May 1, 2023

Sobre vivir el presente, poner límites y hacerte responsable de ti mismo | Enrique Quezadas | 285

Enrique Quezadas es un músico, compositor, escritor y psicoterapeuta mexicano. Cuenta con varios discos como Trilce, Fuego y Tambor y Del mismo lado. También ha compuesto bandas sonoras y canciones para películas como Amarte duele, por la cual ganó una Diosa de Plata, y Cilantro y Perejil, con la que se llevó dos premios Ariel y otra Diosa de Plata.

Sus canciones han sido grabadas por artistas como Fernando Delgadillo y Demian Bichir. Además, ha trabajado en producciones televisivas como Bizbirije y El diván de Valentina y para programas de radio y obras de teatro. Como escritor ha escrito varios poemas y las novelas Crónica de una hoguera y Santa

En este episodio hablamos sobre:

-Vivir en el presente

-Poner límites

-Cómo comunicarnos de manera más efectiva

-No engancharnos

-Asumir responsabilidades

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Transcript

Diego: Te escuché el otro día decir en redes sobre este tema de no pensar en el futuro y en lo que sigue y no estar todo el tiempo allá. Incluso citas a John Lennon, “la vida es lo que pasa mientras estás pensando en lo que sigue”. Quisiera entender desde tu punto de vista cómo pueden vivir las dos cosas en el mismo momento. Es decir, ¿cómo llegas a ser una persona tan exitosa y con tantos logros, pero al mismo tiempo no pensar en “voy para allá y voy para allá y voy para allá” y estar pensando en el ahora? Porque es algo que a mí me cuesta mucho, digo “¿cómo le hago para lo que sigue?” y a veces me encuentro viviendo en los planes y no en el ahora. Por ahí quisiera arrancar. No sé si empezamos ya fuerte, pero...

Enrique: Yo quisiera decir que la vida es hoy. Siempre la vida es hoy. Y bueno, al menos en el ámbito de la psicoterapia, cuando yo trabajo en el consultorio, de pronto puedo hablar con la gente que me va a ver en función de allá y entonces, lo que ocurrió hace mucho y lo que estás planeando que va a ocurrir, pero siempre traigo a mis consultantes o a mis pacientes, más bien, a decir “¿qué te pasa ahorita con lo que me estás contando?” Si tuviste, por ejemplo, una niñez difícil, a diferencia de lo que hace el psicoanálisis, yo no me voy a analizar la niñez, sino que nos vamos a la Gestalt, que es el enfoque que yo practico. Aquí y ahora, frente a mí en el consultorio, ¿qué te pasa, qué estás sintiendo con lo que estás hablando? Al mismo tiempo, recuerdo una disciplina japonesa de arquería, Kyudo, creo que se llama, donde el arquero no añora tanto dar en la meta, lo que añora es convertirse en la flecha. Y a mí esa es una cosa que me despierta mucho el sentido de que como la vida es hoy, si no disfrutas lo que está pasando ahorita, estás pretendiendo disfrutar cuando hagas tu meta. Digo, yo tengo propósitos también en la vida, hay cosas que me planteo, pero no dejo de asistir al proceso diario de cómo lo estoy viviendo. Hay veces en que lo que yo planeé, no sale. Es más, casi nunca sale.

DB: ¿No?

EQ: Casi nunca.

DB: Y aún así...

EQ: Y además, aparecen cosas a veces mejores, ¿no? Pero no estoy tratando, como lo digo en una canción mía que se llama Fábrica de Paz, no estoy controlando lo que no tiene control, que es todo lo que nos rodea. Entonces, en esta disciplina de arquería que te menciono, sí añoro convertirme en la flecha, el eterno presente, todo el momento. Claro, si voy a tener un concierto, ensayo. Digo, eso no quiere decir que nomás...

DB: A ver lo que pase.

EQ: Pues no, no te puedes lanzar así, sería una irresponsabilidad. Y que si vamos a hacer la cena con la familia, bueno, pues digo, “a ver, pues déjenme ver qué voy a cocinar yo”, que además me encanta cocinar. Esas cosas a futuro, esas cosas que sí están bajo tu control, sí las habito. Pero las expectativas creo que siempre forman parte de alimentar a la loca de la azotea. Así le llamo yo a la mente humana, a la cual el hinduismo menciona como un chango que no deja de brincar. Esa es la condición humana. Yo me sé, al menos en esta experiencia, un humano que está teniendo esa condición. Sé que tengo al chango acá arriba, sé que al chango le encanta interpretar. Y te lo digo porque lo he comprobado muchísimas veces: mi interpretación en el 95% de las veces fue errada. Entonces, me trato de regalar paz para navegar, si fuera mi bandera en mi balsa, esa sería. Y hacer un alegre canto. En el último Instagram que subí fue así, un alegre canto, sabiendo que la incertidumbre es una cosa que se habita. Yo sé que hay modelos de...

DB: La incertidumbre se habita. O sea, no es algo que solo ahí está, ahí viene y demás, es algo que tienes que aprender a navegar.

EQ: Sí, tenemos que saber que estamos rodeados de un oleaje y que es posible el naufragio. Pero lo que añoro más es el ahora, el aquí y mi alegre canto, lo añoro más que dar en el blanco. Ha habido cosas, qué bueno que lo mencionas porque a mí no me toca mencionarlo, ha habido cosas que tienen que ver con éxito, ¿no? Pero no es que yo esté promoviendo, no sé, los nueve pasos para que tu vida sea exitosa, esas cosas no, no, no, nomás no le entro, ¿no? Quien le entre… Que además hay un chorro de gente que le entra. Está bueno, está chido, ¿no? Lo que yo promuevo es la responsabilidad en mi remar. Saber que lo que me ocurre tiene que ver con mi manera de actuar y saberme en el ahora e ir habitando ese proceso. Eso tiene que ver con la Gestalt, tiene que ver con mi canto, tiene que ver con mi vida espiritual.

DB: ¿Siempre fuiste así? ¿O a qué edad entendiste este concepto de “o voy a seguir persiguiendo lo que está delante y me voy a quedar con lo que tengo ahora y disfrutarlo y, como dices, no estar pensando en lo que sigue?

EQ: Sí, yo no sé a qué, si ocurrió a una edad, no sé cuál.

DB: O algún momento que haya hecho que dijeras…

EQ: He tenido momentos fundamentales en mi vida. Uno de ellos fue cuando logré terminar la carrera de Contador Público porque mis padres trataron de hacer de mí un hombre de provecho, ¿no? Y entonces yo desde chavo dije que yo quería ser músico. Es más, yo cuando era un niño que rayé un disco de Chopin que teníamos en casa, me encantaba oír La Polonesa, me encantaba oír Nocturno en mi bemol y derramaba lágrimas de niño escuchando a Chopin.

DB: Tenías una sensibilidad distinta.

EQ: Sí, así nací pues, ¿no? Y entonces yo planteo en mi casa que quiero dedicarme a eso. Yo tenía hermanos mayores que ya murieron, rocanroleros. Uno de ellos tocó en Avándaro Y yo quería… los veía con las greñas hasta la cintura. Últimamente yo me defino como un hippie tardío. Pero pues mi madre, que siempre fue la torre estructural de la casa, primero me dijo “primero voy a hacer de ti un buen ciudadano y ya luego a ver qué pasa”.

DB: ¿A tus hermanos no les exigió eso?

EQ: Un poco, pese a que mis dos padres ejercieron el arte mucho tiempo. Yo soy hijo de un coreógrafo, de los de teatro de revista. Pero, bueno, pues ahí cómo se pudo acabé la carrera y trabajé un cacho de contador. Cuando cumplo 21 años acabo la carrera. Para mí son tres ciclos de siete. Para mí el siete es fundamental en mi vida. Siete días de la semana, siete colores primarios, siete notas musicales, siete orificios tiene el cráneo humano, siete, siete por todos lados, tres ciclos de siete. Y cuando termino la escuela, vendo el coche…

DB: Va a ser una tontería, pero hoy es 7 de diciembre y la hora es 2:23, que si sumas son siete.

EQ:  Ándale, pues para que veas cómo… Y eso no lo planeamos, ¿no? Entonces, vendo el coche, me compro un piano, renuncio al despacho de contadores y me inscribo en el Conservatorio Nacional de Música. Todo eso en un mismo paquete. Ese momento yo creo que es un momento fundamental en mi vida. Otro momento fundamental en mi vida, y fíjate, ahorita que lo estoy contando, tenía yo 28 años cuando conozco a la mujer con quien vivo ahora. Ya pasaron 38 años, no sé cuánto, de que estamos juntos y volteamos hacia todos lados porque, además, tener una pareja estable no es fácil. Se tiene que trabajar mucho la pareja. Para aguantar a otros es un pedo, no es fácil, ¿no? Entonces, 38 años juntos está bien. A los 28 años me ocurre eso. Y después, creo que tenía yo…

DB: ¿A los 28 te ocurre que conociste a…?

EQ: ¿Que conozco a La maga? Sí, así le digo yo.

DB: ¿La maga?

EQ: Sí, que es mi productora en Instagram.

DB: Sí, y Sebastián, tu hijo, también te ha echado la mano, ¿no?

EQ: Él es el Hombre Tecla, nuestro primer hijo, sí, que ahorita tiene 33 años. Seguimos hablando de números mágicos, ¿no? Y yo tenía 33 años cuando él nace. Ocurre entonces que después, y ahí sí, en el 87… No, tendría yo que hacer la cuenta a ver si en numerología me da algo, pero si no… Aparece un guía en mi vida. Yo había tenido muchas búsquedas, había renunciado a una visión tradicional de esto que llamamos Dios y andaba yo por ahí como que rebotando entre paredes, tratando de encontrar alguna resonancia fuerte. Y sí, tuve la suerte que de pronto conocí a quien yo tomo como mi benefactor, mi guía, mi maestro, y lo pude seguir. Y cuando lo encontré no lo dejé hasta que murió.

DB: ¿Quién?

EQ: Él se llamaba José Luis Villanueva y lo seguimos mucha gente. Y él me enseñó que el maestro lo tengo dentro. Esa es una de las enseñanzas fundamentales que él me dio, ¿no? Pero sí fue un guía. Fue un guía porque los humanos siempre andamos queriendo que nos digan por dónde caminar, y entonces a veces los guías son útiles. No siempre, a veces el guía también te sabe responsabilizar porque tú le estás diciendo “ahora por dónde”, y en un momento dado sí nos dijo a todos “ya me voy, ahora ustedes deciden por dónde, yo vine aquí a contactar”, y vuelvo a hablar de responsabilización. Esos momentos para mí creo que son fundamentales,  ahorita que me estás haciendo esta pregunta. Luego me puse a hacer música para cine. Bueno, había tenido grupos de rock, anduve acá con las greñas y las barbas, guarachudo y pachuliento, tocando y todo eso. Me la pasé poca madre, aunque llegué a dormir en cuartos de azotea, sí es cierto. La verdad es que ya después yo decía “a veces hago estas músicas para pagar la renta, pero hay otras músicas que las hago para pagarle al corazón”, y para mí ha sido fundamental en este trayecto de la flecha irle pagando siempre al corazón, no deberme nada, pertenecerme.

DB: Quiero desmenuzar unas cosas de lo que me contaste ahorita. Ahorita seguimos avanzando en la trayectoria, pero, por ejemplo, cuando a los 21 dices “vendo mis cosas, vendo el carro y...” Bueno, te gradúas a los 21, trabajas un rato y dices “bye, me voy a meter a la música”, ¿tus papás qué dicen en esos momentos? ¿Cómo lo toman y qué plan tenías tú? Porque una cosa es decir “sí, me voy a meter a la música y…” ¿O ya tenías un plan de lo que iba a pasar?

EQ: Mi papá siempre fue una especie de duende. Él fue un artista en todos lados, en la casa. Él tuvo que trabajar en la burocracia un rato ya al final porque ya la artisteada no le dio para sostener a toda la familia. Yo tengo una primera novela que se llama Crónica de una hoguera, donde narro este hecho de que mi padre deja el escenario y se mete a la burocracia. Es un capítulo que se llama El hombre que se convirtió en silla. Y él, para sostenernos, empieza a trabajar en la burocracia, y la que tomaba las decisiones, la que tenía como más visibilidad… ¿Por qué yo decía que él era como un duende? Cuando llegaba de la oficina, comía, se dormía un rato y agarraba su guitarra, cantaba y todo se escuchaba, agarraba la lira y se compró una grabadora y yo luego lo ayudaba, pero la que tenía la visión de todo el rollo era mi madre. A la hora que yo decido irme, él, que era un duende volador, hasta me prestó una lana para acabar de pagar el piano. Y ella me dijo, “muy bien, hijo, ya estás en edad, y además has cumplido con lo que nosotros como papás también tratamos de cumplir contigo”. Entonces me dijo “vuela, vuela, palomita”. Y entonces me salí y empecé a vivir de la música y he pasado por todas. Bueno, no sé si me falten algunas, pero hoy por fortuna, viéndolo a la lejanía, no me puedo quejar.

DB: A ver, pero otra vez me voy a regresar. Suena muy fácil ahorita decir “bueno, y me dediqué a la música”, pero ¿cuál fue el primer paso? ¿Cómo conseguiste la primera oportunidad para empezar a vivir de la música? Que es donde muchos nos perdemos en ese camino de ¿cómo arranco, cómo empiezo? No sé si tus hermanos te ayudaron a entrar a algo, que ya estaban en la música. ¿Cómo fue ese primer momento en que dijiste “ya, me estoy ganando unos pesos con lo que hago”?

EQ: Yo más o menos como a los 17 años tuve mi primera guitarra eléctrica y yo andaba rocanroleando. Más o menos a los 21 yo ya tenía contacto con lo que era la música folclórica latinoamericana que se puso de moda y me enloquecí con el charango. Entonces, cuando yo me voy y estoy estudiando piano en el Conservatorio… Bueno, la decisión fue a los 21. Cuando me voy de mi casa fue a los 23, pero la decisión fue a los 21 y yo ya tocaba el charango y la guitarra eléctrica y acústica y todo, y yo ya tocaba en un grupo de folclore. Cuando me voy, entro a un grupo que se llamó, un grupo muy importante en México que se llamó On'ta , que es un apócope de dónde está, y pues era un grupo que tenía chamba, y entonces empiezo yo a vivir de tocar con Ontá. Luego aparece MCC, Música y Contracultura , que era ya un grupo de rock progresivo.

DB: Entonces ya tenías...

EQ: Ya tenía 25, 26 años cuando yo entro a formar parte de MCC. Y ahí me aviento tal vez tres años, cuatro. Luego el grupo termina y empiezo a tocar con Betsy Pecaninis, que fue una gran cantante de blues mexicana, tremenda, y ahí yo empecé a formar parte de la banda de Betsy.

DB: Hasta ahí, en cierto punto, siempre tuviste trabajo en la música. Fue constante, a lo mejor bien o mal pagado lo que tú quieras, pero siempre tuviste dónde tocar.

EQ: Más bien sobrevivía. Y yo veía las opciones de tirarle a lo que sonaba en la radio y en la tele, pero como que siempre yo lo creí una expresión artística diferente. Y entonces... Luego ocurre que de pronto llega una... Bueno, trabajaba en Las Peñas. Tuve un dueto cómico con mi hermano que nos dio de comer muchos años. Se llamaba El dueto camionero. Y algunos amigos actores me decían “lo hacen muy bien, es más fácil hacer llorar a la gente que hacerla reír”, y entonces, bueno, todo eso ocurre y de pronto llega un amigo que estaba en Los Ángeles y de quien yo había tenido su amistad desde años antes. Y me dice... Ah, llego y mi cuñado me dice, “oye, no estabas y tomé la llamada y te llamó tu amigo Fernando Sariñana” Y esto tiene... No sé, ahorita hacemos la cuenta. 35 años a lo mejor. Y me dice “dijo que si quieres hacer la música de su primera película”. Entonces dejó un teléfono, le hablo y “¿cómo estás?” y no sé qué. En el trayecto de la flecha, esto ocurrió solo. Pasó porque tenía que pasar. O sea, yo no andaba allí… Digo, no niego que de pronto haya que moverse, pero sí te tengo que contar mi experiencia. Le dije “órale, vamos a vernos y no sé qué”.

DB: ¿No te dijo por qué te buscó nunca? O sea, ¿por qué pensó en ti? Si vio algo, escuchó algo.

EQ: Sí, porque cuando yo trabajaba en Las Peñas, antes de que él fuera a Los Ángeles, que es de donde venía, cuando trabajaba yo en Las Peñas, él era de los fans que iban ahí y toda la cosa y tocábamos en las fiestas juntos. Tocábamos la guitarra y toda la… Entonces él conocía de mi musicalidad y entonces nos vimos. La película se llamó La vida conyugal, es una novela de Pitol. Y de ahí siguió Cilantro y perejil. Con Cilantro y perejil ganamos dos Arieles en música, tanto en mejor canción como en mejor música de fondo. Luego de ahí se desprendieron...

DB: ¿Cuál es la diferencia entre mejor canción y música de fondo? ¿La de fondo es como la que no es cantada? ¿O cuál es la diferencia? ¿Cómo consideran que una es música de fondo en una película contra canción?

EQ: Pues mira, incluso en la película pueden poner de música de fondo una canción. La cosa es que la ponen quedito, nada más se está ambientando.

DB: ¿En el soundtrack sale como canción normal?

EQ: Sí, pero hay temas que sí representan al filme de pronto. Y entonces hay temas fuertes. Si tú te acuerdas de esta de... Esta mujer que se murió, Whitney Houston, la de El guardaespaldas, por ejemplo, es el tema de la película. Entonces, bueno, ahí tuvimos la suerte de los dos Arieles, luego vino una diosa de plata también con Cilantro, vino otra diosa de plata más adelante con Amarte duele . En total, he hecho la música de once películas en ese trayecto, no todas con Fernando, y siempre navegando. Hay veces que me llamaron para la música de una película y al final no se hizo. Hay veces que entregué temas y no les gustaron y buscaron a otro. He vivido de todo.

DB: Ahorita que mencionas este tema, también has hecho cosas como para Bizbirije o El diván de Valentina, que si comparas, quien sea por fuera puede decir, “pero ¿cómo? ¿Amarte duele contra Bizbirije? Desde tu punto de vista, ¿cómo lo veías? Estos dos tipos de proyectos que son muy distintos y que en escala también son muy distintos. ¿Los veías como pasos en el camino, como retrocesos? Como, no sé, desde el punto de vista del ego o de los éxitos o logros, ¿cómo veías este tipo de diferentes proyectos?

EQ: Sí, déjame decirte que he hecho hasta jingles. O sea, algunos, te digo, son para pagar la renta y otros son para pagarle el corazón. En aquel entonces, yo estaba muy cerca de Fernando. Bueno, ahorita está más en Estados Unidos que aquí. Y conozco muy bien a Carolina Rivera, que es su esposa. Ella estaba en aquel entonces produciendo, trabajando con Patricia Arriaga en Canal 11, hermana de Guillermo Arriaga, y me dijo “Quezadas, aquí en la música de los niños, pues queremos ver si te avientas unos palomazos” y ahí te voy a Canal 11. Y entonces,  lo de Bizbirije, y luego había otro programa, Mi gran amigo, que era para niños más chiquitos, luego El diván y luego Ventana de colores. Y bueno, pues ahora sí que esta interacción con Canal 11 fueron pues unos 10 años, mínimo, haciendo programas, haciendo música para los programas infantiles. Y entonces, así como lo estamos conversando, aparecía de pronto gente que se acercaba y “oye, hazme la música para esto”. En una de las películas Demián Bichir y yo nos hacemos amigos, gran personaje el Demian, y me dice “oye, Quezadas, pues yo también quiero hacer canciones, vamos a ver cómo de qué lado masca la iguana”, y entonces le produje su primer disco, que quedó muy bien, nada más que, bueno, el Demian anda más bien en la onda de la actorada, y ahí nos acercamos a Argos, que es la empresa de Epigmenio Ibarra, y también hice de pronto alguna música para los programas de Epigmenio. Pero bueno, la amistad con quien la tengo, y hace mucho que no lo veo, es a Demian. Y todo eso ha sido como un navegar.

DB: O sea, pero nunca veías como un proyecto es más, es menos, más fácil, más como “por mientras en lo que encuentro algo que si me guste”, siempre ha sido igual. A ver, ¿y por dónde viene esto? Mi pregunta viene de, tenemos las personas que son músicos y dicen “yo ya toqué en bandas, yo toco en esto ¿cómo voy a estar haciendo este tipo de cosas?” O “ya toqué en cine, o hice música para cine, no voy a hacer programas infantiles” o “no le voy a hacer un disco a alguien que no se dedique a la música y que nada más se dedique al teatro”. Un poco quiero entender tu postura, ¿cómo lo veías en ese entonces mientras pasaban todas esas cosas?

EQ: Mira, la música comercial, yo… Hay una cosa que ando diciendo hace años, que es “lo que se canta se repite, lo que se repite se aprende”. Siempre he sido un poco crítico ante los mensajes que da la canción disque de amor, porque son canciones de dolor, y como que de alguna manera yo, hoy a la lejanía, lo veo como la responsabilidad que tiene el artista ante la sociedad. 

DB: Es una especie de propaganda, que lo que quieres es que la gente este repite, repite, repite, ¿no? 

EQ: Todo lo que agarra la industria lo puede hacer mierda. No digo que toda la industria sea igual, pero de pronto por vender pueden difundir cualquier cosa. Me voy a ahorrar ejemplos, pero los tengo muchísimos, ¿no? De machos y de machas. Y la disquera lo que hace es “se vende, se vende”.

DB: “Métele más”.

EQ: Sí, y ahí también se me hace una gran irresponsabilidad. Y la industria también agarra el fútbol y lo trata como sus calzones. ¿Para qué? Para ganar dinero, como si no tuvieran, ¿no? Y el resultado lo acabamos de ver ahorita en lo que pasó recientemente. A mí me encanta ver a la Selección, me encanta. Es más, un día fui mundial y me la pasé poca madre, pero ahí está. Entonces, digo, qué bueno que la gente pueda hacer negocio, pero sí creo que esta cuestión de generar riqueza nada más así, un dinero que no se van a poder gastar en vida, sí genera extravíos. Y entonces yo como que nunca le tiré a eso. Sí, llegué a tocar en Canal 2. Sí, llegué, ¿no? Porque de pronto un día Sony Music produjo una canción, digo, un disco que se llama El que la hace la canta, y ahí estaba Natalia Laforcade y tuve la suerte de ser incluido y lo empezaron a mover como nuevas opciones musicales. O sea, sí, si me invitan, ¿cómo no voy a ir? Claro que voy.

DB: Pero sientes la responsabilidad de lo que vas a decir. 

EQ: Claro. O sea, yo voy y canto. La única condición es que no me van a condicionar en lo que canto, en el mensaje que doy. Y tampoco voy a llegar con mi bandera rojinegra a hacerla de tos, no es cierto, pues, no creo en eso. Pero esa direccionalidad como que siempre fue primero. Entonces, entre las músicas y las películas, yo tengo un amigo muy querido, un compositor que se llama Víctor Martínez, gran poeta, gran compositor. Él acuñó el término que yo le copio de la literatura cantada. Y entonces nos pusimos a hacer canciones en ese tiempo y sacamos un disco que hasta la fecha escucho. El disco se llama Trilce, ahí lo pueden ver en Spotify. Fue mi primer intento por hacer ya un canto como más formal. Yo ya no quería... De pronto dije “ya, ¿cuál grupo?” De pronto somos tan democráticos que de pronto no puedes hacer lo que tienes que hacer tú, que eres el que haces las canciones, porque hay que votar todos. Entonces de pronto dije “no, pues, síganme los buenos, voy a hacer mi proyecto, voy a empezar a escribir canciones”. Esto fue a los cuarenta y tantos años. 42, más o menos. Y es cuando saco el primer... Y veo yo que se acercan a mi estudio de grabación gente como Mexicanto, como Fernando Delgadillo y los veo que están llenando teatros y entonces dije “puta, mira, ellos sí pudieron”.

DB: Porque aparte era un buen momento. O sea, estaba pasando... Yo recuerdo cuando yo escuchaba... Cuando recién escuché todo lo de Mexicanto y Fernando y demás y decía “órale”. En Monterrey… Bueno, yo estudié en Monterrey y en Monterrey no llegaban o llegaban a La tumba, que era un bar, o sea, un bar chiquitito. Pero yo veía que acá pasaban esas cosas y decía “qué padre estar allá y poder escuchar todo eso”, que no le daban tanto cabida en radio o en lugares mainstream.

EQ: Ellos abrieron paso padrísimo y me empezaron a invitar. “Oye, ¿sabes qué? Quiero grabar mi disco”, “vente, aquí lo grabamos” Y en esta interacción de pronto salía “oye, vente a echar un palomazo en el piano”, y entonces empecé a tocar un poco con Mexicanto, con Delgadillo. Me daban chance de cantar tres canciones, a veces al iniciar el concierto, a veces en medio del concierto, me daban ese privilegio y entonces la gente empezó a oír mi canto. Saco el primer disco que se llama Dentro de Mi, fíjate, en alusión a todo lo que estoy diciendo, y luego hago el segundo disco donde la canción Lo Bello, que es donde yo digo “no está lo bello en las cosas, lo bello es como las ves”.  Y entonces, en esta direccionalidad, pues ya llevo diez discos.

DB: ¿Y ya no haces otras cosas en cuanto a proyectos de este tipo, de cine, de televisión y demás?

EQ: No, porque no me han buscado.

DB: Nomás por eso, no es porque hayas dicho “ahora yo voy a hacer lo que yo quiero en particular”

EQ: No, no.. Si ahorita me hablan y me dicen que voy haga la música de una película, pero ¿cómo no? Por supuesto. Hace poco me buscaron para hacer un jingle y dije “órale, ¿cómo no?”Y que me lo aviento. Yo en la historia del jingle, dije “nomás no compito”, porque luego ocurre ahí que te están pidiendo pruebas y pruebas y pruebas y al final te dicen “lástima, Margarito”. Les dije “si me están buscando…” Bueno, me dije a mí mismo “si me están buscando a mí en específico para esto, órale”. Lo hice, me pagaron bien y sigo navegando. Y allá anda el jingle, suene y suene hasta en los comerciales del Mundial y el de Spring Air, pues, en concreto, el del Oso, el nuevo. Y entonces, pues, sigo en esta onda. Y ahorita, cuando llega la pandemia...

DB: Me voy a regresar todavía, porque me faltan dos cosas de los momentos que me decías. El segundo momento fue cuando conociste a quien es hoy tu esposa, ¿por qué lo marcas como un momento determinante en particular? ¿Qué estaba pasando en tu vida en ese entonces cuando la conociste y qué habías hecho?

EQ: Ha sido para mí un pilar la relación con ella. Tenemos tres hijos hermosos, funcionales. El más grande tiene 33, mi niña tiene 30 y el más chico 26. Ellos dos compositores y... Bueno, El Hombre Tecla es un pianista sensacional. Tengo la suerte que cuando me presento en vivo lo tengo a mi lado tocando el piano. Y mi niña, que es médica, está más en el ramo de la dermatología. Y, bueno, los tres son chavos funcionales, son alegres, poéticos, desmadrosos, andan de aquí para allá, nos vemos seguido.

DB: ¿Cómo logras que tus hijos te quieran seguir viendo? Suena, o sea, es una cosa medio sonsa, pero a la vez cuántas familias no hay donde los hijos cada quién va a su lado y pues “sí, nos vemos una vez al año o nos vemos en Navidad”. ¿Qué crees que ha hecho que en tu caso quieran seguir involucrándose con sus proyectos, incluso, y contigo como familia?

EQ: El asunto de la música ese lo traen ellos por la genética, como lo traigo yo por la genética de mi padre y de mi abuela, la mamá de mi papá. En el asunto relacional, bueno, Lupita, a quien mencioné como La maga, y yo ya tenemos un rato en el estudio de la conducta humana. Yo con mis pacientes veo mucho el asunto de habitar los pasos de una comunicación no violenta y es una cosa que yo pongo en práctica también con mis afectos. Los más importantes son ellos, pero también con mis amigos. Es decir, que más allá de imponerle al otro mi punto de vista, trato de habitar el asunto de, bueno, con esto que estás haciendo, yo me siento así, y como me siento así, lo que necesito es esto. Hablar de tus sentimientos y tus necesidades en lo cotidiano es fundamental para mí. Y entonces, bueno, claro que a veces la tripa estalla y de pronto dices cosas que hubieses querido no decir. Creo que a todos nos pasa, pero también la reflexión existe, porque a veces este ego enojado es una bandera para sostenerte, “que se vaya a la chingada”. Bueno, el enojo es una energía poderosa, más poderosa que la tristeza, porque la tristeza te tiene lamiéndote las heridas, por ejemplo, y el enojo es más…  Entonces ahí vas con el orgullo caminando por la vida, pero sí yo soy una persona que sí me interesa tener una red de contención, gente cerca de mí. Y además trato de brindar contención a todos mis afectos. ¿Cómo se logra eso? Pues jugando a no engancharte con todo lo que te están diciendo siempre, ¿no? Es no ser tan reactivo, pero esa es una cosa que la estudio en mí, que quien la quiera asumir la tiene que asumir como enseñanza propia. Digo, si alguien me preguntara, yo contestaría a eso. Y entonces te vas habitando a ti también viendo cómo te relacionas con el mundo, porque el mundo va a responder de acuerdo también a tus modos de relación.

DB: Pero a ver, esto que me estás platicando y esas enseñanzas, ¿a qué edad las tuviste? ¿Ya tenías hijos para cuando te cayeron estos veintes?

EQ: Ah, claro.

DB: Y entonces, previo a estas herramientas que tenías ahora, ¿cómo fue tú antes y después en la forma de desarrollar tu relación? Y más, a lo mejor en edades, estas edades en los niños que son... Te pregunto porque tengo un hijo de tres años y uno de uno, y entonces esas son mis preocupaciones del día a día. ¿Cómo hace uno para no dejarlos no funcionales, no traumar, no imponer lo que uno quiere y que al final tengas una familia que la familia quiere estar junta porque quiere estar junta? Y no porque “es que ya quedamos que todos los domingos tal”, o “ya quedamos que en las fiestas de Navidad tenemos que estar todos juntos” y ves a la gente que “foto, todos contentos, qué padre, pero te vuelvo a ver hasta no sé cuándo”.

EQ: El primer impacto al respecto de lo que estás comentando es como mi maestro, que una de las cosas que él nos decía fundamentalmente antes de que saliera mi admirado libro de Los cuatro acuerdos, él hace treinta y tantos años lo que nos decía es “no interpretes, no interpretes”, que ahí está el enganche con una realidad que es una historia que la cabeza se cuenta sola y de ahí empieza a reaccionar. Entonces él nos decía no interpretes y tenía también frases como “no te compares, no dependas y serás absoluto”. Ese fue mi primer contacto con entender más o menos la actividad humana. El estado de la mente humana es el estado de la civilización. Quiero que la gente que nos está oyendo lo vea. Ese es el estado de la mente humana. Y no puedes cambiar al otro. Hazte responsable de lo tuyo. Y mi maestro me decía, “trabaja tú, encuentra tu resonancia interna, el maestro está dentro, trabaja contigo”. Ese fue... Bueno, de hecho yo empecé a tener actividad como terapeuta sin haber estudiado nada más a la luz de estar con él, porque… Él era mucho más joven que muchos de nosotros, de hecho se murió joven, pero llegó un momento en el que yo le dije “yo voy a transmitir tu enseñanza al mundo”. Me dijo “diles que dices tú”. Y eso se me quedó grabado tremendo. O sea, vas a hablar de lo que te consta. Otra vez volvemos a la responsabilidad. Si lo vas a decir, es que lo has vivido y así vives tú, y si no, cállate mejor. Entonces, yo todavía no estudiaba psicoterapia cuando yo tuve estos impactos, porque aparte mi guía, mi maestro era un hombre… Decía que hablaba con nosotros para entretener a la mente, pero en realidad era un hombre que se quedaba quieto y emanaba dicha. Hacer eso es una cosa que podemos hacer, nada más que no la puedes hacer si estás lleno de vicios estructurales, conductuales. Primero la paz, que es hermana del amor y entonces empiezan a pasar cosas, pero sí tiene uno que ser, debe uno ser disciplinado con eso. Y entonces, poco a poco, irte conectando con tu persona. Y entonces, ya en el andar y en el caminar, esa cosa se va a notar. Es un canto alegre.

DB: Y conectando esto con la parte que te comentaba sobre los hijos, ¿qué principios podrías decir que eran los que tú sigues? ¿Cómo aplicas esto a los hijos? Porque los hijos te retan. A veces tú puedes dar misa y van a decir “claro, pero yo pienso otra cosa y me da igual lo que tú tengas que decir”. ¿Cómo se hace?

EQ: Los hijos son, de entrada hay que saber, decía Yibrán Jalil Yibrán, “tus hijos no son tus hijos, son hijos de la vida”. Yo siempre tuve el reconocimiento de eso. Y sin embargo, siempre jugué con... Mira, yo no planeé tener hijos, la verdad. Yo no planeaba casarme. Ya luego me casé con la maga. Ya estaban los tres grandes, los tres chavos. Nos casamos por otras cuestiones legales, pero yo no planeé ni tener hijos ni casarme. Y entonces, yo creo que el estar trabajando la propia persona… Y es que me cuesta trabajo porque, ¿cómo dicen?, esto de que es vituperio, aludir a tus propias capacidades o virtudes no le corresponde a la boca.

DB: Pero yo te lo estoy pidiendo. No es presumirlo o no es así si yo te lo estoy pidiendo.

EQ: “Elogio en boca propia es vituperio”, dicen. Lo que hice fue habitarme con lo que yo practicaba con el maestro. Yo creo que Lupita también. Y fueron creciendo los chavos y la relación entre ella y yo también tenía que ver con ellos y la construcción de la pareja también tenía que ver con un todo. No estábamos ella y yo jugando un rol tradicional en la pareja. O sea, nunca hemos sido una pareja donde yo soy exactamente el único proveedor y ella la que lava los trastes y hace la comida. Desde chavos tuvimos claro que eso no era lo que queríamos. Y a los niños los empezamos a llevar a escuelas activas donde veía que había ciertas libertades. No les impusimos nunca ninguna religión. El contacto estrecho, físico, amoroso y desprejuiciado siempre estuvo y ha estado vivo. Hasta la fecha los cinco nos abrazamos y nos damos unas apapachadas sin prejuicios y todo. Y entonces, yo lo único que me recuerdo haciendo es hablando siempre con ellos y diciéndoles “cuando tengas una bronca fuerte, yo te puedo ayudar, no me la ocultes, yo soy quien más te puede ayudar. No te voy a regañar primero. A lo mejor después te regaño, pero primero te voy a sacar de la bronca”. Y entonces ellos fueron creciendo, viéndonos, bueno, viéndome a mí en el escenario, hacíamos fiestas en la casa y veían a su papá que tomaba tequila con los cuates y nos carcajeábamos y toda la cosa y ahora ellos son así, porque educar no es adiestrar. Es un modelaje. Los chavos se educan más con lo que ven que con el rollo que les tira el papá normativo. A veces la gente cree que educar es tirar un rollo. Eso es adiestrar. Entonces, no sé qué más pudiera yo añadir, que yo recuerde. Digo, estoy seguro que amas a tus hijos y entonces quieres poner mucha atención en esas cosas, igual tu esposa, y está bien. Como nosotros lo hemos hecho, ha sido así. Les hemos dado la oportunidad también de diferenciarse. “No tienes que ser como yo, lo importante es que seas como tú llegaste a la vida y de todos modos te quiero”. Eso de “ya no te quiero, escuincle del demonio” no lo decimos en casa. No lo decimos. Y si el niño está llorando, me agacho y me pongo a su estatura y hablo con él, no desde arriba. Se me puede ocurrir, no sé, en el transcurso de la conversación, como estas cosas, pero sí, creo que educar nos adiestra. Y es lo que hacen en las escuelas, y es lo que hacen las religiones y es lo que hacen las familias.

DB: A ver, ya hablamos de momento uno, del momento de que te sales de tu casa y te vas al Conservatorio. Momento dos, de cuando conoces a La maga, y esa etapa, que no hemos entrado de cómo la conociste, no sé si es importante para ahora, pero tercero, esta persona con la que tienes las enseñanzas, me dices que llegaste ahí, pero que estabas, según te entendí, un poco perdido o buscando algo. ¿Qué etapa de tu vida era esto? ¿Por qué estabas buscando algo? ¿Ya había pasado alguna de las bandas? ¿Ya habías hecho lo del cine? ¿En qué etapa estábamos y por qué te sentías en esta búsqueda?

EQ: Sí, yo creo que siempre he tendido a tener esta identificación con lo que hacia afuera se llama Dios, con lo que hacia afuera se llama Dios, lo que la sociedad le dice es Dios. No uso el término muy comúnmente porque me lleva a un viejo con barbas que está en el cielo allí rodeado de nubes, y entonces a mí esa cosa, yo a veces le llamo La fuente, el todo, le llamo la fuente divina, yo siempre me he sentido conectado con eso. Quería encontrar maneras de poderlo sentir cada vez más extenso, intenso. Sentir esa voz dentro de mí. Hoy, con el caminar y además en el trayecto, lo que me quedó claro con mi guía es que esa fuerza se convirtió en Diego y se convirtió en Enrique y se convirtió en La maga para experimentarse, para saberse. Alguna sospecha ya me traía yo. Hoy cada vez estoy más en contacto con esta visión porque mi visión me ayuda mucho a no decir esto de que “cuando yo me muera voy a ir con Dios”, porque si yo digo eso, digo que estoy separado de Dios, y no estoy separado. Los que nos oyen se los digo, no estás separado, entonces búscate porque aquí traes adentro una cosa que no se llama como te llamas tú. Lo que estás viviendo es la aventura de ser tú. Y a esa cosa que está atrás me parece muy interesante.

DB: ¿Dónde estabas cuando estabas en esta búsqueda? ¿En qué etapa de tu vida era?

EQ: Antes de conocer a La maga.

DB: ¿Cuántos años tenías?

EQ: 27, 26.

DB: Todavía no habías hecho canciones, todavía no habías hecho estos logros de los que estábamos hablando hace rato, estabas apenas en ese camino.

EQ: Estaba en ese camino de búsqueda.

DB: ¿Cómo cambia tu acercamiento al trabajo desde esta filosofía o esta forma de pensar? Porque suena algo que se puede vivir en el día a día. En la casa, en la espiritualidad personal, pero a veces siento que el mundo, o los negocios, o la parte comercial, lo que sea, te pide otras cosas, como otros ritmos, otras formas de hacer las cosas. Te saca un poco de dónde estás tú y “no, pero a ver, tenemos que terminar la gira todo el siguiente año, tenemos que hacer mil cosas”. ¿Cómo fue tu approach a trabajar a partir de esta filosofía o de este entendimiento?

EQ: Yo creo que es una sed de presentir algo dentro de ti, porque además los métodos pueden variar. Ahora sí que yo no diría los pasos “paso uno, esto”. Yo diría, paso uno, pertenécete, paso dos, pertenécete, y paso tres, ya te lo sabes. Síguete. Confía en tu proceso existencial.Te trajo aquí algo más grande que la loca de la azotea. Esto cuesta mucho trabajo porque la gente cree que es su pensamiento, y entonces pertenecerse a veces…

DB: Vivimos acá arriba.

EQ: Sí, pertenecerse se convierte en ese momento a pertenecerle a tu cabeza. Yo tengo un Instagram, a lo mejor lo vieron, donde digo “tú no eres tu cabeza. Tu cabeza es tuya, que es diferente”. Aprender a vivir, a lidiar con eso, te puede ahorrar algunos dolores. A eso yo le llamaría un trabajo personal, que no está basado en ningún tipo de escritura. No estoy criticando la religión que cada quien elija tomar. Yo no estoy en esa onda. La salida es hacia adentro, diría yo. Y eso es una cosa que me habita desde siempre, pero cada vez la he ido teniendo más claro.

DB: No le podías poner nombre, o no lo tenías identificado como algo específico, pero sentías que estaba ahí.

EQ: Sí, y yo le digo a toda la gente que ellos saben más de su vida que yo. Y entonces algo debes de tener tú como identificación cuando estas cosas te van llamando. Estás hablando de una búsqueda interna ya. A veces yo creo que puede hasta costar algunas experiencias de vida completas llegar a ciertas conclusiones. Y mientras esta cosa que nos tiene vivos, pues va también conociéndose, viviendo la aventura de ser en todos nosotros. Hay gente que dice “la oscuridad es ausencia de Dios”. Yo digo “nada está fuera de Dios”. Ese es mi Dios. Imagínate que yo dijera que el diablo le juega las vencidas a Dios. Para mí sería terrorífico saber que hay algo que está jugando a las vencidas. Querría decir que le puede ganar. El diablo no sabe para quién trabaja.

DB: ¿Y cómo interpretas desde esa perspectiva las “cosas negativas”, entre comillas, de la vida? Las tragedias, las catástrofes problemáticas. ¿Cuál es la forma correcta de interpretarlas?

EQ: Yo creo que como civilización estamos llegando a un momento en que o nos resolvemos o va a haber un naufragio. Yo lo que promuevo es la integración. Primero intégrate tú para que te puedas integrar con la humanidad. A mí mi maestro me dijo un día, porque le dije “¿qué es la vida?” Y me dijo “la vida es una expresión”. Es una cosa que yo también la asumo y la subo mucho a redes. La gente anda diciendo que la vida es una lucha. Bueno, pues lucha, está bien, si quieres luchar, lucha, no hay bronca. Pero la vida es una expresión. ¿Qué pasa? Llega una civilización a algún planeta, es sembrada esa civilización ahí. ¿Qué es lo primero que hace la civilización? Es expresarse. Y hay guerras, y hay esto. Llevamos seis mil años de historia conocida, al menos, de Sumeria para acá, en esa onda. La lucha por el poder, los grandes artistas, todo. Esa es una expresión y al mismo tiempo es una experimentación. Se está experimentando esta raza, esta raza joven, para mí es joven la raza humana en el universo. Y después de la expresión y la experimentación viene la integración. Si esa raza se integra, sigue la trascendencia. Sería la cuarta etapa. Si no se integra, puede haber el famoso naufragio que te estoy... Y el naufragio puede ser que sea parte de la experimentación, que nos quedemos con medio millón de habitantes en el planeta o no sé cuántos, y de ahí volver a plantear la salida. El universo no tiene prisa.

DB: ¿Estas etapas se viven a destiempo entre cada persona? ¿Hay gente que ya está integrada o integrándose cuando hay otros que están en otra parte? ¿O es todo colectivo?

EQ: Yo creo que pueden pasar las dos cosas. Cuando yo abro las redes y empiezo a hablar de esto, ocurre que mucha gente resuena con lo que estoy diciendo. Esa es una cosa que pasa sola porque hay mucha gente también en un proceso de transformación y en una búsqueda. Eso yo lo puedo decir a nivel intelectual. Ya a nivel presencial, lo que hay que hacer es vibrar. Vibrar tiene que ver con callar la voz de la mente. El amor, cuando me preguntan qué es el amor, el amor es una energía. Esa energía se puede expresar según en qué chakra la tengas más encendida. Puede ser en el chakra sexual y que te avientes unas noches de película, pero también puede estar habitando tu chakra del corazón y también puedes tener muy activada esa energía aquí. Para mí una de las cuestiones se trata de si guardas silencio y no te estás comprando tus interpretaciones e historias. Yo practico muchas veces salirme a la calle, me quito los zapatos porque tienen goma, piso el pasto y me centro en el sol o en el cielo. Y me sé como una especie de fusible donde se conecta la energía femenina, que es la tierra, y la energía masculina, que es el sol o el universo, y yo como experimento humano formo parte de esas dos energías y vivo esta dualidad. Y a esta dualidad le permito... Y cuando estoy haciendo eso, si estoy pensando muy severamente en una cosa y no puedo callar a la mente, entonces no lucho con ella. La dejo que piense lo que quiera y me centro en mi sensación. Y entonces ocurre con la práctica…. Y si además lo haces con gente que esté cerca de ti, empiezas a sentir ya la paz y el amor como una energía. Lo único que puedo decir es que es como si te conectaran a la pared y sientes, digo, no te electrocutas, por supuesto, pero si es algo que se experimenta...

DB: Es sensación física.

EQ: Física, por supuesto. Y entonces ya tú decides si la vas a irradiar, ¿no? Porque además está padre compartirla con otra gente. El otro día mi sobrina haciendo una meditación me dijo “voy a compartir mi chi contigo”. Para los chinos el chi es la energía fundamental. Y entonces ella me lanzó un poco de su energía. Compartirla con los demás ayuda a que te arranques en esta carrera. La práctica va haciendo que el practicante también se responsabilice ya de empezar a generarla en sí mismo.

DB: ¿Cómo evitas que te drenen esa energía?

EQ: Tienes que darte cuenta y quitarte a las personas tóxicas de tu vida. Ni modo. Sí, eres amor, pero no te dejes maltratar.

DB: A ver, y en esa línea... Hace rato, cuando empezamos a platicar, mencionabas que, por ejemplo, una relación es trabajo y es una decisión. ¿Cómo es eso? Y por otro lado, ¿cómo es el tema de ser e irradiar amor y tal, pero al mismo tiempo, trabajar por algo que, en teoría, tiene que ver con el mismo amor. ¿Cómo conviven esas dos situaciones o energías?

EQ: Sí, a veces no puedes. Hay momentos de crisis en los que no se puede. A veces duele y el dolor es más grande Y entonces hay que respetar la experiencia también y ver al dolor como un océano. Yo a veces en terapia les digo “a mí no me preocupa que estés expresando tristeza”, porque la tristeza es un sentimiento natural en el humano, como lo es la alegría y como lo es el afecto. Hay varios sentimientos que son naturales. A mí lo que me preocuparía es si tienes cinco años triste. Que expresas tristeza, no hay bronca. Que tengas una vida de tristeza o de miedo, vamos a ver cómo le hacemos, ahí sí hay que trabajarle duro. Pero también hay que habitar los diferentes momentos, y entonces habitarlos también deja plasmada en ti una experiencia. Entonces en psicoterapia yo lo que hago es que yo soy como una linterna y le digo a mi paciente “quién sabe, más de tu vida eres tú, yo haz de cuenta que yo con mi linternita voy a alumbrar algunas regiones de cosas que a lo mejor no estás tomando en cuenta para que tú te des cuenta de tu manera de relacionarte con el mundo”, porque si bien hablo de magia, también puedo hablar de que lo que vivimos tiene que ver con lo que hacemos. Y otra vez, la responsabilización.

DB: ¿Y en la pareja? ¿Cómo evito que por decir “ok, yo compro tu forma de pensar” en ese sentido de me responsabilizo y demás, pero a veces uno no tiene control sobre lo que la otra persona hace? Entonces no sé si te ha pasado, donde a lo mejor estás en una terapia a alguien, llega a su casa, discute con la pareja y esta persona dice “no, ¿sabes qué? No me voy a enganchar, no quiero discutir”. “No, pero es que tal, tal, tal.” Y ni modo que él le diga “ah, yo ya aprendí esto y no lo voy a hacer contigo”. ¿Cómo empatas o cómo llevas a la pareja que esté en el mismo canal que tú?

EQ: Con la pareja hay que entrarle al ajo. O sea, yo cuando digo que no me engancho, es, por ejemplo, el otro día en Twitter un cuate me puso un comentario terrible por una cosa que yo había puesto ahí. A Twitter casi no entro porque es una cosa terrible. Yo le pude haber contestado del mismo tamaño. Ahí no me engancho. Si voy manejando en la calle y un wey... hasta se quieren bajar. No me engancho. En un chorro de situaciones no me engancho. Pero con la persona que duermo todos los días, estoy enganchado, estoy enganchado, y entonces entrarle al proceso de una comunicación funcional no es fácil. No es fácil. No lo iba a decir, pero yo en mi larga relación con La maga sí nos hemos separado. Y a mí la separación me sirvió para darme cuenta cómo es la vida con ella y cómo es la vida sin ella. Esto después también de mucho hablar y de mucho procesar. Es refácil también decir que el otro tiene la culpa. Estas separaciones llevan a cada parte de la pareja, si de veras está creciendo, a un proceso reflexivo. Pero hay veces que la separación es la mejor amiga del amor porque estabas viviendo una relación violenta y al mismo tiempo enamorado. Entonces es muy difícil de entender. Te digo que para mí conceptualizar el amor… La gente cree que es el 14 de febrero. El amor no es eso. Otra vez hago ilusión a la industria que todo lo que agarra para sacarle lana, puede hacer lo que sea, entonces yo creo que… Porque además estoy rodeado de amigos y de personas que no lograron tener una relación duradera y sí hubieran querido, pero conozco gente que no logró tener una relación duradera y dicen “ni madres, solo estoy mejor”. Entonces ahí primero cómo eres tú, qué tanto es tu necesidad existencial de tener esa red de apoyo. Yo me ubico como una persona que sí, yo quiero vivir con mi gente, a la medida de lo posible le voy a chambear para eso, pero conozco tipos de carácter que dicen “ni madre, yo ya pasé por no sé cuántas experiencias, ya no quiero más”. Entonces voy navegando y si de pronto me encuentro una barca amiga, pues navegaré un rato con ella o con lo que gustes usar, y así quieren ir ellos, porque si no estaría yo aquí vendiendo o tratando de convencer a la gente de un deber ser. Que bueno, las religiones sí lo hacen. “Tú con tu esposa y hasta el final. Y si osas separarte, estás contra los mandatos”. Paso de esas enseñanzas, de esas confusiones.

DB: Regresando al tema que empezamos a tocar, la trascendencia de la civilización. ¿Cómo podemos trascender como civilización? O sea, ¿qué tenemos que hacer? Hablabas de integración, pero ¿cómo se hace? ¿Cómo se trabaja? ¿Cuál es el primer paso?

EQ: Primero tú. O sea, es la integración contigo mismo, el trabajo con tu propia persona. Quien nos esté oyendo, el trabajo con tu propia persona es la que... Fíjate que yo cuando platico con mis cuates de esto les digo “yo no estoy hablando de religión, estoy hablando de la vida, o estoy metiendo a nadie en onda de que acá... Estoy hablando de la vida”. Para mí, todo lo que hemos platicado hoy tiene que ver con la vida, sentarme en el piano y cantar y toda la cosa hasta esto que ahorita estamos conversando.  Es contigo la cosa. Y yo trato de no hablar más allá de lo que me consta, pero al menos lo que más o menos logro yo dilucidar en mi vida es que ese trabajo de paz atrae experiencias a mi vida similares. Es como una cosa magnética. Esta cosa también me hace distinguir personalidades tóxicas, vampiros energéticos, gente que no más está chupando energía.

DB: Rémoras.

EQ: Rémoras auténticas. Y yo trato de no practicar el buenismo religioso. Es decir “qué mala onda...” O sea, no, este güey ya no lo quiero ver. Ya no lo quiero ver. O a esta güey, a quien sea. O a esta experiencia, no. No quiero eso ya en mi vida. Y tener ahora sí que tener los tanates y la claridad suficientes para decir “no” es saber poner límites, que es una cosa que se trabaja en terapia. Es como si yo estuviese hablando de las canciones, de la terapia y de la espiritualidad en un mismo paquete. Por eso digo que estamos hablando de una manera de vivir. Yo diría que primero es contigo. Esa experiencia hace que se acerquen a ti y que tú te acerques a personajes que andan en esa vibración magnética. Y entonces empiezan a pasar cosas. Ahorita solito empecé a hacer así. Empiezan a pasar cosas alrededor de tu experiencia que son cosas que van a ser diferentes.

DB: Sí, como esas casualidades que empiezan a pasar cosas que dicen “oye, ¿cómo pasó tal cosa? Coincidencia”

EQ: Empiezan a ocurrir solas. No por interacción del pensamiento o de un plan de acertar con la flecha a un lugar, sino que otra vez vuelves a ser la flecha que en su trayecto sabe que cuando llegue a impactar, dio en el blanco que tenía que dar. Eso es para mí habitarte. Y si no das en el blanco que te había planteado la loca de la azotea, tú puedes decir, “¡Chin! Fallé”. No estás fallando. Vas a dar donde tengas que dar. Claro, hay cosas que no se pueden controlar, y eso es habitar la incertidumbre.

DB: Pero es estar en paz con esa incertidumbre. Es tener lo que se conoce como fe de decir “di donde tenía que dar” o “estoy donde tengo que estar”.

EQ: Sí.

DB: ¿Cómo sé que estoy donde tengo que estar contra “tengo que hacer algo para avanzar o para moverme”? La diferencia entre víctima de mi situación a estar en control de la situación y decir “ok, estoy donde tengo que estar y hago algo al respecto”. ¿Ves dónde viene mi pregunta? Porque puedo estar en una situación negativa o en un trabajo que no me gusta, pero “aquí me tocó estar y me quedo aquí para siempre o quiero cambiar de escenario porque no es lo que...” Como en tu caso, que estabas en contabilidad y dijiste “ahora me voy por acá”.

EQ: Aquí yo la primera cosa que yo le preguntaría al individuo o individua es ¿cómo te sientes?, de entrada. “No, pues es que no me siento completo”. ¿Qué es estar completo? A ver, vamos a ver qué aspectos hay en tu vida en los que no te sientes completo. Eso es como terapeuta. Como cuestión mística existencial, yo digo “estás donde está tu atención”. Vas a sostener tu atención en lo que la estás sosteniendo. Sabe entonces que la experiencia es así. Asume la consecuencia de tener la atención puesta en... “Yo quiero ser artista de Hollywood, entonces vengo a terapia para que me digas cómo”. Entonces, bueno, pues estás donde está tu atención. Es irrenunciable para ti esa meta de ser un artista de Hollywood. Una de las cosas que tienes que saber es que tu condición existencial es esa. Si la vas a sostener, hazte responsable de eso, porque la queja no lo va a resolver, y entonces nada en ese mar de turbulencia. Ahora... Pero es que yo no le tiraba a hacer la música de las películas, la verdad. Un día fui con un amigo astrólogo, es bastante bueno él, y le dije “a ver, ¿tú cómo la ves?” Él ha hecho durante 40 años cartas astrales, y me dijo “mira, yo como lo veo, es que sí nacemos con un escenario y con una dirección y un especie de cosa que le podemos llamar destino”. Es la foto del cielo cuando naciste, dónde estaban los planetas. Aquí la cosa es el actor. El actor de ese escenario, de ese libreto. El actor puede decir al clavar un clavo, “ay, ya me di un...” Pero también puede decir, “ahh”, y se tira al suelo y pone las patas arriba.

DB: Como futbolista.

EQ: Anda, como ahorita que estamos viendo estos teatrotes en el mundial. Ahí está el actor. ¿Y qué es el actor? El personaje que traes cargando. Y entonces, ese es el trabajo. Tú cómo estás, dónde está tu atención. “No, es que ella es mi vieja y que no sé qué, no se va a ir con otro”. Vamos a trabajar, ¿dónde está tu atención? A ver, ¿qué te trae en una balanza estar en...? ¿Estás sosteniendo, preguntaría yo, una relación basada en el reclamo? Que hay veces que la gente no se lo pregunta, pero vive reclamando, ¿no? Y hay veces que por muy trabajado que estés tú, la pareja no. Y ahí la mejor salida... Bueno, pero además yo soy un terapeuta que no doy consejos, yo nada más responsabilizo. Ahí también la salida es el naufragio. Es lo más cercano al amor, ¿no? Porque lo que estás viviendo es dolor y le llamas amor, ¿no? No sé si más o menos estoy logrando establecer como…

DB: Sí, sí. Voy a cambiar por completo el tema porque tengo una duda sobre tu música ahora. Hiciste tu disco, ¿cómo es similar o diferente a lo que has venido haciendo? ¿Cómo qué intención tiene este nuevo disco y a dónde quieres llegar con él?

EQ: Sí, hace dos años saqué Fábrica de Paz, ese fue el penúltimo disco. Es una canción que nace… Se iba a llamar El Negocio, que es que he cumplido mis años y algo quiero hacer, pensé tal vez juntarme a algunos socios y echar a andar este negocio, y entonces empiezo a desarrollar la canción, que el negocio es una fábrica y es una fábrica de paz. Viniendo de ese disco, ahorita escribo el nuevo disco que ya está en redes, que se llama El Arte del Cangrejo. ¿Por qué? Pues porque soy cáncer. Y ahorita, qué chistoso, mira, yo no lo había planeado así, pero hablando de las cartas astrales, pues ese es El Arte del Cangrejo. Y en esa canción digo que a veces camino para atrás hacia el atardecer, ¿no? Y vuelvo a hacer alusión entonces a este viaje de la flecha, porque el camino, la línea recta no siempre es la solución, entonces en El Arte del Cangrejo lo que planteo es habitar el proceso constante de vida. En el coro digo “no sé si alguien desee no ser deseado, pero mejor luz propia que mal alumbrado, mi tenaza en el aire te abre hacia el rincón, me vivo en mi coraza como buen cangrejo, viajero de estas aguas a través del tiempo, con la barba crecida vislumbro soltar los remos”. Es decir, así que mucho control que tenga yo sobre lo que está pasando, pues no. En El Arte del Cangrejo vienen otras canciones. De pronto, a mí las canciones relacionales con la mujer… Me parece fundamental estar practicando hablarle a la mujer de otra manera, no cosificarla. Le habló a la mujer en alguna canción, una que se llama Inocencia, que es una chava que conozco que se llama Inocencia y que no era tan inocente. Luego tengo una canción que se llama Pájaros en el suelo, donde yo hablo de esta humanidad. Tenemos el potencial de volar. Sí lo tenemos. Y estamos pisando el suelo, ¿no? Y entonces en la canción llamó a los pájaros en el suelo, vengan a aletear. “Nos inunda este…” Es que luego de las letras no me acuerdo. Los invito a volar, ¿no? Y de pronto a veces no sé de qué escribir, porque ya después de diez discos ya he soltado todo, y me planteé hacer una canción acerca de los elefantes, entonces empecé a escribir en la onda de describir elefantes y empiezo diciendo “revolcarse en lodo, entre el fango la intuición” y empiezo a desarrollar poéticamente lo que es la onda de los elefantes, que a mí se me hacen como andantes de una antigua tradición, ellos en su andar sí los veo como muy en paz y sabios, y hago la canción de los elefantes. Ya no me acuerdo, son doce. Mis hijos todo el día me están diciendo, “saca sencillos”. Todavía no sé habitar… Que son los cambios ahora. Ellos se ríen de mí cuando pongo CDs. Y les digo “bueno, pues mira, para mí es una maravilla”. Me di cuenta que en redes sociales hay muchos chavos siguiéndome, y para mí es una maravilla porque la brecha generacional existe y sí hay mucha gente mucho más joven que yo escuchando y haciendo resonancia. Eso para mí está buenísimo y me habla de mi que hacer aquí y ahora en esta vida.

DB: Por ejemplo, en este caso, con referencia a este disco qué haces ¿Lo haces pensando en que lo escucha esta gente? ¿O cuando lo escribiste todavía no abrías esta puerta a las redes sociales y todavía no te dabas cuenta quién te estaba escuchando?

EQ: Estaba empezando la pandemia.

DB: Sí, ibas a dar tu curso y…

EQ: Y entonces La maga me dice “vamos a promover tu curso para que ganemos dinero dando…” Yo tengo un curso de composición desde hace 20 años para hacer canciones, y entonces me dice “te voy a abrir una cuenta en TikTok y en Instagram”. Ella y Sebastián, El Hombre Tecla, empezaron a meterse. Yo los veo que están ahí en los teléfonos, ven estadísticas, ven a qué hora hay que subir un video. Empezamos a investigar y de pronto vimos que no más de 30 segundos para que no se te vayan, y ellos empiezan a investigar cómo moverse en las redes. O sea, yo lo que hago es que preparo un texto, me siento y La maga me dice “hazte para acá porque no se te ve el copete y esto y lo otro”. Conectamos un microfonito para que el audio esté decente, que la luz esté decente, me visto como me visto en el escenario, cuando voy a cantar me visto como me vengo ahorita, y hablo. Y lo demás lo hicieron ellos. De pronto un cuate ahí me pone, “¿por qué te ves tan viejo?” Y yo le respondí “mira, la verdad eso yo no creo que nadie lo controle, pero sí te diría yo que hay una belleza que dan los años. Ojalá esa belleza un día llegue a ti, paciencia”. Se armó en las redes una cosa que ahí creció la cuenta muchísimo. Yo estudié mucho el texto porque no quería ser agresivo de “la tuya que está en vinagre”.

DB: Pero fue una cachetada con guante blanco. 

EQ: Pues sí, y de pronto trato… Ya les he dicho que no es un canal de debate. De pronto incluso teniendo un discurso, bueno, un contenido que tiene que ver con lo que estamos platicando, sí he tenido comentarios de pronto contundentes con respecto a alguien muy religioso, que suelen ser así como... “Estáis equivocado, arrepentíos”. Algunos de manera tan contundente que... Al principio sí contestaba yo el asunto de las redes, sobre todo los comentarios interesantes, pero ahorita no me doy abasto. No puedo estar contestando. Atiendo a mucha gente en psicoterapia. Tal vez si yo me pusiera como meta el éxito artístico en términos de fama, probablemente ya lo hubiera dejado, porque como no se da, entonces hay que  buscarle por otro lado. Y para mí la visión del éxito en esos términos es hacerlo, hacer mi parte. 

DB: Seguir haciéndolo y no dejar de hacerlo.

EQ: Sí, pertenecerme.

DB: Enrique, ¿cuál ha sido uno de los peores consejos que te han dado en tu vida?

EQ: Pues no sé si consejos, pero el otro día decía yo en redes “yo prefiero tener amigos que tener la razón” y hubo gente que contestó “no, yo prefiero tener la razón”. Y bueno, obviamente no entré a debatir. Son más bien… Tengo amigos también cerca que están insistiendo en debatir conmigo cuestiones políticas, y lo que estoy haciendo es no engancharme. Trato, trato, porque además, pues sí, sí tengo una cabecita loca y entonces hay veces que sí me meto en una cosa porque me llevo la reacción inmediata. Me enojo y de pronto... Pero como ya me conozco trato de decir “a ver, espérate dale cinco minutos, no reacciones luego, no seas tan reactivo”, porque además yo veo que esta algidez política, todo lo que se pone, se sube. Están convenciendo convencidos. Yo he visto muy poca gente que cambie de su lineamiento político por lo que la gente está diciendo. Yo lo que les digo es miren, están enojados, estamos enojados. La gente que es muy cerebral… El otro día le dije a un amigo “no somos seres racionales, somos seres emocionales que razonan, date cuenta de esto, estás subiendo tu enojo y haciendo que la loca de la azotea lo procese, claro que eres muy elegante. Escribiste muchos libros y estás grueso y por eso dices que tienes la razón. Yo lo que les digo es nadie tiene la razón, todos tienen sus razones. Y convencer al otro, si lo quieres vivir, estás donde está tu atención, entonces, pues vívete así. Si me preguntan cómo estar en paz, yo pongo a que la gente vea que está donde está su atención y a que se trabaje para tratar de acercarse a una navegación que no le pertenezca tanto al ruido de la cabeza. Está grueso lo que estoy diciendo. Luego la gente me dice... Y les digo, yo no estoy contra la ciencia. Cada vez que subo un avión me maravillo. Claro, el pensamiento, la matemática, la física, claro, por supuesto que tengo un coche que camina requete bien, pero yo estoy hablando de otra cosa, del aspecto relacional, de la integración que hablábamos hace rato.

DB: ¿Cuál ha sido uno de los mejores consejos que te han dado?

EQ: Diles que dices tú, que me dijo el maestro. Fue completamente demoledor, fue responsabilizador. De pronto alguna vez en redes les he dicho “si lo que digo aquí les sirve, aplíquenlo en su vida, y si deciden difundirlo, digan que dicen ustedes”. ¿Por qué? Porque no es que “lo leí acá y me pareció muy sabio”. No, aplícalo, vívelo, y si de veras te funciona, estás hablando con verdad. Entonces, diles que dices tú.

DB: ¿Qué es un consejo que tú antes dabas como un buen consejo y que ya no darías?

EQ: No sé, pero no puedes vivir la vida del otro. Es lo que se me ocurre decir ahorita. Si antes yo a alguien le recomendé “no, ni madre, dile que no y que no sé cuánto y que no sé el otro”. No puedes vivir la vida del otro. El otro está ahí para que tenga tu experiencia de estar con él o con ella, sea tu amigo, tu primo, tu mamá, tu esposa, lo que sea. Y entonces a veces, cuando es uno muy reactivo, pues puede también decir... Bueno, Dayal, no sé si has visto a Dayal, que es un excelente terapeuta que abrió el Osho Center en México. Dice que hay mantras mexicanos que son muy valiosos, que deberían hacerse famosos en el mundo. Por ejemplo, “me vale madre”. Y bueno, yo entiendo lo que está diciendo. ¿Por qué? Porque te quitas también de estar cargando lo que no te corresponde. A veces uno está cargando lo que no le corresponde y vives siendo una cosa que no vas a resolver, pero sí la estás sufriendo, entonces, pues, es lo que yo podría ahorita yo decir.

DB: ¿Qué es algo que la gente no sabe de ti y que si supiera la sorprendería?

EQ: Bueno, que me gusta tomarme mis tequilas. Ahorita que he tenido una etapa de cuidados con mi salud, porque si me estoy cuidando, si he tenido ahí cosillas, no voy a ahondar, pero sí estoy teniendo cosas, entonces, con todo lo que estoy diciendo, pareciera que soy un lama tibetano, pero no. En las tardes, como tengo 67 años, ya en las tardes me empiezo a sentir cansado y nada me ayuda tanto como un caballito de tequila, a veces dos. ¿Por qué me cuido de decirlo? Porque al mismo tiempo sé que este cuerpo es mi nave, es mi templo y entonces pues también cuidarlo tiene que ver con no abusar de ciertas cosas, pero la verdad es que con ese caballito, al segundo caballito de tequila, ya estoy sentado en el piano otra vez. Ya me dio la energía, me dio la gasolina. Y entonces, pues esa cosa. Por lo demás, pues, creo que no tengo muchos secretos.

DB: Libro, película, documental o serie, cualquiera de estas, no tienen que ser todas, pero que haya marcado un antes y un después en tu forma de ver el mundo?

EQ: La fiesta de Babette. Es una película, que además está en YouTube, está con muy baja resolución, pero para mí es una gran obra de arte esa película, no sé si la ubicas. Es una película, parece ser que sueca o danesa de hace 30 y tantos años. Yo la vi en una muestra internacional de cine. La Fiesta de Babette y que… Bueno, no se las voy a contar. Hay otra película que yo veo mucho, y también está en YouTube, que se llama Encuentros con hombres notables, que es e3 un libro de Gurdjieff, donde él narra su búsqueda. Gurdjieff fue un hombre de principios del siglo XX que marcó caminos en esto de conocerse a sí mismo, una cosa que hoy se conoce como el cuarto camino, y la película es interesante. El libro, obviamente, siempre el libro es mejor. Y esa película también me gusta mucho. Yo soy cinéfilo. Por lo mismo, el mal cine me surra. No me gusta. Y he visto… bueno, está en México, esta una película de Como agua para chocolate, se me hace que fue una genialidad.

DB: ¿Qué es mal cine? Cuando dices mal cine, desde tu criterio, ¿qué sería mal cine?

EQ: Ausencia de propuesta. Estar repitiendo diálogos que ya nos sabemos, con escenarios que ya nos sabemos. Concretamente, falta de creatividad. Pero vende.

DB: Sirve para un propósito específico. Rutinas que tengas, rituales que tengas, que hagas todo el tiempo de forma más o menos constante ¿Cuáles serían?

EQ: Hoy estaba reflexionando en la mañana, porque como estoy muy delgado, tengo 20 años que después de desayunar tomo té verde porque me ha resultado muy bueno. Y eso es rutinario. O sea, en la mañana… Bueno, me raspo la lengua con un raspalenguas. Si a ustedes les interesa, la medicina ayurvédica tiene milenios recomendando eso, cuando te acabas de levantar en ayunas, es un objeto...

DB: Como un fierro.

EQ: Exacto. Y lo venden en internet, mucho más barato que en las farmacias. Sacas la lengua y te das unas diez pasadas, te sale una sustancia lechosa, que es toxicidad que el cuerpo echó hacia afuera. Después de darme con el raspalenguas ya me lavo los dientes, bajo la lengua, trabajo, empiezo a preparar mi desayuno y me pongo a ver YouTube. No veo tanto las películas... Ahí tenemos Netflix y HBO. Me encanta ver Game of Thrones, por supuesto. Se me hace una serie sensacional.

DB: ¿Pero qué ves en YouTube?

EQ:En YouTube busco mucho a Eckhart Tolle, a Mooji, que es también un hombre jamaiquino que vive en la India, y a Bhagavan, Amma y a Bhagavan, y a esto que tiene que ver con la Oneness, no me acuerdo cómo se llama. Todas estas cuestiones que se ponen... Yo ya no les llamo espirituales, yo les llamo enseñanzas de vida.

DB: ¿Qué opinas de Sadhguru, por ejemplo?

EQ: Me gusta. Me aparece mucho. Yo la mayoría de las veces... Lo que pasa es que yo no tengo la información que tiene él, y entonces, de pronto dice “no, pues no comas ajo, te estás rompiendo en la madre”, entonces yo digo “no, pues yo qué voy a saber eso, la verdad, pues me gustan los camarones al mojo de ajo” y tengo ciertas cosas aquí de nuestra cultura, pero me cae bien. Yo creo que es muy útil para el momento de nuestra civilización que haya estos gurús que tienen acceso mediante un lenguaje fácil y que penetre también a la gente para que se acerque la gente a otro tipo de enseñanza, porque si no, seguimos en las religiones que promueven la culpa y eso no nos va a servir de nada.

DB: ¿Alguna otra rutina o ritual que tengas?

EQ: Acabando eso, según si estoy haciendo un disco, me subo al estudio. Yo hago mis discos en mi casa. También tiene que ver que por eso no he parado. No dependo de si tengo lana o no tengo lana para grabar. Desde el principio, desde hace mucho, me compré mis propias máquinas y entonces a veces me subo al estudio. Si no, si voy a tener un concierto, como en el caso de mañana, me siento en el piano que está abajo en la sala y ahí estoy trabajando. A veces me pongo a escribir. Escribo mucho porque no estoy tranquilo si no saco lo que está generando. El otro día me decían una cosa que me sorprendió mucho, que soy un poco hiperactivo y yo no sabía. Ya tengo 67 años y me dice La maga “pues claro que eres hiperactivo”. Sí, soy. Entonces, me vivo siempre generando un algo que tiene que ver. Y a veces sí, digo con lo que estamos hablando, y a veces sí me pongo a echar la hueva también. Eso no me lo prohíbo nunca. Pero por lo general son cosas que me dan interés y entonces estoy en la creatividad y… Escribo mucha poesía, la subo a internet. Hace cuatro años tuve una poesía en décimas que se hizo viral, que se llamó México, sonó el despertador. La escribí a una semana de que entró Trump, como entró tirando patadas para todos lados, yo me acuerdo que yo estaba haciendo la fila para sacar mi credencial del INSEN, y estaba yo muy inquieto porque además, aunque yo me siento más terrícola que mexicano, amo a México fuertísimo, y entonces empezaban las noticias de que habían redadas y que estaban agarrando migrantes para sacarlos, y por dentro yo decía “pinches gringos, de alguna manera el cachote de tierra con el que se quedaron, pues que vivan ahí nuestros paisanos, ¿qué les pasa?”, tenía yo mucho coraje. Y entonces el gobierno era de Peña Nieto, y empecé diciendo “les digo hermanas y hermanos, que hoy nos sacude el destino, traicioneros en los pinos y los gringos siempre insanos, estos rufianes enanos, hoy nos hacen un favor, despertar el corazón, la pirámide del pecho, en medio de este silencio ha sonado el caracol” y ahí sonaba un caracol azteca y bolas, me solté con una cosa que duraba como seis minutos y en Facebook hizo ocho millones de views. Fue la primera vez que vi que podíamos hacer algo en redes, pero cuando lo escribí, fue una necesidad de expresión. Ahora sí que ahí sí le dimos al blanco, pero primero fue el trayecto. Y luego en YouTube también tuvo sus buenas reproducciones, no tantas, pero creo que tres millones. De hecho, lo que hemos ahorita trabajado ha sido más bien en Instagram y en TikTok. Queremos trabajar también en YouTube. 

DB: Yo creo que en YouTube te iría muy bien.

EQ: Pero necesitamos tiempo para dedicarle. Y bueno, y sobre todo que La maga... Otra de mis rutinas, desayuno y la voy a dejar al metro. ¿Por qué? Porque aunque tenemos auto, le resulta en línea recta llegar al centro, ella trabaja en Bellas Artes. Se baja de la estación. No tiene que ver dónde estacionarse, llega más rápido. En la tarde hago otra de mis rutinas, voy por La maga que está a diez minutos en la estación General Anaya. Regresamos a la casa, ahí platico un rato con ella, La maga ve series, a mí casi no me gusta. Y de pronto la loca de la azotea dice “ah, está viendo sus televisiones” y entonces ahí trabajo yo conmigo, y lo que digo es “ella es otra persona, no la estés jodiendo” o “no le vayas a decir” porque si le dices, ahí empieza el raqueteo, querer que el otro sea lo que tú estás viendo y eso nunca ocurre.

DB: Última pregunta. De todo lo que has vivido tanto en lo personal como en lo laboral, has tenido un montón de aprendizajes. Si tuvieras que quedarte con tres aprendizajes que quisieras tener siempre presentes, ¿cuáles serían?

EQ: Pues uno fundamental, y que yo por todos lados digo, es el trabajo con la propia persona. Es un aprendizaje fundamental. Estúdiate para saberte. Hay muchas maneras, tanto las vías espirituales como la psicoterapia. Asiste a tu proceso existencial. Para mí eso es fundamental. Yo tengo una canción donde digo “no veas hacia otra parte, está bien que uno trate con el árbol frente al río, el difícil arte de transformarse a sí mismo”. Eso es una cosa que para mí es irrenunciable. Sin embargo, sé que estoy en un mundo donde la gente de pronto puede no aludir a eso. Imagínate esa canción en el Canal 2, a la hora de las estrellas, estaría poca madre. Y bueno, pues digo, si ocurre, ocurrirá. Otro aprendizaje fundamental, es el respeto a los demás, tanto a su manera de pensar como a su actualidad. Y si no me gusta, pues me quito, porque si me la voy a vivir criticando al otro, no. Otro aprendizaje fundamental es que puedes querer mucho a tu familia, pero a veces la familia te puede jalar tan fuerte que estés perdido en el marasmo familiar y no te sepas diferenciar. La familia muégano está muy trabajada en toda Latinoamérica y es una especie de cosa que sí te puede llevar a perderte porque confundes tu vida con la de tu familia y tu familia confunde la energía familiar con la de tu familia, y eres individual, y eso que te digo yo, que con mis hijos y con mi mujer andamos siempre juntos, siempre que se puede.