Adán Jodorowsky, también conocido bajo el nombre de su alter ego, Adanowsky, es un músico, productor, director y actor de nacionalidad franco-mexicana. Ha trabajado de manera solista, con discos como El Ídolo y Amador, y con músicos como Mon Laferte, Enrique Bunbury y Natalia Lafourcade. Como actor, ganó el Premio Saturno al Mejor Actor Joven por su actuación en la película Santa Sangre.
Actualmente, forma parte de la banda The Guapos, junto a Leiva, Jay de la Cueva y El David Aguilar.
En este episodio hablamos sobre:
-La muerte
-La soledad
-Encontrar nuestra misión en la vida
-El fracaso
-Seguir nuestros instintos
-Mantenerse en constante cambio
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Diego: Me pareces un personaje enigmático y a la vez atractivo, de esos que dices quiero saber más, ¿no? Que hay más detrás. Cuando empiezas a investigar, tu historia parece una película de ficción. O sea, son demasiadas cosas fantásticas, algunas casualidades, algunas coincidencias. ¿Cómo le puede pasar tanto a una persona? Y a la vez, algo que me llama la atención es que te he escuchado comentar en varias ocasiones que no te gusta quedarte anclado en un tiempo o en un espacio. Mencionas que no te gusta poner tatuajes porque sientes que eso te amarra a algún momento en particular y siempre estás en constante cambio, entonces quiero saber para ti cómo es vivir así y si no de pronto extrañas el decir “me sentiría más cómodo si siempre fuera lo mismo”, o tener un hogar, el que para ti sea hogar y si existe cuál es, entonces quisiera empezar a entender un poco más tu postura de esto y para ti qué es el hogar y qué es la vida.
Adán: Me hiciste 40 preguntas en un segundo. A ver, mira, todo lo que te preguntas sobre mí es lo que yo pregunto a los seres humanos. ¿Qué son? ¿Dónde van? ¿Quiénes son? ¿Por qué no se quedan en lo mismo? ¿Por qué hay la evolución? Entonces lo que me preguntas sobre mí no lo sé en realidad. No tengo ni idea de quién soy, qué hago, cuándo lo hago. Muchas veces digo que entro en una especie de trance cuando empiezo a crear o se me ocurre una idea y la hago. Cuando hago las cosas no sé por qué las hago. No tengo ni idea por qué ni con qué finalidad. Simplemente las hago porque las siento, porque creo ser un personaje instintivo muchos funcionamos con la mente, estamos ahí enfocados en la mente, pero no bajamos al cuerpo. Estamos todos aquí arriba, entonces intento abandonar esto y bajar un poquito más hacia el mundo del instinto. Y todo lo que he hecho hasta hoy no sé por qué lo hice. Obviamente no me gusta quedarme estancado en el tiempo, como dices. Primero porque es aburrido. Sentiría que no hay propósito en la vida y cuanto más avanzo, más me transformo, más tengo la sensación que estoy en una búsqueda, entonces no sé lo que estoy buscando y no sé lo que quiero encontrar.
DB: ¿Te sientes perdido o es una búsqueda distinta?
AJ: Mira, no sé lo que quiero encontrar, pero espero nunca encontrarme jamás, porque si me hubiese encontrado no estaría en búsqueda y la vida ya no es interesante.
DB: ¿Y cómo sabes cuándo obedecer esos instintos? Porque tenemos instintos de todo tipo y de pronto algunos que podrían meternos en bastantes problemas y otros que a lo mejor estés dentro de un proyecto, que te comprometiste a algo y decir “ahora quiero hacer otra cosa”. ¿Cómo sabes?
AJ: Cuando tienes un vaso de agua en frente de ti y haces así, a veces no sabes por qué lo haces, pero lo haces, lo agarras. No tienes sed, pero tomas agua. No te preguntas por qué lo haces. Hace parte de tu funcionamiento como ser humano. Y yo creo que el arte es así. Hace parte de un flujo energético que uno tiene adentro de sí. Entonces se hacen las cosas.
DB: ¿Cómo empiezo a pensar menos con la cabeza y empezar a usar todo el cuerpo, como lo estás diciendo? Siento que eso es lo que me pasa a mí.
AJ: Haciendo menos preguntas
DB: Acabó el programa entonces. Haciendo menos preguntas.
AJ: Bueno, haciéndote tal vez menos preguntas a ti mismo. ¿Cuántas dudas tú tienes?
DB: Muchas.
AJ: ¿Cuándo te levantas?
DB: ¿Cuándo recién me levanto? Ninguna
AJ: ¿Y cuándo empiezan las dudas?
DB: Conforme empiezo a pensar en lo externo, tal vez.
AJ: Bueno, eso es porque no estás adentro de ti. Cuando uno no está adentro de sí mismo, entonces uno se pierde, cuando uno no se conecta con uno mismo. Yo pienso que la clave está en no perder la atención en un uno mismo.
DB: ¿Y cómo lo haces estando en una industria en la que tal vez piensa mucho en ir hacia adelante? O sea, es mucho de “vamos a planar la gira y dónde tienes que estar”, o “si queremos que el disco funcione, tenemos que entonces empezar a hacer esto y luego esto otro”, y creo que puede ser un poco contrastante a lo que tú me estás diciendo de vivir ahora y dentro de ti. ¿Cómo te ha funcionado, cómo ha logrado mantener esa dualidad?
AJ: Yo pienso que hay que usar la industria como un aliado. Muchos artistas están peleados con la industria, con las discográficas, con el sistema, con las redes sociales, pero si tú logras utilizar esas redes sociales de manera útil o inteligente, entonces puede servir. Yo tengo un equipo de mucha gente que trabaja conmigo. Tengo como seis, siete personas en el management, tengo mi personal manager, tengo la gente en mi discográfica que nos juntamos siempre, son cinco, tengo la persona que trabaja en mi casa, que me ayuda a limpiar mi casa cuando no tengo tiempo, tengo mucha gente que está trabajando conmigo, entonces, obviamente, es mucha energía perdida por ahí y por allá, pero hay que unirse todos. Yo pienso que todo está en la unión. Yo no creo en el artista solista, por ejemplo. Yo estaba hablando de eso con Bunbury. Acabo de producir el nuevo disco de Bunbury y él decía algo muy interesante, que no hay artista solista porque somos un equipo trabajando juntos. Cuando haces un disco, está el guitarrista, está el ingeniero de sonido, está todo el mundo, es un equipo, no existe el artista solista, entonces, yo no estoy solo en el mundo. Por ejemplo, ¿tú te sientes solo?
DB: No.
AJ: ¿No?
DB: No.
AJ: ¿Por qué?
DB: Porque tengo mi familia, tengo mi equipo.
AJ: Bueno, eso es bueno. Hay mucha gente que se siente sola, Entonces cada vez les digo “pero no estás solo porque estás rodeado por el viento, por los pájaros, el canto de los pájaros, por los árboles, por un universo entero, por un cosmos, por estrellas”, entonces, uno nunca está solo. Nunca. Yo tuve mucho miedo a la soledad. Me deprimía mucho y decía “es que estoy solo, no tengo nadie en mi vida, estoy desesperado”, pero me di cuenta de todo eso, que estaba completamente fuera de la realidad. Estaba en realidad en una trampa social porque la gente te dice siempre que estamos solos, “estoy deprimido, no tengo nadie en mi vida”, entonces te ponen esa información, te programan, pero no es cierto.
DB: ¿Pero cómo te cayó ese 20 de que no es cierto? O sea, ¿a qué edad o en qué momento? ¿Qué tuvo que pasar para que te cayera ese 20 y decir “no estoy solo”?
AJ: Creo que me levanté una mañana y pensé en esto. Empecé a mirar, a observar alrededor mío, porque uno no observa casi nunca el cielo. Estás aquí en la Ciudad de México… Bueno, ustedes no sé dónde están, pero observas el cielo y de repente te das cuenta dónde estás. Y también muchas veces estoy en mi cama. Estoy acostado y digo “a ver, estoy tranquilamente acostado en mi king size, memory foam, viendo una película y pensando así tranquilamente flotando en medio de la nada, como si nada, como si fuese normal”. Empecé a pensar a todo eso. Yo te dije no pensar, pero yo pienso mucho. Todo el tiempo estoy pensando. En realidad, me acabo de contradecir, lo sé. Pero bueno, de eso se trata la vida también. Hablábamos de la inconstancia, de la mutación, de cambiar, acabo de cambiar al instante. Pienso todo el tiempo,
DB: Pero dijiste no preguntarte todo el tiempo, ahorita stás pensando. Eso no es exactamente lo mismo. Yo creo que te puedes cuestionar sin decir “deseo otra cosa”.
AJ: Tiene que ver con la duda. En realidad, yo creo que es mejor no dudar. Yo creo que todo es perfecto. Estamos aquí, hablamos del universo. Yo creo que hay una especie de conciencia en el universo. Algunos la llaman Dios. Los que no creen la llaman una energía. No sabemos lo que es. Todos hablan… O varios dioses, pero todos hablan de la misma cosa. Hay como una conciencia universal que está ahí y yo pienso que hace perfectamente las cosas. Se muere alguien, entonces es una tragedia para ti, el que se queda aquí en la tierra, pero para el que se fue, no es trágico. Él vivió su tiempo de vida. Cada uno tiene su tiempo de vida. De todos modos, nos vamos a morir antes o después, entonces todo es perfecto.
DB: Es un poco egoísta cuando te duele que se haya ido porque no puedes volver a tener la relación que tenías mientras estaba presente, pero es por ti.
AJ: Cuando no puedes dejar ir la muerte es porque no aceptas la muerte. Porque te da miedo la muerte. Porque te ves como un simple mortal. Pero después, cuando piensas en la continuidad, piensas que no somos solo un cuerpo, sino también un espíritu o una energía. Después de la muerte, en algo te transformas.
DB: ¿Crees?
AJ: Sí. Científicamente estamos hechos de energía. Ahí tocas, hay un calor humano. Entonces esa energía, cuando te mueres, va a alguna parte, aunque sea mínima y yo pienso que esas millones de muertes forman una materia. Esa materia se transforma en algo, entonces vamos viajando. Si te visualizas como un cuerpo, como un ser humano, entonces eres un simple pinche mortal. Y si no, tienes que abrir tu mente y pensar que no solo eres un cuerpo, que no solo somos un cuerpo. Es científico lo que digo, es cierto. Antes fuimos antes de nacer, como diría Alejandro Jodorowsky, que ya lo hablaremos después.
DB: Y en ese sentido, esta postura que tienes ante la muerte, ¿hace que duela menos?
AJ: Mira, yo me pregunto… Se acaba de morir mi hermano, a los 57 años, y mi mamá se acaba de morir, a los 79 años. No me esperaba eso tan pronto. Mi mamá ya estaba enferma, ¿no? Tenía un tumor y Alzheimer, la estaba cuidando en mi casa desde hace cinco años y ya estaba esperando esa muerte. Mi hermano fue por un accidente, y cuando fui a ver a mi hermano muerto y me llamaron lo vi, vi su cuerpo, ¿no? Su cuerpo frío y tenso, así, y puse las manos ahí, lo toqué, estaba frío, y me dije, a ver, ese ser humano, mi hermano, estaba haciendo una búsqueda espiritual toda su vida, ¿no? Y se muere, entonces, ¿para qué toda esa búsqueda espiritual? Mi mamá también hizo búsquedas de yoga, búsquedas trascendentales y se murió, ¿no? Y la vi muerta ahí en mi cama y yo abrazado a ella, entonces dije, a ver, ¿cuál es la finalidad del ser humano en el mundo? Entonces, bueno, hay que pasar en realidad a la colectividad, porque nosotros somos como átomos adentro de un cuerpo que están trabajando juntos para que el cuerpo viva, nosotros somos los átomos para el universo, ¿ves? Entonces, nuestra labor en este mundo es de trabajar una energía positiva, de sembrar algo bello, ¿no? Porque cuando va a explotar el planeta, esa energía de la que hablábamos va a volar en alguna parte y va a crear esos átomos y tal vez va a crear otro nuevo planeta. Y ese nuevo planeta tiene que ser lo más bello posible. Entonces, hay que dejar de trabajar para sí mismo solamente, pero más bien para todos, y eso es lo que entendí con la muerte. Tal vez me pueda equivocar y cambie de opinión en algunos años o algunos meses o días, pero es lo que siento ahora.
DB: ¿Pero pensarlo así, sentirlo así, cambia el dolor?
AJ: No es que cambie el dolor, porque el dolor está, ¿no? Está presente. A mí me duele que no estén. Los extraño mucho. Pero al mismo tiempo agradezco mucho la existencia de esos seres, ¿no? También se murió mi hermano Teo cuando yo tenía 15 años. Murieron varios en mi familia.
DB: Tenía 24 años él, ¿no?
AJ: Tenía 24 años Teo. Se murió de... Bueno, hubo mucho alcohol en mi familia y eso. También me hizo pensar que uno se tiene que cuidar, ¿no? Que uno no valora la vejez.
DB: Que está muy lejos.
AJ: Sí, uno la ve muy lejos. “Yo fumo y de todos modos tenemos una sola vida”. ¿Quién sabe si vamos a tener solo una vida? Tal vez varias, ¿no? O no, pero uno no puede estar destruyéndose así, ¿no? También tengo muchos amigos que fuman mota todo el día, ¿no? Que están como durmiéndose un poco, escapándose de esa realidad cuando la vida te está dando esa realidad para que la vivas plenamente. Y obviamente algunas personas tienen dolor y quieren como apagar ese dolor y anestesiar ese dolor. Unos no tienen la fuerza que otros tienen, unos no pueden con esta vida. Es muy difícil, pero intenta reemplazarlo por hacer ejercicio, por crear, por pintar, por algo positivo, ¿no? Yo no creo que estemos aquí para destruirnos.
DB: Ese positivo que mencionas que dices crear, pintar, lo que sea para ti, ¿en qué lo encuentras? ¿En la música o en qué?
AJ: Yo lo encuentro en la música, en dar amor a mi hijo, intentar crear, bueno, ayudar a que mi hijo sea el mejor ser humano que pueda ser. Yo no lo puedo mover como un títere, ¿no? No es un títere, no es una marioneta, entonces sólo lo puedo ayudar a darle herramientas para que él mismo se dé cuenta de lo que hay que hacer en este mundo.
DB: ¿Te preocupa en ese sentido tu hijo?
AJ: Me preocupa. Me preocupa el árbol genealógico y las repeticiones, ¿no? A veces me digo “no se va a drogar, espero, espero que esté bien, que esté saludable, que esté equilibrado”. Pero después el camino de cada ser humano es su camino, entonces él lo que va a sufrir es porque él tiene que vivir eso. Es su papel en este mundo.
DB: ¿No sientes a veces que digas “quiero proteger que no pase algo similar con mi hijo?” ¿O es al revés y “qué pase lo que tenga que pasar, a mí no me pasó nada”? ¿Ves de dónde viene mi pregunta? Tienes dos opciones en ese sentido, de decir “yo pasé por todo esto, mi familia era así, mis amigos murieron de estas cosas, yo no quiero que a mi hijo le pase lo mismo” y entonces se trata de protegerlo de ciertas formas, o al revés, es “yo pasé por eso y estoy aquí, y estoy bien, que pase lo que tenga que pasar”.
AJ: Pero no lo puedo impedir. Puedo hacer todo para ayudar, pero en un momento dado uno se salva a uno mismo, ¿no? Hay mucha gente que uno quiere ayudar siempre, ¿no? Queremos ayudar a mucha gente, pero uno se ayuda a sí mismo, después hay gente que te da herramientas, pero no puedes salvar a alguien.
DB: Y de lo que en tu casa te dieron, ¿qué es lo que dices “quisiera repetir esto con mi hijo, esto que a mí me funcionó chingón, quisiera que mi hijo también lo tuviera”?
AJ: Sí, sí, pero esos son mis deseos egoístas, no puedo desear algo para mi hijo “quiero que sea así”.
DB: No que sea, pero que exista desde la forma en que se está criándose, que tenga acceso a esos elementos, no sé, por decir algo, “a mí me compraban pinturas de chiquito, y entonces eso a mí me fomentó el estar pintando, o que me dejara experimentar”, no sé.
AJ: Sí, sí, sí, sí, todo lo bueno se lo transmito, lo que mis padres pidieron se lo transmito. Por ejemplo, mi hijo estaba como rompiendo flores y le expliqué, que una flor está viva, tiene vida, que también tal vez tiene una conciencia, no sabemos, pero siente algo, entonces desde ahí entendió que las plantas estaban vivas y las respetó, entonces ya no destruye plantas, ¿ves? Le enseño también… Yo no puedo matar una hormiga, me da mucha tristeza, entonces hay hormigas en mi casa y están ahí, ¿no? En fila, ustedes conocen las hormigas, y entonces van hacia mi comida y dije “¿qué voy a hacer?” Y entonces descubrí un método: pongo una naranja y la pongo afuera de la ventana y se van afuera. Eso es lo que hago.
DB: Justo en esa línea, eso es a lo que me refería, como qué cosas sientes tú que marcaron tu vida en el buen sentido de decir “oye, esto me ayudó a descubrir tal cosa, o esto” y que quieras que sí exista en tu familia, o que sigas repitiendo.
AJ: Yo creo que el tarot, intentar transmitir el tarot. Bueno, ya lo transmití, también transmitir cierta libertad, un cierto límite, porque me di cuenta de que yo tuve muchísima libertad en mi vida, ¿no? Era una libertad sin límites. Era buenísimo, ¿no? Porque tuve la libertad de pensar lo que yo quería, pero sí necesité algún límite. ¿Hasta dónde, no? Uno necesita saber hasta dónde puede ir. Artísticamente, no hay ningún límite. Obviamente, si empiezas a ofender a los demás y a provocar de manera tóxica, eso no es tan bueno. Yo lo hice en un pasado. De repente yo hice un video erótico para burlarme de las películas pornográficas en cierta época donde introducía una cruz cristiana en el trasero de una mujer. Bueno, quería chocar la gente, me dijeron blasfemo, primeras páginas y todo eso. Y después lo pensé con los años y dije, “bueno, ¿por qué voy a provocar con cosas que incomodan? Voy a provocar con cosas que les hacen bien”. Hay que dar inspiración al mundo, porque cuando eres artista tienes que saber qué vas a transmitir al mundo y lo que va a provocar. Es como una bola de nieve. Si tú mandas algo, una información fea, esa bola de nieve se hace más grande y ya el mundo se llena de esa fealdad. Entonces decidí hacer arte suave y bello.
DB: Y es un reto en sí mismo, porque es más fácil llamar la atención con cosas negativas o como ahora que...
AJ: Pues ahora acabo de sacar una canción que se llama Noche Fría, que habla de la noche que perdí, de los años bellos que probé, etcétera. Y me quedé pensando “otra pinche canción…”, perdón por decir pinche. Me dijiste que podía decir... Pero sí, “otra canción que habla de desamor, esos temas tontos”. Y obviamente no debería estar promocionando mi canción así, es muy buena canción, escúchenla, es muy bonita la canción. Pero empecé a pensar. ¿Por qué hablo de esto? ¿Por qué no hablo de otras cosas? Ya todo el mundo habló de desamor. Obviamente es un sentimiento que todos tenemos y que tenemos, necesitamos expresarlo, pero bueno, hay otras maneras de expresarlo. Entonces, estoy entendiendo esto con el tiempo.
DB: ¿Cómo ejecutas? O sea, justo acabas de mencionar esto, de decir está esta canción, pero al mismo tiempo estás pensando sobre “¿era lo que quería decir o no? ¿Por qué estoy diciendo esto? ¿O porque…?” A mí me pasa a veces que sobrepienso mucho las cosas. ¿Cómo se rompe? O sea, puedes terminar nunca haciendo nada, ¿no? Como siempre hay una forma diferente de hacerlo, mejor de hacerlo, “‘¿y si lo hacemos así?, ¿Lo hacemos así?” ¿Hasta dónde dices “ok, ya, que esto exista”?
AJ: Bueno, es como el pintor que nunca acaba su tela, ¿no? Su pintura. Entonces, en un momento dado, hay que dejar a la imperfección hablar por sí misma. La excelencia existe, no creo que la perfección. Entonces, hay que soltar, saber soltar, porque si no, uno nunca termina. Es infinita.
DB: ¿Cómo sabes cuándo soltar?
AJ: Es que no sabes. Es que está imperfecto y dices “bueno, no está mal”.
DB: Te voy a poner un ejemplo específico para ver como… El video que hiciste con Mon Laferte, de Aline. Está chingonsísimo, pero justo son cosas imperfectas, pero de afuera se ve como “ah, está muy pensado y muy trabajado”, pero a la vez la ejecución pareciera que es adrede imperfecto. Justo por ahí. ¿Cuántas veces repites una toma? ¿Cómo sabes cuándo ya salió lo raro que se tiene que ver?
AJ: Yo me doy un límite. Me doy un límite de tres tomas cuando dirijo un video. Y con tres tomas digo “bueno, con esas tres tomas haré algo”. Dejo lugar al... ¿Cómo se dice? Al instinto, lo que hablábamos. Y cuando realmente no estoy contento y veo que no hay salida, lo repito hasta que lo tenga. Con Mon Laferte teníamos un día de filmación, ella estaba embarazada, teníamos pocas horas con ella, teníamos muy poco presupuesto. Y dije “¿qué voy a hacer con poco presupuesto, un día de filmación con Mon embarazada? ¿Qué voy a hacer?” Entonces llamé a una artista rusa que hizo todo el concepto y lo dirigí y fue lo que fue, y le fue bien al video, pero se hace con lo que uno tiene.
DB: ¿Pero sí pones ciertos principios o limitantes tú solo? Es decir tres tomas o tanto tiempo o tal
AJ: Se necesita mucha preparación antes y después. No me importa cuántas tomas voy a hacer. Tengo que sentirlo. Si siento que ya está, lo dejo. A veces, no sé, cuando termino un disco, no sé si está bueno, no sé si me salió bien, pero es lo que es. Ya. Hay que sacarlo. Hay que hacer las cosas porque mucha gente se aferra mucho a terminar las cosas. Axl Rose, cuánto tiempo tomó en terminar su disco solista, que al final fue una mierda. Bueno, perdón, para mí. Y bueno, a veces hay que sacar las cosas, hacer las cosas. Ser activo.
DB: A ver, quiero hacer énfasis en las cosas que mencionaste…
AJ: ¿Pero me dices eso porque tú a veces no logras terminar algo?
DB: Muchas veces. O sea, siempre estoy en esta búsqueda de “creo que puede ser mejor y creo que puede ser mejor” y me he forzado a dejarlo hacer, o sea, dejarlo ir y que salga lo que tenga que salir.
AJ: Es que la perfección no existe.
DB: A veces a la gente le gusta mucho y digo “no tenía que llegar a esa cosa extra que yo me imaginaba que tenía que tener”.
AJ: El mundo es imperfecto. Hay gente deforme, hay gente bella, fea, hay de todo en la vida, entonces hace parte también del proceso del arte, que sea imperfecto. A mí no me gustan las cosas que son demasiado así, excelentes, como todo cuadrado. Me parece que es inhumano. Por eso la dosis de imperfección es muy importante en el arte.
DB: ¿Cuándo empiezas a confiar en tu instinto en ese sentido? Porque como dices, es subjetivo. Para algunos algo que es bello puede ser feo.
AJ: Puedes usar lo feo y hacerlo bello también, o al contrario.
DB: Pero en la industria en la que estás, entiéndase arte, música, cine, cultura, hay ciertos estándares que a lo mejor al principio tú dices “oye, yo quiero proponer cantar en francés” y es “ahorita no hay un mercado para eso”, pero de pronto dices “bueno, ahora voy a hacer esta cosa o voy a cambiar” y te buscan, “oye, me encanta lo que haces, quiero que me vengas a producir tal cosa” y vas, me imagino, formando un criterio de decir “ok, tengo buen gusto” o “esto va a funcionar y esto lo voy a usar aquí”, pero esta otra habilidad lo voy a usar con esto. O sea, no sé, el video este que te digo de Alin, a lo mejor ese mismo concepto no encaja en otro lado. ¿Se diría que es feo en otro espacio? ¿O sería que es adecuado? Y hacia allá es donde va mi pregunta.
AJ: Te haces demasiadas preguntas.
DB: Esa es mi duda, de cómo sabes tú cuando tienes la razón en ese sentido, de decir “esta es mi propuesta y confío en que está chingona”.
AJ: Es que nunca tengo la razón, es que nunca siento que tengo la razón. A veces sí tengo una seguridad cuando estoy produciendo a alguien, no sé, Bandalos Chinos, por ejemplo. ¿Conoces esa banda? Es una banda argentina que está teniendo mucho éxito. Hicimos tres discos juntos y los produje. Y cada vez que grabo con ellos, cada vez los sorprendo. Primer disco, le digo al baterista, que él llegaba tocando fuerte, “tienes que tocar despacito”, entonces lo desconcerté. Empezó a tocar despacito. Segundo disco, lleva un año trabajando ese toque, ¿no? Despacito, y le digo “ahora vas a tocar fuerte en este disco”, y me dice “¿cómo?”. Y tercer disco, ya preparado, fuerte, le digo “ahora este disco vas a tocar todo sin clic”. Los músicos tocan con un metrónomo y tienen que seguir el metrónomo en ritmo y yo solté el metrónomo y él tenía que tocar con la banda, entonces fue un escándalo. Y a cada vez, a cada vez, a cada vez la comodidad se las cambiaba. Yo creo que no hay que estar cómodo cuando uno hace arte. Por ejemplo, Jack White tiene su púa, que él toca la guitarra. Él la pone en un sitio diferente cada show, entonces no sabe dónde está. Hay como un momento de improvisación y le gusta eso, ¿no? Puede haber un accidente. El accidente es necesario cuando estás haciendo una obra. Yo siempre cuando dirijo algo o produzco algo, no sé a dónde voy. El día que yo me meto en el estudio con los músicos, yo los hago creer que yo sé lo que voy a hacer, pero no tengo ni idea, y en el momento me inspiro.
DB: Disfrutas la incertidumbre.
AJ: Mucho.
DB: Y cuando los stakes son altos, ¿da igual? A ver, son industrias donde es mucho dinero de por medio y el decir “una persona no tiene idea de qué está haciendo…”
AJ: Pero siempre lo logro. La gente después es disco de oro, de platino y tienen Grammys y todo. Entonces, algo de bueno tendrá mi instinto.
DB: Y eso es a lo que voy. Me sorprende y me gusta mucho escucharlo así, porque hacia afuera uno dice “¿cómo hago para llegar a este punto? Para poder tener éxito o tener proyectos que son reconocidos globalmente”. Yo esperaría que dijeras “no, es que me preparo horas y horas y tal”, y de pronto es al revés.
AJ: ¿Sabes de dónde viene el éxito que tienen los artistas con quienes trabajo? Es justamente esta incertidumbre y esta imperfección, porque si escuchas la mayoría de las producciones de hoy, todo es perfecto, en su lugar, editado, todo. No, a mí no me gusta eso. Si hay un error, lo dejo. Si hay un error en la guitarra, no me importa. No quiero que todo esté perfecto. Tal vez viene de ahí, porque hay algo humano.
DB: ¿Y en tus shows cómo haces eso? Porque luego metes muchos elementos.
AJ: En mis shows también hay mucha improvisación. Cada show es diferente. No lo tengo todo pensado, escrito, entonces, hay una base y alrededor de esa base, improviso. Me voy al público, me tiro al público, les tiro rosas, digo algo, subo a alguien. Y la improvisación es muy importante.
DB: Decías que no te gusta quedarte atado a un tiempo. Hasta cierto punto, ¿las canciones pudieran llegar a hacer algo similar? O sea, decir “trabajé en un disco y luego, como funcionan las cosas, toureo con ese mismo disco, ese mismo show durante todo un año”, que sé que anteriormente, tú haces un personaje, terminas, matas el personaje. ¿Seguirá pasando así o no? Y si no, ¿cómo mantienes esa sensación de “sigo avanzando en mi vida, no me quedo atado a algo, pero tener que volver a cantar cada fin de semana las mismas canciones y las mismas canciones”.
AJ: Hay una parte difícil en esto, ¿no? Repetirse. A mí me cuesta cantar a veces Me siento solo. A veces canto “me siento solo, abandonado”, pero ya no me siento así. Eso corresponde a un yo del pasado, pero hay un eco que sigue vivo, entonces todo se conecta al pasado, futuro, presente. Hay que abrazar lo que fuiste también, porque gracias a lo que fuiste estás donde estás hoy. No hay que intentar rechazar.
DB: ¿Pero si hay una incomodidad en...? O sea, ¿quisieras de pronto decir “bueno ya, lo que sigue, lo que sigue”.
AJ: ¿Sabes qué? Nunca siento incomodidad en realidad cuando estoy en el escenario, cantando viejas canciones. A veces me digo “ah, de nuevo la voy a cantar”, pero bueno, ya, la canto. Todo lo que haces hay que hacerlo con amor. Hasta cosas que no te gustan. Tienes que dar lo mejor de ti.
DB: ¿Cómo te mentalizas para hacerlo?
AJ: ¿Cómo me mentalizo? No me mentalizo. Voy al escenario. Me tiro a la jaula de los leones. No puedes ir para atrás. Tienes que pelear con el león. Avanzas. Simplemente avanzas. Yo a veces me pregunto por qué estoy en el escenario. Toqué delante de tres mil personas hace un par de meses y digo “pero a ver, ¿por qué estoy enfrente de toda esa gente cantando? Qué masoquismo. ¿Por qué estoy buscando esto? ¿Quiero dar o quiero recibir? ¿Qué estoy haciendo? Esta ilusión que estoy viviendo del rockstar, lo vivo como un juego y creo personajes. Porque me parece absurdo, en realidad, es muy absurdo.
DB: ¿Pero qué concluiste de eso? De “quiero dar o quiero recibir”.
AJ: Es un intercambio. Es un intercambio. Porque toda la energía que ellos me dan, la vuelvo a dar, vuelvo a dar lo mismo. Soy como un canal que pasa y que da de nuevo. Y al contrario también. Ellos son un canal que regresa a mí. Es una espiral infinita.
DB: ¿Cómo le haces cuando no es tanta gente? Porque te he visto, como dices, tocar con mucha gente y de pronto en festivales o momentos donde a lo mejor no era el público o no había la cantidad de gente todavía y demás.
AJ: Sí, yo toqué delante de diez personas.
DB: ¿Cómo, emocionalmente, lo haces tú? Decir “me voy a parar enfrente de pocas personas y a lo mejor corear una canción”. ¿Cómo mantienes tu energía a tope y no te agüitas?
AJ: Es que mira, lo importante no es la cantidad, ¿no? Es el intercambio. Que hayan cinco, una persona, diez, mil, ochenta mil. Toqué delante de todo ese panel de gente y cada vez es lo mismo. Es lo mismo. Es un intercambio. Entonces te tienes que adaptar. Yo una vez estaba en Chile y me acuerdo que llegó M, un cantante que se llama Matthieu Chédid, que es un cantante muy conocido en Francia. Estuvo en mi show y tocó antes y me dijo… Ah no, no tocó antes. Estaba en el público y vino al camerino antes que tocara. “El público está como… Tienes que adaptarte a ellos”. Y yo llegué con toda la energía del mundo y ellos estaban todos calmados y los violenté. Y me di cuenta, aprendí de él que tenía que escucharlos. Cuando te subes en un escenario tienes que escuchar a tu público también, ver en qué energía están y adaptarte a esa energía y llevarlos poco a poco hacia algún encanto.
DB: Oye, ahorita que mencionaste, no podía evitar pensar en The Guapos, por ejemplo.
AJ: The Guapos.
DB: Que es gente a la que tú has producido anteriormente o que has trabajado en cuestión un poco detrás de cámaras y de pronto ahora todos comparten escenario. ¿Cómo es un proyecto así y cómo se gestiona desde las personalidades de cada quien? Me parece complejo… Si todos están en el mismo canal de decir “somos una boyband y alguien más nos dice qué hacer y listo, pues bueno, ya nada más ejecutamos”, pero aquí creo que son todas personas que tienen criterios muy desarrollados, propuestas, formas de pensar muy... Le han dado muchas vueltas, ¿no? Y luego “ahora sí, a ver, hagan algo juntos”. ¿Cómo…?
AJ: Para los que no saben, The Guapos es una nueva banda que tengo con Leiva, El David Aguilar, Jay De La Cueva y yo. Y somos cuatro amigos que se veían, tenían interacciones de amigos que decidieron hacer una banda juntos de rock and roll.
DB: Puros frontman.
AJ: Sí, puros frontman, todos cantantes solistas y todos tocan un poco de todo. Entonces, Leiva es la batería, Jay es la guitarra, yo soy el bajo y el David Aguilar es la guitarra también y todos cantamos, los cuatro. Todos son productores, además. Jay produce bandas, Leiva, David, yo. Somos todos como jefes.
DB: Todos terminan tomando decisiones en los proyectos que se involucran.
AJ: Pero nos llevamos tan bien que fluye muy bien. Pero lo importante es que ninguno de nosotros sea el jefe de nadie. Entonces, por eso es bueno tomar un productor para nosotros, un director de videos y nosotros no nos ocupamos, somos los músicos, la banda. Soltamos un poco ese papel de jefe, y eso es muy bueno. A mí me hace descansar mucho. Pero bueno, hay mucha gente involucrada y ya vamos a tocar en festivales, vamos a tocar en el Pal Norte también. Y hay como mucho interés de esa banda. Es muy raro, pero bueno, me imagino que es porque son cuatro fuerzas juntas, como los Avengers.
DB: ¿Qué expectativa tienes de esto?
AJ: No tengo expectativa, simplemente pasármela bien. Nosotros lo único que queremos es pasarla bien. Queremos grabar videos en India, queremos grabar videos en Italia, o queremos grabar en Islandia. Queremos vivir una aventura. De eso se trata. Entonces, viajamos juntos.
AJ: Sí, bueno, pero justo es una expectativa. ¿Quieres divertirte? ¿Quieres pasártela bien?
DB: Sí, sí, sí. Conocer gente, ir a comer, ir a restaurantes, conocer gente. Disfrutar un poco.
DB: ¿Qué te emociona de eso? Porque a ver, tienes tantas cosas en la vida que hacer, tienes tantos compromisos, intereses y demás como para dedicarles, y si me voy a comprometer cierto tiempo a una cosa, algo tienes que sacar tú de esto o disfrutar.
AJ: A veces no tengo tiempo para mis amigos porque estoy trabajando mucho. Entonces, ¿qué mejor que hacer una banda con mis amigos para estar con ellos siempre y disfrutar y reírme? Lo único que quiero es reírme, pasármela bien. Es el único propósito de esa banda. Pasársela bien, disfrutar, ir a grabar a Nueva York, hablar de música. Todos son cultos, todos hablan de música. Somos todos apasionados. Es muy divertido y nos reímos tanto, tanto, a carcajadas, a lágrimas ada vez que estamos juntos.
DB: ¿Crees en el destino?
AJ: No, creo en un camino. Creo en un camino que va cambiando, que se va transformando.
DB: ¿Qué crees que hizo que hasta ahora se juntaran?
AJ: No sé por qué estamos juntos, pero es una buena pregunta. Tal vez nos necesitamos los unos a los otros. Tal vez.
DB: ¿Tú qué sientes?
AJ: Yo siento que necesito vivir nuevas experiencias porque siempre me estoy ocupando de mí mismo, de mis propios proyectos y me gusta vivir cosas nuevas. Y si no, me aburro, me aburro rápido.
DB: Ok, y esto va a ser tu fuente de nuevas experiencias por un tiempo.
AJ: Sí.
DB: ¿Y cuándo decides…? No es que lo vayas a hacer por ahora, pero ¿cuándo decides cuando un proyecto ya fue?
AJ: Eso pasó con mi banda de punk rock que tenía de los 16 a los 26, digamos, o 24, no sé. Cuando falleció el cantante de mi banda, Nicolá, se murió en su casa sobre la revista Rock and Folk, donde él escribía artículos. Había escrito un artículo y se murió allí una noche y se acabó la banda. Así fue. Esa es la única banda que se me acabó así. Cuando acabé con Adanowsky, sentí que necesitaba... Adanowsky era mi alter ego antes, que recuperé. Necesitaba salirme de los personajes para encontrarme a mí mismo y enfrentar mi apellido, enfrentar lo que yo era y estar totalmente en la verdad, autenticidad. Pero después de un tiempo ya sentí que necesitaba este alter ego para poder regresar a mi casa tranquilamente y descansar de todo esto.
DB: ¿Cómo funciona eso en ese sentido? Para ti, cuando está Adanowsky fuera, ¿no te cansa igual? ¿No eres tú quien está ahí?
AJ: Me cansa mucho hacer promoción. Antes de que yo empezara en la música, no había TikTok, no había Instagram, no había nada. Había MySpace que estaba empezando. Y bueno, publicabas tu canción en algunas fotos y ya está. Pero hoy tener que... “A ver, Adán, nos vamos a ver en tu casa tal día para hacer todos los contenidos de TikTok que van a salir toda la semana”. Entonces, hay que pensar en ideas y todo. Y ahora yo digo “piensen en ideas, ustedes y yo las ejecuto a mi manera, pero ya no me quiero ocupar de eso” y les di mis códigos de Instagram, todo. Ya no me quiero ocupar de eso porque pierdo muchísimo tiempo. Me desvío completamente de mi arte. De eso no se trataba el arte. Pero hay que abrazar también el progreso porque ahora hace parte. Entonces hay que abrazarlo, hay que traerlo y hay que aceptarlo. Entonces no hay que rechazar la evolución de la tecnología.
DB: Pero ¿qué papel juega aquí tu alter ego? O sea, ¿cuándo, por así decirlo, cuándo entra uno y cuándo entras tú? ¿En qué situación? O sea, cuándo la gente platica contigo, ¿cuándo platica con Adán y cuándo platica con Adanowsky?
AJ: Pues, por ejemplo, voy a ir al Pal Norte, ¿no? ¿Cuánta gente habrá? Voy a tocar delante de ochenta mil personas. Voy a regresar a mi hotel y me voy a poner en la cama y solo voy a decir “a ver, ¿qué acabo de vivir?” Y ya. Y te desprendes de lo que fuiste en ese momento. Es muy misterioso.
DB: Sientes que es como un filtro.
AJ: Sí, sí es un filtro. También cuando la gente te viene a pedir foto en la calle o te viene a hablar. A mí me pasa de más en más con los años, ¿no? Entonces tú te puedes abrir a la gente, pero tienes que tener una cierta protección porque si no, siempre alguien quiere algo de ti, ¿no? “A ver, un autógrafo, pero por favor, ¿le podrías mandar esto a mi novia?”, “oye, me gustaría verte y tomar un café contigo”. No puedes decir a 100 personas que sí, ¿no? Tomar 100 cafés por todos lados. Entonces tienes que tener una cierta barrera. No quiere decir que desprecies a la gente, al contrario, tienes que tener una protección.
DB: Y si te dedicas a tomarte cafés, ¿a qué hora haces lo que hizo que la gente quisiera estar contigo en primer lugar? Exactamente, ¿no?
AJ: Y por ejemplo, nomás para seguir el tema de la música antes de pasar a otra cosa. Cada gira que hacías, matabas al personaje al final, ¿no? Estaba como prediseñado así de que tiene un inicio y tiene un fin. ¿No te pasa a veces que dices “no, está muy chido esto, no quiero matarlo ahora”?
AJ: Sí, cada vez da tristeza, pero cada vez hay un entusiasmo porque algo nuevo va a venir, entonces, no me duele nada matar a lo que he sido en un pasado.
DB: Pero ¿y ahora, por ejemplo, qué revivirías en ese sentido? O sea, si estamos hablando de que antes eras un personaje, vivías unas cosas y luego, bye, otra cosa, bye y demás, ahora que regresas otra vez, o te sientas más en tu piel...
AJ: Hay que confiar, hay que confiar en que va a venir.
DB: ¿Antes pensabas menos como “ahora voy a confiar en que pase lo que pase”?
AJ Yo creo que siempre pensé un poco así, pero cada vez que mato un personaje en el escenario, para los que no saben, hice varios discos. Tengo que explicar, ¿no? Porque hay los que me conocen y los que no. Hice varios discos y en cada disco tengo un personaje diferente y a cada final de gira mataba a ese personaje en el escenario para dejar lugar a un nuevo nacimiento, un nuevo personaje. Pero te puedo asegurar que a cada vez que maté a mis personajes no tenía idea de lo que iba a venir después. Nunca. Entonces, ahí hubo un momento del limbo y después ya se creaba porque no me quedaba de otra.
DB: ¿Qué sucede en ese limbo?
AJ: Que de repente te entra la urgencia. Dices “¿ahora qué voy a hacer, qué voy a hacer?” Y sale todo. Amador: tal canción, tal estilo, pero tiene que ser así. Y sale todo.
DB: ¿Qué te inspira? ¿Cómo te inspiras?
AJ: Pues contigo, una plática contigo, por ejemplo, puede ser inspirante, un intercambio humano, una hoja que cae de un árbol, una tragedia.
SB: ¿En todos lados encuentras?
AJ: Pues sí, ¿no? Una película, en una canción.
DB: Bueno, te la voy a voltear. ¿Cómo te desbloqueas? ¿Te ha pasado que te sientes bloqueado?
AJ: Sí, me pasa cada día. Todos los días estoy bloqueado. Estoy escribiendo un guión hace dos años y no lo logro terminar, o tres años, pero sé que lo voy a terminar. Con las canciones es igual. De repente estoy bloqueado, de repente sale todo. Y se hace, pero ¿cómo hice eso si estaba bloqueado? No entiendo cómo lo logré. Estar bloqueado es normal. No podemos estar inspirados siempre.
DB: Pero ¿cómo trabajas a través de ese bloqueo? Porque la película nadie te la está pidiendo. No tienes un contrato de “tienes que haberla entregado en tanto tiempo”, pero a lo mejor esto de tu disco, porque hay muchos elementos detrás que dependen de...
AJ: Cuando no tengo elección, cuando ya no tengo opción, es ahí. Cuando tengo un deadline, un deadline funciona mucho así.
DB: Pero cuando estás bloqueado, ¿sigues trabajándolo o dices “voy a soltarlo”?
AJ: Cuando voy a hacer un show, no me conozco mis letras y me quedan tantos días con mis letras, me quedan tantos días para aprender, entonces me empiezo a concentrar y la concentración, entras en la concentración y te aprendes las letras. Es igual con hacer un disco. “Tengo que entregar esto a ese momento”, no me queda otra y me sale una canción.
DB: ¿Qué tan seguido te pasa? Del 100% de las veces, ¿qué porcentaje terminas haciendo las cosas casi al último?
AJ: Casi siempre, casi siempre, la mayoría del tiempo. Ahora no compuse mi nuevo disco. Va a salir este en marzo, el nuevo, pero no tengo idea de lo que voy a hacer después. Bueno, sí tengo idea. La verdad siempre sé la idea.
DB: ¿Se puede saber?
AJ: No.
DB: Ok. ¿Y dirigir? Escuché que dijiste “como a los 45 quiero volver a..”.
AJ: Todavía no tengo 45.
DB: Yo sé que no, pero ya faltan pocos años.
AJ: Justamente me junté con una guionista y estamos empezando a escribir una película, otra, y ella me va a ayudar a terminarlo, porque cuando algo no puedo hacer yo, pido ayuda. Y entendí eso, que no lo puedo hacer todo solo.
DB: Ahorita que mencionaste, cuando te preguntaba sobre algo que te gustaría traer a tu hijo, que has vivido antes, mencionaste el tarot. Quiero saber cuál fue tu primera experiencia con el tarot, cuántos años tenías y quién te lo presentó.
AJ: Mi padre me lo presentó. Yo era bebé y había cartas del tarot. Me acuerdo que me decían 1, 2, 3. Aprendí a contar con las cartas. Los colores, el violeta atrás. Toda la casa era violeta, también, como la espalda de la carta del tarot, violeta también. Entonces toda la casa era violeta, la ropa era violeta, el coche estaba violeta. Y bueno, cuando los alumnos de mi papá empezaron, él cuenta, a vestirse de violeta, dijo “no quiero ser un gurú” y dejó el color violeta. Me cuenta que nos daba vergüenza caminar con él en la calle porque estaba vestido en traje violeta. Pero bueno, eso fue mi experiencia con el tarot. Y él se quedó pobre, perdón, pero se quedó pobre en cierta época. Cuando yo nací, vivíamos todos en una casa en las afueras de París, en un barrio bastante no muy bonito, y durante algunos años vivimos ahí un poco en la pobreza, entre comillas, y él vivía del tarot, la pobreza lo llevó al tarot, entonces inició a mucha gente. Él ya hacía muchos años que lo hacía y me inició al tarot. Y yo estaba sentado al lado de él cuando daba sus clases. Me sentaba, veía lo que él decía y entendía. Me decía, “¿ves, Adán? Esta carta, la realización, el diablo, es la creatividad, aquí hay un lazo. Me andaba dando direcciones y empecé a entender el tarot. Y el tarot hace parte de mí. Ahora, cuando tiro las cartas a la gente, porque hago lecturas en mi casa. De hecho, ya no lo voy a hacer en mi casa porque ya me están mandando cartas raras, entonces voy a tener que hacerlo en otro lugar. Pero me sale de repente y después digo, “¿pero cómo leí esas cartas? ¿De dónde salió todo esto?”, y lo siento, lo siento. Las cartas hablan por ellas mismas. No es adivinatorio, no es que te voy a decir el futuro.
DB: ¿Puedes explicar, para quién es la primera vez que escucha el tarot, para ti qué significa leer el tarot?
AJ: Mira, el tarot que me enseñó mi padre, él dice que si alguien te dice “no encuentro el amor de mi vida, ¿cuándo lo voy a encontrar?” No te dice cuándo lo vas a encontrar, pero se te dice por qué no lo encuentras. Es como una terapia en realidad el tarot, como un estado en el que estás ahora. O si tienes dudas en elegir algo, el tarot te habla también. “¿Este camino o este camino? Este camino te trae ahí. Este camino te trae allá”, entonces te dan dos elecciones y tú eliges.
DB: Pero la base es... La astrología es el tema de cuándo naciste y tal, ¿no? La constelación, pero en temas de tarot ¿tiene que ver quién te las lee o es solamente yo que me las están leyendo y con cualquiera que me las lea voy a llegar a la misma respuesta?
AJ: No sé. Yo creo que hay varias interpretaciones. Yo creo que todo el mundo tiene su lectura, ¿no? Obviamente hay algo que te está diciendo el tarot. No te puedo afirmar que te va a decir siempre lo mismo, pero yo creo que hay un mensaje que te llega igual, eso sí.
DB: ¿Y mentalmente o espiritualmente cómo te preparas para hacer una lectura? O sea, ¿en qué estado tienes que estar de apertura? Para no juzgar y decir “ah, esto” cuando a lo mejor...
AJ: Primero tienes que deshacerte de todo prejuicio, olvidarte de ti mismo, soltar el ego o tu propia interpretación y ser totalmente neutral. Cuando entregas un tarot, en lugar de… Mira, te entrego un tarot, imagina que tengo... Toma. Ahí fui demasiado hacia ti. ¿Ves? A ver. Toma el tarot. Ahí fuiste demasiado hacia mí. Entonces aquí entre los dos. ¿Ves? Entonces es encontrar su espacio entre las dos personas.
DB: ¿No pasa que a veces hay algo que es negativo y que dices “no quiero asustar a la persona o lastimarla”? O sea, que entre un tema emocional de por medio.
AJ: Es que el tarot no es negativo. Simplemente te...
DB: Bueno, nada es positivo o negativo.
AJ: …te habla de ciertos caminos que podrías tomar o no. Entonces yo no creo en el tarot negativo, porque cuando dices algo negativo a la persona, lo programas y termina por pasar, porque el que te lee el tarot tiene un cierto poder como hipnotizador, entonces tienes que tener mucho cuidado en lo que dices porque puedes programar a alguien. “Te vas a morir en un accidente de moto”, y el otro anda todo el día pensando en un accidente de moto y se lo provoca. Tienes que tener mucho cuidado, por eso hay que olvidarse de sí mismo.
AJ: ¿Tú crees que los pensamientos se pueden volver realidad?
AJ: Todos los pensamientos se vuelven realidad. Hablamos de ese vaso. ¿Quién hizo ese vaso? ¿Quién es ese micrófono? Eso viene de un pensamiento.
DB: Pero ¿cómo lo podemos trabajar? O sea, ¿cómo puede alguien...? Lo que me dices es completamente hasta medio “ah, sí, que wey estoy”, ¿no? O sea, porque te preguntan si todo se vuelve realidad, pero esta cosa que ahora de la ley de la tracción y demás... ¿Existe o no existe? Y si sí, ¿cómo lo describes? ¿Cómo lo explicas para que alguien más pudiera aprovechar también esa capacidad que todos tenemos?
AJ: Hay algo que no puedes entender: no todo tiene una explicación, entonces tienes que dejar el lugar a la improvisación. Tienes que dejar el lugar a lo misterioso, porque lo único que no podemos negar en este mundo, podemos no creer en nada, pero no podemos negar el misterio.
DB: 100%, que justo por eso mi pregunta no va hacia allá. No va hacia “compruébamelo que es verdad” o la explicación científica de cómo se practica eso. O sea, por ejemplo, en tu caso te sientas un día y dices “me imagino que The Guapos sería así, o “me imagino que esto lo voy a tener algún día” y luego sucede.
AJ: Hay que soltar el control. A ver, vamos a soltar el control y vamos a romper un poco con este formato. Ven, ven aquí y toma el micrófono en la mano. Ponte de espaldas. De espaldas a la cámara y yo me pongo de espaldas a la cámara y vamos a hacer un minuto de entrevista de espaldas a la cámara y vamos a romper un poco con el control de lo que se debe hacer o no. ¿Cuál es tu pregunta?
DB: ¿Qué rituales tienes? ¿Qué rutinas tienes?
AJ: Me levanto en la mañana, me lavo los dientes, hago caca, me ducho. Primero empiezo por lavarme los testículos. No, primero me lavo el ano, después los testículos y después los sobacos y después todo el cuerpo y el pelo al final y dejo reposar cinco minutos el champú en mi pelo.
DB: ¿Usas jabón en barra o jabón líquido?
AJ: Líquido. Y luego intento no usar mi celular cuando me despierto hasta media hora después y hago un vacío en mi mente. Intento hacerlo todas las mañanas.
DB: ¿Rezas?
AJ: Rezo, sí.
DB: ¿A qué le rezas?
AJ: Le rezo… No, doy las gracias. Cuando rezo doy las gracias. Todo se puede transformar, todo se puede... puedes soltar todo, ¿no? Hay que soltar la forma un poco, las costumbres. Todo es posible.
DB: Estoy 100% de acuerdo. Todo es posible. El tema es cómo lo encajas en el mundo en el que vivimos donde tú no puedes llegar y decirle a X Disquera o a plataforma. Ah, ¿sabes qué…?
AJ: Pero cuando me haces la pregunta parece ser que parece que es imposible, que es difícil, ¿no? ¿Por qué sería difícil?
DB: Sí, no digo que sea difícil. Quiero saber cómo le haces, nada más. O sea, yo no creo que sea difícil.
AJ: Lo hago. No hay método.
DB: Entonces, ¿por qué? Porque luego pasa... A ver, tenemos otras veces donde alguien me dice, me empiezan a contar y me dicen “yo medito, hago esta rutina que a mí me cambió la vida, que es hacer tal cosa”, y pasa por encimita, y la gente es, “¿pero cómo le hizo? Me gustaría saber, porque lo quiero intentar yo.”
AJ: No sé.
DB: Entonces se vale decir no sé.
AJ: No sé. No sé cómo lo hago. No sé cómo lo hago. Las cosas se hacen a veces. Lo estamos hablando desde un momento ya. Lo que intento explicarte es que las cosas se hacen. Se hacen.
DB: Muy bien. Tengo que cambiar la jugada o cambiar el tema. Otra cosa. ¿Qué cosas crees que son bullshit, pero que hoy están en tendencia o la gente le da más peso de lo que debería?
AJ: La canción de la gatita.
DB: ¿Qué es eso?
AJ: Es reggaetón. Bueno, cumbia reggaeton.
DB: No la conozco.
AJ: Para mí eso es bullshit.
DB: ¿Por qué?
AJ: Pues es una canción solo para ganar dinero, para que sea un hit. Me parece una tontería, pero bueno.
DB: O sea, ¿ponerle un lado comercial a la música la ensucia? ¿Ponerle un lado o pensar un ángulo comercial para la música la ensucia?
AJ: Depende. Yo no soy muy fanático de trabajar algo artístico con una finalidad de éxito porque es solo para nutrir un ego, ¿no? Yo pienso que hay que crear para crear un fruto bello, para el puro placer de hacerlo.
DB: ¿Pero se puede separar? A ver, tomo el ejemplo The Gupaos, es lo que decías, es los Avengers. Tiene un lado, aunque no queramos ya por sí solo, tiene un lado marketingable, un lado comercial. Y si además se ponen las fotos así, se visten todos de cierto look, hacemos tal, es el lado del marketing, que no quita la parte que tú me estás diciendo que queremos hacer música para divertirnos y tal. ¿Dónde está la línea que separa o no separa desde tu punto de vista?
AJ: Mira, la cosa es que yo tengo muchos amigos artistas. Casi todos mis amigos son artistas. Como produzco a mucha gente, esa gente son mis amigos, y para ellos igual, entonces no es que dijimos “queremos puras estrellas” y todo eso. Simplemente nos juntamos y quisimos hacer algo juntos. Y ya, ahora el lado marketing vino, sí. Somos todos conocidos, está muy bien, y mejor, porque podemos aprovechar mejor y jugar mejor juntos y nos da la posibilidad de gozar mucho más, entonces usamos esto para pasársela bien, en realidad. Pero no es para ser famosos. Cada uno tiene su proyecto. Simplemente para lograr hacer esto posible.
DB: ¿La fama te atrae o no?
AJ: Sí, sí me atrae. Sería hipócrita decir que no. Obviamente me encantaría ganarme Grammys, ser aplaudido, reconocido, respetado. Sí, tengo esa parte en mí, obviamente.
DB: Y otra vez, ¿lo puedes separar de decir “vamos a producir algo, quiero ganarme un Grammy, métele esto?” ¿O lo puedes mutear en completo?
AJ: No, no, intento no hacer nada para provocarlo, en realidad. Eso viene.
DB: ¿A qué edad fuiste consciente de quién eras tú en el sentido de cómo te ven los otros, cómo te ven en el entorno familiar? A lo mejor tú te puedes acercar a algún lado y te decían “ah, bueno, pues sí, claro, pásale”. ¿En qué momento te hiciste consciente de “tengo esta capacidad” o “tengo lo que me tocó en la vida, son así, pero ya sé que esto tengo”. ¿Cómo te jugó a favor o en contra? Porque también hay presiones que vienen con saber eso.
AJ: Yo nací siendo el hijo de Jodorowsky. Eso es mi vida. No me puedo salir de esta. Entonces, tuve que aprender a vivir con esto y me creé un alter ego que se llama Adanowsky para aprobarme a mí mismo que tenía talento, que podía lograr cosas. Me costó mucho, porque antes me hablaban de mi papá, alguien se acercaba y decía “ah, tu papá” O sea, de repente en la calle a veces me dicen “un saludo a tu papá”. Ya no me enerva. Es parte de mí. Yo soy su espermatozoide, soy su cuerpo, aquí estoy. Aquí estás viendo a Alejandro Jodorowsky también, entonces, soy su parte, soy parte suya. Obviamente la gente lo ve en mí. Me costó mucho, pero después de haberme probado varias cosas ya no quise demostrar nada. Demostrar ya no me interesa. Entonces, yo me acuerdo, cuando era más joven e intentaba hacer cosas y solo veían a mi papá y me desesperaba, hasta que un momento dado, un hijo de un artista me dijo, “tú sigue haciendo y en un momento dado vas a ver que ya ni te van a hablar de eso”. Y poco a poco fue pasando que acumulas tus obras y ya después te hablan de tus obras, porque antes, al inicio no tienen de qué hablar más que de dónde vienes, entonces hay que ser muy paciente. Yo no soy ese artista así mainstream que tiene un éxito enorme, pero soy muy paciente, y a mí me parece muy bien esperar, ¿sabes? Y hacer mi cosa creando un universo. Y ya después cuando creas un universo, la gente lo entiende y viene hacia ti, ¿no? Cuando no eres mainstream.
DB: Pero ahorita me dices que te costó… El tema de la presión, una vez que dijiste “ya, esto soy y demás”, ¿cambia tu forma de crear? O sea, ¿creas desde un lugar distinto?
AJ: Sí, totalmente. Ahora las próximas obras que voy a hacer, y esto desde hace muy poco, ya no voy a pensar en que si me va a ir bien o no. Lo voy a sacar y si me va fatal no me importa, pero necesito expresar algo ya, ninguna concesión.
DB: Y esto antes no lo pensabas así.
AJ: No, antes decía voy a hacer una canción, quiero que sea un éxito, quiero que le vaya bien, voy a hacer un hit, un sencillo, porque las discográficas te piden “a ver ¿cuál es el próximo sencillo? ¿Qué vamos a sacar como sencillo?” Pero ahora me pregunto cómo van a ser mis próximas obras, no va a haber sencillo. Mira, ¿sabes qué? Te estoy viendo y tienes un parecido con mi hermano Teo. Qué raro, ¿no? Te lo juro, desde tu sonrisa. Muy extraño.
DB: No sé si es bueno o malo.
AJ: Era un muy buen chico.
DB: A ver. ¿Qué opinas del Fake It Till You Make It? Me hace pensar en El ídolo.
AJ: Sí. Cuando hice El Ídolo, el primer disco del ídolo, nadie me conocía. Y dije, “bueno, nadie me conoce, pero me voy a imponer como ídolo ya desde el primer disco, aunque no lo sea”. Entonces me vestí de lentejuelas, rockstar, lentes, empecé a actuar. Si ves mis primeras entrevistas, 2007 y todo, actuaba así como el ídolo y era toda una actuación. Y la gente se lo creyó. El diablo que imita al santo termina por transformarse en santo, entonces, si realmente lo crees, lo crees, lo crees, y estás convencido, vas a llegar a lo que tú imaginas.
DB: ¿Cómo te gustaría que te recuerden en ese sentido? Pensando en lo que estás hablando de... pues ahorita dices, haciendo lo que lo que yo quisiera, o actuando como lo que yo quisiera, termino convirtiéndome en lo que estoy actuando, pero también hablas del tema de tienes paciencia, el tema ya no estás haciendo las cosas por convencer a alguien o por quedar bien y estás haciendo un universo de arte o de obras o de ejecuciones. En 10 años, en 20 años, ¿cómo quisieras que la gente entienda esto o vea esto que hiciste? ¿Qué te imaginas hacia atrás?
AJ: A mí me gustaría morir habiendo aportado algo al mundo, a la gente y no a mí solamente. Es lo único que me interesa. Últimamente me he cuestionado eso, mi finalidad en este mundo, entonces, ya no quiero hacer arte para nutrirme a mí mismo solamente. Tiene que ser útil el mensaje que doy. Algo, tengo que dejar algo. No puedo perder tiempo ya. Tengo 43 años. Ya hice lo que tenía que hacer con esa energía juvenil de Ídolo, de Amador o de rockstar y todo eso. Ahora ya tengo que aportar nuevas cosas. Entonces, mi último disco es así y ahora voy a tener que experimentar. Ya se acabó la juventud, la inspiración juvenil.
DB: Me llama mucho la atención, porque quien te ve de fuera podría pensar que todo el tiempo fue experimento, que todo ha sido experimental y de pronto me dices “no, voy a empezar ahora sí experimentar”.
AJ: Yo soy alguien que no está satisfecho de sí mismo. Siempre estoy insatisfecho con todo lo que hago. Cada vez que saco un disco digo “pero no llegué a lo que quería llegar”. Los únicos discos donde llegué a donde quería llegar son mis soundtracks que hice para mi padre, La danza de la realidad, por ejemplo, ahí llegué a algo muy interesante porque es música clásica, son violines, es algo que no tiene forma, que no tiene coro ni verso, estrofa, es totalmente libre, y ahí encontré una expresión que me interesó mucho.
DB: ¿Pero, cómo te sientes ahorita, que me acabas de decir esto, que “no estoy tan cómodo pero ya voy a empezar a experimentar lo mío y demás”...?.Ahorita me da la impresión de que es un punto o estás en un punto de cambio, de evolución, “voy a empezar a hacer cosas de forma distinta”. O recientemente, esta claridad con la que me estás hablando, que es una claridad a la vez sabiendo de “no tengo todo claro”. Decías “estoy buscando pero ya sé qué estoy buscando, no sé qué quiero encontrar pero quiero buscar”. ¿Te ha pasado eso en varias ocasiones en tu vida? Donde hay estos momentos de claridad y decir “no, ya, ya entendí que pa acá y otra vez..”.
AJ: Cada vez que tengo una idea digo “ya encontré” y después se acabó. Por ejemplo, yo no tengo nada que ver con lo que hice en el pasado, en realidad. Ya no soy yo. Ya no soy yo. Ya no me interesa. Pero igual lo tengo que cantar cada noche, como tú dices, pero ya no soy yo, pero bueno, tengo que abrazarlo.
DB: Me das mucha paz pensando en eso porque me pasa mucho a mí de decir “vivo en el presente” en el sentido que estoy conmigo, estoy contento con quien soy, pero a la vez sé que puedo hacer más o ya lo que está ahí pudo haber sido mejor. O sea, tú lo que decías, empezamos la conversación diciendo, cuando hablabas de ver hacia ti y estar contigo y no sentirte distraído tanto por los demás y ahora no sabía que el otro no, pero también estás hablando de que nunca estás conforme y que siempre quieres un poco más y un poco más o diferente por no poner cantidad, sino un poco...
AJ: Es que no cumplí mi misión en la vida. No la cumplí. Por ahora, soy un fracasado. ¿Ves? Todo lo que hice es un fracaso.
DB: ¿Sabes cuál es tu misión? ¿Tienes claro cuál es tu misión?
Aj: No, pero todavía no sembré lo que tengo que sembrar. Y ahora, hasta ahora hice puras pendejadas, puras estupideces. Sí, me fui divertiendo, estaba en el show business divertiéndome, puro divertimiento. Creé un Walt Disney. Es una tontería todo lo que hice. Ahora es el momento de crecer. No puedo estar haciendo eso toda mi vida.
DB: ¿Qué te hizo darte cuenta de eso?
AJ: La muerte de mi hermano y mi mamá y de mi otro hermano, Teo. Creo que ya tuve una lección. ¿Cuál es la finalidad de esa existencia? Es de sembrar algo. Y no he sembrado nada. Bueno, hay unos amigos, yo he hablado de eso con algunos amigos, que me dicen “no, pero con tus canciones has cambiado cosas, has salvado vidas, han pasado cosas”. Sí, han pasado cosas, pero para mí no es suficiente.
DB: ¿Habrá suficiente? ¿Sientes que llegará un punto?
AJ: Espero.
DB: O sea, ¿crees que la gente en general todo el mundo siempre tiene esta cosa de “es que no he llegado”? ¿Crees que hay gente que dice “yo ya cumplí lo que tenía que cumplir”?
AJ: Sí, sí, hay unos que llegaron, habrá quien habrá llegado. Pocos. Hasta yo que admiro a Bowie tanto… Su mejor obra es su último disco, en realidad. Prefiero los otros discos, ¿no? Pero esos eran más sus discos de canciones y todo. Pero su último disco tiene un sentido, un sentido verdadero, ¿no? Pero mira lo que fue a dejar, ¿un mensaje bello antes de morir? No Para mí fracasó Bowie.
DB: ¿En qué sentido?
AJ: El mensaje que dejó antes de morir no es tan esperanzador. No me dejó ninguna esperanza. Yo vi pura oscuridad y eso a mí no me nutre, aunque lo admiro muchísimo.
DB: Si tú escribes algo desesperanzador y fue lo último que escribes, ¿sentirías que también sería decepcionante para otra gente? O sea, tiene que ser bueno o malo para...
AJ: No es cuestión de bueno o malo, es que te tiene que dejar un sabor de fruta en la boca.
DB: Me gusta. Voy a pasar a una parte de preguntas concretas. La pregunta es concreta, la respuesta no tiene que serlo. ¿Cuál ha sido uno de los peores consejos que te han dado en lo personal o en lo artístico?
AJ: De dejar de disfrazarme en el escenario y de ser normal y de escuchar a los demás. Si hubiera escuchado a todo el mundo hubiera estado aquí en el piso tirado, deprimido. No escuches a nadie. Hasta que ya crees tu universo, ahí sí puedes empezar a escuchar si lo necesitas, pero al inicio es muy peligrosa la opinión de los demás. Tú tienes que hacer tu cosa. Es muy peligroso. Imagínate si hubiera escuchado a ese idiota que me dice “no te disfraces, no, no hagas cosas así raras”. No hubiera sido lo que soy hoy. También me han dicho, mi profesor de piano cuando tenía siete años, “si no aprendes solfeo nunca vas a ser músico y nunca vas a lograr nada en la música”. Retiro eso porque no es bueno mandar esa energía, pero no lo escuché. Y yo logré, sin saber el solfeo, ser músico. Yo no puedo leer una partitura. Empecé a leer y ya me olvidé, ya no sé cómo se hace. Yo conozco los acordes. Me dicen un fa menor, el séptimo, eso sí lo sé hacer, pero no conozco el solfeo, entonces mira, soy músico, toco cuatro instrumentos.
DB: ¿Cuál ha sido uno de los mejores consejos que te han dado?
AJ: El mejor consejo que me han dado… Tendría que pensarlo, pero podría ser… Hablábamos de instinto, me dijeron “sigue tu instinto”.
DB: ¿Qué es un consejo que tú antes dabas como un buen consejo, pero que ya no darías?
AJ: De no escuchar a nadie.
DB: Tú dices que no escuchan a nadie también.
AJ: Sí, digo que tienen que escuchar a las personas.
DB: O sea, ¿hoy dices que escuchen o que no escuchen?
AJ: Ahora estoy diciendo que escuchan. Que acabo de dar un consejo antes que no, me contradigo.
DB: ¿Qué es algo que la gente no sabe de ti, pero que si supieran le sorprendería?
AJ: Estoy circuncidado. Tengo una fuerte adicción al azúcar. Logro no comer azúcar, pero me encanta el chocolate. Y hay un chocolate que se llama HU, de hazelnut, que me encanta, que solo encuentro en Estados Unidos. Entonces, cada vez que alguien va allá le mando a comprar 10 barras de chocolate. Me encantan los gatos también, a mí me gustan mucho los gatos. Siento que los gatos son curanderos. Aquí en México desprecian mucho a los gatos. Son más de perros. Me gustan los perros también, pero hay algo en el gato que encuentro maravilloso. Por algo eran dioses para los egipcios.
DB: Es como si siempre supieran algo, como que algo saben que no te dicen.
AJ: Sí, sí. Y hay ese mito de que el gato es malo y todo, pero no. Mi gato cometa, se llama cometa, cuando estoy enfermo viene aquí, se me pone en la panza, me viene a cuidar. Cuando no estoy me extraña, llego a la casa y entonces lo tomo ahí y tenemos una interacción interesante. Cuando me siento triste ahí está. Son maravillosos. También es como la infancia, es como un peluche al mismo tiempo y yo duermo con mi gato, me encanta dormir con mi gato.
DB: ¿Qué opinión tienes que poca gente comparte contigo?
AJ: Ay, no sé, no sé, la verdad, si te dijera ahora las cosas que opino yo creo que habría problemas. Sería raro. Obviamente no tengo pensamientos de dictadores o de pedofilia o esas cosas, no, por supuesto que no, tengo una moral, pero intento liberarme completamente del pensamiento social. No soy nada político. La política siempre va mal. Se habla de la esperanza y tal, pero cada presidente es igual. Igual. El mundo va cambiando, sí, va cambiando, las cosas van a evolucionar, obviamente. Hay cosas que cambian, pero esa realidad de política, del dinero, de los pasaportes, de los periódicos, los diarios, la economía... Es terrible, como si fuese la única realidad. Y después, ¿por qué cuando vas al campo te sientes libre, te sientes bien? Porque estás totalmente fuera de eso. Ves una planta. Ves el mar. Ves el horizonte. Eso ya no existe. Eso es una realidad. Es otra realidad. Y ellos no son dueños de esa realidad. Yo pienso que cada presidente debería ser un santo, no un abogado, pero desgraciadamente son puros abogados, tontos, estúpidos, que están gobernando el mundo cuando hay gente tan bella que podría serlo. Pero la gente bella es tan bella que no les interesa gobernar un mundo, porque no tienen un ego tan apestoso como ellos.
DB: Libro, película, documental, serie, cualquiera de estos, no tienen que ser todos, pero que haya marcado un antes y un después en tu forma de ver el mundo.
AJ: Get Back.
DB: ¿De The Beatles?
AJ: Sí, para mí hubo un antes y un después cuando lo vi Porque siempre tenía la duda de saber cómo era en la vida cotidiana. Me encantó ver eso. Yo diría que John Lennon fue un personaje que a mí me ha transformado mucho, que me ha acompañado toda mi vida. Creo que sí, creo que John Lennon.
DB: ¿Alguna más? ¿Alguna cosa más? ¿Algún libro?
AJ: Sí, Castaneda también. Viaje a Ixtlan me gusta mucho. También podría decir Ouspensky, que era el alumno de Gurdjieff también. Y bueno, algunos libros de autoayuda por ahí que también me han servido, los de aeropuerto.
DB: ¿Tienes alguno en particular?
AJ: Pues el que todo el mundo leyó, El poder del ahora. Es realmente un libro de aeropuerto, para señoras y señores también. Pero no sé, algo me quedó de ese libro. Yo creo que en todo el mal gusto puedes agarrar algo. Por eso veo serie B. Veo muchas películas malas porque cada vez que veo una película mala, algo me inspira, entonces no hay que rechazar el mal gusto porque siempre vas a encontrar algo.
DB: ¿Qué es algo que tú ves hoy mucho? ¿En qué te fijas? ¿Qué consumes en cuanto a si estás usando una plataforma de streaming o en redes o demás? ¿Qué es lo que normalmente ves? Entiéndase a personas, medios de comunicación. ¿De qué te alimentas entre comillas? ¿Qué consumes día a día para entretenerte, para aprender?
AJ: A veces pienso demasiado que veo los videos de peleas en Facebook. Esos videos donde hay el bouncer que se pelea con un tipo en la calle y lo echa y se desmaya o los policías que paran a alguien y que en realidad era el otro. Eso me encanta. Me gusta ver como el policía se equivoca también. Esas tonterías me gustan de repente. Eso me relaja. Pero es un poco malo para mi mente ver eso. A veces lo veo. No sé por qué. También leer. Me gusta mucho leer. Así me alimento. Y en las redes no sé. Cuando empecé a usar TikTok empecé a ver todo. Empezaron a salir mil cosas y dije “pero eso es súper entretenido”. Y ya después me aburrió, entonces veo YouTube, videos, documentales.
DB: ¿Qué es lo que más usas? ¿YouTube?
AJ: Veo documentales en YouTube. También tengo una aplicación que se llama Gaia, entonces veo cosas sobre los extraterrestres también.
DB: ¿Crees que existen?
AJ: Sí. Estaría loco pensar que no. El universo es infinito. Imagínate los millones de galaxias que hay y de soles. ¿Cómo no va a haber otra vida? Y la prueba de que la vida existe. Estamos aquí. Nosotros somos extraterrestres.
DB: ¿Cuál es el último documental que viste que estuvo chido?
AJ: El último documental que vi es un documental sobre Paul McCartney y Linda, sobre los dos. Eso lo vi en YouTube también. Muy bonito. Hay muchas cosas que no sabía de ellos dos.
DB: Cuando escuchas ese tipo de historias, ¿qué piensas? O sea, ¿”Órale que padre”? ¿O te llevas algo a tu vida también?
AJ: ¿Llevo algo a mi vida? Sí. Esa es pura alimentación, es información, es pura información. Como que no... Al final me quedo con información, pero no aprendí algo para mi espíritu.
DB: ¿O no te sientes motivado? ¿O no te sientes de pronto... O sea, estaba viendo... Acabó mal o va mal Kanye West, pero empecé a ver el documental y ves cómo empieza y está buscando una oportunidad y te inspiras. Me siento motivado y qué chingón. Estuvo luchando y llegó a algo, no sé dónde va a acabar. Pero no sé si te pasa a ti algo similar, que empieces a encontrar paralelismos en tu vida y que digas “ah, yo también puedo o tal”.
AJ: Sí, sí. Me da mucha curiosidad saber si hay un Dios o no hay un Dios. Todos llegamos al mismo punto que hay uno. Hasta Einstein, Freud, Jung, todos llegan a la conclusión que hay una conciencia. Es que no puede ser. Todo está tan bien hecho. No puede ser. No es un accidente. Entonces, tengo fe.
DB: ¿Cuáles son las lecciones más importantes que te dejó tu hijo o que te ha dado tu hijo?
AJ: Entender que es un niño y que está descubriendo la vida y el mundo. Yo lo tengo que educar a través de sus ojos y no a través de los míos.
DB: Y de todo lo que has vivido, esta es tu última pregunta, tanto en lo personal como en lo laboral, has tenido un montón de aprendizajes. Si tuvieras que quedarte con tres aprendizajes que quisieras tener siempre presentes, ¿cuáles serían? Tres aprendizajes como tu brújula.
AJ: A ver. No preocuparse por el dinero... No, pero eso es muy malo de mi parte decir eso, porque hay gente que se muere de hambre y que sí necesita el dinero. Pero esa es la sociedad que hace eso, que crea a los pobres. Entonces yo retiro esto porque no tiene mucho sentido lo que digo, estoy en una posición cómoda, entonces no es bueno decir eso. Entonces yo diría trabajar su mente, nunca perder la inspiración y no perder el niño interior que uno tiene, no perder esa fe.