle a tu gente, porque a veces tu familia y tu equipo de trabajo son los que están ahí presionando, ¿no? Entonces, es como definir qué tiempo necesitas, porque antes me reunía como mi marido en lunes con el equipo para ver cuáles eran los nuevos conciertos, cuál es el nuevo trabajo, qué hay que ver. Y no lo pude soportar.  Fue muy difícil. Entonces, cuidándome a mí misma, comiendo bien, haciendo, saliendo a caminar al campo, o haciendo ejercicio, haciendo algo que me hace...

DB: O sea, ¿ahora cómo es tu día de trabajo? O sea, ¿cómo es tu día normal?

LD: Es como una locura.

DB: ¿Sí? O sea, pero dices “me quité las juntas de los lunes”, pero que más...

LD: Pues sí, ¿no? En la mañana hay que levantarse bien temprano para llevar a los niños a la escuela, y a veces...

DB: ¿Cuántos años tienen ya?

LD: Tiene 12 y 6. Y lo bueno es que van a la misma escuela. Eso ayuda.

DB: Y ya entran y salen más o menos al mismo horario, ¿no? Porque ya no es como cuando están todavía diferentes.

LD: Sí, no, está bien difícil.

DB: Yo tengo uno de cuatro y dos y todavía uno ya empieza a ir al kinder de grandes y el otro todavía apenas va, entonces...

LD: Sí, es bien pesado. Bien pesado. Y bueno, cuando están chiquitos así, luego no te dejan dormir bien también. Es difícil, sí, es muy difícil. Pero es una gran parte del día de uno, ¿no? Estar con ellos y pelear por el tiempo para estar con ellos, porque ellos te necesitan. Y más ahorita que perdimos al papá, pues un poco más, pero...

DB: Me decías de tu rutina del día, de los días normales.

LD: Mi rutina es regresar. Normalmente, regresar a la casa, me siento tranqui, pero excepto por un día de la semana, que te digo. Y luego ya me pongo a estudiar.

DB: ¿Un día de la semana es que siempre te pasa un día de la semana que sientes mal? O sea, constantemente, semana en semana...

LD: Sí. Sí, es como un día de la semana.

DB: Qué raro.

LD: Sí, está extraño.

DB: Uno en particular. O sea “es que ese día estoy de bajón”. ¿A qué crees que se deba?

LD: Pues, la verdad todavía no sé. Pero voy a ir descubriendo qué es. Y pues sí, el día se va volando, ¿no? Tiene uno que hacer ejercicio. A veces no hay tiempo para ni hacer ejercicio, la verdad. Porque tenemos el restaurante y tengo que ir allá a ver. Luego es todo un drama con el chef que anda con esta señorita y anda con la otra.

DB: La cocina, bien gracias. Ya entró una nueva persona a trabajar y ya también se la ligó

LD: Y luego hay que diseñar nuevos desayunos. Es muy divertido, la verdad me encanta. Me encanta. Y luego el foro de música, ¿no? Programar diferentes músicos.

DB: ¿Tienes alguien que te ayude a operar eso?

LD: Sí, tengo ayuda de una gran música que se llama Bibi y que es parte de un grupo que se llama Raíces, que hace música jarocha, pero son oaxaqueños. Y hacen muchos versos políticos, ¿no? Que es muy divertido. Y pues luego también lo de mi madre, pues mi madre tiene varios negocios, aunque ella ya es una señora de 85. Y hay que apoyarla con su rancho.

DB: ¿Lo de los carros todavía lo tiene o no?

LD: Ella maneja su camioneta y se va a su rancho.

DB: Pero tenían una cosa como de...

LD: Ah, la refaccionaria. No, ya no tiene ya eso. No, ya no, pero sí fue comerciante, le ayudaba ahí a vender bujías y llantas.

DB: Tú también le sabes a todo eso.

LD: Sí, un poco.

DB: De todo haces. A ver, ¿por qué te metiste el tema de...? Vamos a llegar a esto, y todavía me falta un par de cosas que me brinque ahorita, pero ¿por qué te metiste el tema de los restaurantes, de los negocios, de dónde nace esa intención de hacerlo o esa necesidad de hacerlo?

LD: Creo que Paul y yo teníamos ese sueño porque así empezamos nosotros, tocando en una pizzería que se llama El Sol y La Luna, que sigue existiendo en Oaxaca, de unas amigas muy queridas. Y ahí llegaban los jarochos, llegaban músicos argentinos, llegaban jazzistas. Y ahí yo me hice. Yo empecé a cantar para el turismo de Oaxaca al principio.

DB: Pero ¿y eso qué tiene que ver con ponerte la friega de hacerlo?

LD: Fíjate que creo que los foros para músicos que apenas empiezan son muy difíciles. El sonido no se cuida, también la belleza del lugar. Principalmente el cuidado del audio y tratar bien a los músicos, darles un porcentaje de la barra. Si nos va bien, hay que darles un porcentaje de la barra. Entonces empezamos con eso. Estamos como quebrando, ¿verdad? Pero estamos en eso.

DB: Pero mi duda es como ¿por qué? Porque es una friega, es una friega, y estás haciendo un negocio, son dos negocios. A ver, la música es un negocio. Muy difícil en general, y luego operar un lugar de música es otro negocio difícil y un restaurante otro negocio difícil. Qué necesidad.

LD: Nos gustan los retos, yo creo.

DB: Porque una cosa es decir “bueno, qué padre, existe un lugar y ahí recomendamos gente a otra cosa” y otra es decir “bueno, vamos a aventarnos el reto de hacerlo”. ¿Por qué?

LD: Pues creo que porque nos gusta sufrir. Hay una parte de uno que te gusta estar muy activa, y mi marido fue muy activo y le gustaba, le daba mucho gusto estar ahí. Creo que él sufría un poco con mi fama.

DB: ¿En qué sentido?

LD: Pues es que nunca le daban el crédito a él, la verdad. Y eso era muy difícil para él. Entonces, el restaurante era como su refugio. Su... Era suyo. Su proyecto. Era su proyecto, sí.

DB: Porque igual tocó mucho tiempo contigo. ¿Y a ti cómo te hace sentir eso? O sea, “Pues es que yo soy la que está cantando y...” Si lo quieres ver desde el punto de vista de marketing, “es lo que va a ayudar a que sigamos, ni modo que seamos un dúo”. ¿Cómo lo manejabas?

LD: Fue difícil. Sí, fue un tema.

DB: ¿Lo hubieras hecho diferente?

LD: Pues no, porque... Pues el arte así es. Hay un aspecto del arte que sí es cruel. Es como la naturaleza. ¿No? Es como la naturaleza. O sea... Me gusta ese vestido azul. No sé por qué me gusta, pero me gusta. ¿No? Y eso es difícil. Y algunos artistas que batallan toda su vida y no logran tener un reconocimiento. Y muchos autores, compositores, cantidad de gente, ¿no? Que tiene mucho talento. Pero por algún motivo.... Es un misterio, ¿no?

DB: Y hablando de ese misterio, ¿cuándo sentiste que ya todo pegó? O sea que ya todo cuajó como debía porque hiciste dos discos que como que sí, como que no. Luego de pronto hiciste Border, creo que fue uno de los que empezó, y luego la La Sandunga. Ese fue el que hizo como un boom, que después eso despegó mucho más la carrera. Pero tú a nivel personal, ¿cuándo sentiste que ya había pegado? ¿Border fue antes o fue...?

LD: No, Border fue después. Border fue después. Sí, fue después. Pero creo que no veo mis discos así. Los veo como una parte esencial de mi crecimiento como ser humano, porque yo tenía que explorar mi veta  indígena con los códices. Y yo tenía que explorar mi poches con el Border, yo tenía que explorar mi parte de festejo y de pecado con Pecados y Milagros, ¿no? Y ahora como esto también. Cada proyecto es una expresión de lo interno que uno carga. Y entonces no... Creo que quizás hay un disco que sí siento que hubiera estado bien si se hubiera promovido más. Ganó un Grammy. Pero sí sentí que no estaba ahí presente como debió haber sido. Y ese es el de Salón Lágrimas y Deseo .

DB: ¿Pero por el disco crees que tal? ¿O tú no estabas ahí presente?

LD: No, por el disco, como un producto, digamos. Como que ese ya lo vi un poco más en la escena del comercio, de la música. Y quizás es porque fue el disco en donde canté más covers, creo. Eran más canciones de jazz, de boleros y así, ¿no?

DB: ¿Cuál ha sido el que más te ha gustado a ti? Sé que siempre te lo preguntan, pero ¿alguno que digas “fue muy especial para mí haber hecho esto en particular”?

LD: Pues todos son muy importantes, yo creo, porque te digo que en cada etapa tienes que ir cantando los temas. Pero creo que de los temas que más me encantan son... Pues Una sangre fue un disco que quise mucho porque había una exploración vocal muy como arriesgada, sentí y no me importó lo que pensara el público, ¿no?

DB: ¿Te pasa eso todavía? ¿Que sientes que no te importa lo que la gente dice? Porque, a ver, no es lo mismo que dijeras tú “estoy haciendo el mismo tipo de música y nada más sé que voy construyendo sobre la misma y sobre la misma”, pero aquí cada vez es un experimento distinto. Esto mismo sí tiene raíces de lo que has venido haciendo, pero también es una propuesta nueva. Yo me imagino cuando alguien canta lo mismo toda su vida, ya está en automático “ya me la sé, a la gente le va a gustar y tal”. En tu caso, ¿te sientes así o te entra el nervio con cada nuevo proyecto? A ver, ¿qué pasa con esto?

LD: Pues un poquito, ¿no? Siempre es bueno dudar. Es bueno dudar, yo creo. Es sano. Porque no tienes la cabezota así creyéndote la gran caca. Pero también es sano tener orgullo de quién eres y cuál es tu voz y estar segura de lo que haces.

DB: Pero ¿cómo te sientes ahorita?

LD: Muy segura con este disco. Vocalmente me siento fuerte, que fue lindo explorar el modo de cantar porque lo hablé con el productor. Me decía “ah, pero es que así no cantamos nosotros”, me decía. Y entonces yo probaba otra cosa y me decía “sí, ese sí”. Eso me encanta, me encanta.

DB: Hablando de eso de la fuerza y tal, decir La Sánchez suena diferente, suena como más del norte, ¿por qué? ¿Por qué estás haciendo esto así?

LD: Pues no pensé que sonara más norteño, pero coincide con el hecho de que quería hacer un tributo a esa parte de mi familia, ¿no? A los Sánchez, que somos una buena raza, allá en el pueblo de mi mamá, somos como primos de quién sabe qué tantas familias, ¿no? Somos Los Sánchez, muchos.

DB: Pero ¿y por qué manejarlo o por qué no seguir…? O sea, porque a mí también, acláramelo, porque por un lado sí es Lila Downs, pero luego esto lo manejan como este nuevo disco de Lila Downs, pero empujan como el tema de La Sánchez. ¿Sientes que es una especie de alter ego? ¿Sientes que nada más como el nombre del...? O sea, ¿cómo lo percibes tú y cómo está pensado?

LD: Pues creo que en las mentes de algunos es más auténtico mexicano, ¿no? En la mente mía es de mi raza. Es de mi raza. Pienso en mi tío Adrián, que es un hombre que habla bien suavecito, pero cuando él dice, algunas cosas las dice, y tiene una piel morena así, hermosísima, y pues en la raza de mi madre son muy morenos y hay raza negra en sus ancestros, ¿no? Hay gente china, hay gente que es muy política también.

DB: ¿En qué sentido?

LD: O sea, se meten a la política.

DB: O sea, ¿qué dices que tu tío que era regidor y tal, o que está en ese lado?

LD: Bueno, él ha servido. No, él ha servido en usos y costumbres. Ha sido el comisariado, que es una posición hasta más importante que el presidente municipal, porque en realidad él es el que tiene que enfrentar todos los problemas.

DB: Y no gana, qué se me hace súper interesante eso.

LD: No, no gana exactamente, lo tenemos que apoyar un poco al tío.

DB: O sea, es como una cosa de vengo a donar mi tiempo y manténgame mientras que...

LD: Así es, qué bonito que sabes eso.

DB: Bueno, lo estoy aprendiendo.

LD: Muy bien, muy bien. Así es, es un tema bien interesante, porque creo que hay mucha ignorancia sobre lo que es usos y costumbres.

DB: Pero entre más vamos a aclarando, mejor siempre. Pero eso, ¿sientes que alguien que dedica su vida a la política en esa vena? O sea, a ver, no es lo mismo decir “oye, yo soy político en el gobierno normal” porque dices, “ah bueno, pues quiere hacer lana o quiere...” O sea, sí quiere hacer un cambio, quiere hacer lana. En este lugar donde lo que ganas económicamente no es que... ¿por qué la gente lo hace? O sea, ¿de dónde viene esa intención?

LD: Ah, porque hay que servirle al pueblo, es tu comunidad. En Oaxaca sí tenemos un sentido muy fuerte de la guetza, que es el dar y recibir. Y ahorita, por ejemplo, el restaurante de nosotros que se está viniendo para abajo, pero aún así me preguntaron, hoy me dicen “vamos a participar en la guetza este año, ¿qué dices?” Les dije que pues sí. ¿Y qué representa para un restaurante? Tienes que aceptar a la delegación, que son de 80 a 100 personas, les tienes que dar de comer y de tomar gratis. El gobierno te ayuda con una parte. A veces la mitad, a veces un poco menos, todo depende del gobierno. Pero aún así tienes que dar una buena parte de tu bolsa. Creemos en la guetza, creemos que es importante apoyar una representación de nuestras etnias y de nuestros municipios. Y queremos mucho a nuestra propia gente. Entonces, ¿por qué a veces se dan cosas tan negativas? En mi tierra también, en donde hay unas protestas muy agresivas. Pues, por lo mismo, la historia es muy compleja, ¿no? Muy compleja.

LD: A ver, me hace pensar, por ejemplo, que entre muchas personas, como más ancianas, toman decisiones, o es como este consejo y demás. Pero ahora pienso en... A ver, no sé si estoy diciendo una estupidez, tú me corregirás, pero pensando en tu tío, si yo le estoy dedicando mi tiempo, mi vida, mi esfuerzo, mis posibilidades de crecer económicamente a esto, a tratar de cuidar lo que existe o hacer que sea mejor lo que tú quieras, al mismo tiempo voy a ser el más reacio a que haya un cambio. O sea, como que se vuelve esta persona, no es lo mismo el que está ahí por conveniencia o por oportunismo y entonces llega alguien y quiere hacer un cambio y dice “pues lo que tenga que pasar” alguien que su convicción es ayudar. O sea, por un lado es un beneficio, pero por otro lado frena avances culturales o cambios…. Me refiero a es más difícil convencer a alguien que está dedicando su vida a eso porque es su convicción y su forma de intentarlo, al mismo tiempo convencerlo de “oye, pero es que ya hay que cambiar ese uso y hay que cambiar esto o hay que ahora hacerlo de otra forma” cuando no lo puedes comprar, o sea, no va por ahí. Entonces, ¿cómo logras generar un cambio en una cultura cuando quien está ahí tiene tanto tiempo estando ahí y además no lo hace por un interés de oportunista, sino que lo hace porque cree que es la mejor forma de hacerlo? No sé si me estoy explicando.

LD: Sí, porque ellos son los herederos de la costumbre y de la visión de protección, de proteger lo que es, creo que desde la niñez mamamos la importancia de proteger al río, a la madre naturaleza. Se nos va yendo ese conocimiento cuando vamos a la ciudad y nos volvemos indiferentes, ¿no? Lo cual pasa con muchos oaxaqueños y oaxaqueñas, ¿no? Pero cuando estás en la comunidad todavía tienes esa cercanía con el río y además lo vives porque te das cuenta de que el río alimenta a todos los sembradíos que tenemos en esas áreas del maicito, de la calabaza, del frijol que se plantan de manera conjunta para que así se den sus vitaminas y nutrientes al mismo tiempo. Y te vas dando cuenta de esa conexión que tiene la madre naturaleza con tu vida y con la calidad de lo que tú ingieres a diario, porque cuando vives en esas comunidades, lo cual me tocó vivir cuando fui a estudiar mixteco un tiempo con unos tíos allá, me tocó ir a sembrar frijol y recuerdo que era, pues sí, una vida muy esencial y muy básica y muy conectada con la simpleza del monte y de la naturaleza, ¿no? Y del ciclo de cosecha.

DB: A ver, y esto que me dices de cómo se nos va olvidando las cosas y demás, ¿qué tipo de cosas quieres que a ti no se te olviden? ¿Y cómo estás haciendo para que no se te olviden?

LD: Pues creo que en las canciones que compongo trato de plasmar nuestra costumbre, nuestra herencia.

DB: Y a nivel personal, o sea, tu vida... me dijiste que de pronto hay diarios, pero ¿estás haciendo algo, estás trabajando en algo para poder quedarte con esas memorias?

LD: Sí, bueno, participo, ahorita me pidieron estar en cultura y entonces formamos un consejo al estilo también de la tradición para elegir a una persona que es el secretario de cultura, que es un lingüista y que está haciendo una labor de pelear por el idioma zapoteco, el idioma mixteco, el idioma cuicateco, los idiomas de Oaxaca que son 16 idiomas incluyendo el español y que él está también a cargo de otras áreas, de la música y entonces formamos un equipo con músicos clásicos, con bailarines, con pintores, con antropólogos que están en el INAH, también con botanistas, con la persona que está a cargo del Centro Etnobotánico de Oaxaca que inició el maestro Toledo y así, ¿no? Y decidimos sobre las actividades que se hacen.  Así que me tienen ahí haciendo un tequio porque en eso no hay pago, ¿no? Eso es estar ahí preocupada por nuestra tierra y nuestra ciudad.

DB: Y mi pregunta va un poco hacía, por ejemplo, si escribieras algún día una autobiografía, ¿qué tipo de cosas estarías guardando en eso? O sea, ¿qué cosas son las que siempre quiero tener estas cosas presentes en esa? ¿Qué sí pasaría a una autobiografía?

LD: Pues me gusta el análisis, pero me aburre. Como arte no creo que soportaría, aunque pues sí, hay que saber cómo hacerlo y decirlo para que puedas analizar todos estos puntos porque pues sí, también vengo del mundo mestizo y tengo diferentes perspectivas.

DB: Háblame de Vas de Salida. ¿Qué onda con eso? ¿Por qué nace? ¿Para dónde va?

LD: Pues es un gran tema que no compuse yo, que lo compuso Luciano Luna y Leslie Larraín. Y es una canción de desamor. Y en mi interpretación es sobre una violencia que se ha vivido. Y pues dices no, hasta acá, y ya me voy y tú te vas. Y está hecha la producción por Orlando Aispuro, que es un gran productor de 28 años y que me presentó con su universo musical y me encantó.

DB: Pero más allá de quién participe y quién lo hace, para ti en nivel personal, ¿qué significa? O sea, , estás dedicando horas y días y meses a todo esto, desde la parte de preparar, de pre-producción, producción, ahora el tema de promoción y demás. ¿Por qué hacerlo con este álbum, en esta temática, con estas canciones? ¿Qué representó? ¿Por qué hacerlo?

LD: Pues creo que para mí la vida sigue ahorita. Es una pregunta que quizás algunas personas tienen opiniones diferentes de los que hemos tenido pérdidas. Podríamos nada más meternos en una cueva y olvidarnos de la vida. Pero creo que yo no me merezco eso. Yo creo que yo me merezco la vida. Yo voy a luchar por ella y por eso estoy cantando este disco.

DB: Lila, ¿cuál ha sido en tu vida uno de los peores consejos que te han dado? Lo hayas seguido o no lo hayas seguido.

LD: Pues fíjate que para mí hasta las cosas así negativas de la gente, yo les agarro y lo volteo y lo utilizo.

DB: ¿Cuál ha sido uno de los mejores consejos que te han dado?

LD: Una vez cuando tenía como la edad de mi hijo, 12 años, había un pianista en mi pueblo que me escuchó decir que yo iba a estudiar agronomía porque yo veía que había mucha erosión en mi región y ya sabía que yo cantaba, me había escuchado cantar, y me dijo, el señor Vega, me dijo “Lila, me preocupa que tú quieres estudiar para ingeniera porque tú tienes un don que Dios te dio y yo creo que lo debes de pensar muy bien”. Es un consejo tremendo.

DB: Porque ni siquiera fue una orden “haz esto”, fue “piénsalo”. Con tus hijos, ¿cómo ves eso? ¿Cómo sientes tu papel en su desarrollo de decir que tanto soy influencia o no, que tanto me quedo al margen?

LD: Sí, bueno, mucha gente naturalmente me dice “¿qué tal canta? ¿qué tal toca?” Y pues no va así la cosa. No va así la cosa, hay que respetar, respetar su deseo, su independencia, su expresión. Benito es muy respetuoso y muy musical, tiene oído absoluto, pero no quiso hacer nada de música y se me hace que va a ser como productor porque produce ya mucho así en nivel chiquito, pero produce, ilumina y hace con un pad y luego otro pad y está filmando. Y la niña desde que llegó a mi vida es una bendición y es también una fuerza de mujer, es bien brava, es bien brava y dice que va a ser chef.

DB: ¿Sientes que en eso se parece o no se parece a ti?

LD: Pues creo que se parece demasiado. Es bien brava y dice mi hijo que es muy enojona.

DB: Y está chiquita ¿no?

LD: Tiene seis años.

DB: Desde ahí se les va viendo el carácter. ¿Cuál ha sido una de las lecciones más memorables o que más tienes presentes que te trajeron la llegada de tus hijos a tu vida? ¿Qué te han enseñado? ¿Qué aprendiste de ellos? ¿Qué has aprendido?

LD: Uy aprendo un montón porque los términos, así como esto que acabo de presenciar un concierto, en Oaxaca me invitaron a dar un palomazo con la marimba del estado y la marimba usualmente toca para las personas que trabajan en el mercado Benito Juárez, pero esta vez el secretario de Cultura organizó este evento para que fuera en el Teatro Macedonio Alcalá, que es un teatro hermosísimo Porfiriano y entonces invitaron a trabajadoras sexuales a la comunidad LGBTQ, invitaron a las personas del mercado y lo anunciaron como una invitación a las comunidades marginales. Y Benito me preguntó qué significa marginal. Y me encantó cómo volver a definir qué significa una palabra porque luego ya todo se vuelve como lo mismo, lo mismo y es muy fresco con los niños volver a vivir cosas que ya viviste pero en otro momento de tu vida.

DB: Es como que esto de volver a cuestionarte y volver a verlo desde sus ojos. ¿Qué es un consejo que tú antes dabas como un buen consejo pero ya por experiencia no lo darías? Si alguien llegara contigo y te decía algo que tú hayas dicho y que casi dirías “es que te dije esto, no hagas caso, ya no pienso eso, no pienso igual”.

LD: Pues decirles que hagan lo que quieran, porque sí es muy bonito ser libres y yo creo que a los niños no hay que cortarles esa inspiración pero hay que saber cómo decirles que son libres.

DB: ¿Qué opinión tienes que poca gente comparte contigo? Una opinión no muy popular que tengas. Que en una cena y cuentas eso, se divide la mesa.

LD: Creo que siempre me he identificado con la izquierda, creo que eso me ha afectado pero así va la vida, tienes que decidir. Y como buena mexicana diría no pues ni muy muy ni tan tan pero también tienes que decir “bueno esto es lo que yo prefiero” y tienes que vivir con eso y no estar así como barquito yéndote para acá y para allá.

DB: Me da la impresión de que es una mujer muy decidida, entonces ¿en tu vida te ha jugado eso más a favor o más en contra?

LD: En contra yo creo.

DB: ¿Por qué?

LD: Pues porque hay mucha gente conservadora en mi mundo tradicional, creo, eso es curioso.

DB: O sea te pasa mucho que la gente no está de acuerdo con lo que tú decides.

LD: Sí, yo diría que en nuestros conciertos hay como la mitad de izquierda y la mitad son de derecha. Eso es curioso.

DB: ¿Pero no es bueno?

LD: Pues a mí me parece muy bueno, a mí me encanta, pero es algo que nunca lo había analizado.

DB: Perdón por hacerte pensar ahorita en esas cosas que a lo mejor no tienes ni ganas de estar considerando. ¿Qué es algo que la gente no sabe de ti y que si supiera le sorprendería?

LD: Que me encanta estar en pijama todo el día. Creo que todos los artistas somos así, porque siempre tenemos que arreglarnos, irnos. Me encanta estar sin maquillaje en la casa con la pijama y en la hamaca y leyendo y descansando.

DB: ¿Qué te gusta leer?

LD: Me gusta leer Octavio Paz, me gusta leer Wislawa Szymborska, una poeta polaca. Natalia Toledo, Jodorowsky. He estado leyendo últimamente, me ayuda. Normalmente no tanto, pero ahorita...

DB: ¿Sí? ¿Por qué? ¿Por qué sientes que ahorita...? ¿O sea que cambió?

LD: Pues no sé, hay algo en el teatro que me cae mal a veces. Está como muy manipulada la cosa. Y a lo mejor necesito eso, necesito esos tipos de ejercicios ahorita.

DB: Bueno, en línea con eso, libro, película, documental, serie, cualquiera, no tiene que ser todo, pero que se haya marcado un antes y un después en tu forma de entender el mundo o en tu vida. No que recomiendes, no, que a ti, a alguna edad, haya sido un punto clave haber leído eso, haber visto eso, o escuchado eso.

LD: Sí, Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Y de película, yo creo que, Nosotros los pobres, Ustedes los ricos, de Ismael Rodríguez.

DB: ¿Por qué te marcaron esos?

LD: Pues porque hay ciertas realidades que son muy fuertes de nuestro México difíciles de aceptar.

DB: ¿Crees en algo? ¿En algo como religión o espiritualmente?

LD: Sí, sí, creo. Creo en los santos de mi niñez, en las vírgenes, la virgen de la soledad, la virgen de Juquila, la virgen de Guadalupe. Creo en la madre tierra, en el universo, en la fuerza de la luz.

DB: ¿Cuáles son las experiencias más memorables que tienes en tu vida?

LD: El olor del locote, que es una especie de pino de mi tierra, cuando se cocinan las tortillas. También el olor del sudor del caballo, cuando te vas a andar a caballo así por el monte. Me encanta.

DB: ¿Qué te da mucha curiosidad hoy en día?

LD: Pues que todavía en la juventud vuelvan los mismos problemas y volvamos a tener los mismos errores después de ciclos en los que se peleó tanto por algo y luego vuelve a surgir la misma equivocación.

DB: ¿Como en la montaña?

LD: Pues como eso y también como el aborto y la libertad de la mujer.

DB: ¿Cuáles son las lecciones más memorables que te han dejado tus padres?

LD: El respeto, la disciplina, el amor por la belleza de México.

DB: De todo lo que has vivido tú, tanto en lo personal como en lo laboral, has tenido un montón de aprendizajes. Si tuvieras que quedarte con tres aprendizajes que quisieras tener siempre presentes, ¿cuáles serían?

LD: La humildad, la pasión y el respeto.

 



DB:
¿Como en la montaña?

LD: Pues como eso y también como el aborto y la libertad de la mujer.

DB: ¿Cuáles son las lecciones más memorables que te han dejado tus padres?

LD: El respeto, la disciplina, el amor por la belleza de México.

DB: De todo lo que has vivido tú, tanto en lo personal como en lo laboral, has tenido un montón de aprendizajes. Si tuvieras que quedarte con tres aprendizajes que quisieras tener siempre presentes, ¿cuáles serían?

LD: La humildad, la pasión y el respeto.