Sept. 4, 2023

Dominar el ego, respetar tu trabajo y rodearte de la gente correcta | Álvaro Rico | 303

La madurez de Álvaro Rico, actor español, no es propia de un ‘chaval’ de 27 años. O quizá sí, una vez que se conoce el trasfondo de su forma de pensar y de ver el arte y la vida. La estrella de Élite nos acompaña en DEMENTES para hablarnos, desde una perspectiva muy particular, sobre lo que cree que deberían ser las profesiones artísticas, el respeto por el trabajo, la importancia de rodearse de gente que te aterrice, atreverse a dudar y mantenerse coherente con uno mismo.

Te dejamos algunos enlaces para complementar el episodio:

Instagram de Álvaro 

Teaser de la obra de teatro Dribbling, protagonizada por Álvaro 

 

Estas obras marcaron la vida de Álvaro:

Libro El principito, de Antoine de Saint-Exupéry 

Película La gran belleza, dirigida por Paolo Sorrentino 

 

4 datos sobre Álvaro:

  • Es originario de la Puebla de Montalbán, en Toledo, España
  • Estudió en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD), en Madrid
  • Además de las series, ha incursionado en el teatro y el cine
  • Se hizo conocido mundialmente por interpretar a Polo en Élite

 

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Diego Barrazas: Instagram & Twitter

Transcript

Diego Barrazas: Álvaro, bienvenido a DEMENTES. Gracias por estar aquí.

Álvaro Rico: A vosotros.

DB: Cuéntame, me da mucha curiosidad, cuéntame sobre Nueva Era, sobre cuando hacías estas presentaciones en las plazas. Desde ahí ya traías esta cosa artística. O sea, me sorprende porque es un pueblo, no hay mucho más... No sé, ¿qué pasaba por tu casa en esa época? ¿Te recuerdas?

AR: ¡Guau, tío! Creo que es la primera vez que me preguntan sobre esto. Es bonito, ¿eh? Me refiero, es que esto... Esto empezó casi como una especie de actividad extraescolar, por llamarlo de alguna manera, en la que mis padres estaban involucrados, igual que estábamos involucrados con el tema de la música, porque mi tío es guitarrista, aunque no se dedica profesionalmente a ello, pero mi primo que tiene la misma edad que yo vino también a Madrid a estudiar conservatorio de guitarra flamenca. O sea, es una familia… Y te diré que hasta un pueblo, que siendo un pueblo, que esto es algo muy extraño, sí tiene algo como... Con el paso del tiempo, yo he visto que es un pueblo un tanto especial, un pueblo que emana mucha cultura. De allí es, por ejemplo, Fernando de Rojas, que es el autor que termina de escribir La Celestina. Es natal de La Puebla de Montalbán. No sé, es algo místico lo que te estoy contando, pero yo creo que algo tiene que ver. Entonces, siempre el mundo del arte, del teatro, de la música, recuerdo hasta carnavales. Todo era un tanto especial por allí, por mi pueblo. Y luego había otros, por ejemplo, alrededor que no tenían, digamos, esa actividad cultural que siempre ha tenido mi pueblo. Entonces, seguramente, bueno al 100%, hoy seguramente soy quien soy porque al final nací en ese pueblo con esa actividad cultural. Si hubiera nacido en el pueblo al lado, seguramente sería otra cosa.

DB: O sea, ¿cómo era? ¿Qué hacían la demás gente de toda en esa época? ¿Como situabas en ese pueblo para que tengas ese contexto? ¿No era como “vamos al cine o al mall” o no…?

AR: No, no, realmente era un pueblo normal en el que los niños jugábamos en las calles, jugábamos al fútbol, yo jugaba al fútbol, donde... Bueno, este tipo de...

DR: ¿Qué aspirabas, o sea, qué tipo de trabajos tenía la gente ahí?

AR: Uf, pues mira, es un pueblo de mucha agricultura, es un pueblo con ganadería, es un pueblo muy rural, te diría. Es complicado de explicar porque contrasta con lo que te he contado anteriormente, que también, al mismo tiempo, emanaba cultura. Es que, aunque es un pueblo donde hay mucha ganadería, mucha agricultura, una cosa... Un pueblo muy rural, muy de la España profunda, te podría llegar a decir, había como destellos, gente, más bien, círculos de gente o entornos, que es por los que yo me he movido gracias a mi familia, donde había otras curiosidades.

DB: ¿Estos entornos eran atípicos o todo era igual?

AR: Atípico para el que no estuviera dentro y típico para el que estuviera dentro. Claro, yo lo viví como algo típico porque yo he ido a clases de guitarra con cinco años. Claro, a lo mejor mi vecino, que nada tiene que ver... ¿Por qué iba yo a clases de guitarra? Porque mi tío daba clases de guitarra. Es un poco ese azar de que estás en esa familia y seguramente si hubiera estado en la del vecino, que su tío no era guitarrista, nunca hubiera hecho guitarra.

DB: Sí, pero mi duda va a ser... Si dijeras, ok, de 100 personas, que son las que viven, por decir algo, en el pueblo, si fueran 100, ¿cuántas representaba la gente de estos círculos?

AR: No sé.

DB: ¿80, 50, 20?

AR: Sí, no sé. Te entiendo, te entiendo. No sé. Seguramente no llegase al 50-50, haríamos, no sé, un 30%. No lo sé, no sabría contabilizarlo. Es lo que te digo. Yo creo que es la suerte de que por parte de mi familia sí entraba a ese círculo o si había esas curiosidades. O sea, yo estaba en el coche y recuerdo ir en el coche con mis padres o con mis primos y, claro, no era la misma música que ponía cuando me iba con un amigo, que ponían sus padres, que era cualquiera. Pero en mi casa había curiosidad por el flamenco, se escuchaban cantaores anteriores a Camarón de la Isla, que a lo mejor te suena. Cuando me reunía con amigos de mi tío, se hablaba de cine. Luego, en mi vida ha habido personas como María Elena, que es una profesora de teatro, maestra, actriz, directora, de Cuba, de La Habana, que ha estado allí en el pueblo y que yo al conocerla con 15, 14, incluso antes, pues cambia mi vida. Las conversaciones que yo tengo con ella son conversaciones de teatro, descubro a Chéjov, descubro a Stanislavski. Siembran en mí unas curiosidades que es lo que, bueno, con el paso del tiempo han creado este monstruo. De alguna manera, esta cosa de un chaval que decide venir a Madrid y querer ser actor. Seguramente, si todas esas casualidades no se hubieran encontrado, pues seguramente hoy sería otra cosa.

DB: Claro, a ver, incluso aunque sí lo hubieras buscado, tal vez...

AR: Exacto, no se hubiera dado. Yo recuerdo que cuando yo vine a estudiar a la RESAD de Madrid con 18 años, yo recuerdo que la primera vez que alguien me habla de esa escuela y de la oportunidad de irme a Madrid a estudiar, a empezar a dejar esta cosa del teatro que era como un hobby y profesionalizarme, fue María Elena de Ardes con 15, 14 años. Si esa persona no hubiera estado en ese lugar de la tierra, pues seguramente no hubiera acabado…

DB: O no te hubiera dicho “existe otra cosa que puedes estudiar”. 

AR: Pues tal vez hubiera estudiado otra cosa que estaba en los planes de mis padres o amigos.

DB:  Por ahí también mucho mi insistencia en la pregunta que te decía antes, no es lo mismo cuando estás en un lugar como Madrid donde a cualquier escuela o actuación que te acerques habría dicho “oye, pero aquí está esta” y en el círculo que te muestras todos están en el mismo canal y saben hacia dónde va. Pues en esos lugares tuvo que tocarte algo de suerte para que... O sea, tu interés y tu talento han estado con suerte de que alguien te dijera “existe esto otro que hoy no conoces a lo que se puede estudiar”.

AR: No sé, nunca me he puesto a hablarlo así como estoy haciendo ahora contigo sentado. Porque es un proceso que tú vives de forma natural, casi sin darte cuenta. No es algo que yo tenga ni estructurado ni pensado ni es ningún objetivo. Es casi como que la marea te está llevando a ese lugar y tú te dejas ir y es tu pasión y lo que te gusta. Pero yo realmente no pienso como una persona adulta, entre comillas, de decir “oye, quiero dedicar mi vida a esto” hasta que casi no tengo 17 años que uno decide un poco... Es el momento en esta cosa de que estudias. Sales del bachillerato, del instituto y necesitas tomar una decisión. Realmente hasta ese momento no me lo planteo como algo realmente de decir “oye, me voy a probar suerte”.

DB: Sí, es porque te has obligado un poco a “es momento de hacer algo”. Mientras tanto estás... Bueno, he visto que hay dos formas de pensarlo. Uno es como esta onda de a dónde quiero llegar y a dónde quiero ir y tal, y otra cosa es saber lo que ya tienes dentro y poco a poco ir dejando florecer. Por ejemplo, una flor o una cosa naturalmente crece y a dónde va a crecer y se va a desenvolver como se va a desenvolver y listo. Y lo tuyo es un poco... Me imagino, me corregirás si no, que ha sido más bien esta cosa de ir jugando e ir explorando a lo que quieres.

AR: Sí, sí, absolutamente.

DB: Porque incluso sé que no eres una persona que está todo el tiempo... O sea, a ver, con Élite igual, tú fuiste hasta arriba y no eres alguien que está buscando capitalizarlo y no quiero desaprovechar el momento y quiero que me vean en todos lados y quiero que se vean pareciera como... Bueno, esto está, lo disfruto. Y ahora qué otra cosa quiero jugar, ¿no? ¿Y ahora qué sigue?

AR: Sí, yo creo que... Bueno, es la manera que yo tengo de entender la profesión. Yo creo que he tenido mucha suerte con la gente que me ha estado rodeando en todo momento. Desde mi adolescencia y seguramente también desde que empiezo mi carrera profesional de verdad y en serio y con esto de Élite y todo, siempre me he rodeado de personas que creo que me han aconsejado muy bien y que han sabido en todo momento tener una visión de madurez, de conocimiento de la industria que tal vez yo... Bueno, que no tenía y que tampoco tenía que tener. No, claro, tú no puedes adquirir, yo qué sé, 40 años de experiencia si... Bueno, no los tengo. Tengo veintitantos. Entonces, yo creo que eso me ha hecho muy bien. Y me ha hecho muy bien tener a mi alrededor a gente que ama la industria casi como una cosa... Fíjate, casi un poco como esa cosa que me suena antigua porque lo veo muy poco en la era actual donde prima... Bueno, el business, el mercado, el no sé qué. También ahora con toda esta vorágine de redes sociales en la que uno parece, parece que tiene que estar continuamente haciendo contenido porque es que si no ya no estás en la onda. Y las plataformas de streaming hicieron que sintieras que tiene que salir una serie nueva todas las semanas. Entonces, yo vengo de otras cosas, yo vengo de personas a mi alrededor, familia y gente de mi equipo que me dice “oye, pues sí, mira, puedes ver esta nueva serie que ha sacado quien sea de plataforma o puedes ver lo que hacía Sorrentino en el año tal y entender realmente de dónde van a hacer esto, entender una visión particular”. O sea, yo creo que he ido de alguna manera... Mira, es como cuando tomas un buen whisky. Al principio que tomas un buen whisky es como que el paladar y tú dices “qué asco es esto, qué fuerte está”. Más que sabor tienes sensación. Lo repudias, dices “no, qué mal”. Pero como que si le das la oportunidad de un segundo trago, un tercer trago, uno aprende, educa el paladar. Entonces uno aprende a saber diferenciar un buen whisky de un whisky común. Pues hay un poco así, uno tiene que educarse también en lo que ve. No todo es... Uno tiene que, de alguna manera, para poder luego armarse un buen criterio, hay que educar a la vista, hay que educar a lo que ve. 

DB: O sea, el buen gusto se tiene en parte por estar expuesto a muchas cosas. 

AR: No sé lo que es el buen gusto, porque luego entran cosas subjetivas… 

DB: Pero me refiero, entre más… Si yo nada más he visto este tipo de planta, que no tengo otras referencias...

AR: Pero esto yo lo aplico a todo en la vida. O sea, es como todo, el que solo come hamburguesa, tu cuerpo pide hamburguesa. No va a pedir jamón. Pero si tú a tu cuerpo le das jamón, jamón bueno, rico, y luego la hamburguesa, estoy seguro que pedirá más jamón que hamburguesa. Pues eso con todo. Lo que yo creo es que, y lo que creo que hace daño es que a veces se da como bueno cosas que realmente no son buenas. Entonces, creas una... Una distorsión de lo que realmente es... Yo no sé que cada uno piensa “esto es bueno, esto es malo, esto es regular”, pero cuando damos como algo bueno, algo que no es bueno, los criterios cambian en mi opinión para mal, y todo es una distorsión. Entonces, ya se habla de que eso es ese tipo de música cuando no es ese tipo de música, esto lo decimos que es un drama de no sé qué, cuando no tiene nada que ver. Es como que hay un poco de distorsión de los criterios que a veces me sorprende.

DB: ¿A qué crees que se debe eso?

AR: Yo creo que a la falta de… Es lo que te digo, hay que educar en todos los sentidos. Además, a mí me apetece lo que a la gente no le apetece. Se lleva esto, esto es lo que mola, esto es lo bueno. Aunque esto no se lleve, no quiere decir que sea lo malo. Incluso a lo mejor es mejor.

DB: Te lo pregunto porque yo he visto, pienso similar en algunas cosas sobre otros músicos o artistas recientes, pero como la gente que se cuelga a un movimiento y “wow, y lo que dijo y tal”, y lo agarran pero no por la razón correcta. Hay una cosa adicional. 

AR: Ya, ya. Es que yo creo que nunca… Aquí es imposible, que estamos teniendo un debate sobre descubrir cuáles son los verdaderos cánones y es imposible, tío.

DB: ¿Cómo llevas eso a tu forma de trabajar? O sea, ¿cómo tú tratas de respetar esta historia o tradición de las diferentes disciplinas en las que estás involucrado para hacerlas en tu trabajo para que no digan “ese güey no es actor”. Así como dices “eso no es flamenco”. 

AR: No lo sé, tío, porque yo mismo cada vez que hablo sobre alguien, sobre estos debates, que son debates profundos y que seguramente ni yo mismo tenga a día de hoy bien definido todo, mis gustos, mis criterios y es muy difícil. Es muy difícil. Yo siempre digo lo mismo porque es lo que realmente intento en mi soledad, en casa, lo que yo intento es intentar hacer lo mejor posible mi trabajo, intentar ser mejor actor con el paso del tiempo. Pero bueno, esto que digo al final tampoco lo veo... No lo digo como algo extraordinario por ser actor. Entiendo que también pues si mi padre pone cafés, pues entiendo que le apetezca poner cada vez mejor el café. Es que esto debería ser así o al menos ahí está la ilusión de uno con su trabajo. Pues intentar desarrollarse, intentar ser una mejor versión de sí mismo y por supuesto intentar crecer, crecer como actor, crecer como persona, que seguramente en mi caso van ligadas, a veces uno cuando crece como persona seguramente tenga mayor verdad en pantalla. Y no sé, estar en historias que te apetece contar y seguramente a veces estarás en historias que son alucinantes y que tú quieres estar ahí y luego en otras pues no tanto y no pasa nada porque esto no va siempre de estar en el proyecto más increíble. No es así, seguramente estés haciendo cosas que te apetezcan menos que otras, pero bueno uno tiene que sobrevivir y es hasta bonito hasta cuando no te toca un proyecto en el que te emocione, pero es que es parte de tu desarrollo, es parte de tu carrera. Wow, bueno quien tenga la suerte de diseñar una carrera perfecta solo de no hablo de éxitos, hablo de historias que digas wow. Luego que sean un éxito es otra cosa. Es otra cos. Pues hombre sería alucinante, pero estoy seguro que la mayoría, por no decir casi todos, pues no es así. Habrá proyectos muy guays en tu vida profesional y proyectos que diga bueno esto fue un poco más lo hice porque lo tenía que hacer o lo hice porque tengo que pagar las facturas de mi casa, en fin.

DB: Me quiero regresar nada más a algo que ya no tocamos. ¿De dónde venía o de dónde crees que viene esta inclinación de tus papás por las artes, por la música y acaban ya a la panadería cuando estaban...?

AR: Bueno, han tenido varios trabajos.

DB: ¿Tienes hermanos?

AR: Tengo un hermano mayor. No, mis padres, o sea, cuando yo era muy pequeño mi padre trabajaba en una fábrica, mi madre trabajaba en casa pero hacía como las gasas de hospitales y todo esto, ella las remallaba y tal. Y así estuvieron como muchos años, muchos años y luego ya mi padre cuando se sale de la fábrica empieza… Como siempre ha sido muy emprendedor, siempre ha habido ahí una especie como de querer siempre… Bueno, momento difícil, no hay problema, se emprende, se comienza un nuevo proyecto, eso siempre lo veo en mi casa y tal vez eso también lo haya yo aprendido. O sea, de alguna manera hay veces que cuando uno no da con la tecla o no están viviendo un momento apabullante, profesional o no tiene proyectos, creo, creo que a veces lo llevo un poco bien, un poco solo porque nunca lo llevo bien, pero yo creo que es por eso porque siempre hay algo ahí como que tengo ya instaurado de decir vendrán cosas nuevas o solo se necesita tiempo o si no pues empezaremos a crear nosotros, nunca ha habido una cosa como de nos hemos quedado en la nada y esto se nos cae encima. En mi casa nunca ha habido esa sensación, siempre ha habido de ok, o sea, se va bien, se va mal, se empieza de cero, pues se empieza de cero, se empieza a crear de nuevo, es así. Si uno tiene ese miedo o no existe esa onda de ya nos quedamos aquí y... Al menos yo nunca lo noté, si mis padres lo han llegado a tener es una pregunta que habría que hacer a mis padres.

DB: Sí, pero si tú lo percibías, si a ti no te dejaban percibir eso, pues...

AR: Exacto, o lo hicieron muy bien para sus hijos o es que realmente ellos sabían una cosa de a otra cosa y seguimos y seguimos para adelante, siempre ha habido eso.

DB: Ok, ¿tus amigos con los que te juntabas eran con los que te venían a hacer los cortometrajes?

AR: Sí, ¿hablas del teatro?

DB: No, un cortometraje donde estás disparando a unas latas de tal y que luego la escena final...

AR: En mi pueblo, que ahora ya eso creció y ya casi está más en la ciudad de Toledo, que es como la provincia, mi pueblo no sé con qué edad tendría yo pero se crea un festival de cine, de cine y literatura realmente, porque al principio, no sé ahora si siguen siendo tan estrictos con eso, pero sé que antes era siempre como que se llevaban películas que estaban basadas en una novela literaria o en un guión literario o algo así. Entonces dentro de ese festival de cine, que volviendo un poco a esos destellos de zonas atípicas que decíamos antes de gente que tenía esta curiosidad por el cine, por la literatura, por el arte en definitiva, pues yo hice ese cortometraje. Era muy divertido porque recuerdo además que no había guión escrito, todo lo que se habla está improvisado, simplemente venía el director, era como una especie de experimento. Yo no conozco al director, no era de allí, vino como con el festival y recuerdo que me decía pues tú estás aquí con tu colega.

DB: ¿Cómo llegaste a él? O 

AR: No, pues ¿sabes qué pasa? Que yo siempre estaba metido ahí en el meollo del festival, yo ya hacía teatro dentro del festival, hacía teatro de antes, de hecho llegué a presentar una gala dentro del festival y luego cuando ya crecí más presentaba las galas de premios y demás. Que realmente no era como un presentador al uso, era una especie de showman. Hacías teatro, presentabas la gala, hacías un poco de todo y me lo pasaba muy bien. Pues supongo que dentro de ese taller buscaban un actor y los propios organizadores eran mis amigos. 

DB: ¿Esta presentación de teatro era la que un amigo tuyo organizaba, que te invitó? 

AR: Eran amigos como un poco de la familia, pero amigos de mi padre. Yo vivía una vida un poco de adulto. 

DB: Siempre te has relacionado con gente más grande, ¿no? 

AR: Sí, esto me lo dicen mucho mis propios amigos, mis padres ahora. Sí, yo tenía mis amigos que cuando yo tenía 12, 13 años, mis mejores amigos tenían 5 o 6 años más que yo. Entonces yo llevaba casi...

DB: ¿Por qué?

AR: Pues era una cuestión... No sé, se daba de manera natural.

DB: ¿Por qué crees que veían en tío tú que veías en ellos a diferencia de..?. Porque también, si tienes un amigo que es 5 o 6 años mayor que tú, a esa edad se nota mucho la diferencia y es como “ahí viene el niño”. Tendrías que ser alguien interesante para ellos para decir “oye, pues sí, que venga y que no sea una…”

AR: Pues supongo que me lo tomaré como un piropo.

DB: ¿Tú crees que veían en tí o por que decían “tráete al niño”?

AR: Sí, pues sí, seguramente... Sí, es que claro... Habría que preguntar a los de fuera. Yo desde dentro, desde mi yo... Nunca me planteé esas cosas, para mí era lo natural. O sea, para mí lo natural... Cualquier sábado con qué, 13, 14 años, incluso menos, pues mi sábado normal era levantarme a las 8 de la mañana con mi padre, con mi hermano, coger la furgoneta, irnos al pueblo que tocaba hacer teatro, montar el decorado... Ese era mi sábado normal. Entonces entiendo que puede sonar algo extraordinario, pero para un chaval que es lo que ha visto desde muy pequeño, pues para mí no lo era. Era lo normal. Lo normal era ir a hacer teatro porque hacíamos giras. Lo normal es que luego me iba con mis amigos y sí, tenían 6 años más, o me ponía a hablar de cine con un señor mayor... Yo no tenía ni puta idea, ¿eh? Yo simplemente estaba ahí y escuchaba. Hay un dicho en España que es oír, ver y callar. Oír, ver y callar. Pues supongo que es lo que hacía.

DB: Eres muy curioso en general. Me imagino que desde ahí puede llegar a ser eso, porque preguntas todo.

AR: Sí. Ahora ya pregunto menos. Y echo mucho de menos aquella época. Lo hablaba con mi pareja, porque... ¿Sabes qué pasa? Que cuando todo está por descubrir, yo me acuerdo que... O sea, yo me acuerdo de ver en el Teatro Rojas de Toledo, una compañía, no sé si era Morboria Teatro, una de éstas, o... La primera compañía profesional de teatro que yo vi en el teatro y dije... O sea, había algo en mí como diciendo “¿esto se puede hacer? ¿Con esta calidad?” Era como algo increíble. Te prometo que estaba fuera de mi concepto del teatro y del actor. Y me da mucha rabia porque ahora que estoy en esa parte del backstage, como que hay pocas cosas que te empiezan a sorprender. Es como los magos, que ya sabes cómo es el truco. Entonces... Yo recuerdo, pero no hace mucho tiempo, recuerdo estar en la escuela de arte dramático, ver los Goya. Y esa noche para mí era absolutamente mágica. Era yo solo en mi habitación de estudiante con otros cuatro que compartía piso, pero yo quería estar solo en mi habitación, que nadie me molestase, pedía una pizza y me estaba las cuatro horas de Goya. Y todo era fascinante, todo era pensar “¿cómo cojones eso se hacía así? ¿Cómo se arma esto? Y fíjate, ahora hay un punto que dices tú “me da pereza ir a no sé qué”. Es como que cuando descubres cómo se arma todo dices tú... Como que perdí... Me entiendes. Me jodieron el truco de magia. O incluso sabes también cosas de... Incluso cosas que me han defraudado. Que eso pasó tal o... Conozco la conversación detrás de esto y no fue así como... Y digo... Yo siempre tengo ese punto siempre como de... Estoy un poco siempre volando y siempre me imagino que las cosas son más espectaculares de lo que luego suele ser la vida real. Esto me auto engaño. Me imagino. Con todo, me dan un guión y me hablan de una historia pero no sé nada más. Voy a hacer un casting y yo me imagino que es wow, pues esto seguro que es de aquí, de acá de la hostia. Y luego digo bueno, está bien, pero no es lo que yo me imagino.  

DB: Tienes esas decepciones por esperar más de las cosas. Esa expectativa de voy a llegar y el plato va a ser de no sé cómo más profesionales y... 

AR: Otra cosa es que yo, pues tal vez te armas una fantasía de mi misma profesión que hay cosas, tesoros que tú no quieres, que quieres mantener ahí, que tengan esa magia, esa fantasía. Como denotar que estás haciendo realmente algo que es especial. Al menos a mí me haces... Quiero creerme eso. Y luego, pues hay otras cosas que dices tú “bueno, pues…”

DB: ¿Qué tipo de cosas? ¿Qué tipo de cosas son las que te refieres que...? O ¿en qué parte de tu trabajo todavía encuentras esa magia o esa ilusión?

AR: Pues… En la soledad de tu casa preparando un personaje. Porque solo tú vas a decidir... Por mucho, yo he trabajado con coach, preparando personajes o preparando casting. Y me sirve mucho. Pero al final yo me doy cuenta de que al final eres tú al final el que va a decidir el cómo. Esa sensación de estar creando algo absolutamente particular, la tienes tú, no la tiene nadie más. Quiero creer, sin dar demasiada purpurina a veces a lo que hacemos, porque ya de por sí ya lo tiene. Pero sí, me apetece creer, fíjate lo que digo. No sé si me lo creo, pero me apetece creer que sí que es especial poder estudiar de alguna manera al ser humano para poder luego entender a un personaje que me dan en un guión. Me apetece creer que eso es especial, que eso es un trabajo que no tiene seguramente el de al lado, que va, ficha, pone el café y se pira. Me apetece creer que al menos esto que yo estoy realizando tiene una sensibilidad que seguramente no tenga casi ninguna profesión. Yo estoy enamorado de mi profesión. Yo no sé si...

DB: Creo que sé por dónde vas porque, por ejemplo, de pronto escuchas conversaciones como de, mira, ahorita es ensayar, haz esto, esto y esto y avanzamos. O como estos... Eso es con lo que tú luchas, un actor lucha con todas esas cosas de un rodaje. Un rodaje va rápido, un rodaje hay que hacer, empaquetar, que quede bien y listo. A veces te puede agradar como de, a ver, no te esfuerces tanto, te van a tener… En las novelas, por ejemplo, en México te ponen un apuntador y es como “a ver, dale así, no te preocupes”, pero es luchar un poco contra eso y poder hacerlo como tú lo quieres.

AR: No, no, vamos. Eso, fíjate, lo del apuntador lo sabía porque no sé si alguien me lo dijo como que se hacía en otros países y tal. Para mí eso es un... No sé. El trabajo del actor es otro. Me gustaría creer que no soy un papagayo que repite lo que me dicen y le pongo una vocecita que queda bien. Vamos, me encuentro a las antípodas de eso. Es otra cosa. El trabajo no es todo trabajo, es otra cosa. Tiene que ser otra cosa porque eso otro, bueno, pues supongo que se hará o se hace y... Pero eso es otra cosa.

DB: Perfecto. No es... Voy a regresar a lo que estabas hablando porque te interrumpí cuando empezaste a contármelo, de que llegó este director a hacer un cortometraje y que no había guión. ¿Qué fue para ti esa experiencia? ¿Habías hecho un cortometraje?

AR: Nunca, nunca. No, pues yo pensaba que... Salí de ese corto diciendo “no sé dedicarme a esto, soy malísimo”. Sí, porque claro... Bueno, pues al final... No sé, yo decía todo el rato las cosas que se me imaginaban pero claro, imagínate la inseguridad bestial o decir “¿qué cojones estoy haciendo? Sin un guión, ¿qué estoy diciendo? ¿Esto estará quedando bien? Esto es horrible, seguramente”. Recuerdo, por ejemplo, el primer casting que yo hice aquí en Madrid ya con mi manager de hoy en día que yo estaba aún estudiando en la RESAD. Yo recuerdo ir al casting, se me olvidó todo. O sea, de los nervios que tenía se me olvidaba el texto. Fue horrible. Y yo salí y dije a todo el mundo oye, no valgo para esto. Soy malísimo y no me van a coger nunca. Horrible. Horrible. Digo, se me ha olvidado el texto, no me acuerdo de nada.

DB: ¿Te dieron retroalimentación ahí mismo o no te dijeron nada?

AR: No, no, mi rep se rió. Ahora ya uno entiende, ¿no? Se rió y de hecho me dijo algo así como “pues que sepas que a la directora de casting le pareció chula la prueba”. Y yo “¿qué?, imposible”. Yo se lo decía otra vez, una y otra vez, “imposible, esto ha quedado horrible”. Luego bueno, luego uno pues como todo también va aprendiendo a hacer pruebas, va cogiendo confianza, va enterándose de qué va esto. O sea, no sé, yo al final he aprendido a rodar, como lo que viene siendo los mecanismos de rodar y rodando. O sea, uno se da cuenta que esto no es “espérate, que estoy creando la libre creación”, que esto también tiene unos parámetros y unas cosas y que el director te dice “vas aquí y ahí párate, que es donde tengo la cámara, para decir tu frase”. Uno tiene que aprender a, con esas cosas tan absolutamente técnicas, cumplir lo técnico y aún así poder tener una cierta verdad en lo que estás diciendo y poder... Claro, yo eso lo aprendí y ya me soltaron en un set. Entonces yo dije “¿qué cojones? No sé ni por dónde”, ¿sabes? Me decían “Álvaro, cuidado con el record” y yo “ah sí, ok, vale, perfecto”. No tenía ni puta idea de lo que era el record. Yo le decía que sí a todo, al director de aquella serie, pues para que el director no me echase y no dijese a quién habían traído, pero no sabía nada, no sabía que era el record, no sabía que era... Y yo hacía como que sabía.

DB: ¿Te acuerdas cuando tenías una noticia de que ibas a entrar en esa serie?

AR: Sí, claro. La primera serie sí que recuerdo. Velvet. Sí, sí, sí, sí, lo recuerdo.

DB: ¿Pero recuerdas cómo lo estuviste buscando e hiciste la Celestina y luego hiciste... Casteaste…?

AR: Bueno, yo estaba aquí estudiando en la RESAD y mi manager de hoy en día me fichó y fue como “oye, tú sigues estudiando en la escuela y cuando yo te diga de hacer un casting vas y lo haces, pero nada más, olvídate”. Y bueno, eso me lo dijo tres meses después o cuatro meses después, estaba haciendo Velvet. Fue todo muy rápido. Muy efectivo. 

DB: ¿Qué sentiste cuando te buscan por primera vez y dicen “va, quedaste en Velvet”?

AR: Pues acojonado.  Mis primeras veces no he sabido disfrutarlas.

DB: ¿Por qué no?

AR: Porque estaba, uno, porque estaba cagado de miedo, dos, porque seguramente yo tenía unas expectativas en mí mismo o una pretensión de querer hacerlo bien todo el rato y quedar bien con todo el mundo que me hacía no disfrutar de la emoción de que a un chaval le den una oportunidad en una serie y todas esas cosas. Pero era, no sé, era como todo un poco shock. Porque desde que me cogía el coche para mí ya era un shock que un coche viniera a buscarme, a llevarme a la serie en la cual luego en los pasillos de esa serie veías a, yo qué sé, a Imanol Arias que estaba por ahí. Claro, gente que tú veías en sus pelis, en tal. Y tú decías ¿qué coño hago aquí con esta gente? Y que te saludan normal “hola, ¿cómo estás?” Me gustaba estar así como lo que tú veías en esas obras de teatro que... Para mí era como una ficción dentro de la ficción. O sea, para el mundo normal era un actor joven que venía a desempeñar su trabajo. Para mí era, dentro de la ficción de mi trabajo, una ficción de decir, qué cojones hago yo aquí haciendo esto. Era... Tenía muchos nervios, muchos nervios. Eh... Había algo como extraordinario en todo eso. Y luego, obviamente, todo eso se empieza... Bueno, uno empieza ya realmente a armarse de verdad, a entender de qué va esto, a aprender. Y ahora ya, pues, claro, ya, eso pasa muy rápido. Porque tú vas a pasar en un año y medio, pero ya eso se fue, ya eso no lo vives, ya quieres empezar ahora sí a afrontar el siguiente casting que te sale y dices tú “vale, ahora ya sé cómo hacer esto” porque tú también, uno empieza a coger confianza, sobre todo empieza a aprender.

DB: ¿Qué cosas, por ejemplo, hacías antes que hoy ya no haces en tu…? O sea, en la forma de hacer castings, en la forma de manejarte en el plató, con la gente, ¿qué ha cambiado en tu forma de trabajar? ¿Me puedes dar un ejemplo? 

AR: Bueno, ahora... A ver, pues desde... Si empezamos por nivel cero, antes solo me preocupaba de que no se te olvide la frase, suéltala, lo más verosímil posible. Y ahora, pues, hombre, uno está... Digamos que ya no solo vale eso, no es que quede verosímil, quieres hacer una construcción del personaje, quieres ver por dónde... Que se vea por dónde está pasando, quieres que el espectador entienda cuando está callado, sobre todo, qué está pensando, cómo está recibiendo lo que dice el otro. Quieres... Bueno, quieres ser más rico como actor y brindárselo al personaje y a la historia y a todos. Estás en otro punto de desarrollo. Ya no es un niño. Entiendes, yo al final todo aquello lo vivo como... Lo viví como un niño que estaba empezando a ser actor. Ahora uno... Bueno, ahora quieres mejorar tu trabajo, ¿no? Recuerdo, por ejemplo, que cuando a mí me avisaba mi representante “oye, tienes un casting el martes que viene”. Recuerdo que toda esa semana la pasaba mal. O sea, lo paso, pero, sobre todo, años atrás lo pasaba muy mal en los castings porque parece que paralizaba mi vida para el casting. Solo era el casting, el casting, el casting y no me entraba apetito, no cenaba porque estaba nervioso por el casting, porque me salga bien, porque me cojan, porque tal. De repente era como que esa semana no podía ser... No podía salir a comer porque ¿para qué? Si voy a estar nervioso, no voy a disfrutar de la comida, no voy a comer. Ahora intento... Me pongo nervioso, pero lo vivo desde otro punto de vista porque, además, no me ayudaba. Esa semana de agonía no sumaba. Llegabas ya cansado... Agotado, agotado. No sumaba y también empiezas a entender que un no no siempre quiere decir… No siempre, casi siempre, no quiere decir que no hayas hecho una buena prueba. Has podido hacer una prueba extraordinaria, pero que hay otro compañero que, oye, que se asemeja más a lo que el director busca o que da algo que no... Y no quiere decir que tú no valgas. Uno tiene que empezar también a entender esas cosas que no siempre están en tu control. Mi control está en salir, hacer una buena prueba, un buen casting, ser un buen actor en lo que me están pidiendo. Y la otra parte yo no puedo hacer nada. Pues ya el director decidirá y estará bien decidido lo que decida.

DB: A ver, ¿cómo administras la presión que puede llegar después de tener participación en proyectos tan exitosos? Al principio cuando no tienes nada, pues no tienes nada que perder, ¿no? Y este nervio de que va a hacerlo bien y tal. De pronto, pues incluso hasta los medios es el niño maravilla, ¿no? Es como este cuate llegó de la nada e hizo proyectos en serie, muy rápido, muy exitosos, exitosos en el sentido de con mucha visibilidad. Ahora no tienes una carga encima. Porque además no era nada más lo que salía en televisión, sino que te estuvieron agarrando a ti para hacer estas como cosas adicionales en redes, ¿no? O sea, estas versiones donde entrevistabas gente, donde salías cantando, donde decías el show de Álvaro. Un montón de otras salidas o entrevistas también donde te ponían diferentes tipos de ropa. O sea, ¿cómo manejas eso viniendo de lo que venías haciendo antes? ¿Cambia o no cambia tu forma de entender tu trabajo o de acercarte a la forma de tomar decisiones?

AR: A ver, vuelvo un poco a lo de antes. Toda esa etapa un poco de vertiginosa y de purpurina, de fama, de ir a eventos, estas cosas. Pues bueno, lo he disfrutado porque es lo que me ha tocado y lo he disfrutado como chaval joven que era y luego...

DB: ¿Qué eras?

AR: Qué soy, qué soy, pero entiéndeme, entiéndeme. Llevas toda la razón. Por favor. Lo he disfrutado, lo he disfrutado. Pero también yo he sabido... Yo he sabido hablar con mí mismo y decir “bueno, esto está bien, pero ya lo viví y ya no... Por mí ya está”. Digamos que de alguna manera cuando uno tiende a desubicarse un poco del camino de quién quiere ser, esto que es un poco grandioso, y que se va más por esta especie un poco de lo que te brinda la fama y de esta cosa que tiene que ver más con lo celebrity que con el actor que el talento tal cual tú. Pues yo supe, creo que rápidamente supe decir “oye, esto está muy bien, está genial, pero yo no me siento cómodo yendo por ahí”. Yo me siento cómodo siendo honesto conmigo mismo. Y ser honesto conmigo mismo es yo sé para lo que vine a Madrid. Yo vine a Madrid para intentar ser actor, para estar centrado en mi carrera profesional, en los proyectos en los que estoy, en poder trabajar con este tipo de director o este compañero actor o actriz. Y todo esto que me rodea alrededor, que ha surgido por diferentes éxitos, pues bueno, está bien que uno los viva, pero que no te despisten. Entonces yo, si en algún momento he podido a lo mejor irme un poco por esa cosa que es más divertida y que rápidamente he sabido entender que tampoco, que no me hacía falta y que no me llenaba y que no estaba cómodo y que no me gustaba, que me derrochaba mucha energía en los eventos y en estar tal. La multitud, me he dado cuenta, uno también se conoce a sí mismo, me he dado cuenta que soy, me considero una persona muy extrovertida, pero muy extrovertida en mi círculo. Me he dado cuenta que realmente no soy cuando estoy en ese tipo de eventos o me toca hacer una alfombra roja y tal, estoy actuando. A mí mismo me he dado cuenta de que dices tú, ¿realmente crees que eres así Álvaro de Super Showman o realmente estás actuando? Porque es donde como para... Esto es lo que espera la gente, lo que estoy actuando ahorita para cumplir el papel. Entonces yo dije, wow, demasiada energía, me quedo los huesos y además no estoy donde yo quiero estar porque luego veo una película con un director que me fascina y digo “realmente yo quiero estar en esto, no quiero estar aquí derrochando energía”. Entonces luego uno, bueno, equilibra esas cosas que uno tiene que hacer públicamente en las promociones y las cosas que están de puta madre, pero también uno aprende ya a decir “bueno, que sí, que no y de qué manera”. Antes era un caballo desbocado, tío. Era un caballo absolutamente desbocado corriendo por el monte y ahora pues está bien tener el caballo que uno es, pero me lo tomo con más calma, intento hacer lo que realmente me apetece.

DB: Te conocen como el hombre cerillo. 

AR: El hombre cerilla, sí. ¿Quién te ha dicho eso?

DB: Mis investigadores.

AR: Es verdad. Soy como dos horas de explosión máxima pero luego yo soy de los de a las once de la noche estoy dormido. A mí me da mucha hora salir una noche de fiesta porque me duermo, tío, me duermo o porque tengo una hora ahí de máximas esplendor pero luego me apetece estar en casa tranquilo.

DB: ¿Y tu equipo, la gente que trabajas te sugiere o te llega a sugerir de no, es que tienes que estar tienes que estar, tienes que estar, entienden cómo trabajar? Pero en el sentido de incluso por fuera la gente que quiere que te vaya bien y es “haz lo que están haciendo los demás y ve a la fiesta y vete a no sé qué”, esta percepción que uno tiene por fuera, ¿no sientes que de pronto te pueda jugar en contra el no estar tan presente en estos espacios o tú lo has logrado compensar o encontrar otras formas de estar ahí? Y te lo pregunto también un poco por quienes estamos detrás que queremos llegar a hacer lo que tú haces en diferentes ocasiones, porque siempre estás de cosa de es es que fue a una fiesta, es que fue a no sé dónde o hay una forma diferente de llegar a que tengas oportunidades. 

AR: No lo sé, yo entiendo lo que dices. Confieso aquí ante todos que sí alguna vez mi equipo o mis publicistas intentan que las cosas vayan bien y a veces pues te dicen “oye Álvaro, creo que aquí deberías, igual que no vas a ninguna de las 360 fiestas que te invitan,esta en concreto pues creo que estaría bien porque es una cosa amena, porque son amigos o porque la marca en concreto es amiga tuya, habéis hecho cosas de publicidad, cosas incluso de la profesión y te están invitando a estos premio”, no sé, bueno, haces un equilibrio pero es cierto que no sé, a la pregunta si ir a más eventos públicos te hace estar más en la palestra y luego va a sonar más el teléfono, no lo sé, no sé cuál es la respuesta. En mi opinión, no lo creo, mi opinión tal vez equivocada, no lo sé, esto no lo creo no lo sé para qué o para quién, no lo sé, no es que yo sea un tipo ahora de repente hermético y que no va a nada, o que yo que sé, simplemente intento hacer aquello que creo que es coherente conmigo mismo, nada más. Donde yo creo que tengo un rol que desempeño, un rol que estoy ahí por algo pues allí estaré promocionando mi proyecto mi serie, mi peli o porque tengo un contrato publicitario con tal marca. No soy un anárquico por mucho que yo quiera, no soy un anárquico. Lo que sí que no me apetece es estar en aquello en lo que yo siento que no estoy cómodo o que no va conmigo, que no es coherente con mi discurso de vida. Ni más ni menos.

DB: Pero estás muy joven. ¿Cuándo te diste cuenta de que eras como eres?

AR: Es que uno no tiene que ser joven y viejo para darse cuenta de yo eso, a veces cuando no… “Es que eres muy joven, tienes que ir a…” Bueno, vete tú yo no necesito… ¿Qué quiere decir? ¿Que a partir de los 40 uno ya haga lo que le apetece pero antes que se joda? Yo ya he empezado, hay gente que nunca se conoce, hay gente que nunca termina de escucharse a sí mismo.

DB: Pero eso es otra cosa, ¿de dónde crees que viene tu inteligencia emocional si se le puede llamar así?

AR: Joder, pues entonces debería de dar las gracias a mis padres a mi, la gente que tengo alrededor muy en mi infancia, a la gente que tengo hoy en día pues a lo mejor sí, sí considero que tengo una inteligencia emocional pero eso joder, es una virtud y uno no sé yo creo, mira yo seguramente no he hecho casi nada bien en la vida, te lo prometo, aunque parezca que no, pero si algo he hecho bien, si algo creo que hago bien es saber de con quién estoy y de quién me rodeo. con quién comparto mi día a día, mis amigos, mi equipo, mi manager, mi jefa de prensa, mi publicista, mi pareja, la gente con la que mañana voy a ver el fútbol. Esa inteligencia emocional y ese piropo que me has hecho es la que yo sé muy bien de quién me rodeo y son gente que creo que me hacen bien, que me dan una hostia cuando me creo lo que no soy, que me hacen entender que a lo mejor no estoy en la posición que yo me creo para decidir si hago o no hago tal proyecto o tal cosa, es que eso es fundamental, es fundamental sobre todo cuando tienes ese punto de fama o llámalo como quieras o te han ido bien las cosas y te endiosan, endiosan no sé si a la profesión pero sí a los actores que gozamos en ese privilegio, de que hemos tenido éxito, te endiosan y te hacen creer que estás en una posición que no estás.

DB: Es la naturaleza de tú profesión, tú puedes ser el mejor ingeniero en una empresa pero no te van a estar aplaudiendo en todos lados. Aquí sí y tienes muchos inputs de información y de gente opinando.

AR: Y lo más normal, porque yo lo he visto, es que la gente que hay a tu alrededor que además sea gente que te sigue impulsando hacia arriba, no solo donde estás sino hacia arriba y que si si no te han cogido en una cosa o tal, te dicen “pues que sepan que tú eres el mejor porque no sé qué”. Pues no, a lo mejor no te han cogido porque no, ha habido otro mejor y ya está, que lo sepas, que esto es así, o yo por ejemplo que decido “oye pues voy a esperar porque quiero ahora decidir muy bien qué proyecto cojo, no quiero no poder crecer en la línea que me apetecería crecer”, y de repente pasa el tiempo y las cosas a lo mejor no sean como tú pretendes o quieres y está bien que alguien te diga “oye, hemos esperado o tal, no ha salido y creo que no estás ahora como para decir que no a esto”, que son un poco también esos trabajos que dices que a veces... Hay que golpear constantemente al ego, hay que golpear constantemente ese… No sé, ese caparazón que uno se crea para que las cosas no le duelen es

DB: Ahora, ¿cual es la diferencia entre respetar a alguien o admirarlo y no dejar que eso te intimide o que te haga chico?

AR: A veces cuesta. Cuando te mira Luis Tosar… Leía además una entrevista de Blanca Portillo, que es otra de las grandes actrices de este país, que decía que le daba la mirada de Luis Tosar y lo decía Blanca Portillo, imagínate yo que acaba de llegar a esto, pero no, hombre más allá de la broma, aprendes de un tipo así que lo que tienes que hacer es estar allí, no tienes que hacer muchas cosas, tienes que estar ahí y recibir lo que te dice e intentar aprender y resolver la secuencia con la mayor brillantez. 

DB: Toda esta corriente pensamiento de “tú intentalo o hazlo o si quieres puedes intentarlo” y tal, mi impresión es que va en contra con lo que estás diciendo tú ahora de no cualquiera.

AR: Hablas de ese niño o niña que quiere ser cantante y que es como “lucha por tu sueño”.

DB: O “nunca es demasiado tarde”, o sea tienes 30, 40, 50 pero siempre puedes intentarlo y esto de “no, es que yo nunca lo he hecho”, ¿qué opinas de eso?

AR: Es que luego hay de todo, hay casos, hay talentos abrumadores que se descubren con 60 años, claro que lo habrá, no lo sé. Creo sinceramente que… Es que es difícil. Yo mismo aún digo no sé cuál es la idea que tengo definida sobre esto porque pienso joder, ¿puede casar…? Pregunto, que no lo sé, ¿va bien la idea de que alguien luche siempre por su sueño o por lo que le gusta? Y va bien, estoy de acuerdo, la ilusión no se debe apagar nunca, tío, entonces uno tiene que siempre… ¿Pero va bien con que parezca que todo el mundo puede ser Al Pacino? Pues yo creo que… Es que yo creo que están mal los conceptos esos de “lucha”, que parece que lleva consigo una cosa de “hasta que no lo consigas no puedes parar y si no lo consigas eres un fracasado”. Es que creo que puedes llegar a ser dañino ese mensaje. Yo por mucho que yo quiera ser cantador flamenco, mi voz da para lo que da. Si da de aquí a aquí, no puedes, pero es que como a mi me encanta ser cantador flamenco es que da para aquí y para acá, no hay más, entonces yo creo que eso, tiene que haber algo en uno mismo, honestidad, o sea honestidad. Uno tiene que saber si realmente tiene herramientas, ese talento innato para poder luego desarrollar su talento o su virtud. Lo otro yo creo que es un poco a mi no me va mucho, no, tío. No porque creo que es mentira yo tuve que descubrir en un momento determinado… O sea, oye una cosa es el teatro amateur y tal y salir por los pueblos a hacer teatro como hobby y otra cosa es querer dedicarme a esto como actor profesional. ¿Realmente valgo para esto, realmente tengo las cualidades para poder ahora ponerme a aprender en la escuela? Uno tiene que hacerse esas preguntas, no todo vale. Me da miedo porque yo pienso en un colega mío que no consigue lo que yo he conseguido y de repente dice “soy una puta mierda, no valgo para nada” y entra en una depresión de caballo, y a esa persona hay que decirle “no, todos los demás estamos confundidos, tú tienes que luchar por lo que te guste, por lo que te apetece, pero luego te tienes que ir dando cuenta y si no lo has conseguido no es porque ni porque tengas que seguir sí o sí o porque seas una puta mierda o no vales para ello o simplemente no has tenido la suerte de que ese momento agarrarte la mano y luego ya tu poder volar, sólo no lo has tenido. ¿Qué hubiera pasado si yo no hago Élite? Soy entonces lo que ahora, estoy aquí hablando contigo como si yo fuera alguien.

DB: Tal vez si no hacías Élite y no te iba tan bien, te podías hacer famoso entrenando una liebre para poder escribir.

AR: Qué cabrón eres.

DB: ¿Qué fue eso de la liebre?

AR: Era ilipollas de pequeño, no sé, siempre he tenido el cerebro o la imaginación, más bien. Sólo se me ocurrió a mi querer enseñar a un conejillo a escribir cosas así, era muy fantasioso yo.

DB: Es un buen plan B. Te gusta mucho la naturaleza de los animales. ¿Lo procuras? ¿Te gusta ir a cosas relacionadas con el campo?

AR: Cada fin de semana. Ahora ya no porque ahora ya hace calor, pero sobre todo este invierno hemos estado saliendo mucho a la montaña, tengo un perrete entonces a él le encanta salir a la montaña. me encanta la naturaleza y hasta que no he estado mucho tiempo en Madrid no me he dado cuenta de cuánto me gusta la naturaleza, y me gusta mucho el mundo animal en general, soy muy perruno, pero el mundo animal en general es… No sé me gusta, desde pequeño he tenido de todo, yo era el típico el típico niño de pueblo que iba por el campo y se traía un pajarillo, estas cosas que ahora no haría, pero antes sin conciencia, siendo un chaval, pues cogía renacuajos y los llevaba a mi casa y luego hacían la metamorfosis entera, luego tenía ranas por ahí saltando en el patio de mi madre, he tenido palomas, pollitos, de todo. He tenido de todo, he tenido un tritón, que es un pez así que se coge, pero todo esto allí en mi pueblo, ibas al río, cuando había río porque ahora todo está ya bastante seco y bastante jodido, ibas al río y veías los peces y tú te cogías, ¿sabes? Te metías, los cogías o intentabas cogerlos con la mano, cogías renacuajos eran cosas bastante fascinantes. Me da mucha pena todo eso se ha vuelto muy feo todo

DB: ¿Qué disfrutas mucho hoy? ¿Qué haces en tu tiempo libre?

AR: Soy muy casero, me gusta mucho estar en casa, me gusta mucho estar en casa, me gusta mucho comer, cenar a estar allí tranquilos a ver fútbol, a ver pelis, a lo que sea, me gusta mucho estar en casa y tampoco tengo nada extraordinario así en mi, pues intento… Es lo que te digo, hacer vida en casa, intento salir a la naturaleza o hacer viajes pero llevo una vida bastante tranquila, bastante más aburrida de lo que mucha gente se podría imaginar

DB: ¿Te acuerdas de las primeras veces que tu mamá supo que estabas en la televisión?

AR: Sí, bueno yo siempre… Es cierto que ahora ya menos, pero antes la primera persona que yo llamaba siempre después de un casting era mi madre simplemente para decirle que me encontré bien, estuvo guay o mal, y la primera persona también que llamaba después de una llamada de mi repre de “oye, es tuyo”, cualquier cosa así también era a mi madre. Bueno, yo creo que ella hace el papel de madre muy bien sí, sí, le sale bien, quiero decir que es es una madre… Seguramente esto sea la mayor virtud, es una madre preocupada de sus hijos donde seguramente la vida de mis padres ha sido por y para sus hijos, tanto para mi hermano y para mí, y seguramente hayan renunciado a casi todo por intentar que la vida de sus hijos pues seguramente fuera mejor que la de ellos o pudieran tener muchas más ilusiones. Ellos han sido padres de sus hijos, seguramente han rechazado irse de viaje solo porque para ellos lo importante era sus hijos, sus hijos y sus hijos.

DB: Tengo una duda más sobre tu carrera ¿a dónde la quieres llevar? Cuando hoy piensas en tu carrera y el futuro, ¿qué ves? ¿Qué te imaginas?

AR: Me imagino un tipo que ojalá le sigan dando oportunidades para poder seguir creando personajes, un tipo que sigue siendo actor, que paga sus facturas gracias a su trabajo en el cine, en el teatro, eso me imagino, sin grandes dilocuentes.

DB: ¿Dirigir todavía quieres?

AR: Me encantaría dirigir, está en mi blog, pero no ahora porque justo es un poco todo lo que te decía. Que me encantaría dirigir, sí. ¿Noto que es mi momento? No.

DB: Perfecto, ¿cuál ha sido uno de los mejores consejos que te han dado?

AR: Qué buenas preguntas. No quiere decir que haya sido el mejor consejo que me han dado, pero uno de los mejores, que lo tengo como un poco anécdota porque bueno, me hizo mucha gracia como algo tan tonto tan simple y dices tú “qué hostia me acaban de meter”. Estuve un año haciendo, es un piropazo para Nacho Fresneda, que es un actor aquí español con el que estuve haciendo teatro un año y que le tengo mucho, mucho, mucho cariño y es un actor… No voy a decir mayor, porque si no mañana me escribe y me dice “muy bonito lo que dijiste, cabrón pero eso no”. Más Nacho, que tiene un espíritu totalmente juvenil, pero me refiero que ya un tipo hecho y derecho y con una carrera, un tipo en el que a mi me encanta como actúa y como es él y bueno, es una obra de teatro que hicimos durante un año aquí en España que se llama Dribbling, iba sobre un jugador de fútbol que hacía yo y él era mi manager la obra de teatro, no viene mucho al caso, pero como me gusta lo cuento y va sobre sobre que al jugador le acusan de una posible violación y la obra de teatro gira en torno a si es o no culpable y demás y esas vidas un poco endiosadas de los futbolistas, una obra muy chula. Y Nacho, en una de estas salíamos del teatro allá en la ciudad que nos tocase y la gente venía todo el rato pues imagínate, a darte abrazos, besos a “qué bonito, qué bien, qué maravilla, qué bien lo haces” y yo todo el rato como esta especie… Un poco que te sale de manera natural, quieres como no sé si por humildad o por incluso falsa humildad o qué sé, pero yo todo el rato me salía decir “no, no es pa tanto, bueno, se hace lo que se puede”, este tipo de coletillas tontas. Y Nacho un día me cogió y me dice “Álvaro, se dice gracias” Y yo “¿cómo?” “Cuando alguien venga a decirte que has estado maravilloso, que le encanta la función o qué buen trabajo, no hay mayor gesto que humildad que decir gracias, no te quites valor a tu trabajo, tú solo di gracias”. Y a partir de ahí solo digo gracias, hay esa cosa como que te quieres todo el rato… Porque además como pensando para que el otro vea que no, que tú estás como “vale, no pasa nada”, como de humilde dices tú “no, no, no gracias”. 

DB: Me siento identificado 100% con eso

AR: Nacho y yo luego nos reíamos todo el rato con esto porque no parábamos. Qué verdad, ¿no?

DB: Te cuesta tomar un cumplido o un piropo, pero es eso. 

AR: Si te dan un cumplido lo aceptas y dices “gracias”, no hay que hacer nada.

DB: Eso también hacemos, bueno me pasa, que dice “te quedó muy bien la entrevista” y digo “sí, no tuve tiempo de prepararme tanto”.

AR: Todo el rato. “Me lo puso muy fácil, es que él es maravilloso, yo solo hice…” Y a lo mejor pecas más de eso, tan fácil como decir gracias y ya está. 

DB: ¿Cuál es un consejo que tu antes dabas como un buen consejo o considerabas un buen consejo y que ya no lo darías?

AR: Yo no doy consejos.

DB: Seguramente algún amigo te preguntó alguna vez “oye, ¿cómo lo hiciste? Ya estás aquí, ¿cómo lo puedo hacer yo?” Y que hayas dado algo que hoy piensas distinto.

AR: Te prometo que me dan pavor los consejos, porque no sé quién soy yo para dar… Es que no sé, seguramente hay veces que amigos míos de la profesión les doy mi opinión o consejo o punto de vista y luego no me lo aplico a mi mismo. Hay muchos que estamos siempre con esta inseguridad de “si haces esto, si no haces lo otro, ¿por qué he dicho esto?” Todo el rato es como que hoy seguramente saldré del podcast y estaré diciendo “voy a caer de imbécil por esto o voy a ser un purista por estar todo el rato diciendo esto o me van a sacar porque van a decir ‘entonces los que son como que de repente aparecen en la actuación estas en contra…’” Todo el rato estamos en estas mierdas imposibles y yo todo el rato les intento decir a mis amigos “nada es tan importante, no va a cambiar tu vida nada. Si lo haces, bien y si no lo haces también, no es tan importante”. Que luego yo no sé aplicármelo a mi mismo, luego yo a mi mismo todo el rato quiero “oye, ¿tú crees que si hago esto pasa esto? ¿Por colgar esta foto tú crees que entonces se va a ver que…?” Habrá alguien que me diga todo el rato estás diciendo a todo el mundo ‘nada es tan importante, nada es tan importante’ y joder, no sé aplicármelo.

DB: ¿Tienes algún hábito que sí o sí hagas todos los días?

AR: Desayuno muy bien, desayuno, me levanto muy temprano, no sé si es algo en concreto lo que buscas, pero ahora tengo un hábito muy concreto que es que me levanto muy temprano, muy tarde a las 8 y lo primero que hago es sacar a mi perra, vuelvo, le doy sus medicinas, sus cosas, su comida y riego todas las plantas, siempre por este orden, me voy al jardín, a los aspersores y esto ahora para el césped. Y me compré un bonsai, riego el bonsai y tiene que estar en la humedad perfecta, soy muy perfeccionista y luego ya, pero la rutina de por la mañana es muy importante, sobre todo el desayuno. Yo soy una persona que necesita desayunar y desayunar bien y a gusto y tranquilo, si no, estoy de mal humor.

DB: ¿Qué desayunas normalmente?

AR: Pues desayuno, mira, desayuno café… Hoy por ejemplo, voy variando pero hoy me hice un café, café con leche, me pasé por la batidora esta que metes fruta y te lo tritura, fresita, frambuesa, arándano, plátano, me lo hago ahí con leche y luego me hago una tostada con tomate, aguacate y un poco de huevo.

DB: ¿Qué es algo que la gente no sabe de ti y que si supiera le sorprendería?

AR: Hemos dicho varias cosas seguramente… Fíjate, me voy a dar contra mí mismo por hacer un acto de de ser honesto conmigo mismo, seguramente. Voy de un tipo mucho más seguro de todo lo que dice y hace y creo y no, y soy un puto rayado. El término lo conocí, entiendo el contexto de la situación, como que parece que el tío tiene las ideas muy claras e intento tenerlas, pero realmente estoy todo el rato poniéndome en entredicho y continuamente estoy dudando de lo que supuestamente para mí es certero aunque tampoco… Fíjate, no lo llego a considerar del todo malo porque leí en una entrevista, no sé quién es, que no quiero meter la pata, no sé quién pero leí en una entrevista que decía algo así como el día que pase sin dudar de algo, es un día perdido. Entonces bueno, como que de alguna manera tienes que estar en continua revisión, porque yo pienso esto pero luego mil veces he tenido una opinión sobre algo y luego otro de enfrente me dice “ya, pero mira esto” y te cuenta otra cosa y dices tú “pues sí, también es verdad”. Es que no todo es como blanco y negro, es que todo puede casar al mismo tiempo,no sé.

DB: Libro, película, documental, serie, pieza de arte cualquier cosa, cualquiera de estos no tienen que ser todos pero que haya marcado un antes y un después en tu forma ya sea de ver el mundo o de tu forma de vivir tu vida.

AR: Mira, libro El principito. De hecho recuerdo que lo leí hace muy poco otra vez y sigo un poco perturbado de Antoine de Saint-Exupéry porque de niño es el típico libro que yo creo que te mandan de niño y no entiendes una mierda. Luego entiendes un poco más, un poco más solo. En dos años volveré a leerlo a ver si entiendo algo más, y además hice una versión del Principito que no era el Principito pero es una versión de un autor de la escuela cuando ya estaba allí y le tengo mucho cariño. ¿Una película? Te diría La gran belleza. Mi perra se llama Roma, lo he dicho alguna vez, por esa película porque ocurre en la ciudad de Roma y me parece una de las películas más bellas del universo, no sé, me parece que cuando uno quiere definir esta cosa tan grandiosa que es como esta película es arte pero ¿cómo defines eso? Para que una película sea arte o no, es todo tan efímero y yo La gran belleza para mí es arte, es algo… Es una gran película, hermosa película que te cuenta algo muy concreto y que todo eso junto tal vez trasciende más. Seguramente arte sea aquello que perdura en el tiempo, entonces para mí es una de esas películas que durarán igual que otras muchas. Cinema Paradiso es otra de las películas que creo que trascienden igual que una pintura de Miguel Ángel o un Picasso porque eso se considera arte, porque trasciende en el tiempo. Seguramente, ojalá alguna vez tenga la oportunidad divina de hacer arte porque seguramente la mayoría de mis proyectos son proyectos divinos de gran calidad de entretenimiento y de gran… Incluso de todo lo que te imagines pero, de ahí a que perduren el tiempo piensa ¿eh? Es difícil. Dime cinco películas en magistrales y son cinco que perduran en el tiempo y son películas de hace 40, 50, 20 años pero películas que vayan a perdurar en el tiempo ahora creo que serán el el gran… No sé si objetivo o creo que mi generación estaría bien que como no sé si como objetivo pero vivimos en un momento en el que todo es usar y tirar, usar y tirar. ¿Cuáles van a ser los Cinema Paradiso? Todo es McDonald's, que es la hamburguesa que me como, veo y tiro, veo y tiro. Sí que hay una pregunta que me hago como espectador, no como actor sino como espectador que que digo ¿conseguiremos hacer algo que perdure el tiempo?

DB: Sí, todo esto es clásico porque incluso la industria funciona muy distinto ahora y la forma en que la mides.

AR: Por eso, por eso, que todo cambie pero posiblemente sea una pregunta nostálgica, yo que sé.

DB: Me gusta ¿Qué te da mucha curiosidad hoy en día?

AR: Me da mucha curiosidad la ciencia.

DB: ¿Qué específicamente?

AR: Bueno, yo soy un tipo muy curioso, me da mucha curiosidad casi todo pero lo paso mal con todo esto del cambio climático. Si tuviera que decir algo así en una encuesta de las preocupaciones hoy en día de un chaval de 26 años, que soy yo, de Álvaro, quitando todo el rollo de a qué me dedico y quién soy y tal, posiblemente sea todo lo que estamos viendo con el clima y con… Es terrible, pero porque no sé, está todo seco, yo no lo he conocido así, imagínate, realmente yo desde luego no me quiero poner aquí a ser una especie ahora de gurú de cambio climático ni mucho menos, hablo como ciudadano normal, como lo que soy, que es algo que me no sé, que me preocupa, no llueve una mierda.

DB: El titular es “Álvaro, activista climático”.

AR: Bueno, pues mira es un buen título. Creo que es preocupante. No sé, yo creo que estamos fuera de sí un poco pero bueno, hay tantos con mayor voz que yo que han dicho que habría que parar un poco todo esto ahora la inteligencia artificial, que estoy leyendo mucho sobre esto, yo que voy a hablar, que lo hablen los científicos y la gente realmente que tiene opción a cambiar algo, pero que ellos mismos ya están dando señales de decir “esto es un absoluto videojuego”, entonces claro, yo estoy acojonado porque yo digo no sé a dónde vamos a llegar a todo ¿no? Con la inteligencia artificial uno pierde la perspectiva de qué es cierto y qué no es cierto.

DB: Eso es otra conversación también de qué es arte y qué no es arte, si escucho una canción con la voz de un artista y con todo pero no es el artista, es una locura. ¿Qué te da mucha ilusión hoy?

AR: Mira, es muy curioso pero todo lo que me da miedo a partes iguales me genera mucha ilusión porque el miedo a lo desconocido de nuestra profesión tiene un punto, que para nosotros tener trabajo es tener cuatro meses de trabajo, que es lo que dura un rodaje. ¿Qué va a pasar en septiembre? A día de hoy no lo sé, entonces te crea una incertidumbre absolutamente abrumadora, pero al mismo tiempo existen todas las posibilidades. Acá cuatro meses eres empleado, entonces dices bueno, yo creo que al menos tienes ese punto de adicción porque te quejas de la inseguridad y la incertidumbre que tiene nuestra profesión, pero al mismo tiempo no sabría vivir, no sé si sabría vivir con una estabilidad muy duradera, ya al final hay algo en mí que me va, esa marcha de decir “¿qué pasará?” El qué pasará que está constantemente en mi día a día, qué va a pasar, qué pasará yo creo que bueno, vive con un actor, desde luego.

DB: De todo lo que has vivido, Álvaro, tanto en lo personal como en lo laboral has tenido un montón de aprendizajes. Si tuvieras que quedarte con tres aprendizajes si quisieras tener siempre presentes ¿cuáles serían? Tres cosas que has aprendido.

AR: He aprendido a tener paciencia, sigo aprendiéndolo, porque digamos que si estaba a nivel 0 estoy a nivel 2, o sea que me falta todavía mucha paciencia por aprender, pero la paciencia sí es importante creo, saber ser paciente y esperar a las cosas y no querer correr, que también seguramente vaya ligado a la paciencia saber que te digan no y no digo no a incluso una cuestión de trabajo, me voy a algo cotidiano a pues quiero ahora pasar la aspiradora ahí o no sé qué, no pero no lo hagas porque vas a… Y yo soy el típico de que bueno, lo hago y es como no aceptas un no como respuesta, y a veces un no como respuesta hay que aceptarlo, yo creo que sí porque si no, entonces entre todos no matamos, pero antes eras esta persona que si no lo aceptabas, bueno digamos que no lo aceptabas de la mejor manera posible o te enfadaba y ahora ese no debe ser un mensaje, si hablamos en algo más grande de la vida o profesional, pero también un no, ya te digo, es “necesito ya hacer esto o sea necesito ya preparar…” No, no es el momento o “pues no no vayas al jardín porque está mojado”, “ya pero es que quiero ir al jardín a coger no sé…” Ya, pero está mojado no vayas”. Eso tan tonto, pues a veces… Es como esta cosa de todo el rato del yoísmo, yo y luego el resto, entonces creo que es necesario aprender que oye, pues vives con el resto porque si no entonces aquí nos matamos entre todos y no tiene ningún sentido nada. Y algo que he aprendido, pues yo creo que estoy muy prematuro todavía, creo que la vida me tiene que enseñar muchas cosas pero seguramente a seguir confiando en uno mismo. Yo creo que muchas de las cosas que me han pasado en un mayor porcentaje ha sido por porque uno cree en sí mismo y porque uno tiene tiene la proyección, esto que se dice de “esto va a ocurrir”, luego hay factores que deben surgir esos factores de suerte, incluso, entonces hay veces cuando los momentos no son tan bonitos y todo no reluce tanto, uno no debe no debe flagelarse tanto y decir sigue confiando como lo estabas haciendo.

DB: Gracias:

AR: No, gracias a vosotros.