May 8, 2023

Sobre ser paciente, no saltarte pasos y hacer tu propio camino | Daniela Gutiérrez | 286

Daniela Gutiérrez es estilista y consultora de moda mexicana que vive en España. Estudió en el Instituto Europeo di Design y cuenta con casi 20 años de carrera a lo largo de los cuales ha trabajado en publicaciones como Elle, Cosmopolitan y Neo2. 

Además, Daniela ha trabajado con una gran cantidad de artistas para proyectos como shootings editoriales, portadas de discos y estilismos de alfombra roja. Entre algunos de esos nombres se encuentran Paris Hilton, Rauw Alejandro, Rosalía y Sebastián Yatra.

Daniela también cuenta con emprendimientos propios, pues posee su propia firma de joyas, Barokah Jewels, y una concept store, Barokah Gang.

En este episodio hablamos sobre:

-Ser paciente

-El valor de la constancia

-No planear tanto las cosas

-No tratar de replicar los pasos de los demás

-Mantener el balance entre la vida de pareja y la vida laboral

Regístrate al SietedeSiete, un newsletter semanal donde puedes encontrar los mejores recursos, videos, artículos y herramientas que te ayudan a abrir la mente y llevar tu vida al siguiente nivel.

DEMENTES Podcast: @dementespodcast

Diego Barrazas: Instagram & Twitter

Learn more about your ad choices. Visit megaphone.fm/adchoices

 

Sigamos la conversación, cuéntame qué te pareció este episodio en redes sociales:

DEMENTES Podcast: @dementespodcast

Diego Barrazas: Instagram & Twitter

Transcript

Diego: Daniela, bienvenida Dementes, gracias por tu tiempo, gracias por estar por acá. Sé que estás con la agenda hasta el tope, sé que estás ahorita preparando junto con Sebastián Yatra, que trae su nuevo show, nuevo montaje, y me sorprende que lo esté preparando cuando quedan dos, tres días para que se para que salga.

Daniela: Bueno, hay mucho tiempo. Hay cosas que se hacen antes, pero bueno, los últimos detalles son los que estamos terminando de arreglar.

DB: Perfecto, pero bueno, gracias por estar aquí. Quiero saber... Nos conocimos hace tres, cuatro meses, o no sé, en Madrid, y a mí lo que me encantó de lo que me platicaste es justo la trayectoria que has llevado. A mí me llama mucho la atención que llevas casi 20 años viviendo en Madrid, pero que eres justamente de acá, que eres de Monterrey, que estudiaste allá y que te quedaste allá, entonces quiero partir de ahí, de saber cuándo tú decidiste irte para allá, ¿sabías a dónde ibas a llegar? ¿Sabías qué posibilidades existían o por qué decidiste hacerlo?

DG: Yo creo que… A ver, cuando yo me fui, terminé aquí la… Bueno, primero que nada, gracias por tenerme aquí, que me hace muchísima ilusión y me encantó ahora que nos conocimos a través de amigos en Madrid y que me des también la oportunidad de poder hablar aquí en mi tierra, en mi tierra, que me encanta y nada, y contar un poco también mi trayectoria. Cuando me fui a Madrid, me fui a estudiar diseño de moda hace casi 20 años, que aquí en la verdad que Monterrey…. O sea, yo sabía que me quería dedicar algo que tuviera que ver con moda. Siempre me ha gustado siempre la música, la moda ha sido algo que desde chiquita me ha gustado muchísimo. Y aquí había dos escuelas que eran como las únicas universidades de diseño de moda. Creo que ahora ya en en todos lados hay, pero en aquel momento no. Y yo había estado estudiando un verano en Madrid en la prepa, que adelantaba las materias y eso, como en el 2002, 2003, creo que estuve en Madrid porque hice un verano en Florencia y el otro en Madrid. Y veo como un cartel en el metro de la universidad en la que finalmente estuve, que es el IED, y fui a ver la universidad como por fuera y era como un palacio porque claro, los edificios y todo allá es otra cosa y yo estaba como “wow”. Iba con una amiga que estábamos ahí haciendo el verano y digo “yo un día voy a venir y voy a estudiar aquí”, y así fue. Tuve la suerte de poder hacer mi carrera ahí. Actualmente también soy embajadora mundial de esa universidad, que es el IED, y nada, posibilidades de quedarme, de que pasara lo que haya pasado y tal... Obviamente no llegué, no conocía a nadie en Madrid y las cosas se han ido dando.

DB: Pero a ver, para mí se puede decir que conoces a todo el mundo y que todo el mundo te conoce, entonces quiero llegar un poco hacia cómo se fue haciendo eso. Cuando llegas a esta universidad, ya más adelante nos vamos a regresarte más en la historia, pero ahorita que estamos en esta parte donde llegas a la universidad, ¿cuál era tu panorama? ¿Qué decías? ¿Puedo dedicarme a qué? Porque al final del día también estabas muy chavita, vienes de un contexto en el que a lo mejor no había tanta información de “oye, pues existe esto, existe esto, existen estos puestos distintos en las diferentes revistas o medios” En tu cabeza, ¿qué ibas a hacer?

DG: No sé, la verdad creo que no iba como con algo tan formado. Creo que a día de hoy sigo yendo por la vida como con que las cosas pasen, pero había muchísimas cosas de las que no tenía idea, obviamente, y no sé, decía “pues es que me gusta…” Piensas… No sé, o sea, también te gradúas de la prepa y hay gente que lo tiene súper claro, hay gente que no sabe, hay gente que va saltando carreras, porque al final es muy difícil como esa presión de “decide a qué te vas a dedicar toda tu vida”, entonces yo decía “me gusta la moda, todo un poco lo que pueda estar relacionado con ella, voy a tirar por ahí y luego ya se verá”.

DB: Ok, pero no había nada claro, no había nada que dijeras “bueno, si yo hago esto, me pueden pagar tanto, yo hago esto, yo puedo llegar”

DG: Creo que nunca ni lo pensé. O sea, y al contrario de eso, toda mi familia me apoyó y me pude ir gracias a eso, pero a su vez me decían “bueno, en dos meses vas a regresar, no vas a aguantar la carrera entera, no te va a gustar vivir ahí, estás acostumbrada a aquí a otras cosas, y vivir en un depa chiquito…” Porque claro, la vida es increíble y amo Madrid, pero es muy diferente también a lo que estaba quizás acostumbrada aquí. Pero no sé, o sea, cuando pienso en esos comentarios de “no vas a poder, te vas a regresar y tal”, obviamente, cuando llegas ahí es un shock y me quería regresar no a los tres meses, o sea, a los tres días, pero era “no puedo, no puedo”. Entonces, bueno, hasta eso hay que tomarlo como bien y que sea un impulso para cuando veas que no puedes, decir “tengo que por lo menos acabar la carrera y me aguanto a terminarla antes de regresar”, pero sí también es difícil estar lejos.

DB: ¿Y cuándo empezaste a encontrar o decir “mira, por aquí”? O “encontré algo a lo que puedo aspirar”, porque como dices, al principio estabas en esta etapa de “estoy medio navegando, no es lo que me gusta hacer, quiero como involucrarme en esto, pero no tengo claro cómo lo voy a aplicar, dónde lo voy a usar o cómo voy a ganar dinero de esto”. ¿Cuándo fue donde ya empezaste a tener algo más claro a lo propio? Es decir, yo quisiera dedicarme a esto, ¿por dónde podría avanzar?

DB: Yo creo que si algo tenía claro… Vengo de una familia de joyeros y tenían aquí joyerías en Monterrey, y lo que siempre he tenido claro es que las joyas me encantaban, y para mí siempre era como “ese va a ser mi plan A, voy a descubrir qué pasa y luego todo esto igual me va a servir para eso”. Entonces, dentro de eso, más allá de buscar, era como “creo que me voy a ir por ahí, pero a ver qué pasa” Yo antes de irme terminé la prepa y como los cursos en España empiezan desfasados, tenía como seis meses entre que me gradué de la prepa y entraba en Madrid a la universidad. Y hubo un momento como, claro, todo mundo entra a la universidad aquí y la carrera y tal y yo era como que me quedé desfasada un poco de mis amigos, porque todos estaban con el mood y conocían a no sé quién, ya estaban como en otra historia y yo como en stand by y era como frustrante también porque empecé a pensar si me debería de ir o no, si igual me tenía que haber quedado, ya voy a perder tiempo, entonces es como que en esos meses un poco complicados. 

DB: O sea, eras la medio rara entre tus compas de “¿y esta qué?

DG: “Esta se quedó aquí en plan de huevona, a ver qué va a hacer, disque se va a ir a España”, y claro, yo lo contaba y es como “ah, pues muy bien”, pero todos siguieron su vida, y entonces, en ese momento que yo estaba como en shock, abrí una tienda en Colinas justo de accesorios y joyas, porque como siempre es algo que me ha gustado, antes de irme, se llamaba Né Y entonces abro la tienda y digo también era como una cosa rara, porque me voy a ir y me pongo a montar el negocio, pero también fue como bueno, como no perder el tiempo y ver pues si me va bien y si puedo ver… Porque al final sentía como que iba a perder tiempo y en vez de quedarme como en stand by, pues podía empezar un negocio y si eso iba bien, igual ya ir estudiando cosas o ya no me voy a la carrera, estudio alguna cosa aquí. También en ese momento empecé a estudiar fotografía, porque también siempre me ha gustado la fotografía, pero fue más bien como….

DB: ¿Pero lo veías como un plan B o lo veías como un “estoy inquieta, estoy aburrida y quiero hacer algo” o era esta onda de “por si el otro no se arma aquí voy”?

DG: Yo creo que también es un poco de miedo de “y si lo otro, que ya lo dije tanto, pasa cualquier cosa, no me voy, me quedé, pierdo tiempo”. Siento que en el fondo sí que era mi plan B, pero en ese momento quería pensar que era mi plan A y esperarme a ver qué pasaba.

DB: A ver, entonces lo que te decía. ¿cuándo entiendes, ya estando en la carrera, que había un espacio donde podías entrar y, entre comillas, “vender” lo que haces? O que había la necesidad de lo que tú pudieras llegar a hacer, porque además estos espacios, cuando estuviste por ejemplo en Elle, son espacios peleados, espacios que es un espacio y hay un montón de gente que quiere. 

DG: Y encima llega la mexicana por uno de esos. Yo creo que las cosas se fueron… O sea, al final eso, hago mi tienda como por ir así en orden, abro la tienda, la verdad es que en la tienda me empieza a ir súper bien, y yo decía “es que ya no sé”, tenía 18 años 19, estaba ganando súper bien que muchos, ganaba mucho más que luego durante muchos años en España y más, cuando empiezas, terminas la carrera y todo no gané, y sí que hubo un momento de “igual no debo de irme, ya estoy ganando dinero esto me puede ir bien, puedo tal”.

DB: Y al final tenías el soporte de que tu familia y ya tenías experiencia en eso.

DG: Sí, y mi papá era “pues te apoyo y vete, pero también te apoyo en el negocio y mira, te está yendo muy bien”, entonces entras como en esa de “¿qué es lo correcto?” Pero al final sabía que pues por lo menos tenía que intentarlo.

DB: ¿Cómo decidiste, cómo fue el proceso de decidir estoy entre esto y esto y entre esto otro y le voy a apostar a eso?

DG: O sea, mi primera opción era irme a España siempre, pero como tenía que esperar tiempo, hago ese inter, pero claro, luego ahí sí me costó porque yo decía “es que para que le muevo así aquí ya me está yendo bien”, pero dije “bueno, dejo la tienda”, dejé una persona encargada, que obviamente luego la tienda cerró a los pocos meses de que me fui porque ni me preocupé, yo llegué a Madrid, empecé la carrera, estaba super ilusionada y todo. Y mientras estuve estudiando la carrera, realmente no sabía a qué me iba a dedicar. A la vez que estudié, estuve en una ONG que trabajábamos en la India en una cooperativa de mujeres, y también hubo un momento mientras estudiaba la carrera que yo decía “tengo que dejar todo y hacerme como misionera, quedarme en la India, esto que he aprendido a usarlo para ayudar”, o sea, porque también tenía como el momento de fashion world tal, y luego este otro momento que yo siento que yo soy así, entonces también te cuesta, porque son mundos tan diferentes, pero que bueno, se podían… Yo encontré la manera como de combinarlos, pero luego me sentía mal, volvía de la India y estaba en un desfile o no sé dónde y eran contrastes muy muy muy fuertes, pero decía “bueno, pues tengo que terminar esto”.

DB: ¿Qué hacías en India específicamente? Trabajábamos en con una cooperativa de mujeres. Es una ONG española donde había varios proyectos en Brasil, en la India, en Marruecos y ayudábamos… Nosotros creábamos colecciones de ropa, íbamos ahí, les enseñábamos a hacer los patrones y todo, porque en ese momento estaba estudiando diseño de moda y hacíamos colecciones que luego se vendían en Europa en tiendas de comercio justo, entonces era la manera en la que ellos, estas mujeres se sustentan.

DG: O sea, el ejemplo este de enseñarles a pescar, no les des el pescado, sino enséñales a pescar.

DB: Y entonces y al final dices “ay, pero sí saben coser”. Sí, saben bordar, porque hacen maravillas, pero por ejemplo, había cosas que para nosotros son tan obvias como la sisa de una camiseta y tal, que ellas van vestidas con metros de tela que ellas enrollan, entonces el simple hecho de cómo tiene que quedar una camiseta, un pantalón, que es como lo más básico, no es lo mismo ni es el gusto, y tienes como que hacerles pensar, aunque ellas creen que esto es lo correcto, en Europa, que es el señor o la señora que te va a comprar, no se va a poner esto porque no vamos con esto pegado aquí en la camisa.

DB: Me salen un montón de anuncios en Instagram de las camisetas de hombre que te dicen, o sea que te ponen la figura de un bato y el mismo bato, pero con otro tipo de camisa como de esta marca, donde a lo mejor es más ajustada de los brazos, del pecho y flojita de acá, Y entonces como que te hace ver mejor y es nada más el corte, pues lo que dices. Entonces en un lugar sucede de una forma, un lugar sucede de otra forma y favorece.

DG: Claro, y entonces nosotros hacíamos un patrón, dejaba el patrón, no sé qué, me iba a comer o lo que sea y volvíamos y ya habían cortado el patrón porque decía “esto no”, y era “no, no, no, vamos a volver a empezar”, pero bueno que es una de las experiencias más increíbles que he vivido. Me emociono.

DB: ¿Por qué? ¿Qué fue lo que más te gustó de ahí? ¿Ya vamos a empezar a llorar? Me advertiste, me advertiste.Te voy a cambiar el tema. Entonces, te fuiste varias veces a India, como tres años estuviste yendo a esta ONG. ¿Cómo pasas de ahí a tu primera chamba? ¿Cómo consigues el primer trabajo que hiciste o el primer puesto?

DG: Justo terminó termino la carrera y una de mis compañeras que había estado conmigo en la India, ella se había graduado un año antes y estaba en la revista de Elle haciendo sus prácticas, y entonces ahí también era otra vez “termina la carrera, ¿qué hago? Me regreso, no me regreso, me quedo, me vuelvo a la India, me dedico a otra cosa, dejo la moda”, porque también es eso, es como un tema importante, es decidir qué estudiar cuando no tienes ni idea, pero una vez que terminas, es “¿y ahora qué hago? ¿Qué pasos son los correctos o cuáles no?” Y en ese momento, pues lo mismo. “Regrésate a México, pon tu negocio aquí”, ya sabes, la familia y todas esas cosas, y mi amiga esta me dice “están buscando a alguien para prácticas porque la chica que está ahora se va tal, pues ven y que te haga una entrevista” y nada, voy a la revista Elle, me entrevista Elvira, que era, sigue ahí, la directora de producción de moda. Me hace una entrevista, le cuento, y me dice “ya me contó Paloma que te conoce de tal, no sé cuánto, te recomendó muchísimo, que eres súper trabajadora, y tal”. Me dice “aquí es trabajar, aprender, las prácticas son tres meses. Es imposible que te puedas que te puedas quedar”, porque también te lo dicen como “no te hagas ilusiones”, porque yo tenía muchas ganas, y dice “pero son tres meses” y yo “bueno, pues voy a ver tres meses, vamos a intentar y si no, pues lo mismo, el coger el avión y volver a casa siempre es una posibilidad, entonces pues vamos a seguir intentando”. Y al final estuve en Elle casi nueve años.

DB: Justo antes de Elle, mientras estabas en la universidad, ¿había alguna otra actividad o proyecto que hiciste? ¿Alguna otra cosa que hayas…?

DG: No, estuve estudiando la carrera, que al final era como full time y los veranos y cuando tenía vacaciones estaba en la India.

DB: Ok, tu primer trabajo en España formalmente fue en Elle. Te dicen que no te puedes quedar, ¿cómo sí te quedaste? O sea, ¿qué pasó o por qué sí te quedaste en Elle?

DG: Pues no sé lo que pasó, que trabajé mucho, que tuve… No sé, estar en el lugar, en el momento que me dieron la oportunidad.

DB: A ver, ¿qué hacías? Haces unos tres meses en Elle, ¿qué hacías?

DG: Pues al principio estaba como asistente como de producción con Elvira y todo lo referente a los shoots, desde tenemos que buscar, tenemos que tal, pero un poco como ahí side by side, de llama a este teléfono y pide no sé qué, llama a esto y luego a los siguientes tres meses me renovaron los siguientes tres meses, ya como becaria del almacén de moda, que es donde llegan todas las maravillas que salen en la revista y nada, eso básicamente es recepcionar las cajas, abrirlas y colgar la ropa.

DB: ¿Pero era obvio que te fueras a quedar? O sea, haces unos tres meses y tú sabías que te ibas quedar más tiempo? ¿O estabas con él “ya se me van a acabar los tres meses, me dijeron que no me voy a poder quedar”?

DG: O sea, yo nunca… Yo creo que en ese momento pensaba “voy a hacerlo lo mejor que pueda y que sea lo que Dios quiera”. Tampoco vivía frustrada de “me voy y me quedan dos días”. Yo creo que en ese momento estaba como tan ilusionada de tener como la oportunidad que no sé, era como “pues lo voy a disfrutar y lo voy a hacer lo mejor que pueda y ya está”.

DB: Ok, entonces entras como becaria del almacén.

DG: Sí, del almacén de moda.

DB: ¿Y eso te dijeron que era por un plazo o era…?

DG: Sí, como que podían volver a renovar como otros tres meses, porque era como el máximo, ¿no? Y vuelvo a renovar y ya como que al final, hasta de becario hay niveles de becario. Yo hice todos los niveles de becario que puede ser. Al principio era como ya entré al almacén, pero había otra persona y yo como la asistente de la asistente del almacén, un poco así. Y luego creo que la siguiente renovación, no sé si fueron por seis meses o algo así.

DB: ¿Te pagaban en primeros puestos?

DG: Sí.

DB: Y cómo saber, si estás diciendo que eras asistente del asistente del asistente, por decir algo, ¿Cómo destacas? O sea, ¿cómo haces que te vean? ¿Cómo te haces notar cuando no estás en el puesto? No estás siendo la que hace el styling en el shoot, la que tiene contacto con, si fuera el caso, el artista o lo que sea, estás detrás, detrás, detrás, ¿no? Como a la sombra de otras personas. ¿Cómo haces para que te vean?

DG: Al final fueron muchos años también para que eso sucediera. Al fin, sigo como en el almacén. Luego me hacen como ayudante de las estilistas. Ahí ya empezaba a ir a las sesiones de fotos con ellas. Igual al principio era casi de “te paso la chaqueta y ni hables ni comentes”. Y estuve con la directora de moda, aprendiendo de ellas todo, todo lo que pude, y que todo lo que me enseñaron esos años. ¿Y cómo destacas? Pues no sé, creo que trabajando mucho, haciendo bien tu trabajo. Al final, las relaciones yo creo que en nuestro trabajo son superimportante. Trabajamos con muchas celebrities, con modelos. Un poco ese... No sé, como las relaciones de ser educada, tienes que estar, en algún punto, ser casi como invisible para no molestar, pero saber el momento en el que tienes que estar.

DB: Pero justo es eso. O sea, justo es un trabajo en el que implica en muchas ocasiones ser invisible, no estorbar, no querer ser la que llama la atención, porque luego caes mal, pero entonces ¿cómo logras que te vean cuando nadie te ve?

DG: Ahí no llevaba el pelo rosa. Es que no, no lo sé.

DB: Si te pones a pensar en la perspectiva desde el lado de tus jefas, esas personas que toman decisiones, ¿tú que crees que notaban o qué crees que veían en ti que decían ir confiando en esta persona y no nada más decir “bueno, pues la que sigue o que se quede ahí o listo”?

DG: Pues yo creo que eso al final es hacer bien tu trabajo, ¿no? Y trabajaba muchísimo también. Me quedaba todas las horas que hicieran falta. Nunca… Tenía un horario como becaria y creo que jamás me fui a mi horario. Nadie me decía que no lo hicieran, ¿no? Y tampoco creo que jamás lo hice como “me voy a quedar aquí a dormir para que un día me vean y me den una oportunidad”. Creo que no. Todo lo que se ha ido dando, creo que lo que me ha pasado nunca ni siquiera he soñado de “ay, quiero un día ser directora de moda”. O sea, todo lo que he ido pasando, como que lo veía tan imposible siempre y como que he preferido no como adelantarme a las cosas, disfrutarlo, hacerlo bien y que la vida me sorprenda.

DB: ¿Eres más de esa idea de “poco a poco lo que vaya pasando” contra pensar en “quiero llegar aquí, entonces ¿cómo voy a llegar ahí?”?

DG: Yo creo que si haces eso, vivirías frustrado todo el tiempo. Hay gente que dice “quiero llegar ahí” y se pone una meta y tal. En mi caso, creo, o sea, honestamente siento que nunca ni lo soñé.

DB: Pero te apasiona.

DB: Me apasiona. Si no, no estaría aquí.

DG: ¿Pero qué fue primero? ¿El que empezaras a hacerlo y que ya haciéndolo le agarrarás cariño o qué…? Porque luego también es esta cosa de seguir tus pasiones y lo mismo que dices de la universidad de “ni siquiera sé qué quiero o no estoy seguro de tal”. ¿En qué momento te empieza a apasionar lo que haces?

DG: Yo creo que desde el minuto… O sea, desde que decidí qué carrera quería estudiar y me quedé, seguí en España cuando me quería regresar cada fin de semana de vuelta a casa porque me apasionaba siempre, pero independientemente de que eso me apasionara, no sabía ni qué camino tenía que seguir ni qué desenlace iba a tener. A eso es a lo que me refiero, que no sabía y no me imaginaba ser directora de moda, que luego después de Elle estuve en  Cosmopolitan como directora de moda. Hay cinco o seis revistas femeninas importantes en España. Ese puesto, ¿cómo voy a soñar que sea para mí?

DB: ¿Y crees que te jugó a favor el no estarlo persiguiendo o deseando? O si lo hubieras pensado antes, como “si quiero llegar ahí” a lo mejor hubiera llegado antes?

DG: Creo que no. No sé.

DB: Quiero saber cómo piensas tú.

DG: No, porque también es un… O sea, en el mundo de la moda también hay muchos egos, muchas envidias, muchas… Entonces también si te lo crees mucho, quieres algo mucho, siento que vas a tener como más stoppers, entonces creo… O sea, no sé igual, claro que si hubiera hecho otra cosa, quizás también hubiera sido o más rápido o nunca hubiera pasado, no lo sé. De hecho, a veces cuando doy en la universidad, en el IED charlas que a veces doy para para alumnos de Latinoamérica que quieren ir a España o Italia estudiar, me dicen “¿pero qué hiciste para nosotros como seguir los pasos y saber que me  voy a poder quedar allá? Porque yo quiero ir, pero me quiero quedar a vivir en Europa, no quiero ir y estudiar y regresar”. Y digo “es que si volviera a ser todo lo que hice otra vez, seguramente que tampoco pasaría, o sea, incluso haciéndolo yo otra vez”, porque hay muchísimos factores, las oportunidades que te de la gente, lo que te decía, estar en el sitio, que la persona igual que estaba ya no está ahí y justo se liberó como un puesto, un espacio en ese momento, como que son muchos factores que no puedes controlar y que eres la mejor o no eres la mejor en cuanto a diseño, moda o gusto o como estilista, es muy relativo quién es mejor o quién no es mejor.

DB: Sí, eso no es como un matemático que puedes decir “bueno, le atino a todas las fórmulas y listo”.

DG: No, o sea, hay muchísima más gente más creativa, que sabe hacer las cosas mucho mejor que yo e igual no tuvieron la oportunidad de estar o que alguien las viera o que estuvieran en el sitio, o sea, no creo que yo por haber logrado haber estado en ciertos lugares sea porque sea mejor que nadie.

DB: ¿A qué se lo debes? ¿Qué crees tú que te ha mantenido donde estás o que te ha seguido abriendo puertas? Aparte del trabajo y trabajar, trabajar, trabajar, pero ¿qué otra cosa sientes que hace que la gente quiera seguir trabajando contigo?

DG: No sé. O sea, yo creo que en esos años es la constancia, la paciencia, la pasión siempre. Y no sé, o sea, y simplemente como… O sea, lo que te digo es como estar cuando tienes que estar invisible y cuando tienes que salir y luchar también que no te coma nadie, porque eso es…

DB: ¿Y te ha tocado luchar por un puesto pensando en el tema de incluso de “soy latina”?

DG: Yo no lo he vivido. O sea, nunca lo he vivido como un handicap en mi carrera. La verdad que desde que entré ahí, pues todo el mundo me aceptó por quién era, por dónde venía y por lo que sea. Y no, no creo que ni me haya… O sea, no creo que sea algo que me perjudicaran ni que fuera un plus. Ahora creo que sí, ahora que tengan latinos en las empresas, es como tener una medallita, que ahora estamos de moda. Así que qué bueno, genial también porque podamos seguir teniendo esos puestos y ojalá que pueda llegar a muchas cosas más y también por la gente que viene detrás.

DB: Ok, a ver, vamos a regresar. ¿Cómo brincas de Elle a Cosmopolitan y luego a Neo2?

DG: En Elle estuve como nueve años y terminé como estilista junior, empezaba ya a ser como más temas de estilismo sola y no sólo acompañando a las estilistas, y Hearst Magazine, que es a lo que pertenece Elle, recupera su cabecera de Cosmopolitan en nuestras oficinas. Venía el proyecto y era como iba a ser algo pequeño y tal, de hecho, como cinco personas que éramos de Elle nos mueven a Cosmo para como lanzar el proyecto. La cabecera ya existía en España, pero querían como relanzar…

DB: ¿A qué te refieres con la cabecera?

DG: A Cosmopolitan la marca, la marca Cosmopolitan. Ya existía en España, pero la tenía otra editorial, pero Cosmopolitan pertenece a Hearst y lo que hizo Hearst es todas sus marcas, como unificarlas en la misma empresa, que mundialmente era así, pero en España antes no estaba Hearst, pertenecía a otra empresa francesa, entonces fue como que unificaron todo. Trajo en Squire, Harper's Bazaar, Cosmopolitan y nos juntaron todo en el mismo como edificio, y entonces venía el bebé de la casa, que al final también era una revista también bien para un público más joven y darle como ese refresh. 

DB: ¿Cuántos años tenías?

DG: Cuando me hicieron directora de moda yo tenía creo que 31 años.

DB: Y a ver, no más para también tener el contexto claro, ¿qué diferencia existe entre hacer estilismo a ser directora de moda de una revista? O sea, ¿qué tanto cambiaron tus responsabilidades o la dimensión del puesto?

DG: No, era otro mundo, y en una revista dedicándote a la moda, es el puesto más alto que pueda haber. Y al final, como directora de moda no solo te encargas como de un shoot o de una portada, sino de todo el contenido que hay en la revista de moda, entonces

DB: Entonces, alguien que hace styling o este puesto que tenías antes, por ejemplo, en Elle, ¿hasta dónde llega su puesto? ¿Cuál es el alcance o responsabilidad de su puesto?

DG: Pues hacer sesiones de foto. En mi caso eran sesiones de foto más pequeñas. Hacía todas las portadas con las estilistas senior y la directora de moda yo asistiéndolas, pero no eran mis portadas firmadas, yo firmaba como asistente, no eran mis portadas. Bueno, son de todo el equipo, pero bueno. Y ahí lo que hacía es lo que hacía como stylist, cuando tenía yo como mis propios proyectos, era un retrato, irte con este actor, hacerle una foto, un retrato para una entrevista de una página, no eran las historias editoriales grandes de la revista, obviamente las hacían ellas.

DB: ¿Pero esa foto, por ejemplo, era “se va a poner todo ese rollo…”

DG: Todo, desde el equipo, tú eliges un poco tu equipo, el fotógrafo que lo va a hacer junto con la directora de producción y obviamente cada revista tiene como su equipo con el que sueles trabajar. Y luego, pues también la afinidad que tú tengas, pues no sé, a ti te pasará, “pues prefiero que me ilumine, que me ponga la cámara equis personas”, pues trabajas mejor, ¿no? Que siempre es mucho mejor trabajar con buen rollo, y entonces todo, desde que se va a hacer o en un hotel o en un estudio o en el exterior, en la calle, depende de lo que va a hacer. Si es un cocinero que vamos a entrevistar porque le han dado una estrella Michelin, pues quizás nos vamos a su restaurante y como montar el set y hacerle el retrato de él en los fogones de la cocina o si es una actriz que está nominada los Goya, no sé qué, de revelación, pues la niña irte a no sé qué, y pues quizás en un estudio hacerle un par de fotos, pero eran como sesiones mucho más pequeñas.

DB: Pero entonces hasta ahí abarca, ¿no? Como hacer que exista esa fotografía… Digo, no quiero minimizarlo, pero hacer que exista la fotografía que va en un pedacito de todo el tema de la revista. Y ahoram irte como directora de moda, ¿qué responsabilidades lleva?

DG: Pues muchas, que otra vez lo mismo, como esto me cayó del cielo, creo que ni siquiera lo pensé. Fue como “tienes esta oportunidad” y dije que sí. Cuando llegué a mi casa me acuerdo que le digo a mi marido “¿cómo lo voy a hacer? Dije que sí, ¿qué hago?” O sea, sí, llevaba muchos años en una revista, como te decía, aprendiendo de gente increíble, profesionales, decía “bueno, algo se me tuvo que haber pegado, algo tuve que haber aprendido”, pero sí te da un poco como de susto, de “¿ahora lo haré bien?” Pero bueno, fue como un microsegundo y luego fue a resolver. Y creo que ya, ese día fue como que lo pensé y luego ya tenía tanto trabajo por hacer y tantas ganas de que saliera bien que tampoco lo vuelves a pensar.

DB: Pero por ejemplo, ¿qué actividades tienes que hacer como editora de moda?

DG: Pues como editora de moda todas las páginas que tengan que ver desde que tú ves una entrevista y salen un bodegón de zapatos, ropa o de” crea tu look”, o sea, todas las páginas o una entrevista, aunque la haga una redactora, que yo no soy redactora, pero tenía dentro de mi equipo una redactora de moda, “vamos a hacer una entrevista a X persona o a X diseñador, porque lanza no sé qué colección con no sé qué artista”,es al final coordinarlo todo.

DB: ¿Y qué de lo que aprendiste en Elle te sirvió más en Cosmopolitan? ¿Te acuerdas de alguna cosa que te había enseñado alguna de esas personas o que le hayas visto a tus jefas y que digas “eso ya me vi cuando lo volví a aplicar acá”?

DG: Pues es que fue mi escuela, ¿no? Creo que todo lo que vi ahí me sirvió. Si me quedara con una cosa específica, no sé, no sé, a ser resolutiva. Creo que eso es el mejor consejo en cualquier área, en cualquier carrera, en cualquier trabajo, que no te bloquees, ¿no? Porque en las sesiones de fotos pueden pasar muchas cosas. Desde que, no sé, estábamos… Me acuerdo una vez, viajamos de Madrid a Punta Cana a hacer los editoriales de verano, porque como va la moda, hay que fotografiar baño cuando hace frío, para que cuando salga el número, que ya es verano, tener las páginas de moda de ropa de verano o de bañador, lo que sea, entonces, normalmente viajábamos a algún sitio donde hiciera calor, solíamos hacerlo como en febrero, los temas de baño, y nos vamos a Punta Cana con todo lo que conlleva una producción de ir un equipo entero, dinero, hotel, gastos, aunque hay en las revistas intercambios con marcas…

DB: ¿Cuánta gente llevabas?

DG: Ocho, nueve personas, entre fotógrafo, maquillador, estilista, asistentes, dos o tres modelos, porque no todo lo haces con una sola modelo, a alguien de producción… O sea, sí, como pocos, quizás siete, pero entre seis, nueve personas. Y llegamos ahí y está la semana entera diluviando.

DB: No, ¿qué hicieron?

DG: Llegamos con ocho temas de moda fotografiados, ¿qué hice? Y eso fue, eso me pasó justo mi primer viaje en Cosmopolitan como directora de moda, ahí ya la responsabilidad no es “si llegamos sin foto, es problema de mi jefa, yo vine aquí y no tuve que sacar el bikini de la maleta”, pero si no llegas con el trabajo, ¿qué hacemos? Me pasó en mi primer viaje.

DB: ¿Qué hiciste? ¿Cómo resolviste?

DG: O sea, yo creo que entre lo de Cosmo, yo creo que arrancamos la revista, empezamos la revista en diciembre y este viaje fue en febrero, era mi primer viaje. estaba todo pagado y, además, claro, esos budgets van a esas marcas, los contenidos que tenemos que crear y todo, que ya están cerrados para que pudiéramos tener el dinero de venir aquí. Pues en los cinco minutos que no llovía haciendo fotos, la mitad de esas fotos las hicimos en una piscina en vez del mar, y luego en Photoshop poner el color que pareciera el Caribe, o sea, todo así. Creo que iba a ser, no sé si eran tres o cuatro temas, e hice ocho, me vine con el doble de trabajo diluviando todos los días. O sea, “dejó de llover, corre”. O sea, tengo unos videos y unas fotos de esos momentos que yo estoy con el fotógrafo, con un paraguas y “corre ya”, y era como la lluvia esta tropical, que muchas veces llueve dos, tres horas y luego paraba. O sea, yo nunca había visto eso en Punta Cana. Era como todo el día y más bien paraba media hora, y en esa media hora yo le cambiaba el bikini y otro, otro, otro, para como hacer todas las fotos que pudiéramos. Y nada, y resolví el trabajo, ¿no? Entonces, yo creo que eso, porque podría haberme frustrado de decir “no, es mi primer viaje, no voy a poder hacerlo, voy a llegar sin el trabajo” y te bloqueas y no lo puedes sacar adelante, ¿no? Entonces, yo creo que eso vale para cualquier carrera y negocio.

DB: A ver, bueno, y entonces, nomás quiero cerrar esta parte del viaje de Cosmo, ¿cómo pasas a Neo2?

DG: En Cosmopolitan estuve cinco años y en la revista estuve trabajando con muchísimos celebrities, y ahí también yo empecé a hacer cosas por fuera. Justo antes de irme a Cosmo lanzo mi marca de joyas, y fue el año que me fui a Cosmo que abrí Barokah, me casaba también ese año, fue como todo al mismo tiempo. Y en la revista, el mundo editorial al final ahora está súper complicado porque las revistas no… O sea, ni hay los presupuestos que había antes ni los equipos que había antes, ahora se sindican muchísimo más las fotos.

DB: ¿Eso quiere decir qué? ¿Agarras la foto de otro...?

DG: Agarras la foto que yo… Por ejemplo, en los años que estuve en Cosmo, una de las cosas que me hizo muy feliz es que muchísimas de las portadas que estaba haciendo yo en España se sindicaban en un montón de países del mundo y tuve mis primeras portadas en Cosmo México que yo decía “es la primera vez que…” Llevaba trabajando diez años en el mundo editorial, y sí, yo cuando venía a México traía las revistas y “mira, papá, abuelita” y tal, y cuando veo como... Creo que fue el segundo número que hice de Cosmo que se sindica la portada, yo ya mando todo el mundo en México que vaya a comprar la revista, es mi portada, entonces, eso fue increíble también que vieran mi trabajo, pero bueno, como ya estaba este mood, los equipos empezaron a quitar equipo de las revistas. Empezaron a hacer también pulls de estilismo dentro de la casa como para que hagan varias revistas. Entonces, también quitaron puestos y tal, entonces, en todo eso que pasó, también tengo luego la oportunidad de estar en Neo2.

DB: Pero a ver, ¿tú ya veías que esto ya pintaba mal? O sea, este barco empezó a hundirse y...

DG: No, el barco se hundió. El barco se hundió y hacen también EREs y todo en la empresa. Claro, la mitad de esos años que estuve en Cosmo entramos en una pandemia que también era ya ni siquiera podíamos, aunque quisiéramos, hacer la cantidad de material que estábamos haciendo antes, entonces, hacen un ERE también en la empresa.

DB: ¿Un ERE?

DG: ERE.

DB: ¿Qué es eso?

DG: ¿Cómo se dice aquí?

DB: No sé qué significa.

DG: Pues hacen recortes.

DB: Ah, un recorte.

DG: Un recorte. Y claro, como yo estaba en uno de los puestos más altos, pues claro, bye. Y nada, y luego...

DB: ¿Qué sentiste ahí?

DG: Yo estaba súper tranquila porque lo que te decía, como siempre, lo que me ha pasado ha sido para mejor. Yo, o sea, me acuerdo cuando me llamó mi jefa y me lo dice y tal, no sé cuánto, y digo, “no, o sea, voy a estar...” Estaban mis compañeras llorando y tal, y digo, “pero voy a estar bien, ¿no?” Y a las dos semanas ya tenía el puesto de Neo2. Al mes había abierto mi tienda, al mes y medio empecé a trabajar con Sebastián Yatra, entonces sí fue para mejor.

DB: Pero ¿y cómo llegaste a esas oportunidades? Justo, ¿cómo llegaste a esas otras...? Bueno, la tienda ya traías, ¿no? Pero Neo, por ejemplo, ¿y además por qué lo aceptas si sabes que la industria está batallando?

DG: Neo es una cabecera española, sola, más independiente, pero es otro... O sea, creo que ahora las marcas están apostando más por revistas mucho más nicho, y yo lo he visto porque en los anunciantes que tenemos ahora en Neo con los que tenía Cosmo, que es una revista internacional, pero cada vez las marcas quieren eso como que es más… Sí, más nicho, más especial, diferente.

DB: ¿Está hecho más casero, como equipo más chico?

DG: No, no, no casero, sino que es una revista que no se rige tanto por tantos cánones de…No sé, una revista tipo Elle, Cosmo, hay una forma en la que tienes que hacer la portada, cómo tiene que estar viendo la modelo, tiene que ser una chica de entre X y X edad, que sea, por ejemplo, en el caso de Cosmo, celebrity o top model o es actriz o canta, o baila, o hace algo, ¿no? Y es como que al final te cierras, aunque parece que hay muchísima gente que hace eso, al final es como que siempre están haciendo lo mismo, porque al final es la identidad de la marca.

DB: Y además eso lleva un costo muy alto, ¿no? Como si ahuevo tengo que hacer una celebrity, entonces vele agregando costo a la operación de cada cosa, y Neo no es como que no lo haga, pero me imagino que también pueden jugar, son más flexibles.

DG: Claro, y al final ahora también hago personajes mucho más random, o sea, te hago un actor de 50 años, pero te hago un actriz de cualquier serie de Netflix que está petándolo, o una modelo que ha hecho tal, o alguien que está luchando por no sé qué causa, o sea, no hay como una identidad de solo puede ser X persona, ¿no? Aunque yo en Cosmopolitan logré, gracias a que lo peleamos mucho, hacer el primer chico de portada, porque nunca había estado un chico en una portada de Cosmopolitan, hice a Maluma, que conseguí llegar a él y trabajar junto con su equipo por hacer historia, porque al final lo hicimos. También logré sacar a la primera chica trans en portada, que nunca se había hecho. La primera chica musulmana con un hiyab, que tampoco se había hecho en España.

DB: ¿Cómo conseguiste que te dieran apertura? O sea, ¿cómo…?

DG: Pelando mucho, y yo creo que también eso me costó mucho.

DB: ¿Pero te desgastabas mucho?

DG: Sí, pero al final también cuando haces cosas que no gustan tanto eres un poco...

DB: Sí, sí, el incómodo, ¿no? Eres como la persona incómoda en el equipo

DG: Yo soy súper cabezota, quiero esto, lo voy a lograr, lo voy a hacer, y bien, porque al final creo que es lo que hay que hacer, ¿no? 

DB: Pero al final todo el mundo dice, “ay, qué padre que hicieron eso”, cuando la persona dice “yo te estuve diciendo que lo hiciéramos y no querías”.

DG: Y eso claro, pasa muchísimas veces, esta idea “no sé qué, no lo van a aprobar, no hagamos esto”, y luego pasa, o lo hace la revista de enfrente y te quieres morir, y es como “yo lo dije, llevo seis meses luchando por esto”, pero bueno, creo que es lo que hay que hacer.

DB: Pero, por ejemplo, en eso en particular, ¿cómo es el acercamiento para tratar de convencer a esta gente o a sus jefes o a los dueños de la empresa o lo que sea de “intentemos esto”? Independientemente todavía de la negociación que se haga con la persona, en cualquier de esos tres casos ¿cómo te preparas o cómo llegas con la propuesta? “Yo creo que por esto va a ir bien...”

DG: Sí, con datos, y hoy en día, además que claro, los datos. Ya no expongo a esta modelo porque me parece bonita, sino, “¿cuántos seguidores tiene? ¿Qué impacto va a hacer? Vamos a primero hacer un artículo sobre esa persona en la web, a ver si tiene clics, a ver si a la gente le interesa”, que claro, ahora es mucho más difícil, porque puedes querer pelear por una causa muchísimo, pero si no te va a dar clics….

DB: Claro, sí, claro.

DG: Entonces, con data, porque ahora para bien y para mal tenemos eso, entonces “yo creo que esto funcionaría porque mira, mira, mira…” Y hablándolo, pues, como llegar a la oficina de mi jefa y decir “mira, yo creo que tenemos que hacerlo”, y yo creo que muchas veces también primero yo intentaba ver si el camino iba a ser como real.

DB: ¿En qué sentido? ¿A qué te refieres?

DG: Pues imagínate, no sé, conseguí a Paris Hilton, por un amigo maquillador que conoce a alguien, que conoce a alguien de Paris, en ese momento… O sea, esto fue hace como ocho años, que Paris estaba olvidada, porque ahora otra vez ha tenido como su boom, y yo, o sea, tenemos que, no hay chica más Cosmo que Paris Hilton, ¿no? Y ahora con todo el boom de los influencers, digo, es que ella fue la primera real influencer. Y a través de un amigo de un amigo de otro amigo de tal, había un contacto que podía llegar a ella, y entonces yo hice todo el caminito primero. Cuando recibo el primer mail que me responden es, “o sea,¿hay posibilidad de hacer a Paris.” Ahí ya empiezo a mover. ¿Qué pasaría si hacemos…? Por no hacer como historias imposibles y ponerme a pelear y ver que es imposible tener a no sé qué artista, ¿no? Entonces, al final también nuestro trabajo es mucho de contactos, relaciones, llevo muchísimos años trabajando también en esto, y saber cómo mover esos es…

DB: A ver, por ejemplo, en el caso que dices, de Maluma, que no solamente es Maluma, pero también es esto, del primer hombre en una portada de revista Cosmo. ¿Cuál fue el caminito que seguiste? ¿Primero todavía fue llegar con él?

DG: Fue terrible, fue un shock. Primero, Jennifer, que es su publicista, me escribe, habíamos trabajado ahí yo con Becky G en otro proyecto, y por error me manda un mail. Bueno, por error no, pero diciendo, “me han pasado tu contacto, me dicen que eres la directora de la revista de Elle US”, y yo sabía que era Jennifer, porque había trabajado con ella, y sabía quién me estaba escribiendo, y entonces recibo ese mail, estaba en plan en mi casa, creo que esto fue durante la pandemia, y contesto “hola, Jennifer, no, o sea, sí soy Daniela, sí hemos trabajado juntas, hicimos este proyecto”, habíamos hecho varias cosas juntas, se lo recordé, y digo “no soy la directora de Elle US por ahora, pero soy la directora de moda de Cosmopolitan, que ahora estoy aquí, y me encantaría hacer esa portada con Maluma”, porque ella estaba escribiéndole para cerrar algo con Maluma. Yo le contesto ese mail y digo “pues no, no soy esta, soy yo, hemos trabajado juntas”, le puse las fotos, que el trabajo que habíamos hecho juntas, y “quiero que me des a mí a Maluma”.

DB: ¿Te contestó?

DG: Sí, me contestó “bueno, ya veré”. Pasaron tres meses, no volvió a contestar, yo insistía, ya preparé como un documento de “haríamos historia, seríamos la primera vez que hay un chico en portada” y pues ya como que les gustó más, siento.

DB: ¿Pero a la par de eso, al equipo le venías peleando o primero querías que te dijeran ya que sí?

DG: En ese momento moví todos los hilos por todos lados a ver qué pasa, no, porque...

DB: ¿Qué pasó primero? ¿Que te autorizaran dentro del equipo que sí, sí podría estar, o primero paso que te dijeran “vamos a darle”?

DG: Primero esperaba que hubiera esa oportunidad de poder tenerlo, y ahí ya fui a sentarme, “¿qué pasaría si hacemos a un chico en portada?” Y en ese momento tuve que hablar hasta en Hearst, en US, las oficinas están en Nueva York, para que me aprobaran eso, porque al final es saltarte toda la línea editorial, y no estaban muy convencidos. Yo hice un viaje a Nueva York y fui a hablar con Kim Bodden, que es la directora editorial de las cabeceras, de todas las cabeceras del mundo de Hearst, que la adoro y tengo muy buena relación, la admiro muchísimo, y me senté en su despacho, y luego fue como una locura todo, y medio una pesadilla también

DB: ¿Pero te dijo que sí luego luego ella, o también fue...?

DG: No, era como “bueno, vamos a ver, porque no sabemos y tal, hasta que no te digan…” Pero yo iba como abriendo puertas... 

DB: Estás en el limbo mucho tiempo, o sea, estás mucho tiempo entre que nadie te da con certeza un sí.

DG: Y tú tienes que seguir haciendo la otra revista tal, y ver el día que te aprueben, a ver en qué mes lo metes que pueda el artista, que tú tengas libre la portada que le interesa, y si no mueve a la otra persona que tienes…. Es paciencia y de ir moviendo hilos, y en este... O sea, yo creo que estuvimos meses con esta portada, y al final eso, ya por casi un tema personal, la directora Cecilia, que es la directora de la revista, también estaba luchandolo conmigo, porque ya era como... Ya llegó un momento de “sí, sí podemos hacerlo, pero tienen que ir a Turks and Caicos, porque él va a estar ahí, tiene cinco horas, tienen que..”. O sea, como... Y así pues muchas veces, ¿no? Pues con Paris Hilton, lo mismo, cuando lo muevo, y al final me dicen que sí, teníamos unos premios en Madrid, y yo quería darle como un premio, y aprovechar y hacer la portada y todo, y luego ya fue imposible, no podía venir y tal. Los artistas también pues piden avión en primera, avión privado, que no se puede, más ahora en el mundo editorial, ya no es como antes, antes volaban a diez personas del equipo en en business y no pasaba nada, o tenías una marca que patrocinaba, pero daba muchísimo más dinero que el que hay ahora, entonces cuando ya me dice que no podía venir, nosotros hacer el coste de hacer una producción, en este caso en Los Ángeles, que ya vive ahí, es mucho más caro por todo, el budget de estudios, maquilladores, peluqueros, todo, es mucho más caro que en España.

DB: Y aparte hay muchos sindicatos y cosas así ¿no? Como esos conceptos de esta persona nomás puede hacer esto.

DG: No, o sea, en Madrid el maquillador, peluquero, el que hace las uñas es la misma persona, en Estados Unidos uno hace los pies, uno hace los manos, uno hace el pelo, uno maquilla, y claro, son cinco personas que cobran cinco veces más que los de España, entonces es bueno, pagamos tanto. Cuando me empieza a poner como la solicitud de “tiene que ser mi maquillador, mi peluquero, no sé qué”, hablas con el maquillador y dice “mi fee no va a ser menos que esto”, y claro, tú sabes que si le intentas regatear al maquillador se te cae el celebrity, porque a veces es “yo no voy a hacer una portada si no me maquilla mi persona de confianza”, y lo entiendo, entonces ya también eso fue como en una desesperación de “¿cómo hago como para bajar el budget? En vez de pagar un estudio, a mí se me ocurre ya en esos momentos de desesperación, porque luego todo lo vives como si estuvieras operando a corazón abierto, y luego la realidad es que nuestro trabajo es hermoso, pero es muy absurdo a veces estar estresada y sin dormir por una situación como la que te estoy contando, es absurdo, pero es como I'm going to fight for it porque a eso vine y vamos a pelear hasta el final, pero a veces es como “¿por qué llevo siete horas el teléfono desesperada luchando por esta portada como si fuera el final de mis días?” Y entonces digo, en la desesperación, “voy a mandar un mail” y pongo… Claro, todo también hay que saber cómo decir las cosas, “yo creo que para que ella esté más cómoda y no se preocupe por salir por no sé qué, por no sé cuánto, porque el coche que pedía, el transfer, no sé qué, para nosotros hay cero problema de ir a hacer las fotos en su casa”.

DB: Como “si ustedes quieren les damos chance de que sea ahí”.

DG: “Les damos chance para que ella esté cómoda en su propia casa, así están los perros en la sesión no se tiene que mover, la pueden maquillar en su habitación, que se despierte cuando ella quiere y yo aquí estoy en la sala esperándola que baje. Y en el fondo “por favor, Dios mío, que me digan que sí, porque si me dicen que no, voy a tener que cancelarla porque no hay presupuesto”. Y así, o sea, así historias te puedo contar un montón.

DB: Tengo una duda nada más de esto. Aparte de todos estos gastos que se incurren, ¿se le paga a la persona que tiene la portada?

DG: No. Por lo general no. Nunca. 

DB: ¿En ninguna industria? Bueno, vaya, en ninguna revista es común…

DG: O sea, yo, por ejemplo, en las revistas que he trabajado y las que controlo, al final para el celebrity es una plataforma para dar publicidad, ¿no? Entonces, tú puedes tener a la top model más cara del mundo que cobra por cualquier sesión de fotos un millón de dólares y si les interesa tu cabecera, que el fotógrafo sea el que le gusta, que no sé qué, que no sé cuánto, que ellas sepan que tienen como controlado, te van a decir que sí y no hay fee, no hay fee para ningún artista.

DB: Y por ejemplo, y en ese sentido, para entender cómo funciona un poco la industria. Imagínate que te contratan a ti… Más bien no, porque no lo pagas, pero tú eres la modelo, vas a estar en la portada de tal. Yo, como revista, lo que le ponga la modelo, por ejemplo, “le voy a poner X marca” ¿Me paga la marca por ponerle eso?

DG: Funcionamos todos así.

DB: ¿Así es cómo funciona?

DG: Claro.

DB: ¿Y la modelo recibe algo de esa marca?

DG: La modelo… Hay varias formas de trabajar. La legal y la ilegal. O sea, muchas veces, imagínate, no sé, pongo una…Te pongo un caso, que no lo he hecho, pero que es una colección que acaba de salir estos días. Shawn Mendes acaba de sacar una colección con Tommy. Entonces, una forma de hacer una portada es, yo quiero hacer a Shawn Mendes, yo tengo relación con Tommy, les interesa sacar la colección en todas las revistas y portadas posibles. Una forma de trabajar es yo decirle a Tommy “oye, yo te hago el mega reportaje con full ropa de Tommy de arriba a abajo si me das a Shawn Mendes”. Entonces, ahí, como al final yo como revista me interesa tener a Shawn en la portada... Igual, en ese caso, pues solemos trabajar con la marca, a veces poner alguna página de publicidad y lo hacemos, tú me das a Shawn y yo te doy 15 páginas con todos los looks de Tommy, y ahí no paga Tommy.

DB: Pero ¿y quién absorbe el costo de la producción?

DG: A veces la revista, porque al final a ti como cabecera te interesa asumir unos costes si luego sabes que esa portada va a vender X o va a tener X clicks o tal, porque tienes, no sé a Harry Styles o a Sebastián Yatra, entonces dices “bueno, eso está bien”. Otra opción es a una marca le interesa llegar a X celebrity, que tú como revista tienes acceso, pero ellos no, ni tienen quizás el presupuesto para pagar a esta persona porque suban un post o lleven algo de la marca, entonces ahí sí que igual la marca te dice “yo te pago tus gastos que generes”, tampoco es que te haces rico, pero por lo menos es even y sacas tu portada, que es lo que hay que hacer todos los meses, “y de las 15 fotos o de las que vayas a hacer, pues le pones un look de mi marca”. En esos casos a veces la marca te dice “y te voy a mandar una caja y se la das al celebrity”, y el celebrity a veces dice sí, a veces no “no me lo voy a poner si a mí no me pagaron”, o incluso el celebrity dice “ay, qué bien, dame el contacto y a ver si podemos trabajar juntos”, que también pasa, porque al final es como que lo que hacemos todos es tener un link unos con otros, que es también cómo funciona. ¿Qué otro caso te puedo poner? 

DB: Por ejemplo, ¿se puede donde yo soy la persona que sale en la portada, y este caso, el segundo que estamos hablando, donde la marca dice “yo cubro el costo pero me pagas a mí también”? 

DG: También se hace si la marca quiere o igual por contratos del artista o tal, o la marca lo quiere tanto que me dice “mira, consíguelo a cualquier costo que yo te pago los gastos de producción y pásame el teléfono de su manager”, y si luego sube la portada, etiqueta la marca, no sé qué, hay bonos, porque ya la portada ya la hizo. También nos ha pasado que, por ejemplo, haces una portada random, no había ni un contrato previo, ni una marca, no sé qué, pero la marca ha visto que he utilizado sus ropas, sus joyas o lo que sea y contactan al artista y dicen “¿y si cuando lo subas…?” Porque si tienes una portada casi todo el mundo lo sube, hay gente que no, pero bueno, la mayoría sí, porque supongo que es algo bueno también para ellos, dicen “¿y si cuando la subas, en vez de solo etiquetar a Cosmo, Vogue, etiquetas a relojes tal? Pues te vamos a pagar”, pero eso ya siempre, o sea, cuando ya hay como este tipo de acuerdos, directamente es una… Nosotros lo que igual puedo poner un mail con management del artista y con la marca y ya que ellos se organicen, ¿no? Pero también es otra posibilidad.

DB: Ok, interesante. A ver, y ahora saliéndonos de ese tema y regresándonos a dónde íbamos, ¿cómo llegas, por ejemplo, a trabajar hoy con Yatra? Porque ya es completamente otra cosa, ¿no? Ya pasaste de estar haciendo para portadas y para dirigir la parte de moda en revistas a estar con una persona todo el tiempo diciéndole, guiándolo, que aunque a lo mejor pudiera parecer como bueno, pues en lugar de con mucha gente, es una sola persona, a veces pues hasta más complejo y que te quite más tiempo, ¿no?

DG: Sí, no, y yo trabajo con… Desde que estoy en Elle, paralelamente en los pocos huecos que tenía, porque Elle y Cosmo estaba full time en la revista cumpliendo un horario que la mayoría eran mucho más horas que hasta las que tienes que cumplir, y sí que hacía algunos trabajos pidiéndome mis días de vacaciones o lo que sea, haciendo catálogos con marcas de zapatos, de novia, de tal, y eso siempre lo hice, igual me hacía cuatro al año porque no tenía tanto tiempo, o trabajando con celebrities. Desde que estoy… cuando empiezo en Cosmo, como Cosmo lo que te comentaba que era trabajar con celebrities, muchas veces también por la revista, porque trabajas con ellos en una sesión, les gusta lo que haces o lo que sea, pues sí que trabajaba con cantantes o actrices, pero las vestía para ir a un evento o hacía la portada del disco de no sé quién, pero era como una cosa, como un proyecto y ya está, esto y ya está. Cuando empiezo en Neo2 mi primera portada, justo el día que empecé fue con Rauw Alejandro y a la semana hice a Sebastián Yatra, y en esa sesión hice la portada y todo y después de ese shoot me llaman porque tenían unos conciertos en España y querían que les ayudara no con la ropa de Sebastián, sino con los dancers que iban a estar en el show. Tenían unos premios y una grabación. Y me llaman y digo “mira, yo normalmente no visto dancers ni nada de eso, trabajo más con artistas, pero la verdad que el equipo es increíble”, y como que nos caímos bien y todo y fue como “bueno, yo les ayudo”. Ellos venían de Estados Unidos, de México, de Colombia, que es su equipo y estaban en Madrid y era como “necesitamos ayuda” y yo en ese momento fue “yo no lo suelo hacer, pero te lo resuelvo hoy y mañana tienes la ropa”.

DB: A ver, ¿y cuál es el peligro de que hagas ese tipo de cosas? Digo peligro porque mi impresión es “yo no hago esto” y que tiene que ver con un tema como una marca, de status, de decir “yo trabajo con estas cosas, no cobro menos de tanto”, y entonces el decir “bueno hago esto”, luego te van a invitar para más trabajos de esos, que son los que a lo mejor…

DG: Sí, pero tú a veces pues puedes hacer por echarle una mano a un amigo o no sé qué tal y yo luego si no lo posteo, no lo cuento ni nada pues ya está, lo resolví o lo hacemos porque también luego mucha gente hace muchas más cosas de las que luego no nos cuentan porque claro una es como la parte cool

y luego la parte que te da dinero

DG: La realidad es que en moda ganas muchísimo más trabajando con marcas, haciendo catálogos de moda, que igual no es ni lo más artístico ni lo más fashion pero lo tienes que hacer, y más por ejemplo si solo trabajas en el mundo editorial, y en el mundo editorial, más por lo que hablábamos antes, se paga poquísimo dinero entonces pues tienes que ir jugando todas las cartas posibles. Yo en ese momento fue como por solucionar. Digo “yo no hago esto, pero no te preocupes, les echo una mano, va a ser tanto, voy a intentar que sea el gasto el menos posible porque como tengo muchos contactos puedo llamar a x marcas e incluso nos van a regalar la ropa”. Y lo conseguí, creo que era como para el día siguiente o dos días después y llegó a la grabación. Yo de repente digo “sé todo lo que se van a poner los dancers pero no sé lo que va a llevar Sebastián”, entonces igual yo llego ahí con mis looks, porque era el especial de navidad de no sé qué y unos premios, que digo “bueno, los pongo un poco así”, no sabía ni… Creo que en ese momento dije que sí, que ahora que lo pienso, ahora que he aprendido en este año y medio que llevo con él cómo funcionan esos eventos y todo, digo “no pregunté nada, o sea no pregunté ni cuál era la canción”. O sea, ¿de dónde me saqué ese vestuario? No tenía ni idea entonces justo estaba saliendo, creo que el coche venía a buscarme como dentro de dos horas y digo “yo sé que me dijeron que no me preocupé por Sebastián, que él ya tiene su ropa, él tiene su tal, pero por si acaso voy a llevar un par de trajes”, porque yo además estaba montando otra sesión que tenía esa semana, digo “lo tengo aquí, yo me lo voy a llevar”. Y nada, llegué y al final se puso la ropa Sebastián y los dancers y todo lo que yo llevaba y nada. Yo creo que como un mes después me llamaron para ver si quería ser parte del equipo y todo y ya estuvimos hablando de cómo podíamos hacerlo porque ellos preguntaron si yo iba a poder tener flexibilidad de viajar y todo eso.

DB: Porque al final ya tú tienes tu vida en Madrid, tienes tu tienda, tus cosas, tu esposo, entonces ¿cómo es trabajar así o cómo lo hacen? 

DG: No durmiendo.

DB: Me voy un paso para atrás ¿Qué es hacer…? ¿Se le dice hacer styling o director de moda para una persona? ¿Cómo describes lo que haces?

DG: Al final es una marca y pues todo cualquier sitio en el que él esté, ya sea que vaya a cenar con sus amigos, es una marca que está visible, entonces hay que cuidar todos los aspectos de su vida, no sólo un show, no sólo unos premios, un red carpet, sino su armario del día a día también.

DB: Justo eso. ¿Qué significa o cuáles son las responsabilidades o el rol de alguien que hace esto para una persona o para un celebrity? Que justo como dices, armar los looks, pero si lo puedes poner así con en blanco y negro, ¿qué significa armar los looks? Es decirle “te ves bien de color azul” o es tal cual literal “esto con esto”? 

DG: Es diferente en cada caso. Hay artistas que tú puedes decir “mira vamos a irnos por aquí, vamos a usar esta paleta de colores, vamos a comprar esto, esto es lo que vas a llevar, tú lo combinas”. Hay artistas que dicen “dame esto con esto con esto literal día a día”. Hay artistas que simplemente igual te contratan sólo para la gira o dicen “mira, me gusta vestirme, me gusta tal, me gusta yo comprarme mi ropa, sólo para cuando tengo un red carpet, que es como algo más sofisticado, quiero destacar por esto”. Hay mil posibilidades de cómo trabajar con un artista.

DB: ¿Tú cómo trabajas hoy?

DG: ¿Yo cómo trabajo hoy con Sebastián? Yo con Sebastián es estar armando looks todos los días todo el rato.

DB: ¿Pero todos los días todo lo que se pone? O sea, ¿tú armas así como un calendario de lunes a viernes de qué es lo que va a usar?

DG: Como al final está viajando siempre hay como maletas que van y vienen, “hoy te monto esta maleta para estos 15 días que te vas a no sé dónde”, pues igual el pasa de estar un día en el caribe el día siguiente nevando y al día siguiente en Europa y al día siguiente está en Miami en la playa, entonces yo como que he encontrado la fórmula en estos meses, que también ha ido cambiando porque al final tiene que ir…

DB: No hay una escuela.

DG: Y también depende mucho de la personalidad del artista de lo que quiera o no quiera decidir al final. Yo te puedo decir “hoy estoy trabajando así, hace seis meses trabajaba de otra manera”, y quizás dentro de dos meses lo volvamos a cambiar porque es algo como que tiene que ir fluyendo, es algo que es como que está vivo y tienes que ir adaptándote a la agenda del año, a lo que esté haciendo, al tipo de eventos a los que vamos a asistir este año, al tipo de show que vamos a hacer. El año pasado era gira con su disco, este año vamos a hacer menos conciertos, él está grabando su disco y hacemos un show más como para festivales y van a haber mucho menos conciertos que el año pasado, que se cambiaba cinco veces en el show, este año mantenemos un look todo el show, es otro tipo de show entonces no sé.

DB: Pero por ejemplo, me queda claro cuando hablas de un show, entonces es como un disfraz, este es el vestuario de ese show, pero en el día a día ¿cómo se hace? ¿Es casi casi que armas camisa blanca, zapatos no sé qué y tal? ¿O en esa maleta es puras cosas que combinan entre sí y que se haga bolas?

DG: Es tal y tal, y también se puede hacer bolas si quiere, porque intento que lo que vaya en el caso de que cambie de opinión como que tenga opciones, porque sí al final yo creo que depende un poco tu mood, yo le puedo decir “mañana que vas a estar en el estudio ponte esto” y yo pensar “bueno, va a estar en el estudio, que esté cómodo”, que no es como que está en una entrevista, pero igual ese día no le apetece y que en vez de la sudadera gris se quiere poner la roja pues también pueda decidir la que él quiera, entonces bueno siempre tiene opciones.

DB: ¿Y en ese sentido también entra el tema de las marcas? También aplica el decir “bueno, va igual y que lo vista no sé quién”? ¿O conseguirle incluso oportunidades? Porque hay una chamba que es relaciones públicas, PR y tal, pero también tienes acceso a muchos espacios. ¿También de pronto entra un tema de “mira, si empezamos a jugar con estos looks y estas cosas, creo que quedas perfecto para tal revista o tal marca y podemos pichar eso”?

DG: Sí, o puedes apoyar a esta marca para que cuando tengamos, no sé, los Oscar, pueda pedirles que te hagan un look custom, porque al final eres como ya el niño de la casa, entonces yo creo que todo eso está relacionado, también contratos que los artistas puedan tener de apoyar a las marcas que los están apoyando. También a mí me gusta mucho apoyar como a nuevos diseñadores, no todo tiene que ser como las grandes marcas, no todo tiene que ser lujo, también poder mezclar que sea como accesible y que tus fans que igual no pueden llegar a tener ese Gucci o ese Prada o ese Dolce pero pueden tener tus joggers de Adidas, entonces siempre como jugar un poco mezclar y que también seas como accesible y cercano a tus fans.

DB: ¿En este caso que tanta diferencia crees que hace el que un artista tenga un stylist contra “yo me visto”?

DG: Pues depende del artista y de si es un artista que le encanta la moda, que yo por ejemplo he trabajado con gente así que le apasiona, yo llego con algo y ya lo tienen todo en el armario, y digo “no sé qué hago aquí”, entonces depende. Es lo que decíamos antes, es todo tan relativo. ¿Qué es que se vista bien o no? Para mí para mi gusto yo puedo decir que es esto, pero igual y en su cabeza para lo que quiere contar ese día o esa persona es otra, entonces ¿qué tan importante? Yo creo que depende del artista y de que si es alguien que le encanta la moda, que ya está súper relacionado que da igual que la marca no les deje, van y se lo compran porque disfrutan, les gusta, no lo sé. Creo que depende de cada uno.

DB: A ver, ¿y qué tan sincerota eres? Pensando en… A ver, has trabajado con un montón de gente, Rosalía, Antonio Banderas y tal. ¿Qué tanto es decirles que esto no está bien o…? 

DG: Depende del artista y la confianza que tengas tú. Igual puedo decir, no sé, si voy a hacer una portada y voy a estar con un celebrity tres horas de mi vida, no me voy a poner a decirle “esto si esto…” O depende. Si de repente conectas y sientes esa como confianza, pues igual decir “oye, te quedaría increíble esto”, pues tú lo dejas caer si te sale en ese momento y ya está, pero claro, todo depende de cómo digas las cosas. O se, por más confianza que tengan no puede decir “ah estás, horrible”, no sé, un poco de tacto.

DB: Voy a cambiar el tema. A ver estás en el mundo si bien es el mundo de la moda, pero tienes mucho el tema de relaciones personales, no sé si publicas, relaciones, networking y tal, y creo que… No sé si existe tal cual el término, pero eres experta en este mundo, tienes mucho tiempo haciéndolo, conoces un montón de gente y lo que quisiera es entender un poco cómo vas manteniendo esas relaciones sin que se enfríen. ¿Cómo haces para que igual alguien no se olvide de ti? ¿Cómo te das tiempo para tu vida? Si tuvieras como alguna forma de explicarme para quien dice “yo quiero un día conocer tanta gente”, porque igual no es “nos conocimos y desde el día uno ya soy amigo de toda esta gente”.

DG: Yo creo que en las relaciones al final hay que estar todo el rato y por eso es lo que decía antes, que no es broma, de dormir poco, porque sí yo a veces, no sé, llego a Madrid, ahora que también estoy viajando mucho, siempre he viajado mucho por mi carrera, pero este último año he viajado especialmente más.

DB: Todo lo que no viajaste en la pandemia.

DG: No, en pandemia no paré de viajar, no paramos de producir cosas tampoco y… ¿Qué te iba a decir?

DB: Me estabas hablando de cómo vas conociendo gente.

DG: Lo más importante es estar. Si llego de un viaje, tengo que estar cinco días en Madrid y en esos cinco días tengo un catálogo con una marca, un evento de una celebrity tengo que hacer dos portadas de la revista y tengo siete eventos, una cena, una presentación de no sé cuánto y tienes que estar, que es lo que dices, ¿cómo haces? Es que tienes que estar, o sea, tienes que estar, que yo estaría feliz en mi sofá con mi marido mi perro y mis dos gatos, y a veces cuando incluso cuando quieres hacer eso pues es parte del trabajo, de estar, que la gente te apoya o x actriz, tú has trabajado desde que ella empezó y tiene la premier de una película, ¿cómo no voy a ir? O las marcas porque, la relación que construyes. Nosotros las revistas trabajamos… La ropa nos la ceden las marcas, entonces hay un desfile de moda donde se hacen X looks de tal diseñador y muchos de esos looks ni siquiera llegan a hacerse como colección comercial y no se venden, muchos son por espectáculo, por el desfile y eso, entonces está el vestido 3 que llevaba Gigi Hadid en no sé qué desfile, hay uno en el mundo y al final estamos todas las revistas como “es el vestido que más han sacado por todos lados porque lo llevaba no sé quién”, entonces todos queremos hacer la portada con ese vestido, entonces al final ahí entran las relaciones de años con las marcas de “préstamelo”. La ropa nos suele llegar el día antes de la sesión, haces las fotos y al día siguiente de la mañana tiene que salir en una caja disparado igual a Japón, porque va a hacer Vogue Japón una portada con ese mismo vestido, entonces si tú quedas mal, si devuelves la ropa maltratada, si se te quemó y tal, si no cuidas las cosas, si no contesta los mails, si no devuelves a tiempo, no te contesta nadie.

DB: ¿Cuándo sabes cuándo empezar a decir que no? ¿O cómo decides a qué cosas no ir?

DG: Últimamente digo a muchas cosas que no. Creo que he aprendido a decir que no los últimos, no sé 4 o 5 años, pero aún así me gustaría decir “no” a más cosas de las que no digo. Estoy todavía en ese proceso de… No creo que sea aprendizaje, porque lo tengo súper aprendido y sé que debería decir que no, pero también es parte del trabajo, entonces no lo veo como… No me voy a perder la boda de mi hermano tampoco por eso, también hay niveles, pero digo “bueno, igual hoy en vez de llegar a mi casa a las 9 de la noche voy a llegar a las 11 pero bueno cumplí, no me voy a quedar hasta el final pero voy a pasar y voy a saludar”.

DB: Porque es un negocio de mantenerte presente, es un trabajo en el que te tienen que estar viendo.

DG: Es mi trabajo, entonces no lo tengo que ver... Luego, te lo pasas bien porque claro, es trabajo pero son relaciones que has construido que también. Se escucha muy frío decirlo así pero son relaciones, gente, es parte del trabajo. Luego te lo pasas bien y estás ahí feliz, pero también hay que saber cuándo parar y cuando también ese tiempo lo necesitas para ti sí.

DB: ¿Cómo recargas pilas? O sea,¿ cómo haces para evitar quemarte, el burn out, el decir “ya, estoy muerta”? Yendo a la parte más personal

DG: No sé si lo estoy haciendo. ¿Qué intento hacer? Este año empecé el año diciendo que iba a meditar todos los días y creo que no lo he logrado más de dos minutos al día, y al minuto y medio estoy pensando “tengo que mandar un mail, tengo que tal, ya se me hizo tarde”.  Yo creo que hay que buscar herramientas. Una de las herramientas que más me salvan dentro de este estrés que no tengo tiempo es que aunque vaya corriendo, salga de mi casa, voy en un taxi a no sé dónde, es agradecer cada mañana, es como un ritual de dar gracias por lo que tengo, por mi trabajo, porque tengo salud, por mi familia, entonces como en esos momentos siento que eso es como me… Que pueden ser cinco segundos, a veces me explayo más, pero como que siento que eso por lo menos como que lo tengo que hacer cada día, eso creo que me a ser consciente de lo afortunada que soy.

DB: Eso es un hábito que ya tienes y que te está sirviendo. ¿Otro hábito que hagas constantemente?

DG: He dejado de hacer ejercicio este año porque mi entrenador me ha abandonado porque es imposible cuadrar una agenda. Lo retomaré ahora volviendo a Madrid, que ya lo dejé apalabrado con un nuevo entrenador, a ver si lo logro, que creo que es súper importante hacer ejercicio y darse el tiempo, porque a veces digo “es que no tengo tiempo”. Tenemos tiempo. Cuando quieres hacer algo, tienes tiempo entonces no me gusta decir eso porque sé que si realmente me lo propongo como muchas otras cosas que hago, lo tendría. Siento que eso sí que es algo que tengo que retomar este año. Otra cosa es intentar dejar el móvil a un lado, que también digo “lo voy a dejar en mi habitación y me voy a ir al salón a ver la tele con mi marido y no estar pensando”. Y luego regreso, “¿y si me escriben? ¿Y si me llaman?”. Eso es también algo que deberíamos... Antes lo hacía más, ahora menos porque también como trabajo con gente que está en otro horario… Antes igual llegaba a la oficina súper tarde de no sé qué evento y decía “pero ya cerré, nadie me va a llamar a las 12 de la noche, y ahora no porque igual a las 3 de la mañana es “¿pero qué zapatos se tenía que poner?” Entonces eso me está costando más hacerlo, encontrar el espacio para poder decir cuándo acabo. Cuando tienes también tu propia empresa, tu negocio…

DB: Aparte hay un chingo de gente contigo en la tienda, ¿cuánta gente trabaja contigo?

DG: Tengo como 4 o 5 personas, y el gestionar el equipo y tal. Siempre necesitan algo, que dices “es tanto que no me llegan las horas del día” y si no lo continúo haciendo se me va a acumular, entonces tampoco voy a descansar si no lo cierro, entonces igual antes de irme a dormir tengo 700 mails que leer del día y digo “rápido porque es que si no, mañana tengo 1500”, entonces ojalá llegar al momento que diga mira son las 12 de la noche o las 8, ojalá, de la tarde y ya voy a parar. Este año me ha costado más. En mis vacaciones… Pero también es eso, que cuando tienes tu negocio, ¿cuándo te vas de vacaciones? O sea, yo me voy físicamente, aprender a mentalmente irte es más complicado. Yo lo que intento hacer, porque sí cojo mis días de vacaciones, además en España tenemos buenas vacaciones, que ahí es el mes de vacaciones al año y cualquier empleado lo tiene, que es maravilloso, de irme de vacaciones igual me despierto temprano, resuelvo, mando mails y desconecto, pero no hay día. O sea, no pasaron cuatro días sin revisar.

DB: Sí, no hay el “se me olvidó que tenía trabajo”.

DG: No, y claro, cuando tú eres empleado pues dices “mira, ya salí de la oficina, si se quemó la oficina pues no sé, llamaran a mi jefe”.

DB: Extraño eso de cuando era estudiante, que dices “se acabó el semestre ya listo” y ya volvemos a empezar después y aquí no hay ya eso.

DG: No para tu cabeza.

DB: ¿Cómo ha sido para ti…? A ver, te lo pregunto desde el lado de que muchos tenemos empleos que involucran estar viajando o estar moviéndonos, está el constante tema de que el trabajo puede ser demandante, pero tenemos pareja o vivimos con alguien. ¿A ti qué te ha funcionado para mantener una relación sana, para una comunicación a pesar del ritmo que llevas de trabajo y que es muy distinto del nicho en el que está tu esposo?

DG: La receta para mí es que yo creo… Obviamente mi marido me conoció ya haciendo esto, ya llevamos 10 años juntos y me conoció ya haciendo… Bueno ha cambiado, como podemos ver los últimos años, pero sabiendo lo que me apasiona y yo creo que en una relación lo más importante es admirar el uno al otro, yo creo que eso lo tenemos tanto yo con él, que lo admiro muchísimo y creo que es recíproco y eso nos ha ayudado siempre aunque sabemos que el trabajo y todo eso no lo es todo, sí que tengamos cada uno nuestro espacio para realizarnos, para superarnos, para hacer bien nuestro trabajo sin sentirte juzgada o “ya te vas otra vez de viaje, otra vez no vas a venir”. Yo, en 10 años, jamás, ni una sola vez me lo ha dicho, y claro que estoy súper agradecida porque yo sé que desde el minuto 1 que es… Y a los dos nos ha pasado, desde que estamos juntos somos mejores personas, mejores empleados, mejores hijos, mejores trabajadores, nos apoyamos, cuando yo tengo un sueño también es súper importante que la persona que tengas a lado o alguien que a ti te importe, puede ser, si no tienes pareja, pues tu mejor amigo o alguien que para ti sea importante o tu padre o tu madre y te diga “sí vas a poder”, que igual no está haciendo nada, yo me metí la friega para llegar hasta donde estoy, pero claro que está haciendo igual muchísimo.

DB: Que no te lo estén reprochando es parte de ser un apoyo. 

DG: Imagínate estar estresada en cada viaje, en una sesión de fotos porque se me está haciendo tarde… No concibo mi vida así.

DB: ¿Y siempre ha sido así tu forma de pensar o incluso de él o fue una cosa que fue un aprendizaje sobre la marcha? Porque requieres es un tipo de madurez de poder decir “mira, que haga sus horarios y que tenga que hacer no quiere decir que me quiera menos”.

DG: O sea, no sé si se fue dando así como de una manera orgánica, por así decirlo, porque también nuestras carreras de cuando nosotros empezamos juntos han ido paralelamente creciendo, entonces yo creo que es importante que como los dos estábamos viviendo a la vez como situaciones similares profesionalmente hablando, nunca ha sido como un estorbo ni una queja ni nada, porque siento yo que si por ejemplo, uno de los dos en cualquier pareja a uno le está yendo bien y el otro se queda estancado, no sé, quizás puede darse más como celos, envidias, frustración porque ves que tú no estás logrando o no estás llegando y claro que nuestra relación sería otra.

DB: ¿Y cómo lo hacen para no…? Justo, los dos empiezan muy bien, cada quien en lo que está haciendo, no en todos los caso es igual cuando pasa así, pero en el caso de ustedes pasan mucho tiempo separados por temporadas por lo mismo de que hoy estás aquí y luego vuelves a viajar el día de mañana, ¿cómo evitan como esto de sentir de pronto…? Porque al final del día el estar enamorado, estar casado o lo que tú quieras también es en gran parte una decisión, es un esfuerzo y un trabajo, entonces ¿cómo evitan el que de pronto ya cada quien por su lado?  

DG: Yo creo que… No sé, luego es como llegas y tienes que volver como a encajar y hacer que pase. Es lo que dices, es una decisión, si yo he decidido estar con esa persona, estoy con esa persona y él entiende que yo estoy… Él también viaja por su trabajo y lo que sea pero luego cuando llegamos estamos juntos otra vez y está todo igual. Todos los días hablamos, hacemos face time. Ahora no es lo mismo que igual antes te ibas y mandabas una carta y llegaba… No sé, mis papás cada vez que viajaban nos encantaba que nos enviaran cartas y escribían una carta y no llegaba, y mil veces llegaban ellos de viaje y las cartas llegaban como un mes después, y ya nos contaban “estábamos en París mientras la escribimos”, y hoy teniendo esto, como que al final no siento nunca como que esté tan lejos,, no siento como que “ay, no lo he visto en tres días”, pues igual está en Madrid por el trabajo y todo pues llegas y dormimos juntos, estamos juntos, cenamos juntos, pero tampoco pasamos todo el día juntos.

DB: ¿No te pasa que llegas y dices “no quiero hablar estoy muerta” y nomás se acompañan?

DG: Y eso es increíble, el poder saber que estés donde estés, viajes y tal, llegas y tienes como tu casa, que mi casa es él, y saber que perteneces a eso y que llegas y que todo está igual, que al final este trabajo está de locura, puede cambiar, puedes estar en una revista, en otra, cambiarte de trabajo, pero luego llego y eso es mi única constante, lo que va a ser mi pilar y lo constante que no ha cambiado en 10 años. Los últimos 10 años te puedo hablar de que profesionalmente me han sucedido 300 mil cosas, pero personalmente es él estos 10 años.

DB: Tengo una última pregunta sobre estos temas profesionales y luego me voy a otra cosa, pero ¿cómo tienes acceso o cómo logras tener acceso a cualquier persona que le pudiera interesar con la cual hoy no tienes…? Pensando en un podcast y es “quisiera invitar a tal persona”. ¿Cómo llegas a esa persona? O justo desde una revista “quiero que me pele x persona, que me haga caso”. ¿Cómo se llega? ¿Cómo has hecho tú para esa parte, para llamar la atención de alguien y poder, ni siquiera es que me digas que sí, pero que me escuches, quiero ofrecerte tal cosa o quiero proponerte hacer una cosa? ¿Qué tendría que pasar?

DG: Cuando trabajas en el mundo editorial claro, tienes ya como una lista de contactos que te vienen casi que dados, agentes de actores o agencias de modelos o publicistas de artistas que tú vas creando relación y de repente pues “ahora llevo a no sé quién”, “me muero por conocerlo, quiero hacer una portada”, o buscas, a este actor lo lleva no sé qué agencia. Yo nunca voy al artista, hay un orden también para hacer las cosas. Que hoy en día la gente también escribe por Instagram y es “ay, soy tu fan quiero hacer no sé cuánto”, y si tienes igual 100 seguidores y lees todos los mensajes pues quizás te lean, te contesten y lo logres, porque también hoy en día hay muchísima gente que trabaja así, pero yo al final como fui educada a hacerlo y a no saltarte. ¿A quién hay que pedirle qué cosa? Es más eso el secreto que ir directo a la persona.

DB: Si tiene una persona de relaciones públicas, ve con esa persona, si tiene un manager, ve con el manager primero.

DG: Claro, y de ahí explícale lo que vas a hacer, o si tienes un podcast “oye tal me escuchan tantas personas, he logrado esto, llevo desde no sé cuánto” y cuentes también tu historia y que adjuntes data o lo que sea, que ahora teniendo todo eso y decir “me encantaría si viene, si no viene yo puedo ir”. Otra forma es buscar sponsors también y poder decir “mira, me voy a ir a no dónde a hacer al futbolista estrella del año y me voy a ir a París a entrevistarlo”, pues que puedas tener a alguien que cubra eso, pero sí yo creo que al final es… No sé, muchas veces también es lo que te decía de Paris Hilton, el maquillador que es amigo mío que conoce a una persona que trabaja en el equipo de Paris Hilton, pues me hice toda la bolita hasta que llegue, entonces yo creo que saber llegar por el orden que hay establecido más que quererte saltar pasos y decir “ay es amigo de no sé quién”, porque luego es otra cosa, que te ponen a veces en un apuro de “no, es que como tú trabajas con no sé quién o como vi que no sé qué director de cine es tu amigo, que me saque en su siguiente serie”, y es como “que tu agente llame para hacer un casting, no me llames a mí”. Y es a ver, pues si tienes relación puedes decir “¿has visto a esta actriz?” y lo puedes hacer así de una manera, pero es horrible si tú vas a cenar con tu amigo decirle “oye ¿cómo te va la vida y tal? Oye, por cierto mira, todos quieren ser actrices o quieren ser modelos y sueñan con estar en tu agencia o sueñan en ser tus bailarinas o así”.

DB: Si hicieras eso te dejarían de invitar, punto.

DG: Sí, no, no puedes, entonces también creo que hay que saber… La gente se desespera a veces por querer llegar o por querer lograr cosas o estar en sitios, que eso yo creo que es lo que te decía al principio, de “quiero, tengo esta meta y quiero llegar ahí”, yo creo que en este mundo, que al final es de relaciones, si lo haces de esa manera caes mal, no llegas, te cortan el cuello.

DB: Huelen tus intenciones. 

DG: ¿Eres mi amiga o hay un interés? Entonces es como una delgada línea que hay que tener muchísimo cuidado y que hay que saber cómo jugar, porque al final es como un juego. Yo siempre de pequeña decía que quería ser profesora o psicóloga, siempre me ha gustado muchísimo la psicología y digo, creo que el 90% de mi trabajo es más psicología que de moda ni de estilismo ni nada, y estás en una sesión y la modelo te cuenta su vida y la inseguridad y eso, y poder decir “no, estás guapísima y te vas a ver bien y lo vas a hacer genial y ponte frente a la cámara y empodérate”, y es súper importante, porque tú puedes llevar el vestido más bonito que exista en la pasarela y si no vas segura con ese vestido, no te vas a ver bien, puede ser el mejor diseñador de moda o el vestido más caro, si tú no vas segura, no te vas a ver bien, y  puedes ir con cualquier ropa que te prestó tu tía y si vas con toda la seguridad del mundo vas a brillar a donde llegues.

DB: Daniela, ¿cuál ha sido uno de los peores consejos que te han dado en tu carrera?  Hayas o no hayas hecho caso.

DG: ¿Peor consejo? Tengo bloqueados todos los negativos, siento que soy demasiado positiva que no recuerdo. No sé, siento que todos los consejos son buenos y hay que saber tomarlos, y no sé si hay peor o mejor consejo. También cuando alguien te lo dice, saber de qué manera y por qué te lo dice y tú ya discernir y ver por dónde tomarlo.

DB: ¿Cuál ha sido un buen consejo que te hayan dado?

DG: Never give up.

DB: ¿Quién te lo dio?

DG: Tenía una profesora aquí cuando estaban en secundaria que siempre me lo recordaba, de hecho mañana la voy a ver, la adoro, Miss Guillermina Frías, y ella siempre me apoyó porque ella tiene también sus hijos y son como artistas y también entendía, Eduardo y Hugo son sus hijos y uno estaba en la música otro en el arte y tal, y decía “cuando la gente es diferente, choca, no te entienden, pero yo te entiendo y lucha por tus sueños”. Creo que sus consejos siempre los tengo, me ha ayudado muchísimo y cuando vengo a Monterrey intento verla. Le escribí y voy a verla mañana. Me gradué hace no sé, 25, 27 años y sigo teniendo contacto con ella. Es increíble como gente así, un profesor o tal, te pueden marcar. 

DB: Sí, claro. ¿Qué es que es algo que la gente no sabe de ti que si supieran les sorprendería?

DG: Algo que la gente no sabe… No sé, yo lo cuento todo. ¿Que no saben de mí? Estoy pensando más en lo personal, porque al final… O sea que soy creyente, pero es que sí lo saben porque siempre lo digo.

DB: ¿En qué crees?

DG: En Dios.

DB: ¿Católica?

DG: He tenido un turismo espiritual que pasa por varias religiones. Crecí obviamente en una iglesia católica, mi familia es católica y he tenido ahí mi iglesias cristiana y tal, en los ángeles, he ido pasando por todo, en las constelaciones familiares, pero yo creo que todo se resume un poco a que soy una persona muy espiritual independientemente de poner un nombre a lo que crea o no crea. También con los años he aprendido a respetar otras creencias y entender y que al final a cada uno le sirve una cosa distinta y sí creo que es como algo que yo necesito en mi vida y que también la energía de la gente, el feeling que me da a veces alguien que digo  “esta persona no” y no te equivocas al decir “con esta persona no tengo que trabajar, no voy a hacer esto, no voy a aceptar eso”. Pero no sé si es algo que no sepa la gente. Igual los que me están escuchando por primera vez, pero es algo que siempre cuento que la gente que me conoce lo sabe y es algo que yo transmito, es como si tienes algo que te llena lo tienes que compartir.

DB: ¿Y te dejas guiar mucho por tu instinto? O sea, por esa sensación de que aunque en la chamba te digan “es que esta oportunidad es buenísima”, si no sientes que no. 

DG: O sea, tampoco a un extremo de…  También tengo amigos de “si se prende la luz cuando estoy hablando y dice que no sé qué o si llamo y me tiran las cartas”, no a ese nivel, pero es algo como que sientes, que dices cuando estoy con estas personas o tal, “muy bien y todo para un ratito, pero igual no me veo haciendo un trabajo a largo plazo o haciendo o viajando con x personas”, y creo que es algo que también tenemos que aprender a cuidar. 

DB: Creo que me pasa eso. Las veces que no sigo esos instintos y hago caso a otras personas “ya sabía que iba a pasar”, pero me auto convencí de que “a lo mejor está exagerando”, y casi nunca se equivoca.

DG: Es algo que dices… Es como a veces que te vas a comer algo, luego te lo comes y te cayó mal, sabía que no tenía… Entonces eso sí hay que aprender a escucharlo.

DB: ¿Qué opinión tienes que poca gente comparte contigo?

DG: No sé, creo que también luego me rodeo de gente que vamos como en el mismo… O sea tengo gente muy diversa, obviamente pero… Quizás también esto mismo espiritual que estamos hablando, hay gente que le choca.

DB: ¿Cuál ha sido uno de los aprendizajes más grandes que te han dejado tus padres?

DG: Siempre me dieron como la seguridad… O sea, yo con 13 años fue la primera vez que me pinté el pelo. Lo llevaba red vampire fire. Ahora lo llevo rosa. Era como un cerillo con el pelo de la cabeza roja. Mi hermana tiene un salón de belleza y a ella siempre le ha gustado el tema del pelo y todo eso. En ese momento no lo tenía, yo tenía como 12 o 13 y ella tenía 15 o 16 y habíamos ido de viaje a Londres y estaban los colores como fosfos y todo esto, que en esa época… Te hablo de hace 28 o 20 y tantos años y vas a todo el momento este punk de Londres y van con el pelo verde. Aquí veías alguno pero no era normal, menos en Monterrey y entonces compramos de esos tintes, nos habíamos ido mi hermana y yo con otro grupo de chicas a un viaje por Europa, compramos esos tintes y un día llegamos a Monterrey, habían pasado meses y yo “ay, esto nunca nos lo pusimos”, y mi hermana dijo “te lo pinto” y yo “sí”. Me decoloró el pelo porque claro, primero me lo puso y yo tenía el pelo castaño y mi pelo no agarra el tinte, y en aquella época se usaba el agua oxigenada para los bellitos así de los brazos y tal, que te ponías como para que se vieran rubios, y dice “ay, tengo esto aquí”. Y me pone agua oxigenada con no sé qué polvos azul que mezclabas, que es decolorante al final con agua oxigenada. El pelo no me de color a blanco porque claro tampoco era el producto adecuado ni mucho menos, de milagro no me quedé sin pelo. Luego ya me pone el tinte y me queda rojo. Llegan mis papás de la joyería, estábamos en la casa…

DB: ¿Pero a ti te gustaba? ¿Lo viste y dijiste “se me ve chido”?

DG: Me quedé en shock. Mira, ahora lo llevo recién pintado, siempre lo llevo mucho más pastel, pero como estos colores duran pocos días cuando me lo tiño es como más fuerte yo al final me lo me lo sigo haciendo cada semana el color, y el día 1 sigo estando en shock 30 años después, pero en ese momento fue como shock pero o sea…Yo creo que incluso no había visto a nadie con el pelo así, o sea no había visto… Estaba de modo una película en aquel momento que se llama The Fifth Element y la chica tenía el pelo cortito y era como naranja, parecía más bien una peluca, creo que había visto eso, pero en personas y alguien que tuviera el pelo igual que yo no lo había visto, entonces fue como “wow, no sé, me gusta pero a ver” y ya una vez que pasa eso yo estoy toda la tarde jugando, no sé qué, lo que sea que estuviera haciendo, mi tarea, no me acuerdo, y de repente cuando se va acercando la hora de que van a llegar mis papás a la casa, que venían de la joyería, digo “ups”. Y no sentía que había hecho nada malo tampoco, y mis papás siempre nos dieron muchísima libertad y de ser nosotros mismos y todo. O sea, si te enseño fotos mías de aquella época… Si ahora te parezco… Digo, no llevo nada raro, pero en ese momento era todo lo más extravagante, las plataformas, todo lo que hubiera y no me pasaba nada, me dejaban ser. Y cuando va llegando la hora de que vengan a casa, “¿y si me dicen algo y si no sé qué?” Y mi hermana “ay no, tú te haces como la loca”, ella también nerviosa porque me lo había hecho ella, y entonces baja ella primero así de “hola”, y mi hermana nunca hacía eso. Y mi mamá “¿Qué pasó?” Y yo estaba como en las escaleras así, arriba, esperando como la quinceañera que va bajando las escaleras, de “a ver cuando me toca mi entrada”, y yo le dije “tú diles y ya bajo después”. Y entonces nada, ya empieza a decir “¿Qué pasó?” “No, es que te acuerdas…”, y mi mamá “¿qué pasó?”, y nada, ya bajo las escaleras y fue como cara de shock, pero a su vez fue como… Mi papá se me queda viendo, mi mamá en plan así, mi papá se queda así, y entonces de repente los dos se ríen como por un segundo y luego dicen “ay qué bonita te ves, pareces una muñeca”, y yo “uff, ya la libre”, y ya bajé y “ay, ¿qué vamos a cenar?” Ya no dije nada ni mencioné. O sea yo creo que ellos… Imagínate el shock, te lo juro que no había nadie en Monterrey. Igual y luego entraron al cuarto y dijeron “¿qué vamos a hacer con esta niña loca?” Cenamos y todo normal. En la mañana que ya nos estamos preparando para el colegio y todo, eso es otra, porque aquí ya la libré y tal, pero yo decía “bueno, si mis papás me dejan…” En la mañana nos solía llevar mi papá al colegio, entonces mi mamá estaba en la mañana, el desayuno y eso y mi papá nos llevaba y vamos en la camioneta de camino a la escuela y no me dijeron nada ni esa noche ni nada, y cuando ya me tocaba bajarme, se bajan mis hermanos y todo, yo estaba como dudosa y él dice “¿qué te pasa? Y yo “no, es que, ¿y si me dicen algo?” Dice “¿algo de qué? Digo “pues que me pinté el pelo”. Y dice “ah, ¿pero tú crees que has hecho algo malo?” Y yo “no, claro que no”. “Entonces pues bájate”. Y digo “bueno, pero ¿y si me dicen algo?” Y me dice “si tienes los huevos de ponerte así, tienes que tener los huevos de pararte donde vayas y que te dé igual lo que digan”. Y yo dije como “sí, pero es que igual me dicen…” O sea, yo creo que tenía… O sea, pues también hay que tener seguridad de ir así por la vida, pero claro, es “¿y si me dicen algo y si me critican y se ríen mis compañeros?” No lo había pensado nunca, ni cuando me lo estaba pintando hasta que… Como los trabajos, que te digo, nunca hasta que ya voy a ver ahora cómo soluciono, pues me pasa lo mismo. Y  le digo “bueno, ¿y si me dicen algo?” Y me dice “tu mamá y tu papá te hemos dicho que está bien, si a ti te gusta, si tú te sientes bien, pues peléalo, bájate y go for it”. Y entonces ya cuando me bajo, hago así por la ventana y digo “¿y si me corren de la escuela?” Y dice “pues nada, me llamas y buscamos otra”. Yo me bajé de ahí y me daba igual lo que dijera el director de la escuela, yo iba a decir “pues llama a mi papá”. La seguridad en realidad ni siquiera era mía, es que tenía alguien que me apoyaba.

DB: Es lo que dices, tienes esa sensación de que alguien está apoyando.

DG:  Yo me bajé y ya todo ese miedo, si se ríen… Si las personas que más te importan te dicen “está bien, vamos”, te comes el mundo.

DB: Daniela, tengo dos preguntas más: ¿libro película documental o serie, cualquiera de estas, no tienen que ser todas, pero que haya marcado un antes y después en tu vida?

DG: Libro película serie… Tengo una cosa con las… Mira, mi marido siempre me dice “veamos algo, leo algo tal” y tengo memoria… 

DB: No es que me recomiendes, es “me marcó”, si es que en tu caso te marcó algo de eso, de “sentí un antes y un después de esto” y puede ser libro, película, documental, serie pieza de arte, revista, disco, lo que quieras.

DG: De pequeña era adicta a ver MTV y no sabía ni siquiera sabía todo el trabajo ni la gente que hay detrás de un videoclip, en este en este caso, y yo veía la ropa y me fascinaba como todo tenía que ver. Creo que en ese momento si era como que soñaba con algún momento hacer eso, no sabía ni que era, imagínate, con siete años, estilista de moda pero es como estar ahí. No sabía muy bien si cantando, actuando, bailando en el videoclip, siendo parte de la fotografía o director de cine o vistiendo, vestuarista, pero es como que veía todo eso y es como “quiero ser parte de ese mundo”. Y había también un canal, E! Entertainment, que pasaban todos los desfiles de moda, y estando en Elle en algún momento vienen del canal a hacer una entrevista y me hacen como un behind the scenes de la sesión. Yo lloraba porque cuando estaba en mi casa c

Diego: Daniela, bienvenida Dementes, gracias por tu tiempo, gracias por estar por acá. Sé que estás con la agenda hasta el tope, sé que estás ahorita preparando junto con Sebastián Yatra, que trae su nuevo show, nuevo montaje, y me sorprende que lo esté preparando cuando quedan dos, tres días para que se para que salga.

Daniela: Bueno, hay mucho tiempo. Hay cosas que se hacen antes, pero bueno, los últimos detalles son los que estamos terminando de arreglar.

DB: Perfecto, pero bueno, gracias por estar aquí. Quiero saber... Nos conocimos hace tres, cuatro meses, o no sé, en Madrid, y a mí lo que me encantó de lo que me platicaste es justo la trayectoria que has llevado. A mí me llama mucho la atención que llevas casi 20 años viviendo en Madrid, pero que eres justamente de acá, que eres de Monterrey, que estudiaste allá y que te quedaste allá, entonces quiero partir de ahí, de saber cuándo tú decidiste irte para allá, ¿sabías a dónde ibas a llegar? ¿Sabías qué posibilidades existían o por qué decidiste hacerlo?

DG: Yo creo que… A ver, cuando yo me fui, terminé aquí la… Bueno, primero que nada, gracias por tenerme aquí, que me hace muchísima ilusión y me encantó ahora que nos conocimos a través de amigos en Madrid y que me des también la oportunidad de poder hablar aquí en mi tierra, en mi tierra, que me encanta y nada, y contar un poco también mi trayectoria. Cuando me fui a Madrid, me fui a estudiar diseño de moda hace casi 20 años, que aquí en la verdad que Monterrey…. O sea, yo sabía que me quería dedicar algo que tuviera que ver con moda. Siempre me ha gustado siempre la música, la moda ha sido algo que desde chiquita me ha gustado muchísimo. Y aquí había dos escuelas que eran como las únicas universidades de diseño de moda. Creo que ahora ya en en todos lados hay, pero en aquel momento no. Y yo había estado estudiando un verano en Madrid en la prepa, que adelantaba las materias y eso, como en el 2002, 2003, creo que estuve en Madrid porque hice un verano en Florencia y el otro en Madrid. Y veo como un cartel en el metro de la universidad en la que finalmente estuve, que es el IED, y fui a ver la universidad como por fuera y era como un palacio porque claro, los edificios y todo allá es otra cosa y yo estaba como “wow”. Iba con una amiga que estábamos ahí haciendo el verano y digo “yo un día voy a venir y voy a estudiar aquí”, y así fue. Tuve la suerte de poder hacer mi carrera ahí. Actualmente también soy embajadora mundial de esa universidad, que es el IED, y nada, posibilidades de quedarme, de que pasara lo que haya pasado y tal... Obviamente no llegué, no conocía a nadie en Madrid y las cosas se han ido dando.

DB: Pero a ver, para mí se puede decir que conoces a todo el mundo y que todo el mundo te conoce, entonces quiero llegar un poco hacia cómo se fue haciendo eso. Cuando llegas a esta universidad, ya más adelante nos vamos a regresarte más en la historia, pero ahorita que estamos en esta parte donde llegas a la universidad, ¿cuál era tu panorama? ¿Qué decías? ¿Puedo dedicarme a qué? Porque al final del día también estabas muy chavita, vienes de un contexto en el que a lo mejor no había tanta información de “oye, pues existe esto, existe esto, existen estos puestos distintos en las diferentes revistas o medios” En tu cabeza, ¿qué ibas a hacer?

DG: No sé, la verdad creo que no iba como con algo tan formado. Creo que a día de hoy sigo yendo por la vida como con que las cosas pasen, pero había muchísimas cosas de las que no tenía idea, obviamente, y no sé, decía “pues es que me gusta…” Piensas… No sé, o sea, también te gradúas de la prepa y hay gente que lo tiene súper claro, hay gente que no sabe, hay gente que va saltando carreras, porque al final es muy difícil como esa presión de “decide a qué te vas a dedicar toda tu vida”, entonces yo decía “me gusta la moda, todo un poco lo que pueda estar relacionado con ella, voy a tirar por ahí y luego ya se verá”.

DB: Ok, pero no había nada claro, no había nada que dijeras “bueno, si yo hago esto, me pueden pagar tanto, yo hago esto, yo puedo llegar”

DG: Creo que nunca ni lo pensé. O sea, y al contrario de eso, toda mi familia me apoyó y me pude ir gracias a eso, pero a su vez me decían “bueno, en dos meses vas a regresar, no vas a aguantar la carrera entera, no te va a gustar vivir ahí, estás acostumbrada a aquí a otras cosas, y vivir en un depa chiquito…” Porque claro, la vida es increíble y amo Madrid, pero es muy diferente también a lo que estaba quizás acostumbrada aquí. Pero no sé, o sea, cuando pienso en esos comentarios de “no vas a poder, te vas a regresar y tal”, obviamente, cuando llegas ahí es un shock y me quería regresar no a los tres meses, o sea, a los tres días, pero era “no puedo, no puedo”. Entonces, bueno, hasta eso hay que tomarlo como bien y que sea un impulso para cuando veas que no puedes, decir “tengo que por lo menos acabar la carrera y me aguanto a terminarla antes de regresar”, pero sí también es difícil estar lejos.

DB: ¿Y cuándo empezaste a encontrar o decir “mira, por aquí”? O “encontré algo a lo que puedo aspirar”, porque como dices, al principio estabas en esta etapa de “estoy medio navegando, no es lo que me gusta hacer, quiero como involucrarme en esto, pero no tengo claro cómo lo voy a aplicar, dónde lo voy a usar o cómo voy a ganar dinero de esto”. ¿Cuándo fue donde ya empezaste a tener algo más claro a lo propio? Es decir, yo quisiera dedicarme a esto, ¿por dónde podría avanzar?

DB: Yo creo que si algo tenía claro… Vengo de una familia de joyeros y tenían aquí joyerías en Monterrey, y lo que siempre he tenido claro es que las joyas me encantaban, y para mí siempre era como “ese va a ser mi plan A, voy a descubrir qué pasa y luego todo esto igual me va a servir para eso”. Entonces, dentro de eso, más allá de buscar, era como “creo que me voy a ir por ahí, pero a ver qué pasa” Yo antes de irme terminé la prepa y como los cursos en España empiezan desfasados, tenía como seis meses entre que me gradué de la prepa y entraba en Madrid a la universidad. Y hubo un momento como, claro, todo mundo entra a la universidad aquí y la carrera y tal y yo era como que me quedé desfasada un poco de mis amigos, porque todos estaban con el mood y conocían a no sé quién, ya estaban como en otra historia y yo como en stand by y era como frustrante también porque empecé a pensar si me debería de ir o no, si igual me tenía que haber quedado, ya voy a perder tiempo, entonces es como que en esos meses un poco complicados. 

DB: O sea, eras la medio rara entre tus compas de “¿y esta qué?

DG: “Esta se quedó aquí en plan de huevona, a ver qué va a hacer, disque se va a ir a España”, y claro, yo lo contaba y es como “ah, pues muy bien”, pero todos siguieron su vida, y entonces, en ese momento que yo estaba como en shock, abrí una tienda en Colinas justo de accesorios y joyas, porque como siempre es algo que me ha gustado, antes de irme, se llamaba Né Y entonces abro la tienda y digo también era como una cosa rara, porque me voy a ir y me pongo a montar el negocio, pero también fue como bueno, como no perder el tiempo y ver pues si me va bien y si puedo ver… Porque al final sentía como que iba a perder tiempo y en vez de quedarme como en stand by, pues podía empezar un negocio y si eso iba bien, igual ya ir estudiando cosas o ya no me voy a la carrera, estudio alguna cosa aquí. También en ese momento empecé a estudiar fotografía, porque también siempre me ha gustado la fotografía, pero fue más bien como….

DB: ¿Pero lo veías como un plan B o lo veías como un “estoy inquieta, estoy aburrida y quiero hacer algo” o era esta onda de “por si el otro no se arma aquí voy”?

DG: Yo creo que también es un poco de miedo de “y si lo otro, que ya lo dije tanto, pasa cualquier cosa, no me voy, me quedé, pierdo tiempo”. Siento que en el fondo sí que era mi plan B, pero en ese momento quería pensar que era mi plan A y esperarme a ver qué pasaba.

DB: A ver, entonces lo que te decía. ¿cuándo entiendes, ya estando en la carrera, que había un espacio donde podías entrar y, entre comillas, “vender” lo que haces? O que había la necesidad de lo que tú pudieras llegar a hacer, porque además estos espacios, cuando estuviste por ejemplo en Elle, son espacios peleados, espacios que es un espacio y hay un montón de gente que quiere. 

DG: Y encima llega la mexicana por uno de esos. Yo creo que las cosas se fueron… O sea, al final eso, hago mi tienda como por ir así en orden, abro la tienda, la verdad es que en la tienda me empieza a ir súper bien, y yo decía “es que ya no sé”, tenía 18 años 19, estaba ganando súper bien que muchos, ganaba mucho más que luego durante muchos años en España y más, cuando empiezas, terminas la carrera y todo no gané, y sí que hubo un momento de “igual no debo de irme, ya estoy ganando dinero esto me puede ir bien, puedo tal”.

DB: Y al final tenías el soporte de que tu familia y ya tenías experiencia en eso.

DG: Sí, y mi papá era “pues te apoyo y vete, pero también te apoyo en el negocio y mira, te está yendo muy bien”, entonces entras como en esa de “¿qué es lo correcto?” Pero al final sabía que pues por lo menos tenía que intentarlo.

DB: ¿Cómo decidiste, cómo fue el proceso de decidir estoy entre esto y esto y entre esto otro y le voy a apostar a eso?

DG: O sea, mi primera opción era irme a España siempre, pero como tenía que esperar tiempo, hago ese inter, pero claro, luego ahí sí me costó porque yo decía “es que para que le muevo así aquí ya me está yendo bien”, pero dije “bueno, dejo la tienda”, dejé una persona encargada, que obviamente luego la tienda cerró a los pocos meses de que me fui porque ni me preocupé, yo llegué a Madrid, empecé la carrera, estaba super ilusionada y todo. Y mientras estuve estudiando la carrera, realmente no sabía a qué me iba a dedicar. A la vez que estudié, estuve en una ONG que trabajábamos en la India en una cooperativa de mujeres, y también hubo un momento mientras estudiaba la carrera que yo decía “tengo que dejar todo y hacerme como misionera, quedarme en la India, esto que he aprendido a usarlo para ayudar”, o sea, porque también tenía como el momento de fashion world tal, y luego este otro momento que yo siento que yo soy así, entonces también te cuesta, porque son mundos tan diferentes, pero que bueno, se podían… Yo encontré la manera como de combinarlos, pero luego me sentía mal, volvía de la India y estaba en un desfile o no sé dónde y eran contrastes muy muy muy fuertes, pero decía “bueno, pues tengo que terminar esto”.

DB: ¿Qué hacías en India específicamente? Trabajábamos en con una cooperativa de mujeres. Es una ONG española donde había varios proyectos en Brasil, en la India, en Marruecos y ayudábamos… Nosotros creábamos colecciones de ropa, íbamos ahí, les enseñábamos a hacer los patrones y todo, porque en ese momento estaba estudiando diseño de moda y hacíamos colecciones que luego se vendían en Europa en tiendas de comercio justo, entonces era la manera en la que ellos, estas mujeres se sustentan.

DG: O sea, el ejemplo este de enseñarles a pescar, no les des el pescado, sino enséñales a pescar.

DB: Y entonces y al final dices “ay, pero sí saben coser”. Sí, saben bordar, porque hacen maravillas, pero por ejemplo, había cosas que para nosotros son tan obvias como la sisa de una camiseta y tal, que ellas van vestidas con metros de tela que ellas enrollan, entonces el simple hecho de cómo tiene que quedar una camiseta, un pantalón, que es como lo más básico, no es lo mismo ni es el gusto, y tienes como que hacerles pensar, aunque ellas creen que esto es lo correcto, en Europa, que es el señor o la señora que te va a comprar, no se va a poner esto porque no vamos con esto pegado aquí en la camisa.

DB: Me salen un montón de anuncios en Instagram de las camisetas de hombre que te dicen, o sea que te ponen la figura de un bato y el mismo bato, pero con otro tipo de camisa como de esta marca, donde a lo mejor es más ajustada de los brazos, del pecho y flojita de acá, Y entonces como que te hace ver mejor y es nada más el corte, pues lo que dices. Entonces en un lugar sucede de una forma, un lugar sucede de otra forma y favorece.

DG: Claro, y entonces nosotros hacíamos un patrón, dejaba el patrón, no sé qué, me iba a comer o lo que sea y volvíamos y ya habían cortado el patrón porque decía “esto no”, y era “no, no, no, vamos a volver a empezar”, pero bueno que es una de las experiencias más increíbles que he vivido. Me emociono.

DB: ¿Por qué? ¿Qué fue lo que más te gustó de ahí? ¿Ya vamos a empezar a llorar? Me advertiste, me advertiste.Te voy a cambiar el tema. Entonces, te fuiste varias veces a India, como tres años estuviste yendo a esta ONG. ¿Cómo pasas de ahí a tu primera chamba? ¿Cómo consigues el primer trabajo que hiciste o el primer puesto?

DG: Justo terminó termino la carrera y una de mis compañeras que había estado conmigo en la India, ella se había graduado un año antes y estaba en la revista de Elle haciendo sus prácticas, y entonces ahí también era otra vez “termina la carrera, ¿qué hago? Me regreso, no me regreso, me quedo, me vuelvo a la India, me dedico a otra cosa, dejo la moda”, porque también es eso, es como un tema importante, es decidir qué estudiar cuando no tienes ni idea, pero una vez que terminas, es “¿y ahora qué hago? ¿Qué pasos son los correctos o cuáles no?” Y en ese momento, pues lo mismo. “Regrésate a México, pon tu negocio aquí”, ya sabes, la familia y todas esas cosas, y mi amiga esta me dice “están buscando a alguien para prácticas porque la chica que está ahora se va tal, pues ven y que te haga una entrevista” y nada, voy a la revista Elle, me entrevista Elvira, que era, sigue ahí, la directora de producción de moda. Me hace una entrevista, le cuento, y me dice “ya me contó Paloma que te conoce de tal, no sé cuánto, te recomendó muchísimo, que eres súper trabajadora, y tal”. Me dice “aquí es trabajar, aprender, las prácticas son tres meses. Es imposible que te puedas que te puedas quedar”, porque también te lo dicen como “no te hagas ilusiones”, porque yo tenía muchas ganas, y dice “pero son tres meses” y yo “bueno, pues voy a ver tres meses, vamos a intentar y si no, pues lo mismo, el coger el avión y volver a casa siempre es una posibilidad, entonces pues vamos a seguir intentando”. Y al final estuve en Elle casi nueve años.

DB: Justo antes de Elle, mientras estabas en la universidad, ¿había alguna otra actividad o proyecto que hiciste? ¿Alguna otra cosa que hayas…?

DG: No, estuve estudiando la carrera, que al final era como full time y los veranos y cuando tenía vacaciones estaba en la India.

DB: Ok, tu primer trabajo en España formalmente fue en Elle. Te dicen que no te puedes quedar, ¿cómo sí te quedaste? O sea, ¿qué pasó o por qué sí te quedaste en Elle?

DG: Pues no sé lo que pasó, que trabajé mucho, que tuve… No sé, estar en el lugar, en el momento que me dieron la oportunidad.

DB: A ver, ¿qué hacías? Haces unos tres meses en Elle, ¿qué hacías?

DG: Pues al principio estaba como asistente como de producción con Elvira y todo lo referente a los shoots, desde tenemos que buscar, tenemos que tal, pero un poco como ahí side by side, de llama a este teléfono y pide no sé qué, llama a esto y luego a los siguientes tres meses me renovaron los siguientes tres meses, ya como becaria del almacén de moda, que es donde llegan todas las maravillas que salen en la revista y nada, eso básicamente es recepcionar las cajas, abrirlas y colgar la ropa.

DB: ¿Pero era obvio que te fueras a quedar? O sea, haces unos tres meses y tú sabías que te ibas quedar más tiempo? ¿O estabas con él “ya se me van a acabar los tres meses, me dijeron que no me voy a poder quedar”?

DG: O sea, yo nunca… Yo creo que en ese momento pensaba “voy a hacerlo lo mejor que pueda y que sea lo que Dios quiera”. Tampoco vivía frustrada de “me voy y me quedan dos días”. Yo creo que en ese momento estaba como tan ilusionada de tener como la oportunidad que no sé, era como “pues lo voy a disfrutar y lo voy a hacer lo mejor que pueda y ya está”.

DB: Ok, entonces entras como becaria del almacén.

DG: Sí, del almacén de moda.

DB: ¿Y eso te dijeron que era por un plazo o era…?

DG: Sí, como que podían volver a renovar como otros tres meses, porque era como el máximo, ¿no? Y vuelvo a renovar y ya como que al final, hasta de becario hay niveles de becario. Yo hice todos los niveles de becario que puede ser. Al principio era como ya entré al almacén, pero había otra persona y yo como la asistente de la asistente del almacén, un poco así. Y luego creo que la siguiente renovación, no sé si fueron por seis meses o algo así.

DB: ¿Te pagaban en primeros puestos?

DG: Sí.

DB: Y cómo saber, si estás diciendo que eras asistente del asistente del asistente, por decir algo, ¿Cómo destacas? O sea, ¿cómo haces que te vean? ¿Cómo te haces notar cuando no estás en el puesto? No estás siendo la que hace el styling en el shoot, la que tiene contacto con, si fuera el caso, el artista o lo que sea, estás detrás, detrás, detrás, ¿no? Como a la sombra de otras personas. ¿Cómo haces para que te vean?

DG: Al final fueron muchos años también para que eso sucediera. Al fin, sigo como en el almacén. Luego me hacen como ayudante de las estilistas. Ahí ya empezaba a ir a las sesiones de fotos con ellas. Igual al principio era casi de “te paso la chaqueta y ni hables ni comentes”. Y estuve con la directora de moda, aprendiendo de ellas todo, todo lo que pude, y que todo lo que me enseñaron esos años. ¿Y cómo destacas? Pues no sé, creo que trabajando mucho, haciendo bien tu trabajo. Al final, las relaciones yo creo que en nuestro trabajo son superimportante. Trabajamos con muchas celebrities, con modelos. Un poco ese... No sé, como las relaciones de ser educada, tienes que estar, en algún punto, ser casi como invisible para no molestar, pero saber el momento en el que tienes que estar.

DB: Pero justo es eso. O sea, justo es un trabajo en el que implica en muchas ocasiones ser invisible, no estorbar, no querer ser la que llama la atención, porque luego caes mal, pero entonces ¿cómo logras que te vean cuando nadie te ve?

DG: Ahí no llevaba el pelo rosa. Es que no, no lo sé.

DB: Si te pones a pensar en la perspectiva desde el lado de tus jefas, esas personas que toman decisiones, ¿tú que crees que notaban o qué crees que veían en ti que decían ir confiando en esta persona y no nada más decir “bueno, pues la que sigue o que se quede ahí o listo”?

DG: Pues yo creo que eso al final es hacer bien tu trabajo, ¿no? Y trabajaba muchísimo también. Me quedaba todas las horas que hicieran falta. Nunca… Tenía un horario como becaria y creo que jamás me fui a mi horario. Nadie me decía que no lo hicieran, ¿no? Y tampoco creo que jamás lo hice como “me voy a quedar aquí a dormir para que un día me vean y me den una oportunidad”. Creo que no. Todo lo que se ha ido dando, creo que lo que me ha pasado nunca ni siquiera he soñado de “ay, quiero un día ser directora de moda”. O sea, todo lo que he ido pasando, como que lo veía tan imposible siempre y como que he preferido no como adelantarme a las cosas, disfrutarlo, hacerlo bien y que la vida me sorprenda.

DB: ¿Eres más de esa idea de “poco a poco lo que vaya pasando” contra pensar en “quiero llegar aquí, entonces ¿cómo voy a llegar ahí?”?

DG: Yo creo que si haces eso, vivirías frustrado todo el tiempo. Hay gente que dice “quiero llegar ahí” y se pone una meta y tal. En mi caso, creo, o sea, honestamente siento que nunca ni lo soñé.

DB: Pero te apasiona.

DB: Me apasiona. Si no, no estaría aquí.

DG: ¿Pero qué fue primero? ¿El que empezaras a hacerlo y que ya haciéndolo le agarrarás cariño o qué…? Porque luego también es esta cosa de seguir tus pasiones y lo mismo que dices de la universidad de “ni siquiera sé qué quiero o no estoy seguro de tal”. ¿En qué momento te empieza a apasionar lo que haces?

DG: Yo creo que desde el minuto… O sea, desde que decidí qué carrera quería estudiar y me quedé, seguí en España cuando me quería regresar cada fin de semana de vuelta a casa porque me apasionaba siempre, pero independientemente de que eso me apasionara, no sabía ni qué camino tenía que seguir ni qué desenlace iba a tener. A eso es a lo que me refiero, que no sabía y no me imaginaba ser directora de moda, que luego después de Elle estuve en  Cosmopolitan como directora de moda. Hay cinco o seis revistas femeninas importantes en España. Ese puesto, ¿cómo voy a soñar que sea para mí?

DB: ¿Y crees que te jugó a favor el no estarlo persiguiendo o deseando? O si lo hubieras pensado antes, como “si quiero llegar ahí” a lo mejor hubiera llegado antes?

DG: Creo que no. No sé.

DB: Quiero saber cómo piensas tú.

DG: No, porque también es un… O sea, en el mundo de la moda también hay muchos egos, muchas envidias, muchas… Entonces también si te lo crees mucho, quieres algo mucho, siento que vas a tener como más stoppers, entonces creo… O sea, no sé igual, claro que si hubiera hecho otra cosa, quizás también hubiera sido o más rápido o nunca hubiera pasado, no lo sé. De hecho, a veces cuando doy en la universidad, en el IED charlas que a veces doy para para alumnos de Latinoamérica que quieren ir a España o Italia estudiar, me dicen “¿pero qué hiciste para nosotros como seguir los pasos y saber que me  voy a poder quedar allá? Porque yo quiero ir, pero me quiero quedar a vivir en Europa, no quiero ir y estudiar y regresar”. Y digo “es que si volviera a ser todo lo que hice otra vez, seguramente que tampoco pasaría, o sea, incluso haciéndolo yo otra vez”, porque hay muchísimos factores, las oportunidades que te de la gente, lo que te decía, estar en el sitio, que la persona igual que estaba ya no está ahí y justo se liberó como un puesto, un espacio en ese momento, como que son muchos factores que no puedes controlar y que eres la mejor o no eres la mejor en cuanto a diseño, moda o gusto o como estilista, es muy relativo quién es mejor o quién no es mejor.

DB: Sí, eso no es como un matemático que puedes decir “bueno, le atino a todas las fórmulas y listo”.

DG: No, o sea, hay muchísima más gente más creativa, que sabe hacer las cosas mucho mejor que yo e igual no tuvieron la oportunidad de estar o que alguien las viera o que estuvieran en el sitio, o sea, no creo que yo por haber logrado haber estado en ciertos lugares sea porque sea mejor que nadie.

DB: ¿A qué se lo debes? ¿Qué crees tú que te ha mantenido donde estás o que te ha seguido abriendo puertas? Aparte del trabajo y trabajar, trabajar, trabajar, pero ¿qué otra cosa sientes que hace que la gente quiera seguir trabajando contigo?

DG: No sé. O sea, yo creo que en esos años es la constancia, la paciencia, la pasión siempre. Y no sé, o sea, y simplemente como… O sea, lo que te digo es como estar cuando tienes que estar invisible y cuando tienes que salir y luchar también que no te coma nadie, porque eso es…

DB: ¿Y te ha tocado luchar por un puesto pensando en el tema de incluso de “soy latina”?

DG: Yo no lo he vivido. O sea, nunca lo he vivido como un handicap en mi carrera. La verdad que desde que entré ahí, pues todo el mundo me aceptó por quién era, por dónde venía y por lo que sea. Y no, no creo que ni me haya… O sea, no creo que sea algo que me perjudicaran ni que fuera un plus. Ahora creo que sí, ahora que tengan latinos en las empresas, es como tener una medallita, que ahora estamos de moda. Así que qué bueno, genial también porque podamos seguir teniendo esos puestos y ojalá que pueda llegar a muchas cosas más y también por la gente que viene detrás.

DB: Ok, a ver, vamos a regresar. ¿Cómo brincas de Elle a Cosmopolitan y luego a Neo2?

DG: En Elle estuve como nueve años y terminé como estilista junior, empezaba ya a ser como más temas de estilismo sola y no sólo acompañando a las estilistas, y Hearst Magazine, que es a lo que pertenece Elle, recupera su cabecera de Cosmopolitan en nuestras oficinas. Venía el proyecto y era como iba a ser algo pequeño y tal, de hecho, como cinco personas que éramos de Elle nos mueven a Cosmo para como lanzar el proyecto. La cabecera ya existía en España, pero querían como relanzar…

DB: ¿A qué te refieres con la cabecera?

DG: A Cosmopolitan la marca, la marca Cosmopolitan. Ya existía en España, pero la tenía otra editorial, pero Cosmopolitan pertenece a Hearst y lo que hizo Hearst es todas sus marcas, como unificarlas en la misma empresa, que mundialmente era así, pero en España antes no estaba Hearst, pertenecía a otra empresa francesa, entonces fue como que unificaron todo. Trajo en Squire, Harper's Bazaar, Cosmopolitan y nos juntaron todo en el mismo como edificio, y entonces venía el bebé de la casa, que al final también era una revista también bien para un público más joven y darle como ese refresh. 

DB: ¿Cuántos años tenías?

DG: Cuando me hicieron directora de moda yo tenía creo que 31 años.

DB: Y a ver, no más para también tener el contexto claro, ¿qué diferencia existe entre hacer estilismo a ser directora de moda de una revista? O sea, ¿qué tanto cambiaron tus responsabilidades o la dimensión del puesto?

DG: No, era otro mundo, y en una revista dedicándote a la moda, es el puesto más alto que pueda haber. Y al final, como directora de moda no solo te encargas como de un shoot o de una portada, sino de todo el contenido que hay en la revista de moda, entonces

DB: Entonces, alguien que hace styling o este puesto que tenías antes, por ejemplo, en Elle, ¿hasta dónde llega su puesto? ¿Cuál es el alcance o responsabilidad de su puesto?

DG: Pues hacer sesiones de foto. En mi caso eran sesiones de foto más pequeñas. Hacía todas las portadas con las estilistas senior y la directora de moda yo asistiéndolas, pero no eran mis portadas firmadas, yo firmaba como asistente, no eran mis portadas. Bueno, son de todo el equipo, pero bueno. Y ahí lo que hacía es lo que hacía como stylist, cuando tenía yo como mis propios proyectos, era un retrato, irte con este actor, hacerle una foto, un retrato para una entrevista de una página, no eran las historias editoriales grandes de la revista, obviamente las hacían ellas.

DB: ¿Pero esa foto, por ejemplo, era “se va a poner todo ese rollo…”

DG: Todo, desde el equipo, tú eliges un poco tu equipo, el fotógrafo que lo va a hacer junto con la directora de producción y obviamente cada revista tiene como su equipo con el que sueles trabajar. Y luego, pues también la afinidad que tú tengas, pues no sé, a ti te pasará, “pues prefiero que me ilumine, que me ponga la cámara equis personas”, pues trabajas mejor, ¿no? Que siempre es mucho mejor trabajar con buen rollo, y entonces todo, desde que se va a hacer o en un hotel o en un estudio o en el exterior, en la calle, depende de lo que va a hacer. Si es un cocinero que vamos a entrevistar porque le han dado una estrella Michelin, pues quizás nos vamos a su restaurante y como montar el set y hacerle el retrato de él en los fogones de la cocina o si es una actriz que está nominada los Goya, no sé qué, de revelación, pues la niña irte a no sé qué, y pues quizás en un estudio hacerle un par de fotos, pero eran como sesiones mucho más pequeñas.

DB: Pero entonces hasta ahí abarca, ¿no? Como hacer que exista esa fotografía… Digo, no quiero minimizarlo, pero hacer que exista la fotografía que va en un pedacito de todo el tema de la revista. Y ahoram irte como directora de moda, ¿qué responsabilidades lleva?

DG: Pues muchas, que otra vez lo mismo, como esto me cayó del cielo, creo que ni siquiera lo pensé. Fue como “tienes esta oportunidad” y dije que sí. Cuando llegué a mi casa me acuerdo que le digo a mi marido “¿cómo lo voy a hacer? Dije que sí, ¿qué hago?” O sea, sí, llevaba muchos años en una revista, como te decía, aprendiendo de gente increíble, profesionales, decía “bueno, algo se me tuvo que haber pegado, algo tuve que haber aprendido”, pero sí te da un poco como de susto, de “¿ahora lo haré bien?” Pero bueno, fue como un microsegundo y luego fue a resolver. Y creo que ya, ese día fue como que lo pensé y luego ya tenía tanto trabajo por hacer y tantas ganas de que saliera bien que tampoco lo vuelves a pensar.

DB: Pero por ejemplo, ¿qué actividades tienes que hacer como editora de moda?

DG: Pues como editora de moda todas las páginas que tengan que ver desde que tú ves una entrevista y salen un bodegón de zapatos, ropa o de” crea tu look”, o sea, todas las páginas o una entrevista, aunque la haga una redactora, que yo no soy redactora, pero tenía dentro de mi equipo una redactora de moda, “vamos a hacer una entrevista a X persona o a X diseñador, porque lanza no sé qué colección con no sé qué artista”,es al final coordinarlo todo.

DB: ¿Y qué de lo que aprendiste en Elle te sirvió más en Cosmopolitan? ¿Te acuerdas de alguna cosa que te había enseñado alguna de esas personas o que le hayas visto a tus jefas y que digas “eso ya me vi cuando lo volví a aplicar acá”?

DG: Pues es que fue mi escuela, ¿no? Creo que todo lo que vi ahí me sirvió. Si me quedara con una cosa específica, no sé, no sé, a ser resolutiva. Creo que eso es el mejor consejo en cualquier área, en cualquier carrera, en cualquier trabajo, que no te bloquees, ¿no? Porque en las sesiones de fotos pueden pasar muchas cosas. Desde que, no sé, estábamos… Me acuerdo una vez, viajamos de Madrid a Punta Cana a hacer los editoriales de verano, porque como va la moda, hay que fotografiar baño cuando hace frío, para que cuando salga el número, que ya es verano, tener las páginas de moda de ropa de verano o de bañador, lo que sea, entonces, normalmente viajábamos a algún sitio donde hiciera calor, solíamos hacerlo como en febrero, los temas de baño, y nos vamos a Punta Cana con todo lo que conlleva una producción de ir un equipo entero, dinero, hotel, gastos, aunque hay en las revistas intercambios con marcas…

DB: ¿Cuánta gente llevabas?

DG: Ocho, nueve personas, entre fotógrafo, maquillador, estilista, asistentes, dos o tres modelos, porque no todo lo haces con una sola modelo, a alguien de producción… O sea, sí, como pocos, quizás siete, pero entre seis, nueve personas. Y llegamos ahí y está la semana entera diluviando.

DB: No, ¿qué hicieron?

DG: Llegamos con ocho temas de moda fotografiados, ¿qué hice? Y eso fue, eso me pasó justo mi primer viaje en Cosmopolitan como directora de moda, ahí ya la responsabilidad no es “si llegamos sin foto, es problema de mi jefa, yo vine aquí y no tuve que sacar el bikini de la maleta”, pero si no llegas con el trabajo, ¿qué hacemos? Me pasó en mi primer viaje.

DB: ¿Qué hiciste? ¿Cómo resolviste?

DG: O sea, yo creo que entre lo de Cosmo, yo creo que arrancamos la revista, empezamos la revista en diciembre y este viaje fue en febrero, era mi primer viaje. estaba todo pagado y, además, claro, esos budgets van a esas marcas, los contenidos que tenemos que crear y todo, que ya están cerrados para que pudiéramos tener el dinero de venir aquí. Pues en los cinco minutos que no llovía haciendo fotos, la mitad de esas fotos las hicimos en una piscina en vez del mar, y luego en Photoshop poner el color que pareciera el Caribe, o sea, todo así. Creo que iba a ser, no sé si eran tres o cuatro temas, e hice ocho, me vine con el doble de trabajo diluviando todos los días. O sea, “dejó de llover, corre”. O sea, tengo unos videos y unas fotos de esos momentos que yo estoy con el fotógrafo, con un paraguas y “corre ya”, y era como la lluvia esta tropical, que muchas veces llueve dos, tres horas y luego paraba. O sea, yo nunca había visto eso en Punta Cana. Era como todo el día y más bien paraba media hora, y en esa media hora yo le cambiaba el bikini y otro, otro, otro, para como hacer todas las fotos que pudiéramos. Y nada, y resolví el trabajo, ¿no? Entonces, yo creo que eso, porque podría haberme frustrado de decir “no, es mi primer viaje, no voy a poder hacerlo, voy a llegar sin el trabajo” y te bloqueas y no lo puedes sacar adelante, ¿no? Entonces, yo creo que eso vale para cualquier carrera y negocio.

DB: A ver, bueno, y entonces, nomás quiero cerrar esta parte del viaje de Cosmo, ¿cómo pasas a Neo2?

DG: En Cosmopolitan estuve cinco años y en la revista estuve trabajando con muchísimos celebrities, y ahí también yo empecé a hacer cosas por fuera. Justo antes de irme a Cosmo lanzo mi marca de joyas, y fue el año que me fui a Cosmo que abrí Barokah, me casaba también ese año, fue como todo al mismo tiempo. Y en la revista, el mundo editorial al final ahora está súper complicado porque las revistas no… O sea, ni hay los presupuestos que había antes ni los equipos que había antes, ahora se sindican muchísimo más las fotos.

DB: ¿Eso quiere decir qué? ¿Agarras la foto de otro...?

DG: Agarras la foto que yo… Por ejemplo, en los años que estuve en Cosmo, una de las cosas que me hizo muy feliz es que muchísimas de las portadas que estaba haciendo yo en España se sindicaban en un montón de países del mundo y tuve mis primeras portadas en Cosmo México que yo decía “es la primera vez que…” Llevaba trabajando diez años en el mundo editorial, y sí, yo cuando venía a México traía las revistas y “mira, papá, abuelita” y tal, y cuando veo como... Creo que fue el segundo número que hice de Cosmo que se sindica la portada, yo ya mando todo el mundo en México que vaya a comprar la revista, es mi portada, entonces, eso fue increíble también que vieran mi trabajo, pero bueno, como ya estaba este mood, los equipos empezaron a quitar equipo de las revistas. Empezaron a hacer también pulls de estilismo dentro de la casa como para que hagan varias revistas. Entonces, también quitaron puestos y tal, entonces, en todo eso que pasó, también tengo luego la oportunidad de estar en Neo2.

DB: Pero a ver, ¿tú ya veías que esto ya pintaba mal? O sea, este barco empezó a hundirse y...

DG: No, el barco se hundió. El barco se hundió y hacen también EREs y todo en la empresa. Claro, la mitad de esos años que estuve en Cosmo entramos en una pandemia que también era ya ni siquiera podíamos, aunque quisiéramos, hacer la cantidad de material que estábamos haciendo antes, entonces, hacen un ERE también en la empresa.

DB: ¿Un ERE?

DG: ERE.

DB: ¿Qué es eso?

DG: ¿Cómo se dice aquí?

DB: No sé qué significa.

DG: Pues hacen recortes.

DB: Ah, un recorte.

DG: Un recorte. Y claro, como yo estaba en uno de los puestos más altos, pues claro, bye. Y nada, y luego...

DB: ¿Qué sentiste ahí?

DG: Yo estaba súper tranquila porque lo que te decía, como siempre, lo que me ha pasado ha sido para mejor. Yo, o sea, me acuerdo cuando me llamó mi jefa y me lo dice y tal, no sé cuánto, y digo, “no, o sea, voy a estar...” Estaban mis compañeras llorando y tal, y digo, “pero voy a estar bien, ¿no?” Y a las dos semanas ya tenía el puesto de Neo2. Al mes había abierto mi tienda, al mes y medio empecé a trabajar con Sebastián Yatra, entonces sí fue para mejor.

DB: Pero ¿y cómo llegaste a esas oportunidades? Justo, ¿cómo llegaste a esas otras...? Bueno, la tienda ya traías, ¿no? Pero Neo, por ejemplo, ¿y además por qué lo aceptas si sabes que la industria está batallando?

DG: Neo es una cabecera española, sola, más independiente, pero es otro... O sea, creo que ahora las marcas están apostando más por revistas mucho más nicho, y yo lo he visto porque en los anunciantes que tenemos ahora en Neo con los que tenía Cosmo, que es una revista internacional, pero cada vez las marcas quieren eso como que es más… Sí, más nicho, más especial, diferente.

DB: ¿Está hecho más casero, como equipo más chico?

DG: No, no, no casero, sino que es una revista que no se rige tanto por tantos cánones de…No sé, una revista tipo Elle, Cosmo, hay una forma en la que tienes que hacer la portada, cómo tiene que estar viendo la modelo, tiene que ser una chica de entre X y X edad, que sea, por ejemplo, en el caso de Cosmo, celebrity o top model o es actriz o canta, o baila, o hace algo, ¿no? Y es como que al final te cierras, aunque parece que hay muchísima gente que hace eso, al final es como que siempre están haciendo lo mismo, porque al final es la identidad de la marca.

DB: Y además eso lleva un costo muy alto, ¿no? Como si ahuevo tengo que hacer una celebrity, entonces vele agregando costo a la operación de cada cosa, y Neo no es como que no lo haga, pero me imagino que también pueden jugar, son más flexibles.

DG: Claro, y al final ahora también hago personajes mucho más random, o sea, te hago un actor de 50 años, pero te hago un actriz de cualquier serie de Netflix que está petándolo, o una modelo que ha hecho tal, o alguien que está luchando por no sé qué causa, o sea, no hay como una identidad de solo puede ser X persona, ¿no? Aunque yo en Cosmopolitan logré, gracias a que lo peleamos mucho, hacer el primer chico de portada, porque nunca había estado un chico en una portada de Cosmopolitan, hice a Maluma, que conseguí llegar a él y trabajar junto con su equipo por hacer historia, porque al final lo hicimos. También logré sacar a la primera chica trans en portada, que nunca se había hecho. La primera chica musulmana con un hiyab, que tampoco se había hecho en España.

DB: ¿Cómo conseguiste que te dieran apertura? O sea, ¿cómo…?

DG: Pelando mucho, y yo creo que también eso me costó mucho.

DB: ¿Pero te desgastabas mucho?

DG: Sí, pero al final también cuando haces cosas que no gustan tanto eres un poco...

DB: Sí, sí, el incómodo, ¿no? Eres como la persona incómoda en el equipo

DG: Yo soy súper cabezota, quiero esto, lo voy a lograr, lo voy a hacer, y bien, porque al final creo que es lo que hay que hacer, ¿no? 

DB: Pero al final todo el mundo dice, “ay, qué padre que hicieron eso”, cuando la persona dice “yo te estuve diciendo que lo hiciéramos y no querías”.

DG: Y eso claro, pasa muchísimas veces, esta idea “no sé qué, no lo van a aprobar, no hagamos esto”, y luego pasa, o lo hace la revista de enfrente y te quieres morir, y es como “yo lo dije, llevo seis meses luchando por esto”, pero bueno, creo que es lo que hay que hacer.

DB: Pero, por ejemplo, en eso en particular, ¿cómo es el acercamiento para tratar de convencer a esta gente o a sus jefes o a los dueños de la empresa o lo que sea de “intentemos esto”? Independientemente todavía de la negociación que se haga con la persona, en cualquier de esos tres casos ¿cómo te preparas o cómo llegas con la propuesta? “Yo creo que por esto va a ir bien...”

DG: Sí, con datos, y hoy en día, además que claro, los datos. Ya no expongo a esta modelo porque me parece bonita, sino, “¿cuántos seguidores tiene? ¿Qué impacto va a hacer? Vamos a primero hacer un artículo sobre esa persona en la web, a ver si tiene clics, a ver si a la gente le interesa”, que claro, ahora es mucho más difícil, porque puedes querer pelear por una causa muchísimo, pero si no te va a dar clics….

DB: Claro, sí, claro.

DG: Entonces, con data, porque ahora para bien y para mal tenemos eso, entonces “yo creo que esto funcionaría porque mira, mira, mira…” Y hablándolo, pues, como llegar a la oficina de mi jefa y decir “mira, yo creo que tenemos que hacerlo”, y yo creo que muchas veces también primero yo intentaba ver si el camino iba a ser como real.

DB: ¿En qué sentido? ¿A qué te refieres?

DG: Pues imagínate, no sé, conseguí a Paris Hilton, por un amigo maquillador que conoce a alguien, que conoce a alguien de Paris, en ese momento… O sea, esto fue hace como ocho años, que Paris estaba olvidada, porque ahora otra vez ha tenido como su boom, y yo, o sea, tenemos que, no hay chica más Cosmo que Paris Hilton, ¿no? Y ahora con todo el boom de los influencers, digo, es que ella fue la primera real influencer. Y a través de un amigo de un amigo de otro amigo de tal, había un contacto que podía llegar a ella, y entonces yo hice todo el caminito primero. Cuando recibo el primer mail que me responden es, “o sea,¿hay posibilidad de hacer a Paris.” Ahí ya empiezo a mover. ¿Qué pasaría si hacemos…? Por no hacer como historias imposibles y ponerme a pelear y ver que es imposible tener a no sé qué artista, ¿no? Entonces, al final también nuestro trabajo es mucho de contactos, relaciones, llevo muchísimos años trabajando también en esto, y saber cómo mover esos es…

DB: A ver, por ejemplo, en el caso que dices, de Maluma, que no solamente es Maluma, pero también es esto, del primer hombre en una portada de revista Cosmo. ¿Cuál fue el caminito que seguiste? ¿Primero todavía fue llegar con él?

DG: Fue terrible, fue un shock. Primero, Jennifer, que es su publicista, me escribe, habíamos trabajado ahí yo con Becky G en otro proyecto, y por error me manda un mail. Bueno, por error no, pero diciendo, “me han pasado tu contacto, me dicen que eres la directora de la revista de Elle US”, y yo sabía que era Jennifer, porque había trabajado con ella, y sabía quién me estaba escribiendo, y entonces recibo ese mail, estaba en plan en mi casa, creo que esto fue durante la pandemia, y contesto “hola, Jennifer, no, o sea, sí soy Daniela, sí hemos trabajado juntas, hicimos este proyecto”, habíamos hecho varias cosas juntas, se lo recordé, y digo “no soy la directora de Elle US por ahora, pero soy la directora de moda de Cosmopolitan, que ahora estoy aquí, y me encantaría hacer esa portada con Maluma”, porque ella estaba escribiéndole para cerrar algo con Maluma. Yo le contesto ese mail y digo “pues no, no soy esta, soy yo, hemos trabajado juntas”, le puse las fotos, que el trabajo que habíamos hecho juntas, y “quiero que me des a mí a Maluma”.

DB: ¿Te contestó?

DG: Sí, me contestó “bueno, ya veré”. Pasaron tres meses, no volvió a contestar, yo insistía, ya preparé como un documento de “haríamos historia, seríamos la primera vez que hay un chico en portada” y pues ya como que les gustó más, siento.

DB: ¿Pero a la par de eso, al equipo le venías peleando o primero querías que te dijeran ya que sí?

DG: En ese momento moví todos los hilos por todos lados a ver qué pasa, no, porque...

DB: ¿Qué pasó primero? ¿Que te autorizaran dentro del equipo que sí, sí podría estar, o primero paso que te dijeran “vamos a darle”?

DG: Primero esperaba que hubiera esa oportunidad de poder tenerlo, y ahí ya fui a sentarme, “¿qué pasaría si hacemos a un chico en portada?” Y en ese momento tuve que hablar hasta en Hearst, en US, las oficinas están en Nueva York, para que me aprobaran eso, porque al final es saltarte toda la línea editorial, y no estaban muy convencidos. Yo hice un viaje a Nueva York y fui a hablar con Kim Bodden, que es la directora editorial de las cabeceras, de todas las cabeceras del mundo de Hearst, que la adoro y tengo muy buena relación, la admiro muchísimo, y me senté en su despacho, y luego fue como una locura todo, y medio una pesadilla también

DB: ¿Pero te dijo que sí luego luego ella, o también fue...?

DG: No, era como “bueno, vamos a ver, porque no sabemos y tal, hasta que no te digan…” Pero yo iba como abriendo puertas... 

DB: Estás en el limbo mucho tiempo, o sea, estás mucho tiempo entre que nadie te da con certeza un sí.

DG: Y tú tienes que seguir haciendo la otra revista tal, y ver el día que te aprueben, a ver en qué mes lo metes que pueda el artista, que tú tengas libre la portada que le interesa, y si no mueve a la otra persona que tienes…. Es paciencia y de ir moviendo hilos, y en este... O sea, yo creo que estuvimos meses con esta portada, y al final eso, ya por casi un tema personal, la directora Cecilia, que es la directora de la revista, también estaba luchandolo conmigo, porque ya era como... Ya llegó un momento de “sí, sí podemos hacerlo, pero tienen que ir a Turks and Caicos, porque él va a estar ahí, tiene cinco horas, tienen que..”. O sea, como... Y así pues muchas veces, ¿no? Pues con Paris Hilton, lo mismo, cuando lo muevo, y al final me dicen que sí, teníamos unos premios en Madrid, y yo quería darle como un premio, y aprovechar y hacer la portada y todo, y luego ya fue imposible, no podía venir y tal. Los artistas también pues piden avión en primera, avión privado, que no se puede, más ahora en el mundo editorial, ya no es como antes, antes volaban a diez personas del equipo en en business y no pasaba nada, o tenías una marca que patrocinaba, pero daba muchísimo más dinero que el que hay ahora, entonces cuando ya me dice que no podía venir, nosotros hacer el coste de hacer una producción, en este caso en Los Ángeles, que ya vive ahí, es mucho más caro por todo, el budget de estudios, maquilladores, peluqueros, todo, es mucho más caro que en España.

DB: Y aparte hay muchos sindicatos y cosas así ¿no? Como esos conceptos de esta persona nomás puede hacer esto.

DG: No, o sea, en Madrid el maquillador, peluquero, el que hace las uñas es la misma persona, en Estados Unidos uno hace los pies, uno hace los manos, uno hace el pelo, uno maquilla, y claro, son cinco personas que cobran cinco veces más que los de España, entonces es bueno, pagamos tanto. Cuando me empieza a poner como la solicitud de “tiene que ser mi maquillador, mi peluquero, no sé qué”, hablas con el maquillador y dice “mi fee no va a ser menos que esto”, y claro, tú sabes que si le intentas regatear al maquillador se te cae el celebrity, porque a veces es “yo no voy a hacer una portada si no me maquilla mi persona de confianza”, y lo entiendo, entonces ya también eso fue como en una desesperación de “¿cómo hago como para bajar el budget? En vez de pagar un estudio, a mí se me ocurre ya en esos momentos de desesperación, porque luego todo lo vives como si estuvieras operando a corazón abierto, y luego la realidad es que nuestro trabajo es hermoso, pero es muy absurdo a veces estar estresada y sin dormir por una situación como la que te estoy contando, es absurdo, pero es como I'm going to fight for it porque a eso vine y vamos a pelear hasta el final, pero a veces es como “¿por qué llevo siete horas el teléfono desesperada luchando por esta portada como si fuera el final de mis días?” Y entonces digo, en la desesperación, “voy a mandar un mail” y pongo… Claro, todo también hay que saber cómo decir las cosas, “yo creo que para que ella esté más cómoda y no se preocupe por salir por no sé qué, por no sé cuánto, porque el coche que pedía, el transfer, no sé qué, para nosotros hay cero problema de ir a hacer las fotos en su casa”.

DB: Como “si ustedes quieren les damos chance de que sea ahí”.

DG: “Les damos chance para que ella esté cómoda en su propia casa, así están los perros en la sesión no se tiene que mover, la pueden maquillar en su habitación, que se despierte cuando ella quiere y yo aquí estoy en la sala esperándola que baje. Y en el fondo “por favor, Dios mío, que me digan que sí, porque si me dicen que no, voy a tener que cancelarla porque no hay presupuesto”. Y así, o sea, así historias te puedo contar un montón.

DB: Tengo una duda nada más de esto. Aparte de todos estos gastos que se incurren, ¿se le paga a la persona que tiene la portada?

DG: No. Por lo general no. Nunca. 

DB: ¿En ninguna industria? Bueno, vaya, en ninguna revista es común…

DG: O sea, yo, por ejemplo, en las revistas que he trabajado y las que controlo, al final para el celebrity es una plataforma para dar publicidad, ¿no? Entonces, tú puedes tener a la top model más cara del mundo que cobra por cualquier sesión de fotos un millón de dólares y si les interesa tu cabecera, que el fotógrafo sea el que le gusta, que no sé qué, que no sé cuánto, que ellas sepan que tienen como controlado, te van a decir que sí y no hay fee, no hay fee para ningún artista.

DB: Y por ejemplo, y en ese sentido, para entender cómo funciona un poco la industria. Imagínate que te contratan a ti… Más bien no, porque no lo pagas, pero tú eres la modelo, vas a estar en la portada de tal. Yo, como revista, lo que le ponga la modelo, por ejemplo, “le voy a poner X marca” ¿Me paga la marca por ponerle eso?

DG: Funcionamos todos así.

DB: ¿Así es cómo funciona?

DG: Claro.

DB: ¿Y la modelo recibe algo de esa marca?

DG: La modelo… Hay varias formas de trabajar. La legal y la ilegal. O sea, muchas veces, imagínate, no sé, pongo una…Te pongo un caso, que no lo he hecho, pero que es una colección que acaba de salir estos días. Shawn Mendes acaba de sacar una colección con Tommy. Entonces, una forma de hacer una portada es, yo quiero hacer a Shawn Mendes, yo tengo relación con Tommy, les interesa sacar la colección en todas las revistas y portadas posibles. Una forma de trabajar es yo decirle a Tommy “oye, yo te hago el mega reportaje con full ropa de Tommy de arriba a abajo si me das a Shawn Mendes”. Entonces, ahí, como al final yo como revista me interesa tener a Shawn en la portada... Igual, en ese caso, pues solemos trabajar con la marca, a veces poner alguna página de publicidad y lo hacemos, tú me das a Shawn y yo te doy 15 páginas con todos los looks de Tommy, y ahí no paga Tommy.

DB: Pero ¿y quién absorbe el costo de la producción?

DG: A veces la revista, porque al final a ti como cabecera te interesa asumir unos costes si luego sabes que esa portada va a vender X o va a tener X clicks o tal, porque tienes, no sé a Harry Styles o a Sebastián Yatra, entonces dices “bueno, eso está bien”. Otra opción es a una marca le interesa llegar a X celebrity, que tú como revista tienes acceso, pero ellos no, ni tienen quizás el presupuesto para pagar a esta persona porque suban un post o lleven algo de la marca, entonces ahí sí que igual la marca te dice “yo te pago tus gastos que generes”, tampoco es que te haces rico, pero por lo menos es even y sacas tu portada, que es lo que hay que hacer todos los meses, “y de las 15 fotos o de las que vayas a hacer, pues le pones un look de mi marca”. En esos casos a veces la marca te dice “y te voy a mandar una caja y se la das al celebrity”, y el celebrity a veces dice sí, a veces no “no me lo voy a poner si a mí no me pagaron”, o incluso el celebrity dice “ay, qué bien, dame el contacto y a ver si podemos trabajar juntos”, que también pasa, porque al final es como que lo que hacemos todos es tener un link unos con otros, que es también cómo funciona. ¿Qué otro caso te puedo poner? 

DB: Por ejemplo, ¿se puede donde yo soy la persona que sale en la portada, y este caso, el segundo que estamos hablando, donde la marca dice “yo cubro el costo pero me pagas a mí también”? 

DG: También se hace si la marca quiere o igual por contratos del artista o tal, o la marca lo quiere tanto que me dice “mira, consíguelo a cualquier costo que yo te pago los gastos de producción y pásame el teléfono de su manager”, y si luego sube la portada, etiqueta la marca, no sé qué, hay bonos, porque ya la portada ya la hizo. También nos ha pasado que, por ejemplo, haces una portada random, no había ni un contrato previo, ni una marca, no sé qué, pero la marca ha visto que he utilizado sus ropas, sus joyas o lo que sea y contactan al artista y dicen “¿y si cuando lo subas…?” Porque si tienes una portada casi todo el mundo lo sube, hay gente que no, pero bueno, la mayoría sí, porque supongo que es algo bueno también para ellos, dicen “¿y si cuando la subas, en vez de solo etiquetar a Cosmo, Vogue, etiquetas a relojes tal? Pues te vamos a pagar”, pero eso ya siempre, o sea, cuando ya hay como este tipo de acuerdos, directamente es una… Nosotros lo que igual puedo poner un mail con management del artista y con la marca y ya que ellos se organicen, ¿no? Pero también es otra posibilidad.

DB: Ok, interesante. A ver, y ahora saliéndonos de ese tema y regresándonos a dónde íbamos, ¿cómo llegas, por ejemplo, a trabajar hoy con Yatra? Porque ya es completamente otra cosa, ¿no? Ya pasaste de estar haciendo para portadas y para dirigir la parte de moda en revistas a estar con una persona todo el tiempo diciéndole, guiándolo, que aunque a lo mejor pudiera parecer como bueno, pues en lugar de con mucha gente, es una sola persona, a veces pues hasta más complejo y que te quite más tiempo, ¿no?

DG: Sí, no, y yo trabajo con… Desde que estoy en Elle, paralelamente en los pocos huecos que tenía, porque Elle y Cosmo estaba full time en la revista cumpliendo un horario que la mayoría eran mucho más horas que hasta las que tienes que cumplir, y sí que hacía algunos trabajos pidiéndome mis días de vacaciones o lo que sea, haciendo catálogos con marcas de zapatos, de novia, de tal, y eso siempre lo hice, igual me hacía cuatro al año porque no tenía tanto tiempo, o trabajando con celebrities. Desde que estoy… cuando empiezo en Cosmo, como Cosmo lo que te comentaba que era trabajar con celebrities, muchas veces también por la revista, porque trabajas con ellos en una sesión, les gusta lo que haces o lo que sea, pues sí que trabajaba con cantantes o actrices, pero las vestía para ir a un evento o hacía la portada del disco de no sé quién, pero era como una cosa, como un proyecto y ya está, esto y ya está. Cuando empiezo en Neo2 mi primera portada, justo el día que empecé fue con Rauw Alejandro y a la semana hice a Sebastián Yatra, y en esa sesión hice la portada y todo y después de ese shoot me llaman porque tenían unos conciertos en España y querían que les ayudara no con la ropa de Sebastián, sino con los dancers que iban a estar en el show. Tenían unos premios y una grabación. Y me llaman y digo “mira, yo normalmente no visto dancers ni nada de eso, trabajo más con artistas, pero la verdad que el equipo es increíble”, y como que nos caímos bien y todo y fue como “bueno, yo les ayudo”. Ellos venían de Estados Unidos, de México, de Colombia, que es su equipo y estaban en Madrid y era como “necesitamos ayuda” y yo en ese momento fue “yo no lo suelo hacer, pero te lo resuelvo hoy y mañana tienes la ropa”.

DB: A ver, ¿y cuál es el peligro de que hagas ese tipo de cosas? Digo peligro porque mi impresión es “yo no hago esto” y que tiene que ver con un tema como una marca, de status, de decir “yo trabajo con estas cosas, no cobro menos de tanto”, y entonces el decir “bueno hago esto”, luego te van a invitar para más trabajos de esos, que son los que a lo mejor…

DG: Sí, pero tú a veces pues puedes hacer por echarle una mano a un amigo o no sé qué tal y yo luego si no lo posteo, no lo cuento ni nada pues ya está, lo resolví o lo hacemos porque también luego mucha gente hace muchas más cosas de las que luego no nos cuentan porque claro una es como la parte cool

y luego la parte que te da dinero

DG: La realidad es que en moda ganas muchísimo más trabajando con marcas, haciendo catálogos de moda, que igual no es ni lo más artístico ni lo más fashion pero lo tienes que hacer, y más por ejemplo si solo trabajas en el mundo editorial, y en el mundo editorial, más por lo que hablábamos antes, se paga poquísimo dinero entonces pues tienes que ir jugando todas las cartas posibles. Yo en ese momento fue como por solucionar. Digo “yo no hago esto, pero no te preocupes, les echo una mano, va a ser tanto, voy a intentar que sea el gasto el menos posible porque como tengo muchos contactos puedo llamar a x marcas e incluso nos van a regalar la ropa”. Y lo conseguí, creo que era como para el día siguiente o dos días después y llegó a la grabación. Yo de repente digo “sé todo lo que se van a poner los dancers pero no sé lo que va a llevar Sebastián”, entonces igual yo llego ahí con mis looks, porque era el especial de navidad de no sé qué y unos premios, que digo “bueno, los pongo un poco así”, no sabía ni… Creo que en ese momento dije que sí, que ahora que lo pienso, ahora que he aprendido en este año y medio que llevo con él cómo funcionan esos eventos y todo, digo “no pregunté nada, o sea no pregunté ni cuál era la canción”. O sea, ¿de dónde me saqué ese vestuario? No tenía ni idea entonces justo estaba saliendo, creo que el coche venía a buscarme como dentro de dos horas y digo “yo sé que me dijeron que no me preocupé por Sebastián, que él ya tiene su ropa, él tiene su tal, pero por si acaso voy a llevar un par de trajes”, porque yo además estaba montando otra sesión que tenía esa semana, digo “lo tengo aquí, yo me lo voy a llevar”. Y nada, llegué y al final se puso la ropa Sebastián y los dancers y todo lo que yo llevaba y nada. Yo creo que como un mes después me llamaron para ver si quería ser parte del equipo y todo y ya estuvimos hablando de cómo podíamos hacerlo porque ellos preguntaron si yo iba a poder tener flexibilidad de viajar y todo eso.

DB: Porque al final ya tú tienes tu vida en Madrid, tienes tu tienda, tus cosas, tu esposo, entonces ¿cómo es trabajar así o cómo lo hacen? 

DG: No durmiendo.

DB: Me voy un paso para atrás ¿Qué es hacer…? ¿Se le dice hacer styling o director de moda para una persona? ¿Cómo describes lo que haces?

DG: Al final es una marca y pues todo cualquier sitio en el que él esté, ya sea que vaya a cenar con sus amigos, es una marca que está visible, entonces hay que cuidar todos los aspectos de su vida, no sólo un show, no sólo unos premios, un red carpet, sino su armario del día a día también.

DB: Justo eso. ¿Qué significa o cuáles son las responsabilidades o el rol de alguien que hace esto para una persona o para un celebrity? Que justo como dices, armar los looks, pero si lo puedes poner así con en blanco y negro, ¿qué significa armar los looks? Es decirle “te ves bien de color azul” o es tal cual literal “esto con esto”? 

DG: Es diferente en cada caso. Hay artistas que tú puedes decir “mira vamos a irnos por aquí, vamos a usar esta paleta de colores, vamos a comprar esto, esto es lo que vas a llevar, tú lo combinas”. Hay artistas que dicen “dame esto con esto con esto literal día a día”. Hay artistas que simplemente igual te contratan sólo para la gira o dicen “mira, me gusta vestirme, me gusta tal, me gusta yo comprarme mi ropa, sólo para cuando tengo un red carpet, que es como algo más sofisticado, quiero destacar por esto”. Hay mil posibilidades de cómo trabajar con un artista.

DB: ¿Tú cómo trabajas hoy?

DG: ¿Yo cómo trabajo hoy con Sebastián? Yo con Sebastián es estar armando looks todos los días todo el rato.

DB: ¿Pero todos los días todo lo que se pone? O sea, ¿tú armas así como un calendario de lunes a viernes de qué es lo que va a usar?

DG: Como al final está viajando siempre hay como maletas que van y vienen, “hoy te monto esta maleta para estos 15 días que te vas a no sé dónde”, pues igual el pasa de estar un día en el caribe el día siguiente nevando y al día siguiente en Europa y al día siguiente está en Miami en la playa, entonces yo como que he encontrado la fórmula en estos meses, que también ha ido cambiando porque al final tiene que ir…

DB: No hay una escuela.

DG: Y también depende mucho de la personalidad del artista de lo que quiera o no quiera decidir al final. Yo te puedo decir “hoy estoy trabajando así, hace seis meses trabajaba de otra manera”, y quizás dentro de dos meses lo volvamos a cambiar porque es algo como que tiene que ir fluyendo, es algo que es como que está vivo y tienes que ir adaptándote a la agenda del año, a lo que esté haciendo, al tipo de eventos a los que vamos a asistir este año, al tipo de show que vamos a hacer. El año pasado era gira con su disco, este año vamos a hacer menos conciertos, él está grabando su disco y hacemos un show más como para festivales y van a haber mucho menos conciertos que el año pasado, que se cambiaba cinco veces en el show, este año mantenemos un look todo el show, es otro tipo de show entonces no sé.

DB: Pero por ejemplo, me queda claro cuando hablas de un show, entonces es como un disfraz, este es el vestuario de ese show, pero en el día a día ¿cómo se hace? ¿Es casi casi que armas camisa blanca, zapatos no sé qué y tal? ¿O en esa maleta es puras cosas que combinan entre sí y que se haga bolas?

DG: Es tal y tal, y también se puede hacer bolas si quiere, porque intento que lo que vaya en el caso de que cambie de opinión como que tenga opciones, porque sí al final yo creo que depende un poco tu mood, yo le puedo decir “mañana que vas a estar en el estudio ponte esto” y yo pensar “bueno, va a estar en el estudio, que esté cómodo”, que no es como que está en una entrevista, pero igual ese día no le apetece y que en vez de la sudadera gris se quiere poner la roja pues también pueda decidir la que él quiera, entonces bueno siempre tiene opciones.

DB: ¿Y en ese sentido también entra el tema de las marcas? También aplica el decir “bueno, va igual y que lo vista no sé quién”? ¿O conseguirle incluso oportunidades? Porque hay una chamba que es relaciones públicas, PR y tal, pero también tienes acceso a muchos espacios. ¿También de pronto entra un tema de “mira, si empezamos a jugar con estos looks y estas cosas, creo que quedas perfecto para tal revista o tal marca y podemos pichar eso”?

DG: Sí, o puedes apoyar a esta marca para que cuando tengamos, no sé, los Oscar, pueda pedirles que te hagan un look custom, porque al final eres como ya el niño de la casa, entonces yo creo que todo eso está relacionado, también contratos que los artistas puedan tener de apoyar a las marcas que los están apoyando. También a mí me gusta mucho apoyar como a nuevos diseñadores, no todo tiene que ser como las grandes marcas, no todo tiene que ser lujo, también poder mezclar que sea como accesible y que tus fans que igual no pueden llegar a tener ese Gucci o ese Prada o ese Dolce pero pueden tener tus joggers de Adidas, entonces siempre como jugar un poco mezclar y que también seas como accesible y cercano a tus fans.

DB: ¿En este caso que tanta diferencia crees que hace el que un artista tenga un stylist contra “yo me visto”?

DG: Pues depende del artista y de si es un artista que le encanta la moda, que yo por ejemplo he trabajado con gente así que le apasiona, yo llego con algo y ya lo tienen todo en el armario, y digo “no sé qué hago aquí”, entonces depende. Es lo que decíamos antes, es todo tan relativo. ¿Qué es que se vista bien o no? Para mí para mi gusto yo puedo decir que es esto, pero igual y en su cabeza para lo que quiere contar ese día o esa persona es otra, entonces ¿qué tan importante? Yo creo que depende del artista y de que si es alguien que le encanta la moda, que ya está súper relacionado que da igual que la marca no les deje, van y se lo compran porque disfrutan, les gusta, no lo sé. Creo que depende de cada uno.

DB: A ver, ¿y qué tan sincerota eres? Pensando en… A ver, has trabajado con un montón de gente, Rosalía, Antonio Banderas y tal. ¿Qué tanto es decirles que esto no está bien o…? 

DG: Depende del artista y la confianza que tengas tú. Igual puedo decir, no sé, si voy a hacer una portada y voy a estar con un celebrity tres horas de mi vida, no me voy a poner a decirle “esto si esto…” O depende. Si de repente conectas y sientes esa como confianza, pues igual decir “oye, te quedaría increíble esto”, pues tú lo dejas caer si te sale en ese momento y ya está, pero claro, todo depende de cómo digas las cosas. O se, por más confianza que tengan no puede decir “ah estás, horrible”, no sé, un poco de tacto.

DB: Voy a cambiar el tema. A ver estás en el mundo si bien es el mundo de la moda, pero tienes mucho el tema de relaciones personales, no sé si publicas, relaciones, networking y tal, y creo que… No sé si existe tal cual el término, pero eres experta en este mundo, tienes mucho tiempo haciéndolo, conoces un montón de gente y lo que quisiera es entender un poco cómo vas manteniendo esas relaciones sin que se enfríen. ¿Cómo haces para que igual alguien no se olvide de ti? ¿Cómo te das tiempo para tu vida? Si tuvieras como alguna forma de explicarme para quien dice “yo quiero un día conocer tanta gente”, porque igual no es “nos conocimos y desde el día uno ya soy amigo de toda esta gente”.

DG: Yo creo que en las relaciones al final hay que estar todo el rato y por eso es lo que decía antes, que no es broma, de dormir poco, porque sí yo a veces, no sé, llego a Madrid, ahora que también estoy viajando mucho, siempre he viajado mucho por mi carrera, pero este último año he viajado especialmente más.

DB: Todo lo que no viajaste en la pandemia.

DG: No, en pandemia no paré de viajar, no paramos de producir cosas tampoco y… ¿Qué te iba a decir?

DB: Me estabas hablando de cómo vas conociendo gente.

DG: Lo más importante es estar. Si llego de un viaje, tengo que estar cinco días en Madrid y en esos cinco días tengo un catálogo con una marca, un evento de una celebrity tengo que hacer dos portadas de la revista y tengo siete eventos, una cena, una presentación de no sé cuánto y tienes que estar, que es lo que dices, ¿cómo haces? Es que tienes que estar, o sea, tienes que estar, que yo estaría feliz en mi sofá con mi marido mi perro y mis dos gatos, y a veces cuando incluso cuando quieres hacer eso pues es parte del trabajo, de estar, que la gente te apoya o x actriz, tú has trabajado desde que ella empezó y tiene la premier de una película, ¿cómo no voy a ir? O las marcas porque, la relación que construyes. Nosotros las revistas trabajamos… La ropa nos la ceden las marcas, entonces hay un desfile de moda donde se hacen X looks de tal diseñador y muchos de esos looks ni siquiera llegan a hacerse como colección comercial y no se venden, muchos son por espectáculo, por el desfile y eso, entonces está el vestido 3 que llevaba Gigi Hadid en no sé qué desfile, hay uno en el mundo y al final estamos todas las revistas como “es el vestido que más han sacado por todos lados porque lo llevaba no sé quién”, entonces todos queremos hacer la portada con ese vestido, entonces al final ahí entran las relaciones de años con las marcas de “préstamelo”. La ropa nos suele llegar el día antes de la sesión, haces las fotos y al día siguiente de la mañana tiene que salir en una caja disparado igual a Japón, porque va a hacer Vogue Japón una portada con ese mismo vestido, entonces si tú quedas mal, si devuelves la ropa maltratada, si se te quemó y tal, si no cuidas las cosas, si no contesta los mails, si no devuelves a tiempo, no te contesta nadie.

DB: ¿Cuándo sabes cuándo empezar a decir que no? ¿O cómo decides a qué cosas no ir?

DG: Últimamente digo a muchas cosas que no. Creo que he aprendido a decir que no los últimos, no sé 4 o 5 años, pero aún así me gustaría decir “no” a más cosas de las que no digo. Estoy todavía en ese proceso de… No creo que sea aprendizaje, porque lo tengo súper aprendido y sé que debería decir que no, pero también es parte del trabajo, entonces no lo veo como… No me voy a perder la boda de mi hermano tampoco por eso, también hay niveles, pero digo “bueno, igual hoy en vez de llegar a mi casa a las 9 de la noche voy a llegar a las 11 pero bueno cumplí, no me voy a quedar hasta el final pero voy a pasar y voy a saludar”.

DB: Porque es un negocio de mantenerte presente, es un trabajo en el que te tienen que estar viendo.

DG: Es mi trabajo, entonces no lo tengo que ver... Luego, te lo pasas bien porque claro, es trabajo pero son relaciones que has construido que también. Se escucha muy frío decirlo así pero son relaciones, gente, es parte del trabajo. Luego te lo pasas bien y estás ahí feliz, pero también hay que saber cuándo parar y cuando también ese tiempo lo necesitas para ti sí.

DB: ¿Cómo recargas pilas? O sea,¿ cómo haces para evitar quemarte, el burn out, el decir “ya, estoy muerta”? Yendo a la parte más personal

DG: No sé si lo estoy haciendo. ¿Qué intento hacer? Este año empecé el año diciendo que iba a meditar todos los días y creo que no lo he logrado más de dos minutos al día, y al minuto y medio estoy pensando “tengo que mandar un mail, tengo que tal, ya se me hizo tarde”.  Yo creo que hay que buscar herramientas. Una de las herramientas que más me salvan dentro de este estrés que no tengo tiempo es que aunque vaya corriendo, salga de mi casa, voy en un taxi a no sé dónde, es agradecer cada mañana, es como un ritual de dar gracias por lo que tengo, por mi trabajo, porque tengo salud, por mi familia, entonces como en esos momentos siento que eso es como me… Que pueden ser cinco segundos, a veces me explayo más, pero como que siento que eso por lo menos como que lo tengo que hacer cada día, eso creo que me a ser consciente de lo afortunada que soy.

DB: Eso es un hábito que ya tienes y que te está sirviendo. ¿Otro hábito que hagas constantemente?

DG: He dejado de hacer ejercicio este año porque mi entrenador me ha abandonado porque es imposible cuadrar una agenda. Lo retomaré ahora volviendo a Madrid, que ya lo dejé apalabrado con un nuevo entrenador, a ver si lo logro, que creo que es súper importante hacer ejercicio y darse el tiempo, porque a veces digo “es que no tengo tiempo”. Tenemos tiempo. Cuando quieres hacer algo, tienes tiempo entonces no me gusta decir eso porque sé que si realmente me lo propongo como muchas otras cosas que hago, lo tendría. Siento que eso sí que es algo que tengo que retomar este año. Otra cosa es intentar dejar el móvil a un lado, que también digo “lo voy a dejar en mi habitación y me voy a ir al salón a ver la tele con mi marido y no estar pensando”. Y luego regreso, “¿y si me escriben? ¿Y si me llaman?”. Eso es también algo que deberíamos... Antes lo hacía más, ahora menos porque también como trabajo con gente que está en otro horario… Antes igual llegaba a la oficina súper tarde de no sé qué evento y decía “pero ya cerré, nadie me va a llamar a las 12 de la noche, y ahora no porque igual a las 3 de la mañana es “¿pero qué zapatos se tenía que poner?” Entonces eso me está costando más hacerlo, encontrar el espacio para poder decir cuándo acabo. Cuando tienes también tu propia empresa, tu negocio…

DB: Aparte hay un chingo de gente contigo en la tienda, ¿cuánta gente trabaja contigo?

DG: Tengo como 4 o 5 personas, y el gestionar el equipo y tal. Siempre necesitan algo, que dices “es tanto que no me llegan las horas del día” y si no lo continúo haciendo se me va a acumular, entonces tampoco voy a descansar si no lo cierro, entonces igual antes de irme a dormir tengo 700 mails que leer del día y digo “rápido porque es que si no, mañana tengo 1500”, entonces ojalá llegar al momento que diga mira son las 12 de la noche o las 8, ojalá, de la tarde y ya voy a parar. Este año me ha costado más. En mis vacaciones… Pero también es eso, que cuando tienes tu negocio, ¿cuándo te vas de vacaciones? O sea, yo me voy físicamente, aprender a mentalmente irte es más complicado. Yo lo que intento hacer, porque sí cojo mis días de vacaciones, además en España tenemos buenas vacaciones, que ahí es el mes de vacaciones al año y cualquier empleado lo tiene, que es maravilloso, de irme de vacaciones igual me despierto temprano, resuelvo, mando mails y desconecto, pero no hay día. O sea, no pasaron cuatro días sin revisar.

DB: Sí, no hay el “se me olvidó que tenía trabajo”.

DG: No, y claro, cuando tú eres empleado pues dices “mira, ya salí de la oficina, si se quemó la oficina pues no sé, llamaran a mi jefe”.

DB: Extraño eso de cuando era estudiante, que dices “se acabó el semestre ya listo” y ya volvemos a empezar después y aquí no hay ya eso.

DG: No para tu cabeza.

DB: ¿Cómo ha sido para ti…? A ver, te lo pregunto desde el lado de que muchos tenemos empleos que involucran estar viajando o estar moviéndonos, está el constante tema de que el trabajo puede ser demandante, pero tenemos pareja o vivimos con alguien. ¿A ti qué te ha funcionado para mantener una relación sana, para una comunicación a pesar del ritmo que llevas de trabajo y que es muy distinto del nicho en el que está tu esposo?

DG: La receta para mí es que yo creo… Obviamente mi marido me conoció ya haciendo esto, ya llevamos 10 años juntos y me conoció ya haciendo… Bueno ha cambiado, como podemos ver los últimos años, pero sabiendo lo que me apasiona y yo creo que en una relación lo más importante es admirar el uno al otro, yo creo que eso lo tenemos tanto yo con él, que lo admiro muchísimo y creo que es recíproco y eso nos ha ayudado siempre aunque sabemos que el trabajo y todo eso no lo es todo, sí que tengamos cada uno nuestro espacio para realizarnos, para superarnos, para hacer bien nuestro trabajo sin sentirte juzgada o “ya te vas otra vez de viaje, otra vez no vas a venir”. Yo, en 10 años, jamás, ni una sola vez me lo ha dicho, y claro que estoy súper agradecida porque yo sé que desde el minuto 1 que es… Y a los dos nos ha pasado, desde que estamos juntos somos mejores personas, mejores empleados, mejores hijos, mejores trabajadores, nos apoyamos, cuando yo tengo un sueño también es súper importante que la persona que tengas a lado o alguien que a ti te importe, puede ser, si no tienes pareja, pues tu mejor amigo o alguien que para ti sea importante o tu padre o tu madre y te diga “sí vas a poder”, que igual no está haciendo nada, yo me metí la friega para llegar hasta donde estoy, pero claro que está haciendo igual muchísimo.

DB: Que no te lo estén reprochando es parte de ser un apoyo. 

DG: Imagínate estar estresada en cada viaje, en una sesión de fotos porque se me está haciendo tarde… No concibo mi vida así.

DB: ¿Y siempre ha sido así tu forma de pensar o incluso de él o fue una cosa que fue un aprendizaje sobre la marcha? Porque requieres es un tipo de madurez de poder decir “mira, que haga sus horarios y que tenga que hacer no quiere decir que me quiera menos”.

DG: O sea, no sé si se fue dando así como de una manera orgánica, por así decirlo, porque también nuestras carreras de cuando nosotros empezamos juntos han ido paralelamente creciendo, entonces yo creo que es importante que como los dos estábamos viviendo a la vez como situaciones similares profesionalmente hablando, nunca ha sido como un estorbo ni una queja ni nada, porque siento yo que si por ejemplo, uno de los dos en cualquier pareja a uno le está yendo bien y el otro se queda estancado, no sé, quizás puede darse más como celos, envidias, frustración porque ves que tú no estás logrando o no estás llegando y claro que nuestra relación sería otra.

DB: ¿Y cómo lo hacen para no…? Justo, los dos empiezan muy bien, cada quien en lo que está haciendo, no en todos los caso es igual cuando pasa así, pero en el caso de ustedes pasan mucho tiempo separados por temporadas por lo mismo de que hoy estás aquí y luego vuelves a viajar el día de mañana, ¿cómo evitan como esto de sentir de pronto…? Porque al final del día el estar enamorado, estar casado o lo que tú quieras también es en gran parte una decisión, es un esfuerzo y un trabajo, entonces ¿cómo evitan el que de pronto ya cada quien por su lado?  

DG: Yo creo que… No sé, luego es como llegas y tienes que volver como a encajar y hacer que pase. Es lo que dices, es una decisión, si yo he decidido estar con esa persona, estoy con esa persona y él entiende que yo estoy… Él también viaja por su trabajo y lo que sea pero luego cuando llegamos estamos juntos otra vez y está todo igual. Todos los días hablamos, hacemos face time. Ahora no es lo mismo que igual antes te ibas y mandabas una carta y llegaba… No sé, mis papás cada vez que viajaban nos encantaba que nos enviaran cartas y escribían una carta y no llegaba, y mil veces llegaban ellos de viaje y las cartas llegaban como un mes después, y ya nos contaban “estábamos en París mientras la escribimos”, y hoy teniendo esto, como que al final no siento nunca como que esté tan lejos,, no siento como que “ay, no lo he visto en tres días”, pues igual está en Madrid por el trabajo y todo pues llegas y dormimos juntos, estamos juntos, cenamos juntos, pero tampoco pasamos todo el día juntos.

DB: ¿No te pasa que llegas y dices “no quiero hablar estoy muerta” y nomás se acompañan?

DG: Y eso es increíble, el poder saber que estés donde estés, viajes y tal, llegas y tienes como tu casa, que mi casa es él, y saber que perteneces a eso y que llegas y que todo está igual, que al final este trabajo está de locura, puede cambiar, puedes estar en una revista, en otra, cambiarte de trabajo, pero luego llego y eso es mi única constante, lo que va a ser mi pilar y lo constante que no ha cambiado en 10 años. Los últimos 10 años te puedo hablar de que profesionalmente me han sucedido 300 mil cosas, pero personalmente es él estos 10 años.

DB: Tengo una última pregunta sobre estos temas profesionales y luego me voy a otra cosa, pero ¿cómo tienes acceso o cómo logras tener acceso a cualquier persona que le pudiera interesar con la cual hoy no tienes…? Pensando en un podcast y es “quisiera invitar a tal persona”. ¿Cómo llegas a esa persona? O justo desde una revista “quiero que me pele x persona, que me haga caso”. ¿Cómo se llega? ¿Cómo has hecho tú para esa parte, para llamar la atención de alguien y poder, ni siquiera es que me digas que sí, pero que me escuches, quiero ofrecerte tal cosa o quiero proponerte hacer una cosa? ¿Qué tendría que pasar?

DG: Cuando trabajas en el mundo editorial claro, tienes ya como una lista de contactos que te vienen casi que dados, agentes de actores o agencias de modelos o publicistas de artistas que tú vas creando relación y de repente pues “ahora llevo a no sé quién”, “me muero por conocerlo, quiero hacer una portada”, o buscas, a este actor lo lleva no sé qué agencia. Yo nunca voy al artista, hay un orden también para hacer las cosas. Que hoy en día la gente también escribe por Instagram y es “ay, soy tu fan quiero hacer no sé cuánto”, y si tienes igual 100 seguidores y lees todos los mensajes pues quizás te lean, te contesten y lo logres, porque también hoy en día hay muchísima gente que trabaja así, pero yo al final como fui educada a hacerlo y a no saltarte. ¿A quién hay que pedirle qué cosa? Es más eso el secreto que ir directo a la persona.

DB: Si tiene una persona de relaciones públicas, ve con esa persona, si tiene un manager, ve con el manager primero.

DG: Claro, y de ahí explícale lo que vas a hacer, o si tienes un podcast “oye tal me escuchan tantas personas, he logrado esto, llevo desde no sé cuánto” y cuentes también tu historia y que adjuntes data o lo que sea, que ahora teniendo todo eso y decir “me encantaría si viene, si no viene yo puedo ir”. Otra forma es buscar sponsors también y poder decir “mira, me voy a ir a no dónde a hacer al futbolista estrella del año y me voy a ir a París a entrevistarlo”, pues que puedas tener a alguien que cubra eso, pero sí yo creo que al final es… No sé, muchas veces también es lo que te decía de Paris Hilton, el maquillador que es amigo mío que conoce a una persona que trabaja en el equipo de Paris Hilton, pues me hice toda la bolita hasta que llegue, entonces yo creo que saber llegar por el orden que hay establecido más que quererte saltar pasos y decir “ay es amigo de no sé quién”, porque luego es otra cosa, que te ponen a veces en un apuro de “no, es que como tú trabajas con no sé quién o como vi que no sé qué director de cine es tu amigo, que me saque en su siguiente serie”, y es como “que tu agente llame para hacer un casting, no me llames a mí”. Y es a ver, pues si tienes relación puedes decir “¿has visto a esta actriz?” y lo puedes hacer así de una manera, pero es horrible si tú vas a cenar con tu amigo decirle “oye ¿cómo te va la vida y tal? Oye, por cierto mira, todos quieren ser actrices o quieren ser modelos y sueñan con estar en tu agencia o sueñan en ser tus bailarinas o así”.

DB: Si hicieras eso te dejarían de invitar, punto.

DG: Sí, no, no puedes, entonces también creo que hay que saber… La gente se desespera a veces por querer llegar o por querer lograr cosas o estar en sitios, que eso yo creo que es lo que te decía al principio, de “quiero, tengo esta meta y quiero llegar ahí”, yo creo que en este mundo, que al final es de relaciones, si lo haces de esa manera caes mal, no llegas, te cortan el cuello.

DB: Huelen tus intenciones. 

DG: ¿Eres mi amiga o hay un interés? Entonces es como una delgada línea que hay que tener muchísimo cuidado y que hay que saber cómo jugar, porque al final es como un juego. Yo siempre de pequeña decía que quería ser profesora o psicóloga, siempre me ha gustado muchísimo la psicología y digo, creo que el 90% de mi trabajo es más psicología que de moda ni de estilismo ni nada, y estás en una sesión y la modelo te cuenta su vida y la inseguridad y eso, y poder decir “no, estás guapísima y te vas a ver bien y lo vas a hacer genial y ponte frente a la cámara y empodérate”, y es súper importante, porque tú puedes llevar el vestido más bonito que exista en la pasarela y si no vas segura con ese vestido, no te vas a ver bien, puede ser el mejor diseñador de moda o el vestido más caro, si tú no vas segura, no te vas a ver bien, y  puedes ir con cualquier ropa que te prestó tu tía y si vas con toda la seguridad del mundo vas a brillar a donde llegues.

DB: Daniela, ¿cuál ha sido uno de los peores consejos que te han dado en tu carrera?  Hayas o no hayas hecho caso.

DG: ¿Peor consejo? Tengo bloqueados todos los negativos, siento que soy demasiado positiva que no recuerdo. No sé, siento que todos los consejos son buenos y hay que saber tomarlos, y no sé si hay peor o mejor consejo. También cuando alguien te lo dice, saber de qué manera y por qué te lo dice y tú ya discernir y ver por dónde tomarlo.

DB: ¿Cuál ha sido un buen consejo que te hayan dado?

DG: Never give up.

DB: ¿Quién te lo dio?

DG: Tenía una profesora aquí cuando estaban en secundaria que siempre me lo recordaba, de hecho mañana la voy a ver, la adoro, Miss Guillermina Frías, y ella siempre me apoyó porque ella tiene también sus hijos y son como artistas y también entendía, Eduardo y Hugo son sus hijos y uno estaba en la música otro en el arte y tal, y decía “cuando la gente es diferente, choca, no te entienden, pero yo te entiendo y lucha por tus sueños”. Creo que sus consejos siempre los tengo, me ha ayudado muchísimo y cuando vengo a Monterrey intento verla. Le escribí y voy a verla mañana. Me gradué hace no sé, 25, 27 años y sigo teniendo contacto con ella. Es increíble como gente así, un profesor o tal, te pueden marcar. 

DB: Sí, claro. ¿Qué es que es algo que la gente no sabe de ti que si supieran les sorprendería?

DG: Algo que la gente no sabe… No sé, yo lo cuento todo. ¿Que no saben de mí? Estoy pensando más en lo personal, porque al final… O sea que soy creyente, pero es que sí lo saben porque siempre lo digo.

DB: ¿En qué crees?

DG: En Dios.

DB: ¿Católica?

DG: He tenido un turismo espiritual que pasa por varias religiones. Crecí obviamente en una iglesia católica, mi familia es católica y he tenido ahí mi iglesias cristiana y tal, en los ángeles, he ido pasando por todo, en las constelaciones familiares, pero yo creo que todo se resume un poco a que soy una persona muy espiritual independientemente de poner un nombre a lo que crea o no crea. También con los años he aprendido a respetar otras creencias y entender y que al final a cada uno le sirve una cosa distinta y sí creo que es como algo que yo necesito en mi vida y que también la energía de la gente, el feeling que me da a veces alguien que digo  “esta persona no” y no te equivocas al decir “con esta persona no tengo que trabajar, no voy a hacer esto, no voy a aceptar eso”. Pero no sé si es algo que no sepa la gente. Igual los que me están escuchando por primera vez, pero es algo que siempre cuento que la gente que me conoce lo sabe y es algo que yo transmito, es como si tienes algo que te llena lo tienes que compartir.

DB: ¿Y te dejas guiar mucho por tu instinto? O sea, por esa sensación de que aunque en la chamba te digan “es que esta oportunidad es buenísima”, si no sientes que no. 

DG: O sea, tampoco a un extremo de…  También tengo amigos de “si se prende la luz cuando estoy hablando y dice que no sé qué o si llamo y me tiran las cartas”, no a ese nivel, pero es algo como que sientes, que dices cuando estoy con estas personas o tal, “muy bien y todo para un ratito, pero igual no me veo haciendo un trabajo a largo plazo o haciendo o viajando con x personas”, y creo que es algo que también tenemos que aprender a cuidar.