Este episodio resulta necesario para todos, pero principalmente para quienes no estén seguros de si pueden emprender. La respuesta corta es un sí, todos pueden. La respuesta larga nos la brinda a lo largo de este episodio Esther Gómez, enfermera de profesión convertida en empresaria que nos cuenta que no son necesarios los títulos profesionales, lo que sí se necesita, permitirse fallar de vez en cuando, el papel de la enfermería en la salud, saberse vender y varias cosas más.
Te dejamos algunos enlaces para complementar el episodio:
De la cabeza a los pies, libro de Esther
Sanitalent, agencia fundada por Esther
Estas obras marcaron la vida de Esther:
La gran belleza, película dirigida por Paolo Sorrentino
As bestas, película dirigida por Rodrigo Sorogoyen
Mantícora, película dirigida por Carlos Vermut
Alcarràs, película dirigida por Carla Simón
Interestellar, película dirigida por Christopher Nolan
Inception, película dirigida por Christopher Nolan
Déjà vu, película dirigida por Tony Scott
4 datos sobre Esther:
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Diego Barrazas: A ver Esther, pues de una vez sobre la cosa. Llegaste muy emocionada y me dijiste “eres la tercera persona en tener el libro”. No iba a empezar por aquí, pero ya que estamos en esto, ¿qué representa para ti poder tener esto físico, que exista y que está a punto de publicarse en todos lados? Que cuando alguien vea esto ya va a estar publicado. ¿Qué representa y qué significa esto para ti?
Esther Gómez: Bueno, te contaré porque yo no quería escribir el libro. Fue mi editora, de Planeta que iba detrás de mí “tienes que publicar, tienes que publicar, tienes que publicar”, y yo no quería. Me ha costado muchísimo, pero es verdad que dentro de que es un libro, lógicamente tiene un proceso creativo. Creo que me ha resultado algo más sencillo que para las personas que escriben poesía o que escriben una novela, porque al final esto no tiene una parte creativa, sino que yo lo que me costó…
DB: No, bueno, sí tiene una parte creativa, ¿no? De todo lo que es QR para los videos, de todo el tema, o sea…
EG: Sí, pero eso, fíjate, me salía solo. Lo que era un poco más difícil, que te lo decía antes, fueron 600 páginas, me han quitado 200, porque me han dicho “oye, no, no se lo van a leer.
DB: O sea, viste que sí es real lo que todos los autores dicen de “escribí no sé cuánto y cortaron tanto”, bueno, ya te pasó.
EG: A mí me ha pasado, no, pero además yo al principio decía “no, no, me voy a quedar corta, no voy a saber escribir tanto”. Sí, lo que hice, o sea, el libro se llama De la cabeza a los pies y es justamente un guión de la cabeza a los pies, hablando de curiosidades, de cuidados del cuerpo, de enfermedades que suceden, que es más común de lo que nos pensamos, ¿no? Un ictus, un infarto, no solo qué hacer, sino, oye, a lo mejor tienes a tu padre en casa o tienes a tu abuelo, algún familiar y también saber qué viene después, cómo hay que hacerlo. Sí que es bastante interactivo y una vez que ya tenía el guión, o sea, lo que me ha costado es acortar. Y yo a mis editoras les decía “por favor, leedlo, porque a mí hay cosas que me parecen muy básicas que las obviaba”, que decía “no, esto no lo voy a contar” y me decían “es lo más interesante del mundo”. O sea, a lo mejor algo como lo típico que hace la gente de tomar bebidas de estas isotónicas para un episodio de gastroenteritis, no solo no se debe hacer, sino que está contraindicado.
DB: Son los electrolitos, que en México le decimos sí.
EG: Ah, sí, pues eso aquí y en todo el mundo está contraindicado y entonces es pues explicar también esos mitos, no solo de enfermedades, también de curiosidades del cuerpo humano. Hablo, por ejemplo, de qué relación tiene la excitación genital con el fetichismo de los pies y como Tarantino lo mete en el cine, que ha reconocido que tiene este fetichismo y hablo de la activación cerebral. O sea, son curiosidades, lo que yo digo siempre, llevadas a la calle.
DB: Sí, a un idioma no técnico ni elevado, sino lo que hablamos coloquialmente todo el mundo.
EG: Exacto, hay cosas técnicas porque, lógicamente, para explicar cómo se produce un ictus isquémico tiene que haber una parte técnica o cómo tu cuerpo, desde que te haces un corte, hace esa coagulación y esas células que van a intervenir en la formación del tapón plaquetario. Y ya no me pongo más técnica, pero esa parte. Y entonces sí que ha significado muchísimo porque aquí en España, y que luego me gustaría también hablar de eso, de todos los perfiles de enfermería que hay en redes sociales, el top 4 son hombres y es una profesión que el 86,4% somos mujeres.
DB: A ver, a ver, bueno, no quiero entrar todavía en esto, pero hablemos de eso y hablemos del tema de lo que representa poder estar en redes. O sea, ¿cómo llegaste a estar en redes con lo que haces? Porque no nomás lo dejaste ahí, sino cómo se convirtió en esto, en esta empresa, en el libro, en estar en televisión, estar en todos lados con una, no sé si decirle una profesión, que al menos en Latinoamérica, que, por lo general, no es la que lleva el centro de atención. O sea, por lo general es el doctor o la doctora, o el psicólogo o la psicóloga, o incluso, no sé, el cirujano es el que habla de tal. Por lo general, la enfermería no lo ponen en este lugar donde hay muchísima gente que se dedica a eso. Y en México, no sé cómo es en España, a veces lo ven como “ay, pero es que eres enfermera” y es como, no mames.
EG: No, yo, de hecho, o sea, yo soy directora de un máster y soy profesora en otros seis másteres, y del que soy directora, justo lo acabamos ahora mismo de llevar a Colombia, Costa Rica, República Dominicana y México, con una academia que se llama AMIR, que es de formación de médicos, de enfermeras, totalmente, socialmente. De hecho, se lo contaba afuera, yo tengo una amiga con la que trabajaba en esta empresa, en AMIR, que es colombiana, y un día me vio así y me dice “oye, así con lo bien que se te ve, dice, ¿tú por qué estudias enfermería y no medicina?” Y yo, ¿cómo? Digo, ¿qué pregunta es esa? Yo sé, o sea, es verdad que aquí en España enfermería es una carrera universitaria desde el año 1977, o sea, sí que tenemos ese recorrido universitario y tal vez más reconocido que en Latinoamérica. Lo sé porque además tengo muchos seguidores de Latinoamérica y me escriben y me dicen “en mi país esto no es así”. También me ha pasado que yo trabajaba en...
DB: No es así todavía, pero con ejemplos como tú, creo que sí se puede convertir…
EG: Sí, yo creo que la pandemia ha hecho algo bueno, por decirlo de alguna manera, con la profesión, porque sí que ha puesto en… O sea, mis hermanos, mis hermanos no sabían lo que hacía yo en mi trabajo. O sea, yo me acuerdo de mi hermano hace un montón de años… Bueno, hace un montón, hace cinco años, me dice “bueno, tú estás con una banqueta al lado del médico y haces lo que él te manda, ¿no?” Bueno, también, o sea, yo digo...
DB: Es una cosa que se puede llegar a hacer, pero no tiene nada que ver.
EG: No, pero no se hace, no, estás suspenso. No se hace y, por lo menos en España, para nada, en España, por suerte, es una profesión que está muy valorada a nivel de Europa, creo que a nivel de Latinoamérica. Mi hermana mayor vive en Canadá. De hecho, se pensaban que yo era multimillonaria cuando dije que era enfermera, porque allí, por ejemplo, es una profesión muy valorada. Luego les dije lo que cobrábamos y pensaban que me estaban engañando, pero sí, o sea, yo creo...
DB: O sea, en la televisión te muestran o en la televisión de mi país te muestran sus dos perfiles que a lo mejor no es lo que dicen.
EG: Por lo menos aquí en España, porque a mí me ha pasado estar en el hospital y que vengan médicos de México, recuerdo que han venido de Colombia y Venezuela a hacer como una especie de rotatorio y ellos se ponían a hacer lo que yo hago. Y entonces yo decía “¿qué haces?” Y me dicen “pues mis funciones” y yo “no, no, estas son las mías”. O sea, es verdad que en España tenemos muchas, creo, no te podría decir que en comparación con toda Latinoamérica, pero sí que hay más competencias, podemos prescribir, según qué ciertos medicamentos y ciertos productos sanitarios, estamos en puestos de gestión, estamos en puestos de investigación, estamos en docencia, estamos en puestos políticos. Entonces, creo simplemente es diferente, ¿no? No podría… De hecho, en España no se puede hoy por hoy homologar tan fácilmente, te diría que casi ningún país de Latinoamérica puede homologar la carrera.
DB: ¿Qué significa eso, perdón?
EG: Pues que un médico, y sí que pasa, y son maravillosos porque yo he aprendido muchísimo de Latinoamérica, pueden venir aquí a España y dicen “oye, este es mi título de médico, homologámelo y yo quiero trabajar”.
DB: Como los abogados, que no puedes tú estar en otro país, pues no saben las leyes.
EG: Claro, pues aquí en España, como es una formación todavía tan diferente, las enfermeras no pueden homologar. Estoy mintiendo porque ahora hoy por hoy, por el déficit de enfermería que hay, se estima que para el año 2030 España necesite, creo que eran 95.000 enfermeras. No tenemos enfermeras. Además, las enfermeras que hay se están yendo a otros sitios que les cuidan mejor que aquí en España. Entonces, sí que acaban de publicar un Real Decreto hace poco que ya sí que se están homologando los títulos de Latinoamérica y tienen que hacer creo que solo son las prácticas del hospital.
DB: Pero bueno, estábamos diciendo esto de cómo llegas, cómo pasas de una profesión que aparte requiere que estés mucho tiempo presente o que estés en todo este universo y si desde que lo empezaste sabías a lo que te estabas metiendo, o sea, si estabas consciente de “mira, si yo hago esto, luego puedo llegar a hacer esto y esto” o si se fue dando.
EG: No, no para nada. O sea, yo sí que he sido muy multitasking siempre. O sea, yo estaba trabajando en el hospital, me saqué la especialidad extrahospitalaria, trabajaba en ambulancias. Yo he sido dos años enfermera del Real Madrid en el Santiago Bernabéu. He sido enfermera de eventos, de conciertos, de todo. O sea, yo hacía todo. Yo decía todo que sí. Y una cosa que me salió cuando estaba haciendo todo eso fue que me llamaron para ser como parte de marketing en AMIR, que llevo ya siete años en esta empresa en concreto, para… Ellos me dijeron “oye, te regalamos estos libros y a cambio tú dices -en mi Instagram personal, que yo no era nadie- que estás estudiando con nosotros porque te siguen más enfermeras y a ver si se animan”.
DB: ¿Ya publicabas cosas sobre eso?
EG: No, nada, era mi cuenta personal absoluta. Y entonces yo le dije a la persona que hoy en día es mi jefe “oye, no me interesa, pero he visto que de toda tu competencia, nadie tiene cuentas de Instagram. Vosotros tenéis una cuenta de Instagram con 300 seguidores, ¿por qué no la potencias?” Yo no hacía nada, todavía no tenía el perfil, no hacía nada. Y él me dijo “vente el miércoles y me cuentas qué vas a hacer”. Entonces yo cogí, me estudié todo el mercado, vi las competencias, vi todo, le preparé una presentación de Powerpoint de 35 diapositivas, que lo cuento siempre, con todo. Le dije “mira, esto es lo que podéis publicar”. Ellos buscaban público de universitarios, yo ya sabía cómo lo hacían. Digo “vais a las universidades uno por uno, no hagáis eso, publicad un story ‘oye, ¿quieres que vayamos a tu universidad? Nos ponemos en contacto contigo’”. Se gastaban un dineral llevando a gente a todas las ciudades de España. “No, haz un directo de Instagram”. Entonces empecé a cambiarlo, a cambiarlo, a cambiarlo, a cambiarlo y hubo un momento que llevaba 12 líneas de negocio de la empresa. Todo es todo, llevaba medicina estética, llevaba enfermería, llevaba a las matronas, llevaba psicología, farmacia, biología, todo.
DB: ¿Cuándo dices lo llevabas te refieres…?
EG: Sus redes sociales.
DB: ¿Y qué más hacías? O sea, hacías algo antes de eso, entonces, ¿qué pasa cuando tienes que llevar todo esto al mismo tiempo?
EG: Yo sigo trabajando de todo, de enfermera, sigo haciendo todo.
DB: ¿A qué hora? O sea, es como...
EG: Soy una persona muy organizada, realmente. O sea, en realidad, yo duermo mis ocho horas, tengo mi vida personal, mi familia, viajo...
DB: ¿Comes? ¿Vas al baño?
EG: Lo único que no hago es deporte, que eso me va a regañar a más de uno, pero sí, sí. O sea, de verdad, yo no siento que vivo para trabajar. O sea, de hecho, mi padre siempre dice “dale algo que necesites a alguien que esté ocupado, porque te lo va a hacer”. Y es verdad, yo siento que soy así. Ya hay veces que cuando a una amiga o a algún hermano que sé que está más libre le pido algo, tarda una semana en hacérmelo. Y luego, de repente, se lo pido a alguien que sé que está arriba, hace dos llamadas, lo tiene. O sea, yo soy así.
DB: Sí, sí, es cierto, tienes razón.
EG: Yo soy así. Es verdad, por supuesto que tengo momentos de estrés, por supuesto que hay veces que digo “a la mierda todo, ya está, no puedo más. O sea, ¿qué necesidad tengo de estar haciendo esto?” O sea, estoy quemada. Pero vamos, por poleada, son mejor los buenos momentos. Y en ese momento que te decía que llevaba todas estas redes, yo empecé a formarme en marketing digital. Yo les empecé a llevar el posicionamiento SEO, SEM, Google Ads, Facebook Ads. Claro, para hacer la segmentación del público, yo conocía mejor que nadie el target. Yo llamaba a los leads, yo les vendía a los cursos.
DB: A ver, una pausa ahí, porque yo quiero entender. ¿De dónde te enterabas tú que existían estas cosas o estos términos? A ver, yo tengo amigos que son doctores, que son abogados, que son otras profesiones, y que son los que menos saben de temas de marketing. Si les dices “ah, ¿y cómo te promocionas? ¿Haces SEO? Me dicen “¿qué es eso?” porque están en lo suyo o no les interesa. En tu caso, ¿de dónde te empezaste a involucrar? Porque aparte, no es lo mismo que tú ya sabes cuáles son las palabras, cómo se hace, pero a veces ni siquiera sabes cómo se le dice a algo, o sea, que existe algo que se llama…
EG: No, no, ya al principio era “¿qué es un lead?”
DB: Bueno, pero ¿dónde te fuiste mediando todo esto?
EG: A ver, porque sin despreciar lógicamente ninguna profesión, pero en ese momento mi jefe tenía un informático que hacía todo esto, pero luego le decía “oye, hazme un banner para la web”. Y te ponía a una enfermera con una falda, con una cofia, que aquí en España eso está como no solo desterrado, sino que sienta mal al público.
DB: Claro, insulta.
EG: Exacto, es insultante. Entonces me decía “es que me resulta mucho más fácil enseñarte a ti a hacer un anuncio en la parte técnica”, y que yo hacía las creatividades, yo hacía todo, con Canva, yo hacía absolutamente todo y lo publicábamos. Y luego, yo lo digo siempre, realmente la salud es mucho más parecida al marketing de lo que la gente se piensa. Porque, obviamente, yo, por ejemplo, si quiero hacer un programa de salud y quiero saber quién es mi población diana, que es lo que vosotros llamáis el target, al final es decir “ok, tengo que saber qué edades quiero intervenir, quiero saber si hombres o mujeres, quiero saber qué nivel socioeconómico, quiero saber qué intereses…” Es exactamente igual es hacer un, lo que vosotros llamáis plan de negocios o estrategia digital, nosotros lo llamamos plan de cuidados. Y está ya descrito, es lo que utilizamos en el hospital para trabajar con un paciente, Y, de hecho, el plan de cuidados se llama NANDA, NIC y NOC, que es establecer unos objetivos, plantear unas actividades y si con esas actividades no estoy logrando los objetivos, hacer una intervención. Yo te cuento esto y te digo que lo hago yo en el hospital y tú me dices “esto podría ser una conversación de marketing perfectamente”. Es muy parecido. De hecho, es literalmente, o sea, yo no quiero decir clientes, pero los pacientes son clientes, al final. La necesidad que tienes es una necesidad de salud, pero es muy similar. Entonces, a mí se me daba bien esa parte. Entonces, mi jefe me empezó a formar, me pagó cursos, yo empecé a estudiar. No tengo una formación oficial, pero yo al final me he dado cuenta que muchas veces necesitas una persona ejecutora, no una persona con un título, para según qué cosas, no quiero ir a la cárcel, lógicamente, un abogado, no por mucho que sepa las leyes, puede ir al juzgado, lógicamente, pero sí que hay ciertas cosas que no necesita una persona. De hecho, nos han engañado un poco con esto de los títulos, de tener una carrera, de tener un tal. Y luego hay gente, o sea, tú me decías ahora que no eres periodista y yo he visto tus entrevistas y eres más que un periodista. No sé cómo explicarte, o sea, es impresionante cómo preguntas, entonces, eso es lo que yo digo que muchas veces yo no tenía formación de nada, pero tenía algo dentro de mí que no me han enseñado y no se puede comprar.
DB: Y no tenías sesgos no tenías como “bueno, es que yo vengo de esto y aquí dice que tiene que ser así o así”.
EG: Ah, no, no, claro. Yo era todo el rato una esponja, aprender, aprender, aprender, aprender. Y yo mucho prueba, ensayo y error. ¿Me equivoqué? Vamos. Y esto también muchas veces, que es una cosa que siempre intento decir, o sea, la gente ve todo lo que me ha salido bien, pero no ve todo lo que me ha salido mal, que te aseguro que son muchísimas más cosas.
DB: A ver, cuéntame un ejemplo que te ha salido mal.
EG: A ver, por ejemplo, yo ya hago lógicamente campañas en Instagram, ven la que me sale, pero se me han caído muchísísimas campañas. Es verdad que a nivel de… Pero no por mí.
DB: Ah, pero tú me dijiste que te habías equivocado. A ver, ¿qué no te ha salido?
EG: A ver, ¿qué no me ha salido? Ahora tengo que pensarlo, porque yo creo que mi cerebro las elimina. No, pero sobre todo, de decir que sí a todos. O sea, yo he sido enfermera de turno de noche en un festival de música techno pagándome 4 euros la hora. 4 euros la hora. O sea, eso sería hasta delito.
DB: Y todos con molly.
EG: Pero eso no lo considero como un fracaso, porque yo necesitaba trabajar allí para tener horas de experiencia, para luego trabajar en otro sitio donde quería, que me pedían… O sea, a lo que voy es que fracaso, fracaso, fracaso, todavía ninguno, tocamos, no sé dónde hay madera aquí, pero, por ejemplo, la empresa que estoy montando ahora, yo no sé cómo me va a ir, lógicamente ahora me va bien, pero pongo el corazón, la vida y todo en ello.
DB: ¿Siempre has sido así de positiva o de optimista?
EG: Sí.
DB: ¿Y de proactiva, de estar buscando y buscando y hasta cierto punto hacerte tu propio trabajo?
DB: Sí. Yo creo que sí porque, otra cosa, voy a mentar a mi padre un montón de veces, Mi padre me dice siempre “si tiene solución, no te preocupes, si no tiene solución, no te preocupes”. Entonces, es verdad que a veces, y yo sé que esto suena como muy atópico, ¿no? Pero algo tan sencillo como eso es importante, porque luego, lo decimos mucho, somos nuestros propios haters. Yo me hablo peor a mí misma de lo que nadie hace. Y hay veces que digo “oye…” De hecho, venía para acá hablando con mi socia, está ella como súper enfadada con todo el mundo porque se desvive por esto y hay cosas que salen mal y ya le digo “ya está, o sea, no controlamos todo, y es imposible, entonces, deja de darte latigazos, porque entonces ni vives tú, ni viven los que están a tu alrededor”. Obviamente, todos tenemos malos días. Y yo hay días que mando todo a la mierda. Y digo “ya está, o sea, no quiero saber nada más de esto, voy a dejar esto, voy a dejar lo otro”. O sea, yo el libro, a mí me escribieron en 2019. Lo estoy publicando en 2023. No, he tardado cinco meses y medio en escribirlo, pero he tardado, o sea, lo iba dejando y dejando y dejando porque no era mi momento. O sea, también hay momentos.
DB: A ver, te iba a preguntar otra cosa, pero a mí me da curiosidad esto. ¿Cómo sabes cuándo es un momento para algo? Porque has lanzado muchas cosas. O sea, has estado en varias iniciativas, incluso esta que me platicabas de acercar a gente a los hospitales y tal. ¿Cómo sabes cuándo es momento para hacer cada una de estas cosas?
EG: No lo sé, no lo sé. Ojalá.
DB: Bueno, pero algo has pensado.
EG: Sí, o sea, yo soy súper perfeccionista. Y de hecho, eso a veces me juega muy malas pasadas. Cuando me propusieron escribir el libro, yo tenía un montón de proyectos, un montón de cosas y digo “es que no lo voy a hacer”. Ah, mira, sí que te voy a contar una cosa que me estoy retorciendo porque me ofrecieron muchísimo dinero, muchísimo dinero por hacer un curso mío para vender, que lógicamente por el lenguaje, el idioma lo iban a vender en Latinoamérica y en España. Y yo dije que no, que no, que no, que no. Y me dijeron “mira, te hago un adelanto de 50.000 euros si lo haces”. Y yo, que no, que no, que no, que no. Mi chico diciendo “¿estás loca? O sea, ¿qué estás haciendo? Lo que te están pagando ahora es mucho menos”. Y yo, que no, que no, que no. Vendieron esa empresa, ya no lo hice, se me fue. Han vendido esa empresa por 20 millones de euros. O sea, lógicamente yo podía haberlo hecho y esa empresa sigue funcionando, pero ya no lo quiere hacer conmigo. Entonces, mira, ese es un caso.
DB: O sea, ¿sientes que se te fue la oportunidad?
EG: Sí, porque si hubiera dejado las cosas que estaba haciendo y lo hubiera hecho, tendría, no los 50.000, sino eso que me ofrecieron, porque es verdad que era un proyecto muy grande, muy interesante, muy potente, pero yo sentía que yo me había comprometido a otras cosas y yo no iba a dejarlo.
DB: O sea, al venderla, ¿te hubiera tocado también a ti de esa parte, dices?
EG: No, no, no, no. No me hubiera tocado, pero que era una empresa solvente. O sea, quiero decir que era una empresa que lo que me prometían, porque es verdad que muchas veces puedes decir “bueno, eso es lo que te dijeron, pero nunca sabes”, no, o sea, cuando te enteras de los números dices “sí, sí, decían la verdad”. Y ha habido compañeros que lo han hecho y le han salido los números. Entonces, nunca sabes el momento. Y habré perdido muchas oportunidades.
DB: Pero a ver, ¿si lo ves como eso? A ver, háblame así de verdad, de verdad. Eso de que no se dio, o sea, eso que dijiste de “no quiero hacer el curso”, la venden y demás, ¿dentro de ti sí sientes “ya he perdido la oportunidad”? ¿O sientes que va a volver a pasar con algo más?
EG: Mira, si hubiera dicho que sí en ese momento a eso, hoy en día no tendría la empresa que tengo. Entonces, no, no, no…. Es que de verdad soy muy positiva.
DB: Por eso digo, pero está bien. Me identifico contigo y por eso quiero saber lo que… O sea, a mí me pasa eso de decir “a ver, no pasó, pero viene algo” o al rato regresarán y me van a decir otra vez “oye, ahora sí”, y ahora ya voy a cobrar todavía más. No sé, no sé cómo piensas tú y quiero saberlo.
EG: Espero que el día de mañana venga algo todavía mejor, sí, porque, lógicamente, al final esto es exponencial, ¿no? Yo lo llamo la bola de nieve. Cada vez tengo más seguidores, cada vez tengo más impacto, cada vez hago más cosas. Entonces, entiendo que sí, que el día que sea, si lo hago bien será multiplicado, pero de verdad te lo digo, o sea, yo ahora mismo la experiencia que estoy teniendo, o sea, yo soy enfermera, o sea, no tengo ni idea… Bueno, ahora sí, pero no tenía…
DB: No eres enfermera, eres empresaria.
EG: Sí, ahora sí, pero yo no tenía ni idea cómo se monta una empresa, no tenía ni idea de las nóminas, no tenía ni idea de qué hay que hacer para contratar. O sea, no tenía ni idea de nada. De hecho, mi socia, bueno, digo, no me matará, pero ella estaba casada en gananciales.
DB: ¿Qué significa eso?
EG: Pues que en España significa que todo lo que es tuyo una vez que te casas es de tu marido. Firmamos la empresa y era de su marido, entonces, para tomar todas las decisiones su marido tenía que venir aquí a firmar y yo era como “perdona, ¿por qué?” Pero esos errores que hemos ido cometiendo y hemos ido aprendiendo, pero errores de principiante. Entonces, es cierto que, bueno, pues que se ha ido dando. Pero yo en el caso del libro y volviéndote un poco a esto, o sea, en el momento del libro, ¿sabes cuándo dije “este es mi momento”? O sea, en España, y volviendo a lo de que son todos, hombres, todos los hombres que han escrito un libro son un poco de anécdotas, de incluso de chismes, de aventuras en el hospital, y tal, decía “yo no hago ese tipo de contenido”, y además me molesta en parte, o sea, el que quiera hacerlo es fenomenal, pero me molesta en parte que las editoriales no confíen en la figura de la enfermería para hacer un libro teórico. O sea, es como que está súper bien el que lo haya hecho así, pero ¿por qué si yo quiero hacer este libro no me dejáis? Entonces, en 2019 no me dejaban y volvieron, me llamaban cada año.
DB: O sea, ¿tú lo habías escrito primero pero no te dejaron publicarlo o primero te buscaron? O sea, ¿cómo fue eso?
EG: Me mandaron un mail en 2019 cuando yo ya tenía… Mira, yo antes de la pandemia tenía 50.000 seguidores y el perfil era anónimo. O sea, jamás había salido ni mi voz, ni mi cara, ni mi nada, porque me daba muchísimo miedo que me criticaran. O sea, era de “¿esta pringada que está haciendo?”, que se rieran de mí, entonces era anónimo. Y ya en la pandemia, cuando hice lo de acortando la distancia, que salí en Vogue, he sido la primera enfermera en la historia en salir en una revista como Vogue, era como “no puedes seguir siendo anónima, ya tienes que salir”. Y dije “vale”. Y entonces ahí me llamaron, siendo anónima, me llamaron en 2019 y no lo hice. En la pandemia, en tres meses, pasé de 50.000 a 100.000 seguidores. Y me llamaron de Planeta, “tienes que hacer el libro”, pero no me dejaban hacer lo que yo quería.
DB: Ah, ya. O sea, sí querían hacerlo, pero no como tú querías hacerlo.
EG: O sea, si te digo la verdad, yo nunca me había planteado escribir un libro. Nunca. Pero cuando me lo dijeron, dije yo “¿y de qué lo haría?” Y empecé a pensar, empecé a pensar y ya tenía el título, tenía todo, pero no me dejaban. Y entonces Virginia, que es mi editora, que si no es por ella, el libro no estaría, me dijo que sí, que “lo puedes hacer de lo que tú quieras, vamos a hacer esto, vamos a hacer tal”, pero yo decía “no es mi momento, no es mi momento, no tengo tiempo, no tengo tiempo”. El síndrome del impostor llama a mi teléfono todos los días de mi vida, también te lo digo. Y yo digo “no, se van a reír de mí, ¿qué hago yo publicando un libro? Ya verás que tal, no, no, no, no. Y ya me convencí. Y en cinco meses y medio lo saqué.
DB: ¿Cómo haces para enfocarte? O sea, cinco meses es poco para todo lo que es esto y haciendo todo lo demás que estás haciendo, ¿cómo haces para organizar tu cabeza y decir “va, lo voy a hacer”?
EG: Por las noches, que no me molesta a nadie. Yo soy muy nocturna. Y por las noches es cuando más escribía y luego los fines de semana, pues que los fines de semana también trabajo a veces dando clase, pero cuando tenía libre escribía, sobre todo cuando no me pueden molestar los demás, porque es que me distraía. Pero sí que es verdad que no me ha costado mucho porque, fíjate, tengo tantos roles, en la universidad soy profesora, ahora yo ya llevo un año y medio que no trabajo de enfermera como tal. Pero en su momento, imagínate, cambias el rol a cuando estás con un paciente, cambias el rol cuando estás con un compañero, cambias el rol cuando estás con un empleado, cambias el rol cuando es tu socia. Yo tenía tantas personalidades que lo tengo bastante organizado eso. Entonces, no, lo del libro, te diría que lo he disfrutado, pero no sé si escribiría otro libro porque ha sido como un parto.
DB: A ver, pero regresándome al tema del momento, entonces ¿por qué dices que fue buen momento? ¿Por qué sentiste que ya fue un momento adecuado?
EG: Pues porque me había liberado, había dejado ya mi otro trabajo, estaba en la universidad, pero todavía no estaba dando clase, yo doy clase en cuatro meses del curso, entonces, estaba más liberada y, de hecho, yo entregarlo lo entregué el 30 de enero de este año. Y fíjate que hasta el 17 de mayo no va a estar publicado, no se puede comprar. O sea, que luego hay muchos tiempos, entonces, yo cuando vi que tenía tiempo, lo que te decía, cuando vi que tenía tiempo para hacer un buen trabajo, lo he hecho. O sea, hay una frase que me encanta que es que no hay segundas oportunidades para primeras buenas impresiones, entonces, yo cuando hago algo por primera vez, o sea, luego ya te puedes dar la chance de decir “ok, ya hice un buen trabajo, ahora puedo relajarme”, a veces es un castigo, pero muchas veces me esfuerza a intentar hacer todo lo mejor que puedo. Digo “no, esta es la primera vez, tiene que ser increíble, tengo que hacerlo genial”, entonces, intento eso con todo. Que, como digo, a veces es una tortura, pero está bien.
DB: Háblame de la intuición en el sentido, otra vez, de que estás involucrada en 35,000 proyectos y siempre lo has hecho… Bueno, no de la intuición, pero de qué escuchas o a qué le haces caso para decir “va, voy a involucrarme en este y en este no”, “voy a involucrarme con este socio y con este no”. ¿Cómo tomas esa decisión o cómo…?
EG: ¿Te refieres a personas o te refieres a…?
DB: Las dos cosas, proyectos y personas.
EG: A ver, personas, pregunto siempre a personas a las que admiro, no necesariamente en el mundo de los negocios. Una persona que admiro por su proyecto de vida, por su proyecto familiar, por las decisiones que ha tomado, bien por eso, en tipo de personas y luego por intuición. O sea, me fío muchísimo de mi intuición. Mira, la persona con la que monté la empresa, que a día de hoy es de mis mejores amigas, la conozco hace menos de dos años. Y nos conocimos por Instagram, porque ella es socióloga, pero tiene una enfermedad congénita degenerativa, que es fibrosis quística Y ella me escuchó a mí hablando de su enfermedad en un podcast y me escribió un mensaje y dice “no sé si voy a llegar a ti, pero has tenido tanta sensibilidad, has hablado tan especial de las enfermedades, en este caso de mi enfermedad, que quería escribirte este mensaje y conocerte”. Empezamos a hablar, empezamos a hablar, empezamos a hablar, y yo sé que va a sonar a tópicos, pero es que me gusta trabajar con buenas personas, y yo vi que ella era una buena persona, porque todo lo puedes aprender, pero no puedes aprender a ser una buena persona. Y yo me he dado cuenta también en el… O sea, trabajamos en el mundo del marketing. Nosotros, fíjate, nuestros clientes son clientes muy grandes, son Pfizer, son industria farmacéutica, son bancos.
DB: Tienen presupuestos y también exigencias.
EG: Absolutamente. Pero también hay gente mala, o sea, no de los que he nombrado, lógicamente, pero estamos viendo que hay gente mala, que hay gente que…. Es el mundo del business.
DB: Sí, en cualquier empresa puede haber alguien que no disfrute su trabajo, punto.
EG: Exacto. Y nos han ofrecido comprarnos la empresa y empezamos el 9 de septiembre. O sea, no tenemos ni un año. Nos han ofrecido invertir, nos han ofrecido un montón de cosas, pero por eso te digo, yo estoy tranquila con mi socia. O sea, además, cuando… Al principio, trabajamos juntas, yo ya me he desprendido un poco de la parte empresa y yo estoy más en la parte divulgadora, porque yo como tal soy un personaje también, y ella es, de hecho, mi representante, aparte de mi socia. Entonces, en esa parte, ella a veces me dice “tía, la he liado, he tomado esta decisión, la he cagado”. Y yo le digo “bueno, ¿sabes quién no se ha equivocado? El que no lo ha hecho”. O sea, lógicamente te vas a equivocar, me equivoco yo, te equivocas tú. Es verdad que ya nos conocemos muy bien y hay veces que me dice “oye, he dicho esto”, y me pregunta, y yo “no, borra ese audio, no se lo mandes, no lo ha leído, dile otra cosa”. Es que, fíjate, lo más, más, más, más difícil del mundo, lo más difícil para mí es trabajar con personas. Lo más difícil. No con números, no con... No, lo más difícil es trabajar con personas.
DB: Pero la enfermedad también... O sea, ahorita es con empresas, pero la enfermería también es con personas todo el tiempo.
EG: Por eso creo que se me da bien. Porque vengo de haber trabajado con personas y además con personas en su máximo momento de vulnerabilidad.
DB: Y de estrés y de angustia y de todo.
EG: Y yo lo he dicho en más de una entrevista, cuando viene un cáncer, cuando viene un accidente de tráfico, cuando viene… Da igual quién seas, da igual tu número de seguidores, da igual el dinero que tengas, da igual tu puesto de trabajo, da exactamente igual todo. Y para mí es un trabajo tan bonito porque...
DB: O sea “señora, tengo una mala noticia, pero tengo 100,000 seguidores, Y entonces déjeme le digo que…” pues no, está cabrón.
EG: Es que no sirve, de verdad, y además hay veces que... Y yo sé que es tirar piedras contra mi propio tejado porque vivo y trabajo de esto, ¿no? Pero vivimos a veces en una realidad que nos hemos montado que no es la vida real. O sea, y en la vida real hay cosas que no se pueden arreglar con un story, hay cosas que no se pueden arreglar con un post, que no se pueden arreglar con otra cosa que no sea... O sea, yo cuando a veces me dicen de “ah, eres enfermera”, lo que hablamos al principio, que está devaluada la profesión y tal, digo “ojalá no me necesites”, pero no lo digo, de verdad, como algo de te estoy atacando, no, te lo digo porque yo estoy ahí para cuando tus piernas no respondan, para cuando tus manos no respondan, para que... O sea, da igual, da igual todo. Ahí estamos solo dos seres humanos y no hay nada más, solo que yo puedo hacer algo que tú ya no puedes hacer por ti mismo. Y eso es algo, para empezar, impagable, incalculable y, por supuesto, para mí maravilloso. O sea, para mí es mi trabajo, ¿no? Y es algo que echo mucho de menos de no ser enfermera. Yo también digo, para mí enfermera es mi salvavidas. O sea, yo tengo mi carrera, tengo mi especialidad, tengo mi formación...
DB: Si todo sale mal...
EG: Si todo sale mal, oye, voy a ir a un trabajo que me alucina. O sea, hoy en día no trabajo de eso, te soy realista, lógicamente porque gano muchísimo menos, porque me tratan muchísimo peor en cuanto a horarios, planillas, yo no quiero trabajar el día de mi cumpleaños, llámalo como quieras, pero no quiero estar en Navidades y que. Si puedo elegir, ¿eh? Lógicamente, lo he hecho y lo volveré a hacer, seguro, pero, fíjate, y ya no solo trabajar días puntuales, que también es maravilloso estar acompañando a los enfermos en esas fechas, pero sí que no controle mi vida. O sea, que no haya otra persona que me diga... O sea, fíjate, en el hospital, muchas veces sabes tu calendario, por así decirlo, mes a mes. O sea, yo sé lo que voy a hacer en mayo.
DB: No puedes hacer un compromiso futuro porque no sabes qué va a pasar.
EG: Pero de futuro te hablo que en junio no sé lo que voy a hacer. Y yo también, por todo lo que estoy haciendo ahora, o sea, yo no sabría si podría haber venido a esta entrevista si estuviera trabajando de enfermera. O ya tendría que estar buscando si una compañera me cambia el día, me cambia el turno, hacerle algún favor a ella. Entonces, es verdad que... O sea, hablo muy apasionadamente de mi trabajo porque mi profesión me apasiona realmente, pero también, de hecho, creo que estoy haciendo en las redes eso, ¿no? Estoy haciendo lo que llamo educación para la salud y concienciación, prevención, docencia, estoy enseñando, entonces, es otra forma de hacer mi profesión que no es en un hospital.
DB: Ahorita quiero regresar a esto que estamos hablando, pero me da curiosidad, ¿cómo decidiste qué quieres hacer? O sea, ¿cómo decidiste que querías dedicarte a la enfermería? ¿Qué te llamaba de eso? Obvio que te llama mucho la atención la docencia y es lo que haces todo el tiempo, o sea, todo lo que haces tiene que ver con docencia, al final del día, con enseñar, pero ¿a qué edad decidiste “quiero ser enfermera” y por qué?
EG: Esto va a sonar ridículo, pero fue viendo Anatomía de Grey. Fue viendo Anatomía de Grey y yo dije “esto mola muchísimo”. O sea, me empecé a apasionar por ese mundo y luego, lógicamente, me interesó más, pero te cuento, yo suspendía siempre todo. O sea, yo en cuarto de primaria suspendí matemáticas. De mis hermanos, que somos seis hermanos todos…
DB: ¿Tú qué número eres?
EG: Yo soy la número cuatro. Somos tres chicas y tres chicos.
DB: Ya eras de las que menos les ponen atención poco a poco, que los más grandes ya te cuidaban a ti más que los papás.
EG: No, no, pero sí que yo era de las peores estudiantes de mis hermanos, sino la peor. Y cuando empecé a querer saber lo que quería estudiar, empecé a sacar las mejores notas. Yo saqué 9.75 sobre 10 en acceso a la universidad, o sea, en bachillerato, se llama así en España y fue todo lo contrario. Fue en plan empezar a esforzarme cuando vi que algo me gustaba, me gustaba, me gustaba, me gustaba, me gustaba. Entré en enfermería porque yo quería ser matrona. Matrona es… ¿Se llama igual?
DB: De los partos, ¿no?
EG: Los partos, sí. O sea, en España tienes que estudiar enfermería y luego hacer otros dos años para ser matrona. Lo intenté una vez, no lo conseguí y dije no solo que no quería intentarlo otra vez, sino que me llamaron muchísimo la atención las ambulancias, y entonces me hice la formación, el máster, en urgencias y emergencias extrahospitalarias y empecé a hacer otras cosas.
DB: Dejaste de lado lo de las matronas.
EG: Sí. Y de seis amigas que somos en la universidad, cuatro son matronas y dos no lo son.
DB: De casualidad, ¿tienes déficit de atención?
EG: No.
DB: Porque es como de “voy aquí, voy acá, voy acá, voy acá”.
EG: Pero te lo estoy contando superrápido, pero son años, ¿eh?
DB: Yo sé, yo sé, me queda claro, pero, bueno, este tema de cambiar, de “quiero explorar todo”, tiende a ser una cosa que he visto que se repite.
EG: Te diría que no, porque acabo las cosas. O sea, no dejo las cosas a medias, siempre las acabo. Y no… Sí que dejo estar. Quiero decir, no es “ah, esto no me gusta, chao”. No, no, o sea, permanezco en el sitio. Y luego digo… No, lo otro fue porque yo dediqué un año a preparar un examen y aquí en España ese año nos presentamos 17,000 personas y había 300 plazas, entonces es realmente difícil. Y cuando vi que esto tenía un componente externo, que daba igual que yo sacara muy buena nota, si había 299 que iban a hacerlo mejor que yo y yo me iba a quedar sin la plaza, decidí que ese no era mi camino. A ver, pero es que a día de hoy pienso que no me he equivocado. Y si pensara que me hubiera equivocado, me prepararía ahora mismo para ese examen y lo haría.
DB: A ver, ¿cómo fue crecer con cinco hermanos?
EG: Maravilloso. O sea, lo mejor que me han dado mis padres. Y además nos llevamos bien todavía. Mi hermano mayor tiene 35, nos llevamos cinco, yo cumplo 30 ahora. Y mi hermano pequeño le llevo 10, va a cumplir 20.
DB: O sea, hubo un brinco entre los últimos.
EG: Sí, o sea, fuimos cuatro hermanos en cinco años y luego los dos últimos en 10 años. O sea, ya mi madre se relajó. Y fíjate, mi padre es hijo único, mi papá no quería tener más de uno. Hola, papá, te mando un saludo porque aquí estamos los seis. Y no, es maravilloso. De hecho, fíjate, yo hoy en día veo más a mis hermanos que a mis amigos. Hemos visto Eurovisión en mi casa, quedamos para hacer planes.
DB: ¿Qué crees que hizo que se vieran tantos? O sea, ¿qué crees que hizo que fuera en ese tipo de familia en la que… Ya ves que muchas veces en las familias los hermanos están cada quien por su lado. Además, cuando son tantos, a veces son más las probabilidades de que cada quien se vaya por su cuenta. En tu caso, ¿qué los une?
EG: Creo que mis padres. O sea, creo que han hecho un buen trabajo. Y fíjate, además que creo que esto no lo he contado nunca públicamente, pero mi madre es creyente de una manera, mi padre es ateo de otra manera, y es como que también en mi casa cada uno somos de una manera. O sea, somos seis y puedes encontrartelo todo. Arriba, abajo, izquierda, derecha, creyente, no creyente. Y luego nos llevamos muy bien. De hecho, mi hermano mayor trabaja conmigo en la empresa. Le contraté hace poquito, y no sé, no te sabía decir qué es, pero siempre nos hemos llevado muy bien. Cuando hemos tenido un conflicto, mi madre ha dicho “no, lo solucionáis vosotros”. Nos hemos ido mucho de vacaciones juntos. Ha sido muy bonito. Y para mí, es lo mejor que tengo. Y ahora, mira, sí que me considero una persona ocupada, pero ahora me apetece más ver a mi familia que ver a mis amigos. Te lo digo de verdad, que no es por quedar bien. O sea, es que tengo poco tiempo y elijo pasarlo con ellos y nos lo pasamos fenomenal. Y además yo soy muy familiar, entonces, siempre es “oye, ¿quién se viene a casa? Yo hago la cena, pero veniros”.
DB: Tú prefieres llegar y ver una película con tu familia y estar ahí a tener que salir o con más gente.
EG: Bueno, yo no bebo alcohol desde hace… Pero te diré, ni siquiera por un tema de salud, que quedaría muy bien, no me gusta el alcohol. Me siento mal, me encuentro mal, vomito siempre.
DB: ¿Aunque tomes poquito?
EG: No bebo nada.
DB: Pero aunque tomes poco, ¿vomitas?
EG: Es que no me gusta. O sea, de verdad, si me dices “no puedes volver a comer hamburguesas en tu vida”, lo pasaría muy mal, pero con el alcohol no es un esfuerzo. No me gusta. Y me gusta, desde que estoy con mi pareja, nos levantamos pronto todos los días, me encanta aprovechar el día, hacer más cosas por el día. No soy de salir de fiesta. No sé, me gusta más estar con los amigos en casa que otra cosa, que salir de fiesta, me muero. Para mí sería un castigo ir ahora a una discoteca.
DB: Me pasa parecido.
EG: No, no, sería horrible.
DB: Pero Esther, una duda sobre tus papás. ¿Cómo fue la educación de ellos hacia ustedes? Pensando también en el tema… Me llama la atención el tema de la religión. Es difícil, si tú eres creyente en algo, educar a tus hijos sin tener cierto tipo de influencia de ese mismo tema, de “oye pero hazlo porque Dios dice”, por decir un caso. En tu caso, que uno cree en una cosa y otro cree en otra cosa, ¿cómo sientes que lo fueron administrando y que lo han administrado bien?
EG: Claro. A ver, tal vez habría que traerlos para que se respondieran. La respuesta corta te diría que es porque mi padre, sin creer él en ello, él veía que para mi madre era, primero, algo importante y lo veía como algo bueno. O sea, es decir, no era de “venga, vamos a llevar a nuestros hijos a que consuman drogas a no sé dónde”. O sea, era algo bueno dentro de “ok, yo no creo en eso, pero si a ti te gusta hacerlo, pues está bien”, entonces, nosotros sí fuimos a un colegio católico. Y, a ver, te diría que es verdad que fue un poco obligación hasta cierta edad. También es que ha sido muy diferente. Además, esto me lo decía mi madre, me dice “es que no sabes lo difícil que es ser madre, porque además lo que ha funcionado con el mayor, con el segundo no funciona, lo que funciona con el tercero, con el otro fue una catástrofe, entonces, nunca sabes lo que funciona”. Ha sido diferente. No han sido ni siquiera iguales de “hasta los 18 todos vais a hacer esto”. No, ni siquiera ha sido así. Entonces, sí que ha sido un poco imposición en la etapa más infantil o en la etapa más joven nuestra, pero luego no es una imposición. O sea, lógicamente cada quién hace lo que quiere y sin más. Pero supongo que fue mucho más complejo para mis padres como matrimonio esa parte, pero para nosotros fue eso. Yo lo que sentí es que mi padre veía que era algo bueno y dijo “bueno, mientras yo no vea nada aquí raro que no me guste, pues entiendo me parece bien”.
DB: ¿Tú eres creyente?
EG: Yo sí.
DB: De tus hermanos tú eres de las que sí y dices que hay de los que no.
EG: Exacto.
DB: ¿Por qué sientes que tú agarraste esa parte?
EG: No sé si fue por mis padres, porque tal vez no. Quiero decir, en la etapa en la que a ti te obligan es como que encima lo odias “no quiero, no quiero, no quiero”. Para mí en cierto momento ha sido por experiencias que he tenido en mi vida y muchas veces con pacientes.
DB: Por ahí te iba a preguntar, porque si me decías que no, igual te iba a preguntar de estás pegada todo el tiempo a cosas que tienen que ver con la muerte y muchos pacientes se tienen que agarrar de algo, ¿no? Y la religión es un tema que está muy presente en los momentos más tensos de las personas.
EG: Totalmente. De hecho, yo no soy practicante, pero es que no sé cómo decirte, pues vivo mi vida con cierta espiritualidad. Y a mí sí que me ha pasado de cosas que, fíjate, ya no solo que estemos cercanos a la muerte, que lo estamos, con temas como la eutanasia, el aborto… Yo también he aprendido que yo, y aquí yo me he deconstruido y te hablo, yo tengo 29 años, o sea, no es que sea una señora de 50 años, yo he aprendido incluso con 21 años, que yo acabé la universidad y yo a lo mejor juzgaba, por ponerte un ejemplo, que es verdad, yo decía “oye, qué malas madres las que no quieren dar el pecho porque esto es lo mejor para sus bebés, ¿por qué hacen esto? ¿Por qué no lo hacen? ¿Por qué?” Esto lo pensaba con 20 años, y cuando tú ya conoces a las mamás, ves ese momento, entiendes el contexto, entiendes su decisión. También nuestra profesión para mí es acompañar muchas veces. O sea, yo no estoy ahí para decirte “oye, esto que has decidido está mal”. No, yo estoy ahí para informarte, para darte toda la información de la mejor manera que sé para que tú la entiendas de la mejor manera posible, que tú tomes tu decisión y yo acompañarte en esa decisión.
DB: Sí, ya decidiste esto, te ayudo a que sobre eso lo hagas lo mejor posible.
EG: Exacto. Y hay veces, y hay compañeras, enfermeras, enfermeros, médicos y técnicos de cuidados que se pueden involucrar un poco más, pueden intentar hacerte reflexionar. Eso creo que es un tema muy complejo. Yo no me voy a meter ahí, pero sí que te diría que yo lo que he intentado es simplemente aprender primero a comprender al que no piensa como yo y a saber acompañarle. Lógicamente, y sin meternos en estos temas, pero el que decide abortar o la persona que decide la eutanasia no es algo fácil, no es algo.
DB: Sí, no es una decisión que digas “ah, qué padre”.
EG: Es una decisión que tiene consecuencias, es una decisión que tiene implicaciones emocionales, es una decisión que va a marcar su vida. Lógicamente, la eutanasia sabemos lo que significa. Entonces, ojo, yo tengo mi opinión, yo tengo mis valores, yo puedo pensar que estoy a favor o en contra de ciertas cosas, pero de hecho lo hago mucho en redes sociales. Yo no estoy ahí para decir “pues que sepáis que yo pienso esto”, porque yo sé que yo tengo cierto impacto y que mi opinión puede estar ahí. No, yo lo que hago es informar. Por ejemplo, en España salió hace creo que fue dos años, dos años y medio la nueva ley de la eutanasia y yo expliqué en qué consistía a nivel legal. Es decir, oye, a partir de ahora estos son los pasos que tienes que seguir, estos son los trámites que hay que hacer, estos son los tribunales que tienes que pasar en estos tiempos y esto es lo que significa. Y luego sí que es verdad que hice, que me pareció interesante, publiqué dos testimonios de una persona que estaba a favor y una persona que estaba en contra. En un tono tranquilo, o sea, me refiero, cada uno expuso su testimonio y creo que es enriquecedor. O sea, de hecho a mí, yo lo digo siempre, me encanta relacionarme con gente, o sea, qué aburrido estar con gente que piensa como tú y que te van a decir todo “ah, sí, sí, Esther, yo pienso igual”, “ay, qué bien”. No, o sea, me encanta, te lo digo de verdad, me encanta aprender, me encanta decir, es que me siento más inteligente y además también te digo, cuanto más sé, más tonta me siento, porque eso es así.
DB: Es como el efecto Dunning-Kruger, ¿no?
EG: Exacto, que el que menos sabe, más se piensa que es y luego los que intentamos por lo menos leer y aprender, yo digo “madre mía, qué cateta, cuánto me queda por aprender”.
DB: Sí, te das cuenta de todo lo que no sabes.
EG: Entonces, yo sí que intento rodearme de eso, de personas que piensan diferente a mí porque de verdad pienso que me hacen crecer como persona y porque yo estaba ensimismada en “no, yo pienso que es así” y no, y hay tantas realidades como personas somos, o sea, que es que no puedes decir que mi verdad es tu verdad.
DB: Claro, pero a ver, me estabas explicando el tema de la religión y de la relación que tenía con tus pacientes y nos empezamos a ir hacia otro lado, pero dices que “me han pasado cosas o he visto cosas”, pero me olvidas atar, creo, al tema de la religión, no sé si sí ibas por ahí al principio.
EG: No, o sea, que digo que he vivido cosas, no he tenido una aparición ni he tenido nada de eso, pero yo he visto cosas con mis pacientes o en mi vida que digo “a esto yo no encuentro una explicación” y a mí me hace pensar que pueda haber algo.
DB: ¿Tienes algún ejemplo, algo que te haya pasado algo que puedas compartir?
EG: No, que pueda compartir no.
DB: No te preocupes, entiendo. A ver, entonces me voy a brincar a otro tema completo. ¿Por qué decides empezar tu empresa? Se me hace una genialidad
EG: Creo que es interesante, no porque sea mía, y solo el perfil, o sea, yo decidí montar el perfil porque yo trabajaba para otro y dije por suerte siete años después no me han dado la patada, pero decía “oye, como me den la patada, yo no tengo nada porque tengo que entregar todas las redes a la empresa”. Entonces decidí montarme mi propio proyecto que es Mi enfermera favorita y empecé a crecer, a crecer, a crecer y después de la pandemia yo tenía representante y mi representante hacía muy bien su trabajo, pero ella era de una agencia de moda, nada que ver, pero me la habían presentado, ella sabía negociar, ella de hecho dentro de la empresa de moda ella se dedicaba a la otra parte, ella era la marca y ella lo que hacía era que contrataba influencers para “oye te dejo estas ropas y entonces tú me haces esto, te pago tal”, entonces me venía muy bien porque ella sabía muy bien estar al otro lado y sabía desde mi lado cómo apretar, cómo pedir, cómo negociar, cómo hacerlo todo. Llegó un momento que se me hizo corto porque al final también te digo, ahora hago cosas, pero tampoco hago ni una décima parte de lo que me llega porque yo no me identifico como Esther, yo me identifico como un profesional sanitario y yo tengo una cosa que es un código deontológico, yo no puedo estar todos los días “todo vale”, yo si hay algo en lo que no conozco, no creo o no defiendo, no lo voy a hacer, pero ya no solo te hablo de algo económico, sino de venir a este podcast. Yo miro mucho, antes ya he mirado tus podcast. Yo lo miro todo, o sea, yo estoy en la universidad, que me miran con lupa, soy colaboradora del parlamento europeo, voy a Estrasburgo, Brussels, o sea, yo no puedo estar haciendo cualquier cosa. A mí la huella digital me da un miedo que me muero, entonces, dicho esto, sí que intento hacerlo, pero se me quedaba corto, se me quedaba corto y en España, no sé si en el mundo, no lo puedo decir, pero en España no existe una empresa que fuese solo de sanitarios, y además era también una forma de profesionalizarlo, porque siempre se hace como que los médicos, las enfermeras, tal, es como todo muy recio, muy de “no, no puedes estar en redes”. ¿Por qué no puedes estar en redes? O sea, ¿tú qué quieres hacer? ¿Tú quieres ayudar a los pacientes? Pues metido en una consulta donde no van a ir, no vas a ayudarles, porque siendo realistas, se sabe que la prevención es lo más rentable a nivel económico para cualquier país. De hecho, por darte un dato, el tabaco aquí en España, que la gente dice “no, los impuestos”. El tabaco produce más de 10.000 millones de euros al año de gasto sanitario, no interesa, no interesa que la gente fume, independientemente de los impuestos que recaudan. Entonces, tú piensa todos los cánceres, todas las enfermedades pulmonarías, las enfermedades respiratorias y son pacientes crónicos.
DB: Exacto, va sonar bien frío, pero no es “se murió y se acabó el problema”. Estás dándole seguimiento a la persona.
EG: Claro, o sea que no es “oye, yo tengo que pagarle la máquina de oxígeno”. No, es pagarle su tratamiento todos los meses. Aquí en España tenemos un sistema público de salud, o sea que lo más rentable...
DB: Estoy creando mis propios enfermos para adelante…
EG: Yo no me voy a poner conspiranoica, pero a veces parece que es eso, porque...
DB: Me está llegando un problema solo.
EG: Exacto, pero yo lo digo siempre. Yo no quiero que tú seas diabético y tengas acceso a la insulina. Yo quiero que tú no seas diabético. De la diabetes, no sé si lo conoces, pero hay dos tipos, la tipo 1 y la tipo 2. La diabetes tipo 1 es genética. Se estima que entre el 5 y el 10% de la población tiene esa diabetes. Entre el 90 y el 95% tiene la que es por los hábitos.
DB: O sea, de toda la gente que tiene diabetes, el...
EG: Entre el 90 y el 95%, porque depende lógicamente de la estadística que cojas, pero según la OMS, a nivel mundial, entre el 90 y el 95% es de la tipo 2. Es decir, que se puede prevenir.
DB: Sí, se va generando resistencia a la insulina.
EG: Exacto, pero es por tus hábitos, es por el sedentarismo, por el tabaquismo, por la alimentación, por un montón de cosas que sí se pueden cambiar. Yo no me voy a enfadar contigo porque tienes diabetes tipo 1. Tampoco me voy a enfadar con el de la tipo 2, pero no puedes recriminarle nada al paciente de la tipo 1. Como eso, hay infinidad de enfermedades. Entonces, lo que yo pretendía con las redes era trabajar la prevención. O sea, no sé, en Latinoamérica la cultura con el tema de la sexualidad, por ejemplo, pero la gente aquí en España cuesta mucho que vaya a una consulta. No van a ir a una consulta con 16 años a preguntarte “oye, ¿el virus del papiloma humano cómo se previene?” No te lo van a preguntar. Y si no van al colegio a dar esa charla, no la tienen, entonces, en redes sociales ellos consumen de forma gratuita ese contenido, se enteran.
DB: Aparte, no les da pena, ¿no? O vergüenzas, como “nadie me va a ver” y voy a ver aquí porque me da pena.
EG: Mi hermano pequeño de 20 años sigue a estos perfiles y digo yo “¿a ti te interesan?” Y me dice “súper interesante lo que cuentan”. Y es verdad que son perfiles que lo hacen más con tema bailes, que yo no me identifico con el tema bailes, pero porque paso muchísima vergüenza, yo no estoy cómoda haciendo eso, pero es verdad que funcionan. Y luego, mira, yo estuve dos años en un programa de aquí de la Radio Nacional Española, en la cadena pública, que tenía más visualizaciones mi canal de Instagram que el canal de radio, que son maravillosos y Julia te amo, pero es verdad que te das cuenta que es un nuevo medio de comunicación. O sea, tú seguro que tienes más reproducciones que muchos canales de televisión, es un hecho ya a día de hoy. Entonces, simplemente yo no anulo el resto, pero es una nueva forma de hacer salud.
DB: Si no se puede ignorar, no puedes darla por hecho y dejarlo pasar.
EG: Y además es que es una forma de hacer prevención para la población tremendamente barata y con un impacto impresionante. Yo hubo un día que publiqué un post que he metido muchas infografías que yo hago, porque las hago yo todas, yo hago todo.
DB: ¿En Canva todavía?
EG: Sí, en Canva, pero porque soy rapidísima y me resulta muy fácil. Las he metido en el libro, una infografía que lo llamo…
DB: ¿Lo que está aquí está hecho con Canva?
EG: No, no, esto lo ha hecho una ilustradora. Yo les he pasado las mías. De hecho, mira lo perfeccionista que soy que yo cogía como 7 úteros y le decía “mira, de este útero me gusta esto, de este, de este, de esto, hazlo”. Y sí, lo intento hacer muy visual porque es tablas, mitos, verdades, pero es lo que hago en Instagram. Fíjate, yo, a mi hermano pequeño, un día le fui a enseñar un vídeo, me parecía interesantísimo, que habla de cómo hacer la maniobra RCP y que fuera rápida y tal. El vídeo duraba dos minutos, ¿vale? Y mi hermano me dijo “dos minutazos, no voy a verlo”. ¿Cómo? Digo, te estoy enseñando cómo salvar una vida en dos minutos. Dice “si no me interesan los primeros cuatro segundos, no voy a verlo”. Entonces, es lo que hay. Quiero decir, nos podemos llevar las manos a la cabeza y decir que esta juventud que viene quiere lo inmediato y ya.
DB: Bueno, es lo que es.
EG: Es lo que es. Entonces, es adaptarse a morir. Entonces, en eso es donde yo intento buscar la forma de llegar a ellos. Y, además, muchas veces ellos me dan ideas de “oye, ¿por qué no publicas esto? Oye, he visto que hablas sobre esta enfermedad, ¿por qué no haces un post explicando la esclerosis múltiple? Se lo han diagnosticado a mi padre”. O sea, hoy en día ocho de cada diez personas buscan en internet un problema de salud antes de acudir a un profesional sanitario en persona. Yo soy muy de datos, pero porque la gente se queda con los datos. Y luego se sabe que, además, el 70% de ellos se queda más frustrado que al principio.
DB: Sientes que tienes cáncer todas las veces.
EG: Exacto. Si ves mi móvil, es no solo de los seguidores, de mi familia. “Oye, me ha llegado esto. Oye, ¿qué es esto? Oye, me ha salido esto. Me duele no sé qué”. Es consultorio a domicilio. Pero, bueno, es una batalla con la que he decidido lidiar.
DB: Pero, bueno, estábamos hablando de por qué arrancas la empresa, entonces te fuiste hacia acá.
EG: Perdón, me enrolló yo sola. Porque vi la necesidad. O sea, no había eso. Y era, también, una forma de profesionalizarlo. Sí, me fui yo sola. Porque muchas veces que los compañeros dicen “ah, ¿qué está haciendo? Está haciendo el tonto, haciendo esto aquí en redes”. Tiene un impacto brutal. De verdad que es bien utilizado, muy positivo, y para mí era la forma de enseñarlo y de mostrar que esto es algo que se puede, pues, lo que te decía, ¿no? Las cuatro ramas que hay en las sanidades, gestión, docencia, investigación y asistencia. Y para mí la divulgación es una nueva rama más. Y es la forma de hacer salud, y era para profesionalizarlo. Y fíjate, ahora, llevamos menos de un año. Tenemos más de 50 perfiles que llevamos en la agencia.
DB: Cuando dices perfiles te refieres a cuentas de…
EG: De todo. Tenemos, mira, tenemos un veterinario para el tema de One Health, de zoonosis, de transmisión de enfermedades de animales a seres humanos. Tenemos médicos, ingenieros biomédicos, biotecnólogos, nutricionistas, farmacéuticos, enfermeros, matronas, podólogos. Tenemos todo lo que te imagines. Y hemos abierto dos nuevas áreas. Esos son todo el área de personal que tiene una carrera universitaria, incluso dos máster y doctorado Y hemos abierto la de pacientes, que son pacientes, me van a copiar toda Latinoamérica. Si hay perfiles de Latinoamérica que quieren venir, que nos llame.
DB: Exacto, y también se van a enterar marcas, te va a conocer una persona que se dedica a su agencia de medios y muchas de las empresas de salud buscan justamente “oye, ¿conoces perfiles donde podamos colocar presupuesto? Queremos dar a conocer x cosas”. O sea, hay marcas que escuchan y que quieren hacer esto.
EG: Sí, porque es un hecho que la autoridad tiene poder. Quiero decir, los seguidores tienen poder, pero si tienes a un médico especialista en neurología, te va a hacer la campaña que tú quieres, aunque tenga menos seguidores porque la conversión va a ser mucho mejor. Seguro que si lo hace un influencer de lifestyle, que está bien, va a tener a lo mejor un impacto importante, pero no una conversión.
DB: Por eso digo que se me hace una genialidad que estés juntando a toda esta gente y organizando, y ponerle ciertas estructuras, ciertos sistemas, cierta forma de hacer las cosas, cierta forma de cobrar, cierta forma de trabajar. Perfecto. Dime tus otros dos perfiles. ¿Pacientes y…?
EG: Ahora hemos abierto una nueva, que es Wellness, que es todo el tipo que fomenta un estilo de vida saludable, pero no tiene una carrera universitaria que, te lo he dicho al principio, es una tontería para nosotras, pero es el tema de entrenadores personales o de rehabilitadores. Hay gente que no es como tal una carrera, pero tiene una formación y tiene una trayectoria profesional. Y también, fíjate, estamos haciendo campañas, por ejemplo, para la prevención del cáncer de mamá. Esto y yo, tenemos también una ginecóloga, tenemos una oncóloga, y hemos metido también una paciente. Y a veces suena un poco frío, porque estás hablando de negocios, estás hablando de pacientes, pero es que es una forma muy buena de llegar a las personas y de poder transmitir el mensaje que quieres.
DB: Todos ganan, ¿no? Gana quien lo ve, gana quien recibe dinero, gana la marca ¿no? Y no es lo mismo eso a que pongas un influencer que te va a decir algo que no es verdad o que no está sustentado o que va a leer un mensaje genérico con tal de no salirse del guión.
EG: Y yo creo que muchas veces algo del éxito, hemos hecho más de 300 campañas de marketing desde...
DB: En nada de tiempo.
EG: Desde el 9 de septiembre, nunca hemos estado en perdidas, no hemos necesitado inversores, no hemos necesitado nada. También te digo, yo a día de hoy no he ganado ni un euro, porque está todo invertido otra vez, pero eso ya es un logro para mí. Lo que sí que hemos hecho es que muchas veces nos pasa que nosotros enseñamos, y me explico, ¿no? O sea, imagínate un cliente que viene y llama una agencia de marketing. La agencia de marketing nos llama a nosotras. La agencia de marketing no tiene ni idea de cómo tiene... No siempre, pero no tienen ni idea de cómo tienen que hacerlo, y nosotros decimos “no, mira, quieres transmitir este mensaje, primero hay que explicar esto, que es la base, para luego poderles transmitir otro mensaje más potente, para que luego puedas...” Entonces, nosotros hacemos la propia estrategia de marketing, o sea, les hacemos todo, todo, todo, todo, todo, todo, y no solo es Instagram. Nosotros hacemos con ellos todo, hacemos ponencias por Europa, hacemos podcast, hacemos libros, hacemos marcas de merchandising, o sea, lo que se te ocurra, lo hacemos con ellos. Hemos montado un nuevo...
DB: Es un modelo de negocio distinto.
EG: Sí, y es diferente porque al final es lo que hemos estado comentando, es la autoridad. O sea, sí que es verdad que al final estas personas están diciendo esto no porque tienen muchos seguidores, que algunos sí, sino porque tienen una formación, tienen una experiencia, tienen una carrera que avala todo eso que están diciendo, y muchas veces ellos... Bueno, muchas veces no, todos tienen un código deontológico. O sea, lo vas a ver que no van a hacer nada que sea mentira, que sea un engaño, que sea un timo, no, lo van a hacer siempre lo mejor que pueden y con la mayor ética.
DB: Entonces, ¿cómo eliges con quién trabajar?
EG: Pues a ver, al principio, que estábamos creciendo, todo el mundo podía entrar porque lógicamente queríamos empezar a arrancar, y además les llevábamos a todos en exclusividad. O sea, es decir, todo lo que hacían era con nosotras.
DB: Sí, cualquier cosa que llegara, nosotros lo gestionamos.
EG: Todo, sí, todo, todo, todo. Independientemente de la vía por la que llegara, o sea, allá afuera, porque lógicamente al principio les escribían a ellos, porque ellos son los perfiles conocidos, pero ahora la empresa, que se llama Sanitalent, que no lo había dicho, que es Sanidad y Talento, lo que ya sí que nos buscan a nosotros. Entonces, ya sí que van entrando muchas directamente a la empresa. Al principio era todo el que quiera entrar puede entrar, pero luego vimos que no era una manera muy eficiente porque no todos trabajan lo mismo, no todos dan el mismo trabajo, no todos son iguales. Entonces, ahora sí que estamos...
DB: Además, no todos requieren todo el tiempo la misma demanda, ¿no? O sea, a lo mejor tienes una ginecóloga es más seguido que a lo mejor alguien que se dedica a los pies.
EG: Sí, pero también te diré que tanto las acciones que se cierran como el número de ellas, tanto el importe como el número, no depende de los seguidores. O sea, aquí no es tan así, en este sector. Porque, date cuenta, que es lo que te he dicho, ellos buscan calidad, buscan conversión y buscan autoridad, entonces, hay muchas veces que hay médicos o enfermeras que sí que se están animando.
DB: A ver, explícame, ¿cómo trabajan ustedes con estas marcas y cómo es el modelo de negocio en ese sentido? O sea, ¿cómo dices “ok, te voy a cotizar”? ¿De acuerdo a qué? ¿Cómo lo manejan? No me refiero a cuánto les cobras, pero me refiero a lo que tomas en consideración y cómo es diferente con... O sea, básicamente lo que me estás diciendo, pero profundicemos un poco.
EG: A ver, siendo realistas, ¿vale? Es verdad que hay veces que, aunque alguien tenga menos seguidores, lo diga yo, lo diga quien sea, a lo mejor pagan más las marcas por un médico que por una enfermera, por ejemplo. Pero a veces no, ¿eh? A veces pagan más, por ejemplo, un enfermero que sea experto, un matrón, una matrona que sea experto en ese tema, aunque tenga menos seguidores incluso, van a pagar más que un médico que no tenga esa especialidad. O sea, ahí cambia. Sí que es cierto.
DB: ¿Cómo lo justificas?
EG: Por la formación, la autoridad y la formación. Es que quiero decir, piénsalo, ¿vale? O sea, imagínate que te paga una marca por salir con esa chaqueta, ¿quién eres tú para decir que esa chaqueta mola? Eres Diego, eres una persona con un criterio que ha elegido que eso mola. Pero aquí lo que valoramos es que hay una formación y que yo no estoy diciendo “oye, este anillo mola”. No, no, yo estoy diciendo “oye, he estudiado diez años para decirte que esto es lo que tienes que hacer”. Y yo, por ejemplo, y esto lo puedo decir, espero que no me saquen esta entrevista dentro de diez años, pero yo nunca, jamás, he salido con un producto aquí. O sea, yo no hago ese tipo de contenido. Yo lo que hago es lo que llamo contenido patrocinado, y es igual que los deportistas que tienen un sponsor, yo igual. Yo lo que le digo a una marca es “oye, quiero hablar de este tema, ¿me patrocinas?” Y entonces yo digo “oye, gracias a…” Y encima tanto la marca como la audiencia de verdad que lo siente muy bien porque dicen… Imagínate una marca de cremas cualquiera y yo quiero hablar de la fotoprotección solar, de los daños que hay, la memoria de la piel, las malformaciones que se pueden suceder, las falsas creencias, cada cuánto tienes que echar crema, etcétera. Por ejemplo, ¿tú te echas crema todos los días del año?
DB: ¿Crema solar? Nunca me pongo crema solar. Lo acabo de empezar a hacer hace poco porque me invitaron como socio a una empresa que se dedica al cuidado de la piel de los hombres, pero nunca lo hacía, me da igual. Yo sí tengo un solo shampoo, lo uso en todo el cuerpo y me da igual.
EG: Es como que los hombres usáis una toalla para todo el cuerpo, un gel para todo el cuerpo y estáis mejor que nosotras. De la cabeza a los pies, como el libro.
DB: Exacto.
EG: Las mujeres usamos la del pelo, la de tal, no sé cuánto, y vosotros la misma, da igual.
DB: Sí, mi esposa dice “no hay toallas”, “¿cómo que no hay toallas? Hay tres toallas”, “sí, pero necesito la de la cabeza, la de no sé qué y la de la cara”.
EG: Así somos. Es una esclavitud, en realidad. Pero, ay, no sé qué te estaba diciendo.
DB: Te interrumpí, porque estaba diciendo lo de las marcas, pero que nunca sales con un producto.
EG: Yo intento no hacer eso, porque me parece muy agresivo por lo que digo, ¿no? Porque a mí...
DB: Ah, ya sé, me estabas dando el ejemplo “yo quiero hablar sobre la protección solar”.
EG: Entonces, normalmente busco un tema que sé que la marca quiere hablar, yo no puedo ir a una marca de ropa y decirle “oye, quiero hablar de las uñas de los pies”. Me va a decir “vale, bonita, pues búscate a otro”. Lógicamente, intento buscar algo que a ellos les guste, les propongo temas.
DB: Pero tú les propones. O sea, no nada más esperar a que te llegue una marca y te diga “oye, hay que hacer algo juntos”. Tú dices “pensamos en esto y vamos a buscar a alguien”.
EG: Te soy sincera, a mí como Esther me llegan muchas campañas, pero no me llegan a veces las que yo quiero. Es que a mí no me importa para nada llamar a la puerta y decir “hola, ¿quieres trabajar conmigo?” Creo que es maravilloso olvidarse de ese falso ego, no sé cómo decirle, de “no, no, que me llamen”. Bueno, a veces hay que llamar, no pasa nada. Pero, bueno, busco temas que a ellos les interesan o ya no solo eso, me ha pasado mucho, aquí en España hay una agencia de marketing muy potente que se llama Ogilvy, que ellos vieron cómo trabajábamos y ya casi tenemos una especie de acuerdo privado con ellos porque les intentamos hacerles la vida más fácil, les decimos “no te preocupes, dinos qué queréis hacer, nosotros proponemos”. Imagínate, esto es una marca de productos para bebés. Vale, pues te voy a poner a un enfermero especialista en pediatría, a un nutricionista y a un pediatra. Y entre todos hacemos la campaña y además “oye, no, no lances todos el mismo día, hazlo con este hoy, en 15 días con el otro y espérate un mes y hacemos un recordatorio en dos meses”. O sea, nosotros intentamos, que ya saben mucho más que nosotras, lógicamente, en ciertas cosas, pero también fíjate que al final nuestra audiencia es muy nicho, entonces no tiene sentido que publiques todo el mismo día.
DB: Pero es nicho que está buscando esa información.
EG: Sí, sí, por supuesto. Y luego hay veces que dices “ah, me lo ha contado Diego, ahora me lo ha contado ese, ya me lo ha contado este, me lo creo, porque ya son tres que me lo están diciendo”.
DB: Pero me ibas a explicar que no sales con el producto así, ¿cómo lo manejas?
EG: Yo busco contenido de valor que es interesante. Lo que te comentaba, con el fotoprotector solar hice las 10 claves de una fotoprotección adecuada. Y era pues lo típico de cada cuanto hay que realizársela, qué significa el FPS, qué condiciones tenemos que tener en cuenta, que aunque no haya sol, la radiación pasa a través de las nubes y tú debes echarte crema, qué sucede si sale una mancha, pues era un poco eso. Y yo lo que hice fue hacer la publicación y lo que dije fue “muchísimas gracias a tal marca por haber confiado en mí para crear este contenido para vosotros”. Entonces, es como un poco, estoy revelando todos mis secretos aquí, pero es un poco hacerlo humano, muchas veces es como “me pagan, toma, saco esto, chao”. No, es implicarse. Yo sí que intento trabajar con marcas que quieren trabajar a largo plazo, pero no por una cuestión económica, sino por una cuestión de credibilidad. Yo no puedo estar cada mes sacando una cosa diferente.
DB: Sí “¿Se acuerdan de la crema que les dije que era la mejor? Ahora esta es la mejor” y así cada mes.
EG: Exacto, exacto. Intento huir de eso y luego, sobre todo, es que yo no estoy hablando de clientes, la gente que me hace caso la hace como paciente, entonces también tenemos una responsabilidad, no vale todo, aquí no vale todo, desde luego.
DB: ¿Así es como seleccionan a quiénes pueden entrar o no? Pensando en “a ver, ¿cuáles son las credenciales de esta persona para que esté trabajando con nosotros?”
EG: Sí, no, vemos mucho cómo trabajan esas personas y luego, ahora lo que les hacemos es ofrecerles entrar en la página web, porque como ya te decía, ya nos buscan a nosotros, hay veces que, a lo mejor, imagínate, ¿no? Me conocen a mí, entonces van a la página web buscándome a mí, pero de repente, imagínate que tú fueras farmacéutico, pues ven “oh, Diego el farmacéutico, me interesa este chico”, entonces, ya te llaman o, a veces, aunque no sean de la agencia, yo llevo muchos años en redes, piensa que en que te contaba de llevar las redes, yo antes me dedicaba a contratar a los perfiles para la empresa en la que trabajo, entonces, conozco en España y conozco a muchos de Latinoamérica también, entonces, hemos estado haciendo esas redes y yo ahora las utilizo lógicamente a mi favor. Quiero decir, yo tengo una campaña de tal y me dicen “oye, necesito a alguien de Latinoamérica”, yo llamo a alguien de Latinoamérica, “oye, necesito a un médico que sea oncólogo y que esté en Barcelona”. Lo buscas aunque no esté en la agencia.
DB: A ver, al final del día le estás ofreciendo también algo que les conviene, hasta quedas bien.
EG: Exacto, eso es otra forma de trabajar, es lo que nosotros llamamos el pool o la bolsa de trabajo, ahí tenemos también otra gente, pero también muchas veces porque ellos no quieren trabajar en la agencia, yo lo entiendo. Estas personas muchas veces ya tienen su negocio, su consulta, su lo que se.
DB: Sí, o no se quieren comprometer a algo…
EG: Exacto. Yo estoy especializada también en estética y yo trabajo en consulta privada.
DB: Esther, estás especializada en todo, haces todo.
EG: No, me faltan muchas cosas, pero eso es una parte de mi persona.
DB: Seguro eras esa estudiante de “no alcancé a estudiar” y sacabas cien.
EG: A ver, yo era la empollona que decía “me ha salido fatal”.
DB: Ajá, exacto, y te había ido bien. “Maestra, se le olvido pedir la tarea”, que ya todos se van a salir, se acabó la clase, “pero una pregunta”, ahí va Esther a preguntar.
EG: No, no, eso no, era tan pedante. Pero sí, o sea, intento... Es que me encanta.
DB: No, está bien.
EG: Pero por ejemplo, consulta de estética paso una vez a la semana, una tarde o una mañana, no me da tiempo para más.
DB: O sea, ¿atiendes a un paciente?
EG: No, me da tiempo a ver cinco por tarde o por mañana.
DB: Estás pero loquísima, perdón, pero no entiendo, de verdad. Me gustaría ver tu calendario cómo alcanza a agrupar toda la gente, todo el tiempo, y tener una vida social con tu familia y con tu pareja, ahorita te voy a preguntar más sobre eso, pero bueno, mis respetos. A ver cuándo vemos para asociar la agencia en México.
EG: Ah, por supuesto.
DB: No, pero a ver, una pregunta. Me faltó la parte de cómo le pichas al cliente “te conviene trabajar conmigo”. Cuando sí te acercas tú con ellos, ¿cómo es esa negociación? Porque no es lo mismo “oye, te necesitamos y te buscamos por esto” a cuando a lo mejor no tienen en el radar hacer una campaña en ese momento y tú estás llegando a proponer. ¿Cómo es la conversación y cómo haces que te abran la puerta?
EG: A ver, a mí ya me la abren porque me conocen. Siento que me cogen el teléfono o me atienden porque soy yo y se quedan a trabajar por cómo es mi socia. O sea, creo que hacemos muy buen tándem. Y luego porque nos vendemos muy bien. Hay veces que es que me dicen “oye, ¿sabéis hacer también no sé qué?” Y yo “sí, sí, sí”, y mi socia por debajo me escribe “¿qué dices? No tenemos ni idea”, y yo “cállate, en cuanto salgamos voy a llamar a alguien”, y lo consigues, siempre. Siempre, o sea, es así. Y creo que nos vendemos muy bien. Creo que esa es la clave, o sea, y sobre todo el decir sí a todo. Luego hay cosas que se caen, hay cosas que tienes que decir… Hay un ejemplo que no te puedo poner porque solo hay una empresa de eso ahora mismo en Europa y se va a saber cuáles, ¿no? Pero hubo una empresa que nos llamó, que está relacionada con la salud y con la estética y nos dijo “oye, quiero hacer esto”, y nosotros dijimos “no, no nos podemos meter aquí”. Y decidimos un no, pero primero le dijimos que sí, y empezamos y tal. Y cuando vimos que no, también fue difícil, o sea, es difícil…
DB: Sí, “ya me habías dicho que sí”.
EG: No tanto por el fracaso, sino porque estás diciéndole que no a alguien, estás quedando mal, pero luego ya a veces dices… Mira, es imposible agradar a todo el mundo. O sea, es imposible, o sea, da igual. A Teresa de Calcuta la van a criticar también. Quiero decir, da igual lo que hagas, te van a criticar, entonces sí que, en la medida de lo posible, sí que intentamos llegar hasta donde podemos.
DB: Ok, pero a ver, me dijiste “nos vendemos bien”. ¿Me lo puedes aterrizar un poco más? ¿Qué significa “nos vendemos bien”? Te lo pregunto porque sé que hay gente que está escuchando esto y que dice “yo también quiero conseguir clientes”, ya sea como persona que hace cosas en redes, en lo individual, o incluso un autónomo que se dedica a hacer diseño, lo que sea. O sea, en su caso, ¿ustedes llegan con qué? Ya te contestaron, sí, ya tienes una cita, ¿qué les dices y qué les llevas? ¿Les llevas una presentación? ¿Les llevas nomás la idea? O sea, ¿cómo preparas esto? ¿Llevas un precio desde el principio?
EG: A ver, solo por iniciar, antes de esto hay dos cosas, dos preguntas que le hago a todo el mundo y a también a los clientes. Primero les digo, ¿qué te gusta? Y segundo, ¿qué se te da bien? Porque a veces no es lo mismo. O sea, te pueden no gustar los números, pero se te dan muy bien, entonces, tío, te necesito un financiero. O sea, eso creo que es muy importante y la gente a veces no es consciente. O “no, es que he estudiado esto entonces tengo que hacer esto”. Yo estudié lo que estudié y no trabajo ahora mismo de eso. Entonces, dicho eso, para que la gente que nos está escuchando reflexione en qué se le da bien y qué le gusta. ¿Qué es lo que hago? O sea, yo les pregunto primero su objetivo, digo “oye, ¿qué quieres hacer?” Creo de verdad que yo tengo buenas ideas, está feo que lo diga de mí misma, creo que se me da bien porque soy muy rápida y tengo muy buenas ideas, entonces, yo le pregunto al cliente “oye, ¿qué es tu objetivo de este trimestre? ¿Qué quieres vender? Porque tú tienes esto, esto, esto y esto, pero tú, ¿qué quieres vender estos tres meses?” Entonces, por cremas, por poner el ejemplo, imagínate que me dice “no, pues yo vendí retinoles, pero este mes me apetecen los fotoprotectores”. Y yo “vale, ok, entonces, ¿qué es lo que has hecho hasta ahora?”. O sea, al final es una especie de consultoría, auditoría, entonces ellos dicen “hey, que yo pensaba que tú eres influencer”, y entonces empiezo a saber qué quieren hacer, qué están haciendo. “Oye, hasta ahora, ¿qué es lo que mejor te ha funcionado? ¿Has utilizado estos tipos de perfiles? ¿Has visto que no te van bien? ¿No te interesa irte a un perfil de un millón de seguidores? A lo mejor te interesa un nicho porque tiene más conversión”. Y a mí, de verdad lo creo, se me ocurren muchas cosas muy rápidas. Entonces, ellos que a veces, además, me ven jovencita, dicen “bueno, esta no me va a contar nada”, cuando ven eso ya empiezan a confiar. Y lo que me ha pasado muchas veces es que no confían en ti, o muchas veces te dicen “bueno, no sé muy bien cómo va a funcionar”, te bajan el presupuesto, te lo tiran por los suelos. Y yo, si sé que es una empresa grande y sé y confío en que lo voy a hacer bien, lo acepto solo para que vean.
DB: ¿Lo aceptas con el precio bajo?
EG: Sí, esto es yo como Esther. Los perfiles, de hecho, eligen cada uno lo que hace, pero si sé que va a funcionar bien, sí. De hecho, luego le digo “que sepas que yo no cobro esto, yo cobro esto, pero ahora te voy a decir que lo voy a aceptar por esto solo para demostrártelo”. Y luego, a veces, yo intento de verdad involucrarme. O sea, yo soy la primera que sé que, ahora con el algoritmo, las redes en el momento que ven que es una campaña te disminuyen el alcance. Se nota. Puede decir el señor de Instagram lo que quiera porque se nota que lo hacen, entonces, yo soy la primera que se lo dice a las marcas. Oye, olvídate, yo no voy a hacer un post y tres stories. ¿Tú quieres contar esto? Yo necesito un carrusel y hacer un directo, hacer no sé qué, lo vamos a hacer por ese mismo importe. O sea, yo busco hacer una campaña, yo huyo del cuarto de kilo y 100 gramos de eso.
DB: Sí, sí, en México está en moda hacer tres historias y un reel.
EG: Pero es estrategia, es buscar estrategia. Me acuerdo de una campaña que hice, que cerré con ellos lo que fuera y ocho stories. Yo hice 56 stories con ellos. ¿Por qué? Porque me dejaron hacerlo a mi manera y empezó a fluir. Y entonces la gente te empieza a preguntar y la gente te empieza a decir y entonces lo que era una colaboración empieza a convertirse en algo orgánico y la gente empieza a engancharse. “Ah, ha dicho esto”. Y además, piensa que al final yo hablo de salud. No me vas a ver hablar de qué bolso llevo ni de qué zapatos llevo, entonces a todo el mundo nos importa nuestra salud. A veces son momentos, a veces son personas que son mucho más involucradas con su salud, pero es algo que además yo estoy como muy concienciada. No vamos a dejar de morirnos nunca. Quiero decir, la gente puede dejar de ir a la peluquería, la gente puede dejar de ir al gimnasio, la gente puede dejar de comprar flores, pero la gente no puede dejar de morir y no va a dejar de enfermar. Y ya no sólo eso, estamos haciendo cada vez una población más longeva, pero a la vez es una población que enferma más. Y cada vez nacen menos niños, entonces estamos poniendo… Salen muchas noticias, no sé si la visteis el otro día, nace un bebé con tres ADNs diferentes que han hecho un estudio… Vamos, no ha sido un estudio, ha sido…
DB: Un experimento.
EG: Sí, pero ha salido bien porque era para evitar una enfermedad mitocondrial de uno de los progenitores y lo han conseguido. Ok, está fenomenal, no digo que no, pero no se está trabajando en la... Yo tengo mucha sensibilidad con la población anciana, no se está trabajando en ellos, además parece que crecemos y ya hay que...
DB: Te olvidaste, es que ya no está en una edad productiva, ya no me sirve nada como nación, entonces bye. Y si no los veo, no hay un problema.
EG: Pero todos llegamos. Entonces, bueno, me da mucha pena, pero bueno, it is what it is. Somos la población que nos merecemos a veces. Volviendo a que le digo a los clientes...
DB: Sí, esto que dices de que eran 10 historias o 12 historias e hiciste no sé cuántas, ¿luego con la marca qué pasa?
EG: He renovado con ellos.
DB: Y ahora sí cobras lo que cobras.
EG: Sí, no lo voy a decir.
DB: Sí, pero tú estás viendo a largo plazo, es el juego que estás haciendo.
EG: Exacto, has dicho la clave. A ver, a mí me interesa trabajar ellos a largo plazo por encima de todo, y además luego es el mundo es muy pequeño, super pequeño, entonces yo no quiero que alguien diga “no, está hizo no sé qué y luego encima salió mal”, no. O sea, yo prefiero que tú te lleves lo mejor, lo que te he dicho, no hay segundas oportunidades para primeras buenas impresiones, y eso en los negocios creo que es importantísimo y bueno, ahora sí soy empresaria, pero yo no sabía de esto, esto era mi lema en mi vida. Igual que tú para una cita te arreglas y luego a la segunda, la tercera ya te da más igual, esto es lo mismo. Tienes que proyectarlo en tu forma de trabajar y luego lo que decía, escribe un buen libro, luego ya si tienes algo más mediocre tienes al primero. Si J. K. Rowling hace ahora un mal libro, nadie le va a decir nada, entonces no, esa tampoco tiene que ser la filosofía.
DB: Pero sí pasa, es como un comediante. No es lo mismo que me pare yo en medio de un escenario sin ser comediante y diga cualquier cosa, la gente está como “¿este wey por qué está diciendo esto?” A que sea alguien ya es comediante, que ya esperas que es gracioso y tal, es exactamente lo mismo. Ya la gente hasta busca que sí sea así.
EG: Sí, pero yo creo que al final, esto no sé quién me lo dijo, pero no vas tener a ningún representante mejor que tú mismo, por eso creo que es tan importante, pero es un trabajo pararte y decir “¿qué se me da bien? Se me da bien esto”, porque es lo que tú te puedes vender de ti mismo, y luego… Este es un consejo, que no digo que yo tenga la verdad, pero cuando haya algo que te vaya a echar para atrás, antes de decir que no, tú di que sí y luego pregunta, búscate a ver si lo puedes conseguir de alguna manera y si no lo puedes conseguir ya dile “oye, lo siento, creía que sí, pero esto no ha salido”, pero no digas que no porque en un principio no lo manejes o creas que tú no lo puedes hacer o creas que no lo vas a conseguir, porque luego siempre conoces a alguien, siempre tienes contacto, siempre puedes preguntar. Y sobre todo, fíjate, yo lo que intento, que a veces me dicen “quiero que hagas esto”, y si yo estoy de acuerdo lo hago, pero si me dejan la parte creativa, yo me meto muchísimo. Me da más trabajo, pero es que al final de verdad lo que quiero, obviamente al final esto para mí es una forma de negocio, pero también quiero que lo que yo haga tenga un impacto y que funcione bien y que hago…
DB: Es una forma de trascender.
EG: Totalmente. Hago cosas muy bonitas. Ahora estamos haciendo una campaña para las mujeres con cáncer de mama metastásico. No tienen cura. Hoy por hoy mueren y son entre el 5 y el 6% de las mujeres que tienen este tipo de cáncer de mama. Sólo se puede hacer con ellas el acompañar en este momento de la vida y que tengan la mejor calidad de vida, y hay una campaña que se llama preguntas infrecuentes que son esas preguntas de “oye, ¿cómo se lo digo a mis hijos? Oye, me está afectando a mi físico, me cuesta quedarme desnuda delante de mi pareja, no quiero mantener relaciones”, “en mi trabajo me afecta”. Son todas esas cosas que no se hablan y creo que son importantes y pues que te salga una campaña de algo así es muy bonito. No es tan frívolo como enseñar… Que parece que estoy criticando las que enseñan un bolso, que es maravilloso, ojalá me pagaran a mí por enseñar un bolso, pero es como el tuyo, que tú notas que tus entrevistas tienen un impacto y que ayudan y que forman parte de la vida de esas personas, tú estás metido en la vida de muchas personas con tus entrevistas.
DB: Una duda hablando del tema de estrategia de negocio o de redes sociales. No es lo mismo si tú tuvieras un perfil en el que solamente hablas de temas de salud para la mujer e incluso solamente de la salud de la lactancia o en el parto, que más o menos es el mismo tipo de audiencia y un tipo de mensaje, a yo hablo un día de una cosa y luego de otra cosa y de otra cosa. ¿Cómo mantener, si yo hablo de cáncer de mama, a lo mejor atraer un tipo de audiencia, y que el día de mañana que hable de cáncer testicular, que es otra audiencia, y entonces…? Hablando del tema de estrategia, ¿cómo manejas eso para el tema de no bajar el alcance, el engagement?
EG: A ver, eso me parece una pregunta muy interesante porque yo cuando empecé, yo empecé hace cuatro años y yo tenía sólo la especialidad de urgencias, y yo dije “no tengo una especialidad como dermatología o matrona, ¿de qué voy a hablar? Si yo no puedo hablar de nada”. Y yo me di cuenta que, entre comillas, yo podía hablar de todo porque, como lo que tú acabas de decir, tenemos en la agencia matronas y hablan de maternidad pero es verdad que ellas a veces no hablan. Sale una noticia interesantísima de tal y dicen “yo aquí no me voy a meter porque yo no me presento como una especialista en esto”. Yo no soy especialista de todo ni mucho menos, pero al final eso, lo que me ha permitido, es abordar temas súper, súper diferentes. Además yo intento muchísimo hacer temas de actualidad y hablar de salud en general.
DB: Eso me queda claro, que tú tienes la posibilidad de hablar de todo, pero hablando como de la forma en que funciona… Es como un canal de YouTube. Si yo en el canal de DEMENTES Podcast un día pongo un podcast, pero otro día pongo un vídeo musical, es más difícil mantener un cierto tipo de audiencia y educar al algoritmo de “aquí me escucha la gente de esta edad que le interesa esos temas y qué tal”. En una misma cuenta, manejar varios temas. Si hablamos de cáncer de mamá y tantas mujeres te dijeron “me siento identificada” y al día siguiente hablas de cáncer testicular, ¿esas mujeres interactuarán o no van a interactuar? Y como tú lo ligas al lado del negocio. ¿Cómo le vas a decir al cliente “bueno, más o menos vamos a hacer esto”? ¿O tú sabes “tengo que meterle esto para que, aunque no le estoy hablando a este tipo de audiencia que tengo en la misma cuenta, respondan e interactúen”?
EG: Es que yo no tengo ese problema, pero los perfiles que tenemos que son muy específicos si se ven con eso, y a veces hay una noticia y es “yo no voy a hablar de esto porque…” O las matronas decían “¿el covid? Pues voy a hablar de las embarazadas y el covid”. Siempre buscaban el link para hacerlo. Pero a mí me pasa todo lo contrario, la gente quiere que hable de muchas cosas diferentes. Al final estás en salud, y yo entiendo lo que tú me preguntas, pero lo bueno es que somos corto placistas y a mí me interesa hoy esto, pero a mejor mañana lo otro, lo otro, lo otro, lo otro. Y en mi caso, yo no he sentido que por hablar… A mí me sigue creo que un 72% mujeres, y yo no he notado que porque un día me pongo a hablar del cáncer testicular, que lo he hablado, o de la hipertrofia venina de próstata, de repente me han dejado de seguir. No, me dicen “qué interesante” porque todo el mundo tiene un padre, todo el mundo tiene un hermano, todo el mundo tiene un tío, entonces no me ha resultado difícil. Todo lo contrario. Me ha hecho crecer. Al principio la cuenta era para estudiantes, era más técnica, hacia apuntes, hacia esquemas, hacia infografías de estudio, pero de repente una chica, me acuerdo, una abogada que me escribió me dijo “mi padre tenía diabetes y nunca he sabido exactamente que era, no sabía que había dos tipos, no sabía cómo funcionaba, no entendía eso del páncreas, no entendía…” Lo que tú has dicho, algo tan sencillo como la resistencia a la insulina, no es tan obvio que la gente lo sepa. De repente empezó a seguirme gente que no era ni siquiera del gremio, todo lo contrario, entonces yo creo que al final… Piensa que yo hago cosas muy cortitas, son contenidos que la gente los consume más fácil porque…
DB: Pero a veces es más difícil agarrar toda esa información y ponerla en cortito.
EG: Igual estás una semana leyendo papers de investigación para decir 60 segundos para que sea lo más actualizado, con la mayor evidencia científica, que no haya ningún estudio que diga lo contrario. Sí, es complejo, es verdad que es complejo, si no yo publicaría mucho más, pero no me da el tiempo.
DB: ¿Cuál ha sido, Esther, el peor consejo que te han dado?
EG: Que si lo sueñas lo vas a conseguir.
DB: ¿Es el peor consejo que te han dado? ¿Por qué lo crees?
EG: Porque creo que no es verdad. Y ahí es donde está la frustración. Que tú no consigas algo no significa que no eres bueno o que no vales para eso. Yo soy un poco hater de eso de si lo sueñas lo vas a conseguir. Bueno, hay veces que no y no pasa nada, y no eres un mal profesional, no eres una mala persona y no eres un fracasado, entonces no soy defensora de ese consejo.
DB: Perfecto. ¿Cuál ha sido uno de los mejores consejos que te han dado?
EG: Me han dado muchos. Decir sí, en general. Decir sí a las cosas, luego ya hay tiempo de decir no.
DB: ¿Qué es algo que la gente no sabe de ti y que si supiera la sorprendería?
EG: Que soy muy bromista, muy alegre y digo palabrotas. Mi socia me dice siempre “si te conocieran de verdad…” Y sobre todo porque además hoy estoy súper distendida, nunca he hablado de religión, nunca he hablado de tal, contigo, aunque no lo creas, he sido súper tal, y sí que intento… A veces me agobia tanto la exposición, que tengo un personaje creado de ser políticamente correcta, y para nada. Estoy siempre haciendo el tonto, soy súper alegre…
DB: O sea, el humor negro…
EG: Sí, me encanta el humor negro.
DB: Libro, película, documental o serie que haya marcado un antes y un después en tu vida o en tu forma de entender el mundo, no tiene que ser todos pero sí que hayan marcado.
EG: La gran belleza.
DB: ¿Por qué te impactó?
EG: ¿No sabes nada de esa película? Va de Roma y realmente es Roma es el propio protagonista de la película… Es que no te la quiero desgranar, pero hay personajes muy dispares, hablan del disfrute de la vida, del desenfreno, de qué queda después de todo eso y de un poco de qué es lo importante en la vida, entonces cosas que yo me horrorizaban, de repente dices “oye, relájate, que no es tan importante”. Y te das cuenta también de cosas muy maravillosas que hay que a veces por estar viviendo en una caja te pierdes, entonces a mí me sacó de mí de mi zona de confort y me encantó La gran belleza. Es una película lenta, a mí me parece maravillosa, pero es verdad que a la gente que… He ido descubriendo en los últimos tiempos que hay muchos tipos de cine y vas viendo que… Me voy a enrollar, pero no te das cuenta hay veces que cuando vemos una película lenta, como estamos acostumbrados a que todo sea boom, boom, boom, ya nos parece lento, y hay cine maravilloso, Alcarràs es una película española que te recomiendo, As bestas también, son películas que nos parecen probablemente lentas, son maravillosas.
DB: Sencillamente, venía en el avión para acá, primera vez que tengo tanto tiempo libre porque no tengo mis hijos en el avión y dije “a ver películas que quiero ver desde hace años” y puse algunas películas que son viejas, de hace 10 años o incluso hace 20 años, pero de entrada todas pasan de dos horas, que ahora todas quieren contarte todo muy rápido y ahí las van dejando. Sí dices que hay momentos que ni al caso, que pueden evitarse, pero igual es una película pues como de bandidos y lo que tú quieras, no sé si llamarle pero así, pero que hoy es muy diferente el mismo género y la gente no tendría paciencia a ver eso en un cine hoy sin estar en el celular.
EG: Total, y me gustan mucho las que te hacen reflexionar, Interestellar, Origen, Déjà vu, esas que te dejan ahí un poco pensando y hubo una que voy a recomendar, que es Mantícora, que también es española, que es interesantísima sobre un debate, una línea muy fina entre la pedofilia y la pederastia. Nunca llega a pasar nada en la película, pero te pone ahí en vilo. Yo salí del cine y me fui 50 minutos caminando con mi chico hablando de la película y le decía que hacía años que una película no conseguía…
DB: ¿Es reciente?
EG: Sí, lo que pasa es que aquí en España es como un cine alternativo que no ha salido en las grandes salas, también entiendo que a lo mejor porque era peculiar, pero maravilloso. Se llama Mantícora y es espectacular, te pone en un debate interno importante.
DB: La voy a buscar a ver si puedo verla. A ver, Esther, te voy a hacer dos preguntas más: ¿cuál es la lección más memorable que te han dejado tus padres?
EG: Para mí la familia. La importancia y el valor de la familia. Para mí es importantísima la familia, entonces te diría que eso, que el respeto a mis hermanos, el pase lo que pase intentar querernos, seguir unidos y sí, la importancia de la familia.
DB: Perfecto. Dije que dos preguntas, pero hay una más que quiero hacerte antes de la última: ¿cómo te organizas? ¿Cómo organizas tu día normalmente? ¿Qué herramientas usas o cómo priorizas para tu semana o para tu mes?
EG: Lo que te voy a decir rompe todo lo que hemos hablado en la conversación, pero soy un poco procrastinadora, eso es verdad. Apuro hasta el último momento, pero siempre en tiempos. Nunca llegó mal a los sitios, siempre cumplo, pero sí que lo que hago es priorizar lo más importante, priorizar lo que tiene más consecuencias si no lo entrego y luego muchas veces no me importa irme a dormir tarde, pero entrego lo que he hecho. Quiero decir, siempre, siempre, siempre cumplo. ¿Organizarme? No me voy más tarde de la una a dormir, nunca, siempre estoy antes, pero bueno como tarde, tarde, cuando hay Master Chef sí que es verdad que me quedo a verlo, y luego madrugo. Yo soy de que si empiezo a trabajar las nueve, me puedo levantar las nueve menos cuarto, me lavo la cara, hago un café, estoy sentada y me puedo conectar a una reunión y estoy tan genial. Yo me despierto, así yo soy de las que tiene una alarma y salgo con un resorte de la cama. No duermo siesta, que eso me gustaría hacerlo, pero no es posible a día de hoy. Y me organizó… No sé, te diría que es que me organizó muy bien, sí que utilizo Google Calendar, llevo toda mi agenda, me la lleva de hecho mi socia, utilizamos Notion para la parte de la creación, sobre todo de contenido. Fíjate, una cosa que hago es que yo tengo un calendario de todos los días internacionales de todo lo que tiene que ver con la salud, enfermedades o días de lucha contra alguna enfermedad. Hay veces que no me da tiempo a nada, pero yo lo tengo ahí en mente porque eso siempre sabes que funciona muy bien. Y tampoco tengo una fórmula mágica.
DB: Perfecto, a mucha gente le puede dar paz también el decir “ok, está organizada pero no…” y dicen “sí se puede”. Última pregunta: de todo lo que has vivido tanto en lo personal como en lo laboral has tenido un montón de aprendizajes. Si tuvieras que quedarte con tres aprendizajes que quisieras tener siempre presentes, ¿cuáles serían?
EG: Mira, uno: que todo pasa, que todo pasa, sobre todo lo malo. Cuando me he sentido, lo que hemos dicho, se ve siempre lo bueno pero no lo malo. Yo he tenido muy malos momentos pasando por la pandemia, fallecimientos de familiares, malas experiencias… Todo pasa. Las cosas malas no van a durar para siempre, y de hecho las cosas se olvidan y no pasa nada. Puedes equivocarte una vez y la gente se va a olvidar mañana. Todo pasa. También que no seas tu peor hater. Hay veces que me escucho en mi cabeza y digo “madre mía, como me estoy hablando a mí misma”. A veces se meten conmigo y digo “pero qué ridículo, si yo tengo mejores insultos para mí misma”. Que no seamos tan duros con nosotros mismos y que no nos comparemos, positivos o negativos pero que no nos comparemos todo el rato con el de al lado porque no tienes ni idea de en lo que está el de al lado, no tienes ni idea de lo que ha tenido él que tú no has tenido de oportunidades, lo que has tenido tú de oportunidades que él no ha tenido, de lo que está pasando él, lo que estás pasando tú, entonces te diría esos tres.