Entender la mente, ya sea propia o ajena, rara vez suele ser una tarea fácil. Por eso, nuestro invitado de esta semana es realmente imperdible. Molo Cebrián, creador del podcast de psicología más escuchado del mundo hispano, Entiende Tu Mente, aterriza en DEMENTES para hablarnos de temas espinosos pero necesarios. ¿Debería renunciar a mi trabajo? ¿Cuándo debería cambiar mi forma de trabajar o de hacer mi contenido? ¿Cómo sé si estoy estresado? ¿Cómo lo soluciono? ¿Qué tengo que hacer para que dejen de pesarme las expectativas ajenas? En este episodio, Molo arroja algo de luz sobre estas dudas y sobre unas cuantas más.
Te dejamos algunos enlaces para complementar el episodio:
Entiende Tu Mente, podcast de Molo
Estas obras marcaron la vida de Molo:
¿Quién se ha llevado mi queso? Libro de Spencer Johnson
El club de los poetas muertos, película protagonizada por Robin Williams
This Is Us, serie creada por Dan Fogelman
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Diego Barrazas: Bienvenido a DEMENTES, Molo. Pues de entrada felicidades por todo lo que están haciendo. Felicidades por el éxito que es Entiende Tu Mente y los formatos que han ido sacando, porque no es fácil en podcast crecer, o sea, no es fácil en un formato en el que la gente no puede descubrir tan fácilmente un nuevo programa, porque no es como YouTube, que aparecen cosas o demás. La cantidad de gente que lo ha ido conociendo por el boca en boca, por el sentirse parte de una comunidad, lo han hecho muy, muy, muy bien. Y te lo digo de podcaster a podcaster, mi respeto, mi admiración, lo han hecho muy chingón. Hoy no quiero hablar tanto de eso, hoy quiero irme hacia atrás y quiero empezar por el 2014. ¿Qué pasó? ¿Por qué hubo un punto de quiebre ahí? O sea, ¿cómo te sentiste? ¿Qué tuviste que hacer y que aprendiste en esa etapa de tu vida? Que todo iba bien, aparentemente.
Molo Cebrián: Bueno, primero, encantado de estar aquí. Venía muy emocionado.
DB: Ya no, venía pero ya no.
MC: Sigo emocionado por el tema de que a mí lo que más me gusta el podcast, y ahora vamos a ese punto, es el tema de romper cualquier tipo de barrera, cualquier tipo de frontera, cualquier tipo de barrera incluso que a veces da el acento. Y me encanta que nos juntemos mexicanos, colombianos, argentinos, españoles, haciendo contenidos para toda la gente que comparte nuestro idioma. Es una maravilla y es un honor estar en tu podcast. ¿Qué pasó en 2014? Pues un cúmulo de cosas, tampoco hubo una. Yo era locutor en ese momento de radio musical. Era mi sueño desde adolescente. Con 14, 13 años ya quería ser locutor de esa emisora musical donde estaba entonces. Pero no estaba cómodo. Había empezado, además, ese año a ir a terapia por primera vez porque estaba muy incómodo y decidí dejarlo todo.
DB: ¿Al vacío?
MC: Lanzarme al vacío. Fíjate que justo antes de venir a esta entrevista estaba hablando con un compañero mío de esa emisora, porque dejé grandes amigos, y me recordaba esa valentía o inconsciencia, tal vez, de dejar esa seguridad que tenía, de haber conseguido un trabajo por el que había soñado desde pequeño, pero que el cuerpo te decía “sal de aquí, sal de aquí, vete fuera”. Y me fui fuera.
DB: ¿Avisaste? ¿Tienes un plan? ¿Por qué no decir “bueno, me tomo unas vacaciones”? ¿Por qué así decir ”bye”?
MC: Bueno, realmente es que estaba muy fastidiado. Yo llevaba ya muchos años donde tenía promesas incumplidas. Llegaban los años Y “oye, mira, este año te vamos a cuidar más”. Y a nivel profesional estaba mejorando cada año, pero a nivel de calidad de vida, cada año mi vida iba peor. Cada año tenía horarios más complicados, cada año tenía un sueldo más bajo, haciendo contenidos a nivel nacional, que era el objetivo que tiene cualquier comunicador en ese momento y en radio. Entonces, claro, yo ya me sentía como bastante frustrado, me sentía como engañado también. Entonces, pues realmente fue una necesidad. A mí a veces me dicen “jo, qué valiente el haberte ido". Realmente creo que a lo mejor lo valiente hubiera sido haberme quedado, porque estaba muy mal realmente en ese momento. Y nada, pues me fui con pena, porque no me gustaba dejar la radio. Pero bueno, al final la historia no salió del todo mal.
DB: ¿Sentiste como que estabas traicionando tus principios? O sea, como “esto ya fue mi sueño y estoy por abandonarlo”. ¿Llegaste a tener esa conversación contigo mismo?
MC: Pues sí, de hecho, mira, pensaba que una posibilidad era que nunca más volviera a trabajar en medios de comunicación o que nunca más volviera a probar eso, ¿no?, de hablar por un micrófono y que te escuchara mucha gente. Sí, sí estaba ahí. Tenía ilusión de que a lo mejor en el futuro pues pudiera encontrar una nueva vía para volver a trabajar en medios de comunicación. Pero no las tenía todas conmigo. Sí, fue un salto un poco al vacío, pero es que de verdad, o sea, tenía claro que no podía entrar de nuevo por esa puerta. O sea, me generaba mucho estrés.
DB: ¿Cómo entraste a la radio?
MC: Bueno, como yo creo que le ha pasado a mucha gente, de pequeño tenía mucha pasión, seguía a los locutores que me apasionaban, les iba a ver, les preguntaba cómo hacer para trabajar.
DB: ¿Cómo te acercabas a ellos?
MC: Pues aunque soy muy tímido y era muy tímido, por ejemplo, en esos momentos les buscaba si hacían alguna charla, cuando dejaban ir a ver un programa en directo, yo me apuntaba. O sea, para que te des una idea, yo cumplí los 18 años en un programa de radio, de público.
DB: O sea, ese era tu festejo, para ti era tu regalo a ti mismo.
MC: Claro, me fui a ver un programa y dije “sí, es mi cumpleaños”, y ahí cumplí los 18 años. Me gustaba mucho, iba y preguntaba. Entonces, en un momento determinado llamé por teléfono a una radio de un pueblo donde yo pasaba los veranos, una radio que no escuchaba nadie. Y les dije “oye, ¿qué hay que hacer para hacer allí un programa o algo?” Y me dijeron “¿tú sabes hacer algo de radio?” Y dije “pues no, pero la escucho mucho, me gusta”. Y me dijeron “pues tráenos un plan de qué harías”. Y fui allí con un plan.
DB: ¿A tus 18?
MC: Sí, sí, sí, muy lamentable. Y entonces me dijeron “bueno, te dejamos una hora los martes y los jueves”. Fui allí, les gustó más o menos lo que hacía, tenían el tiempo libre, o sea, no había nadie.
DB: Realmente, nada más querían… Vas, échale ganas y te meten.
MC: Eso es, y ya con el tiempo, pues todo ese verano acabamos haciendo un programa de dos horas cada día mis colegas y yo. Y fue la experiencia más divertida que he vivido en mi vida con diferencia. O sea, luego he hecho mucha radio, a nivel profesional me he dedicado a ello, pero como ese primer año con tus colegas, nada, nada parecido.
DB: Una vez que estabas en esa estación de radio, tus jefes de ahí, ¿escuchaban lo que estabas haciendo o les daban así rienda suelta? ¿Se metieron alguna vez problemas o cómo era la relación con ellos?
MC: Eran gente muy joven, teníamos muy buena relación con ellos y no, estaban encantados, o sea, veían las ganas que teníamos, veían que de repente pues la gente sí que lo escuchaba, pero fíjate, yo ahí tuve la primera sensación que tuve en mi vida de que alguien escuchaba y fue pues un día salimos de esa radio y fuimos al pueblo de al lado. Y fuimos, no sé, a comprar un helado y entonces, según estábamos entrando en el kiosco, una persona le dijo a otra “esos son los del programa de radio”. Y claro, para nosotros fue como decir “wow, o sea, alguien lo escucha”.
DB: Porque aparte es radio, no es como en televisión que todo el mundo me ve todo el tiempo, es raro.
MC: Fue súper bonito y luego otro día también pasó que un compañero, un amigo mío, pues le habían hecho, cortándose el pelo, un pequeño corte, mínimo, en la oreja, ¿no? Pero lo contamos muy exageradamente, ¿no? Le falta media oreja como van Gogh, no sé qué. Y entonces, cuando llegamos a ese pueblo de al lado, que era donde vivíamos, la gente empezó a preguntarle por la oreja. Y ahí dijimos “oye, que sí, lo están escuchando”.
DB: Y digo, a lo mejor es una tontería, pero mucha gente no te va a decir al principio “te escucho” ¿no? Por lo que quieras, “te conozco” o “no quiero que se te suba” o tal, pero fue una especie esa de trampa sin querer de decir “pasó esto” y si la gente pregunta te das cuenta que sí te escucharon, ¿no? Es como... “¿Quién se comió el dulce ahí?” “Yo no me lo comí y...” ¿sabes? Pero ¿y ahí qué pensabas que iba a pasar? O sea, ¿hasta dónde llegaba tu visión? Porque sé que hoy no haces planes así de pues no quiero ver más allá seis meses en el trabajo o demás, pero...
MC: Tenía sueños, como todo el mundo, pero desde luego pensaba que era imposible lo que luego conseguí. O sea, yo no pensaba que fuera a poder dedicarme a la radio, trabajando a nivel nacional en España. Yo tenía el sueño de llegar a ser un locutor local de la provincia donde yo estaba, la ciudad de Valladolid, que era mi ciudad de origen, aunque yo entonces ya estaba viviendo entre Madrid y Valladolid, en Valladolid en verano y Madrid durante el curso escolar, pero mi sueño era llegar a ser locutor de la ciudad donde yo había nacido, ¿no? Y esa era mi meta, ¿no? No había más meta que esa. Y poder poner discos y ya está, no había más, ¿no? Pero bueno, la vida me llevó por otro camino.
DB: ¿Cómo te conectaste con la gente de radio ya a nivel más grande?
MC: Pues fue muy curioso. Mira, yo empecé ya cuando... Ese año cuando volvía a Madrid...
DB: Aquí, perdón que te interrumpa, pero también decías que dos años duró el programa, ¿pero ibas y venías? Porque dices que estudiabas en Madrid y luego te ibas en verano ibas a este lugar
MC: Sí, sí, realmente fue un verano, luego es verdad que siempre cuando tenía un rato me iba, o sea, si era un festivo me iba, iba un fin de semana, me iba porque a mí me dejaban hacer radio y tenía como ganas de coger micrófono. Entonces fue un verano, el verano donde todo pasó, aunque luego en esa radio seguí colaborando de forma constante.
DB: Pero ya sin un programa constante.
MC: No, no, constante solo fue en verano, ese primer verano, y luego en Madrid empecé a trabajar, empecé a estudiar comunicación...
DB: Me apendejé yo solo, porque dijiste dos horas, o sea, el tiempo de dos horas no dos años...
MC: Sí, dos horas. Nada, pues cuando llego a... Bueno, en Madrid empecé a estudiar comunicación audiovisual y empecé a trabajar en radios pequeñas de Madrid con tan buena suerte que, bueno, pues conocí a una persona que me ayudó a hacer una demo, una maqueta muy buena para trabajar en radio musical. Por entonces lo que hacías era que llevabas un CD a las radios, los mandabas con algunas presentaciones tuyas de discos, ¿no?
DB: ¿Diciendo “ha salido el nuevo disco de no sé quién y tal”?
MC: Eso es, eso es. “Aquí tienes lo nuevo de no sé quién”, bueno, ese rollo, ¿no? Y entonces había emisoras donde me daban mucho apuro mandarlas, porque digo, eso es de mucho nivel, ¿no? Entonces yo mandaba a emisoras más o menos pequeñas, no me llamaban ninguna, pero justo una de esas demos que me ayudó a hacer un compañero, ese compañero directamente se la dio al jefe de una emisora, la más escuchada en España, que son Los 40 principales. Y no me habían cogido en las pequeñas, no me habían cogido en las emisoras de mi pueblo, de mi ciudad, pero en la grande me llaman un día por teléfono.
DB: Qué emoción y qué nervio al mismo tiempo.
MC: Y yo pensaba que era mentira.
DB: Que tu amigo se había puesto de acuerdo.
MC: Claro, a mí me llaman y me dicen, mira, soy “Mikel, subdirector de los 40 principales, me han dejado tu maqueta”. Y yo “a ver, ¿quién es?” Estaba viendo quién de mis amigos es. Y seguí el rollo y me dijo “vente a hacer una prueba”. Colgué y luego me llamó mi amigo y me dijo “¿te han llamado de Los 40?” Y dije “o sea, ¿es verdad?” Y bueno, pues ahí hice unas pruebas y empecé a trabajar en esa casa. Aguanté muy poco tiempo, era muy malo, era muy mal locutor, estaba empezando y estuve haciendo fines de semana, madrugadas, los turnos que nadie quería.
DB: Sí, entraste desde abajo, ¿no? No duraste mucho tiempo ahí, ¿por qué?
MC: Pues a ver, realmente es una casa muy exigente, yo era muy pequeño, tenía muy poca experiencia, sí que es verdad que del tiempo que estuve, estuve muy contento, me dieron responsabilidades, pero en cuanto… Bueno, hubo un locutor que era mucho mejor que yo, que tenía mucha más experiencia que yo en ese momento, quería meterle y ¿a quién van a quitar? Pues al último que ha llegado y al menos importante. Entonces, bueno, pues fue poco tiempo, pero siempre estuve muy agradecido.
DB: ¿Te pegó como esta emoción de “me escogieron” y luego “salí relativamente rápido”?
MC: Sí, yo lo pasé mal porque claro, era algo que no esperabas y de repente es un caramelo increíble, estás aprendiendo con los mejores y de repente dices “bueno, ya, se acabó”. Uff, lo pasé...
DB: Aparte a todo mundo le dices, a tus amigos, un día fiesta de felicitación, al día siguiente adiós.
MC: Lo pasé mal, pero fíjate, me dieron el mejor consejo que me podían haber dado, ¿no? Una compañera me dijo “mira, esto es una carrera de fondo, no dejes de correr, o sea, a veces estarás delante, a veces estarás detrás, pero tú continúa”. Y me quedé con eso y según salí, pues me puse a moverme y al poco tiempo ya estaba trabajando en otra emisora de radio.
DB: ¿Qué hiciste cuando sales? ¿Cuál fue tu primer siguiente esfuerzo, siguiente movimiento?
MC: Pues contacté con dos emisoras de radio y una de ellas, que justo estaba empezando en ese momento, pues me dio la oportunidad de entrar con ellos.
DB: O sea, tenías muy buen currículum para ellos que van a empezar...
MC: Eso es, eso es. Pasé de ser cola de león a cabeza de ratón, por así decirlo. Y nada, pues empecé en una emisora que se llama Kiss FM y pues fue una época preciosa, estuve cinco años haciendo trabajos tanto de locutor como también metiéndome en temas de detrás, de programación, aprendí mucho.
DB: ¿Te graduaste estando ya ahí en la universidad?
MC: No, no, no, yo tardé mucho en graduarme de la universidad, o sea, yo iba muy lento en la universidad. Cuando yo saqué el título de comunicación, me acuerdo que a la señora que daba los títulos le dije “creo que he batido el récord”. Y me dijo “no, no sea usted exagerado”. Y dije “mire a ver cuánto he tardado”. Y miró los datos y dijo “pues a lo mejor has batido el récord”. Yo iba muy despacio.
DB: ¿Por qué?
MC: Pues porque, claro, cuando tienes 18, 19, 20 años y ya estás trabajando en emisoras de radio a nivel nacional, estudiar no te apetece. Bueno, hay gente que sí, en mi caso no, ¿vale? Entonces, bueno, pues había años que me matriculaba de todas asignaturas o no me matriculaba de nada. Y, bueno, pues fui al ritmo que iba y hasta que no encontré, o sea, una motivación fuerte para terminarla y me puse en serio, no la terminé.
DB: ¿Qué fue esa motivación para hacerlo?
MC: Pues mira, justo fue más o menos por 2014, 2015, justo cuando dejo la radio, me di cuenta de que el título podía ser interesante tenerlo, por varias cosas, entre otras, para poder continuar y estudiar y formarme, acceder a otras cosas. Y entonces ahí me propuse estudiar y por primera vez en mi vida estudié, porque yo llegué hasta donde llegué estudiando muy poco. A mí nunca me gustaba estudiar.
DB: ¿Eras un estudiante “malo”?
MC: Sí, sí. O sea, me costaba mucho concentrarme. Y, sobre todo, estar en una clase para mí era muy duro. O sea, yo perdía la atención rápidamente.
DB: ¿Te pasó igual cuando estudiabas psicología?
MC: Claro, el tema es que aprendí a estudiar. Aprendí mi problema con la atención, aprendí que yo no puedo estar en una clase de una hora. Bueno, puedo estar en una clase de una hora, pero en dos seguidas. O sea, mi atención requiere mucho esfuerzo. O sea, captar mi atención durante mucho tiempo requiere mucho esfuerzo. Entonces tengo que tener mis fórmulas para...
DB: Te estás esforzando ahora. Gracias por esforzarte.
MC: Bueno, contigo estoy muy cómodo, lo digo en serio, pero en general me cuesta. Entonces, bueno, pues aprendí en los últimos años de comunicación y donde yo estudio la carrera de psicología, que voy más o menos a medio curso por año, si todo va bien, lo que hago es que estoy en una universidad a distancia. Estoy en la UNED, que es una universidad muy dura, pero también tiene como cosa buena que cada alumno se prepara más o menos a su aire. Vas a clases, si quieres presenciarles online, pero sobre todo tiene mucho de preparar por tu cuenta. Y a mí ese modelo me va.
DB: Lo que pasa es que después no... A ver, yo tengo déficit de atención, a mí si no hay alguien que me esté diciendo “ya entregaste tal?”, se me olvida. Eso de por mi cuenta me cuesta mucho. ¿No te pasaba a ti eso?
MC: Claro, a mí me pasaba, por ejemplo, yo nunca me acordaba de los deberes, confiaba demasiado en mi memoria y siempre fallaba. Es decir, yo creo que nunca me he diagnosticado, tampoco le he preguntado a mi psicóloga, pero yo creo que tengo rasgos y características de TDA, o sea, seguro, ¿no? En mi caso también me costaba mucho, pero aquí encontré mi forma. Es decir, aquí nadie te regala nada. O tienes un sistema o no aguantas ni un año. Entonces hice mi sistema, tuve suerte el primer año, porque saqué muchos cincos. En la UNED, si tienes cuatro con nueve, estás suspendido.
DB: ¿Cinco es como el mínimo para pasar?
MC: El mínimo para pasar, sí. Y cuando empecé, eso me dio mucha ilusión. Oye, estoy pudiendo sacar algunas asignaturas.
DB: O sea, perdón, pero justo es como “pasé, no con diez pero pasé”
MC: Pero fíjate, si el primer año cuando estás entrando suspendes todas, seguramente lo hubiera dejado. Entonces tuve suerte de que aprobé todas, algunas con nota muy baja, la gran mayoría, pero eso me dio sensación de control, de que puedo con ello. La verdad que tampoco soy un alumno de grandes notas, pero me gusta mucho estudiar. He llegado a sacar un nueve en una, que no he sacado un nueve... Aquí lo máximo es diez, porque sé que en otros lados hay notas mayores, aquí lo máximo es diez. Y yo soy más de cinco, cinco y medio, seis, pero a veces hay algún siete y había llegado a haber un nueve que para mí... Ni de niño, ni con seis años saqué un nueve.
DB: En mi colegio, cuando yo estaba chico, había diplomas, el Super Student Award y y tal, y había uno que se llamaba... Todos mis amigos se ganaban así el diploma y tal. Cada mes daban durante tres años de kinder o primaria, tres o cuatro años, daban cada mes tres o cuatro diplomas para motivar al salón. Nunca me gané ni uno solo, más que una sola vez me gané el del esfuerzo. Era como el de consolación, como “le echaste ganas”.
MC: Pero es el mejor.
DB: Yo creo que han de haber dicho “va a pasar a la secundaria y nunca se ganó nada, denle el del esfuerzo”.
MC: A mí me parece que el del esfuerzo es el más chulo, ¿no? Nos esforzamos y luego que salga no salga a veces no depende de nosotros. Pero nos hemos esforzado que era nuestra parte del trabajo la que teníamos que hacer.
DB: Eso es cierto. ¿Cómo fue, por ejemplo, empezar en Kiss, donde era muy diferente a Los 40, que es una cosa ya formada con muchos procesos? A lo mejor obviamente hay desorden, la gente de acá se imagina que todo está perfecto, pero internamente en todas esas empresas hay desorden y demás, pero ya hay cierto ritmo y cadencia. Entrar a Kiss y empezar y hacer las dos cosas de presentador, pero también la parte de producción y demás. ¿Cómo fue ese proceso para ti? Pues es medio emprender también, ¿no? Entonces, ¿cómo lo viviste y cómo se sentía diferente a lo demás que estabas haciendo?
MC: Pues mira, lo bueno de esa emisora es que estaba naciendo. Fue una emisora que marcó hitos porque fue la que más creció en menos tiempo en el mundo de la radio musical históricamente en España. O sea, pasó como de cien mil oyentes a millón y pico en muy poco tiempo. Entonces fue algo precioso donde me encontré con compañeros que eran increíbles, geniales. Compañeros que eran muy humildes, muy trabajadores. Lo bueno de eso, que me abrió mucho la cabeza, es que fue la primera emisora que empezó a trabajar bien todo el tema de estudios de mercado, consultoría. Antiguamente, hasta esa emisora, en España digamos que nos cuidamos más del criterio del director de la emisora, del programador y decidía los discos, cómo hacer la radio y demás. Y de repente entraban unos consultores que venían de Estados Unidos, de Los Ángeles, estudiaban la audiencia, estudiaban las canciones, hacían muchos tests, muchos focus group y te daban pautas que para mí eran desconocidas. Para mí era desconocida esa forma de trabajar. Entonces fue un aprendizaje constante y de hecho me llevé muchas cosas porque creo que todos vamos metiendo las experiencias en nuestra maleta aprendizajes que luego, cuando llega el momento de poner en marcha tu proyecto, esas herramientas las tienes para sacarlas.
DB: ¿Qué crees que te quedaste de ahí? Porque igual también, eso que dices de que crecieron muy rápido, ¿qué aprendiste o qué principios ves que se repitan o intentaste replicar en el resto de tus proyectos?
MC: Pues mira, creo que sobre todo el tema de tener un objetivo claro, pero claro digo meridiano, que puedas explicar lo que haces con una frase que sea sencilla, que no sea rebuscada. Y eso es lo que hacemos. Cuando entré en Kiss FM me acuerdo que teníamos unas pautas que íbamos haciendo cada vez más cerradas, el eslogan es muy simple, entonces era “KissFM, la mejor música”, y ya está. Y era la forma de venderlo y en ese momento todo el mundo decía lo mismo porque era la primera emisora que estaba testada y todas las canciones estaban analizadas, entonces le gustaba a todo el mundo. A lo mejor no te apasionaban, pero no había ninguna canción que no te gustara. Eso se repetía mucho, pero eran todas buenas. Sabíamos que la música que estábamos poniendo, para el público objetivo, era la mejor porque la habían seleccionado ellos y ellas. Entonces así de sencillo encuentras una frase que define realmente y de forma fidedigna tu contenido y ese fue uno de los grandes aprendizajes.
DB: ¿El BlogueroTV lo empezaste después de todo esto?
Mc: Fíjate que hay cosas que yo creo que mucha gente que me sigue no conoce, pero fíjate lo de Blogueros. Yo he sido muy emprendedor, ahí nos parecemos, yo creo, un poquito. He tenido varias aventuras de productoras con colegas. La primera que hicimos fue para hacer un contenido que se llamaba BloguerosTV. Tuve una un poquito antes, pero esa demasiado pequeña. Una que se llamaba Lost in Valladolid.
DB: Ah, sí, de turismo y...
MC: Eso es. Jo, estás súper bien documentado.
DB: Hay que hacer la tarea.
MC: Entonces, bueno, pues...
DB: ¿Por qué no cuentas lo de Valladolid como…?
MC: Es que llega un momento que cuando ya has hecho unas cosas dices “voy a quitar esto” porque piensas que vas a aburrir.
DB: No, pero me refiero a por qué no lo contabilizas como algo... Lo haces menos. ¿Por qué lo ves como algo así menos?
MC: Pues mira, justo ahora me haces pensar y realmente no es para hacerlo menos, porque estuvimos dos años con ese proyecto y dejándonos la piel. Bueno, ahí aprendí cosas para no hacer. Hay veces que aprendes cosas para hacer y otras para no hacer. Hicimos una agenda, un videoblog, ¿vale? Pues eso, de la cultura, de los planes de Valladolid. Trabajábamos mucho y lo veía muy poca gente. Pero, bueno, fue bonito. De hecho, fue la primera vez que hice un contenido con el interés de crear por mi cuenta algo para los demás de forma 100% independiente.
DB: Yo creo que eso es algo grande. Es un muy buen preámbulo para lo que vas creando después. ¿Qué aprendiste de no hacer ahí?
MC: Pues mira, aprendí por un lado que en general… Aunque si lo haces muy bien, bueno vete a hacer contenidos para local, pero en general creo que es más fácil si haces contenidos para la comunidad a nivel internacional. Ojo, si haces buen local, tengo unos amigos que hacen un contenido, una radio solo de deportes para mi ciudad y lo hacen estupendamente bien y están arrasando.
DB: Bueno, y dentro de la localidad, el deporte es más masivo que el turismo de experiencias y tal.
MC: Sí, sí, sí, pero lo dejo ahí para tampoco decir que no hagáis local. Hay que hacer local muy bueno y seguramente funciona. Pero creo que en general si los contenidos muchas veces que hacemos hay que pensar a veces en nichos, creo que es una equivocación decir “voy a agradar a todo el mundo”. No es que sea real, tampoco funciona en la comunicación. Y creo que lo suyo es decir voy a hacer algo que me apasione y la magia de internet, la magia de los podcast, la magia de YouTube, la magia de que estamos conectados con un montón de millones de personas con las que compartimos lengua hará que conecte con aquellas personas con las que comparto intereses. Entonces aprendí eso, ir a contendidos que interesen de forma global. Ese fue el gran aprendizaje.
DB: Perfecto. Ahora sí, Blogueros TV, ¿cómo fue el proceso de hacer blogueros y cuál era la intención? Sé lo que hacían, pero ¿cuál era la intención de hacer eso? ¿Como para qué tener a gente que era referente del mundo de los blogs y de YouTube y demás? ¿Por qué hacerlo?
MC: Pues mira, algo parecido a lo que haces tú. A mí siempre me ha traído la gente emprendedora, la gente que ha tomado las riendas, por así decirlo, de su vida jugándosela un poco a nivel profesional y también muchas veces personal. Bueno, va junto, va unido, profesional y personal, pero me apetecía conocer esas historias. Y por entonces lo que más llamaba la atención eran los blogueros, digamos que los influencers sobre todo tenían blog. Ahora hay influencers que tienen podcasts o influencers que solo tienen un canal en Instagram, pero en su día la referencia y los primeros que rompieron ahí la barrera que había de que solo los medios de comunicación podían llegar a vivir de contar cosas, ahí se abría una ventana para que gente independiente a través de los blogs pudiera llegar y conectar con mucha más gente. Entonces era buscar a esos blogueros los que iban abriendo su camino, consiguiendo cosas que parecían de película, o sea, vives de tu blog, trabajas desde casa, todas las cosas que ahora conocemos bien, pero que entonces llamaban mucho la atención y a mí me llamaban poderosamente la atención.
DB: ¿Por qué crees que a ti en lo particular te llamaba tanto?
MC: Pues supongo porque lo tienes dentro, todo pasar por lo que tienes dentro. Igual que te llama la atención gente porque ves que tiene algo que a ti te gustaría y que tú no sabes cómo se puede conseguir. Con todo respeto, si por ejemplo a ti no te gusta nada el baloncesto, a mí me encanta el baloncesto, pero si a ti no te gusta nada el baloncesto y ves a un jugador, pues no le vas a prestar atención porque a ti te gusta a lo mejor el fútbol o el golf, no sé, no tengo ni idea. Pero si te gusta el baloncesto, te vas a fijar en lo que hace, en cómo tira y en cómo se mueve. Entonces, al final, claro, yo creo que también cuando te dedicas a contar cosas y además con libertad, buscas a esa gente que tiene eso que a ti te gustaría tener y que no sabes cómo desarrollar.
DB: ¿Qué pasó con Blogueros TV?
MC: Pues que lo probamos, nos lo pasamos muy bien y bueno, pues fue una aventura, yo al principio lo presentaba y luego le dejé el contenido a unos compañeros y continuaron con ello y llegaron a tenerlo en una televisión.
MC: ¿Por qué lo dejaste?
MC: Bueno, pues porque en ese momento tenía mucho trabajo, me habría gustado lo de ponerlo en marcha, pero ya empezó a hacerse bola. Ya no me atraía tanto y en ese caso seguí vinculado, pero ya no me puse delante y para mí fue una etapa que en ese momento ya había terminado.
DB: ¿Entonces el timeline de esto de tu vida es que estuviste en Los 40, Kiss FM y luego fue Blogueros?
MC: Sí, Blogueros fue durante Kiss FM y ya te digo también que es que soy malísimo… Sí, fue durante Kiss FM, sí, durante esa etapa, tenía tiempo para hacer esas cosas.
DB: ¿Por qué sales de Kiss FM?
MC: A mí me llama Cadena 100 para fichar por ellos y Cadena 100 había sido la radio donde yo siempre había querido trabajar desde pequeño, era la que yo escuchaba de pequeño. Entonces, bueno, tuve dudas porque yo estaba muy cómodo en Kiss, o sea, me sentía muy valorado, estaba muy contento.
DB: Estabas desde el inicio y entonces ya eras... Don Molo.
MC: Estaba muy a gusto, muy bien, ¿no? Fui con una persona que fue jefe mía con la que mantenía buena relación, Marc y le dije “tengo esta duda, me llama la emisora que yo siempre he escuchado, pero ahora estoy en una emisora que funciona muy bien, que tiene más oyentes que esa emisora”, en ese momento Kiss FM tenía más oyentes que Cadena 100, “pero claro, tengo ese tema de que es la radio donde yo quería trabajar, tengo muchas dudas, Marc”, y me dijo...
DB: Serle fiel a lo que yo siempre quise, pero no sé qué...
MC: Fue un momento difícil.
DB: Recuérdame a Marc, ¿de dónde…?
MC: Marc fue director mío en Kiss FM, pero ya se había ido, fue un jefe que ya se había ido de la emisora. Y le llamé y le dije “Marc, ¿qué hago?” Y él me dijo algo tan sencillo, pero tan importante como “haz una lista de pros y contras y luego mírala. Hice la lista de pros y contras y vi que todos los pros de quedarme en la emisora Kiss FM eran de tranquilidad, de comodidad, de seguridad. Y todo lo que había en el lado de Cadena 100 era reto, conseguir objetivos que tenía desde niño, hacer contenidos diferentes y ganó la posibilidad de exploración, como siempre ha pasado en mi vida. Siempre gana la exploración frente a la comodidad. No sé si algún día cambiará, pero de momento va así la cosa.
DB: Entonces, te vas a esta nueva estación y ¿qué pasa? ¿Cómo te integras? Ya no eras el nuevo, ya no eras el novato. La gente espera algo de ti. ¿Cómo es llegar a un lugar así?
MC: A nivel profesional fue de los retos más bonitos de mi vida en radio. Fue duro porque trabajé muchísimo.
DB: ¿Cuántos años tenías aquí?
MC: Tendría... Tendría 27 años o así. 27, 28. Y el caso es que… Muy bien. El reto fue superchulo y trabajé mucho. No tenía tiempo para nada más, solo para estar allí. Tuve que dejar todos los otros trabajos que tenía como locutor de publicidad, escribía en alguna revista... Todo tuvo que ser trabajar para esa cadena que me permitió hacer contenidos tan bonitos como programas… Hice una que se llamaba La máquina del tiempo, que era preciosa. Retrasmití conciertos, premios Grammy... Hice cosas que a nivel profesional eran retos muy chulos. Entrevistar a artistas muy importantes. Desde Imagine Dragons, que me fui a entrevistarles a un concierto que daban en Italia. Aquí en España, por ejemplo, es muy conocido, Leiva, su primer disco en solitario lo presentaba en el programa que hacía yo. Fue muy bonito.
DB: ¿No podías hacer nada más por tema de contrato o por tema de tiempo?
MC: Por tema de tiempo. Se te pedía más y más. Era complicado librar los fines de semana. Casi siempre trabajabas uno de los dos días. Era un ritmo donde yo me sentía poco cuidado a nivel personal. A nivel profesional me sentía encantado, pero a nivel personal, en ese momento no me sentía a gusto. Cada vez hacía más mella. Cada año que pasaba tenía la esperanza de que el cuidado mejorara, pero no. Cada año era peor. Por eso fue.
DB: A más de uno nos ha pasado que estamos en un lugar que creemos en la misión del lugar o creemos en la empresa y estamos dispuestos a aguantar un tiempo el mal trato o no las mejores condiciones porque es algo que va creciendo, estamos empezando y quiero intentar crecer con la empresa. Pero ¿hasta cuándo vale la pena esperar? ¿Hasta cuándo uno sale del barco porque aquí no va a cambiar? ¿Cuándo uno debe poder identificar esta parte?
MC: Esto es muy personal. Yo tengo muchos compañeros que sé que están como yo estaba entonces y se han quedado. Yo respeto cualquier decisión. Yo he tenido suerte y me he ido bien, me podría haber ido mal.
DB: Porque has dicho que te fue bien, pero no luego luego.
MC: No, no. Tuve mis aventuras. Pero cuando te prometen una cosa y tienes aspiraciones por conseguir algo y al año siguiente no pasa, al año siguiente tampoco, y además ves que no va a pasar. Tienes dos opciones. O quedarte donde, como norma general, como decía supuestamente Einstein, es de locos hacer la misma acción y esperar que haya diferentes resultados. Si siempre pasa lo mismo, ¿por qué va a pasar una cosa diferente al año siguiente? Si te han dicho todos los años que te van a cuidar más, te van a dejar librar los fines de semana, te van a dar el sueldo que te prometieron, y cada año no pasa, ¿por qué te quedas? ¿Qué te hace pensar que las cosas van a cambiar? En un momento donde además había cosas que no me cuadraban, el cuerpo me pidió romper. Lo que sí que es cierto es que da miedo, porque cuando estás en ese mundo es que no hay vida fuera de ahí. Y le pasa a mucha gente que llega a grandes empresas y dice, es que fuera de aquí no he llegado al máximo, “si me voy de aquí, pues…” Hay que decir que fuera hay mundo también.
DB: Pero hasta que no sales y lo empiezas. ¿Y no te pasaba o no te daba este miedo o preocupación…? No sé cómo es la industria aquí, pero en México hay muchas industrias que son muy celosas. Y es “tú te bajaste del barco, no me vuelvas a pedir un favor” o te cierran las puertas. En una industria así como la radio acá, ¿existía ese riesgo de decir “si yo ya no quiero seguir aquí, más adelante me van a bloquear”?
MC: Pues sí, sí que lo hay. Lo que sí que es cierto es que yo, digamos que mi relación negativa era con personas… Yo siempre digo que las empresas son personas. Había un par de personas o tres personas, a lo mejor, que estaban a mi cargo, que pasaba esto, estaba ese muro, ¿vale? Pero con el resto no, seguramente con los directores de ahora me llevo genial, o sea que no tengo ningún problema. Son momentos puntuales, cada cosa tiene su contexto y su momento.
DB: Sí, renuncia a las personas.
MC: Sí, renuncia a un trato que es injusto, bajo mi punto de vista, y a lo mejor estoy equivocado, pero para mí en ese momento lo veía como un trato injusto.
DB: Muchas veces lo que te hace poder tener estas oportunidades o que te reconozcan en una empresa, puedes llegar a ser algo que te hace después sufrirlo, y quiero preguntarte tu óptica de esto. Me refiero a, por ejemplo, esto de estoy en una empresa donde en teoría el horario laboral es de lunes a viernes, de tal y tal, pero ¿y si me quedo más tiempo? ¿Y si cumplo y si tal de pronto “oye, ¿ya viste a este chico? Lo bien que lo hace, lo bien que trabaja y contesta en fin de semana y tal”, entonces de pronto eso que te dio éxito al principio, que te hizo diferenciarte, te empieza a hacer que no te vaya tan bien. Y hay otra forma de pensar, digo, hoy en día, en la que también está el de a ver, no, mi trabajo se trata de tal, y ni una hora más, ni una hora menos, y el fin de semana si me marca mi jefe, no le contesto porque ya sé que si le contesto una vez, me va a seguir escribiendo el fin de semana. ¿Crees que hay un tiempo para las dos? ¿Crees que es mejor desde un principio ser esta persona que pone? Hoy con la experiencia, ¿cómo lo ves? Pensando en quien escucha y que está en esta otra etapa de...
MC: Yo he sido de los primeros, ¿vale? Yo he sido de aguantar y de hacer lo que hubiera que hacer y de dar soluciones, que creo que esa es la clave, ¿no? El tema, yo creo que es un tema de autorrespeto, es decir, yo no me he autorrespetado. Yo me voy porque me decían “haz esto” y venga, pues lo hacía. Y las pocas veces que me planteé momentos que eran ya muy injustos, la respuesta fue buena, es decir, yo cuando llega un momento y me decían “mira, y ahí tienes que hacer esta semana completa y esta semana completa”, y decía “oye, mira, es que este fin de semana no puedo, es que se lo prometió una persona, no voy a poder venir”. A lo mejor se lo tomaban a mal, pero cuando me ponía en mi sitio, veía que luego las dos semanas siguientes, como había plantado, me respetaban un poco más. Es mi caso, ¿eh? Como todo esto, cada caso es un... Pero yo creo que la clave aquí es el autorrespeto, es decir, si tú no te respetas a ti mismo, a ti misma, ¿por qué te va a respetar tu jefe? Y esto es complicado de decirlo, porque tu jefe es el que te paga al final de mes y tu jefe te puede decir también “vete a la calle”. Pero claro, el tema es ¿quieres estar en una empresa donde no te respetan y donde no te dejan que te respetes? Entonces, yo en ese momento me armé de valor y como también te digo que estaba yendo a terapia, lo vi claro. O sea, lo que para mí era... Estaba cerrado y estaba casi con los ojos tapados y seguía adelante porque era lo que tenía que hacer, los “tenías que” son durísimos, o lo que me tocaba hacer, pasé a “oye, es que a lo mejor esto no es lo que quiero”. A ver, también te digo, tenía la suerte de que en ese momento pues era yo, es decir no tenía hijos, no tengo hijos todavía, pero en ese momento tenía esa libertad.
DB: Sí, nada más eras tú al que afectabas, por así decirlo.
MC: Eso es.
DB: Te sales, vas a Ecuador y tal. ¿Cuánto tiempo pensabas que te ibas a tomar para volver a iniciar como en la vida laboral o corporativa o lo que sea? ¿Y por qué decides regresar? ¿Qué pasó para que dijeras “bueno, ya, ahora sí empiezo a hacer algo”?
MC: Bueno, un cúmulo de cosas. O sea, a ver, cuando me voy realmente, me voy dispuesto a... Me voy con mucha inconsciencia, o sea, me voy sabiendo que tengo que irme, porque no tenía ninguna idea clara, ¿sabes? O sea, no sabía qué iba a hacer con mi vida, no sabía si quería terminar la carrera, no sabía si estudiar un doctorado, si intentar dar clases en la universidad de Comunicación. No tenía ni idea, ¿no? Tuve la fortuna de que gracias a una persona, mi pareja de entonces que estaba viviendo en Ecuador, pues fui con ella. Fueron seis meses muy chulos. Y a la vuelta, bueno, pues como siempre tenemos contactos, pues una persona me dijo que si podía colaborar con él en programación de una radio, pero programación, ¿eh? O sea, eran dos horas al día lo que me quitaba. Yo qué sé, pues conseguí una colaboración pequeña también de un programa de cinco minutos que lo hacía desde casa con Radio 5, que es una emisora de Radio Nacional de España. O sea, pequeñas cositas que no daban para pagar facturas, pero me hacía como bueno, no he vuelto a trabajar, no he vuelto a lo de antes.
DB: Empiezas a calentar.
MC: Eso es, eso es. Y no sabía cuándo iba a volver. Lo que sí que tenía era que me generaba mucha ansiedad el hecho de poder volver a vivir lo que había vivido. Es decir, no quería volver a pasar por lo que había pasado.
DB: ¿Sentías que podías hacer algo diferente? ¿O decías “es que lo mío es radio”?
MC: No quería, ya te digo, no veía que si volvía a la radio fuera a tener una historia diferente en ese momento. Me dejó de apasionar lo que siempre me apasionaba. Y yo soy muy emprendedor y ahí fue cuando dije “jo, pues ¿por qué no montar una emisora de música alternativa?” Y con un amigo montamos una emisora que se llamó ALT. Y estuvimos ahí también, yo creo que casi dos años, pues con esa aventura con la que nos lo pasamos genial.
DB: ¿Generaban ingresos ahí?
MC: No, generamos muchas pérdidas. Creo que tuvimos un patrocinador una vez que nos pagó una fiesta y ya está. Intentamos hacerlo bien. Creo que lo hicimos bien. Lo que es el producto en sí, pero no supimos ni venderlo. No sabemos si nos adelantamos. Lo hicimos lo mejor que supimos, pero no fue rentable.
DB: ¿De qué vivías en todo este tiempo?
MC: Pues mal vivía, realmente. Los ahorros se me fueron acabando. Ya no tenía para pagar la vivienda donde estaba, tenía una vivienda que había estado pagando, la vendí. La vendí porque no podía hacerme cargo de la hipoteca. Y volví a casa de mis padres.
DB: ¿El venderla fue como un fracaso o fue…?
MC: Fue un alivio. En mi familia nadie quería, que me decían “te apoyamos, no hagas esa locura, no vendas”, pero es que yo no veía, no sabía si iba a haber ingresos en el futuro y tenía una losa ahí que todos los meses me iba frenando. Entonces dije “mira, no, vamos a quitárnoslo y empezamos de cero”.
DB: Fuiste a casa de tus padres. ¿Cuánto tiempo pasó después de que hiciste ALT a que empiezas Entiende Tu Mente?
MC: Cuando estaba haciendo ALT todavía estaba en mi casa pagando las deudas como buenamente podía y gastando todos los ahorros. En el final de ALT es cuando empiezo a montar también el podcast de Entiende tu mente. Hubo un tiempo que estuvieron funcionando a la vez. De hecho, alguna grabación de las primeras de Entiende tu Mente fueron en esa casa que vendí. Entonces, cuando ya no puedo más, vendo y me voy a casa de mis padres, lo que hacía es que de vez en cuando venía a Madrid. Madrid está a dos horas en coche. Venía a Madrid, iba a casa de un hermano mío, grabábamos allí los podcasts y yo me volvía. Y bueno, pues ahí fueron los inicios de Entiende tu Mente y ya cerré ALT.
DB: ¿Cuál era tu visión una vez que empezaste Entiende tu Mente? Que ya van seis años.
MC: Sí, seis años.
DB: De tus proyectos que más ha durado y que mayor éxito ha tenido, me imagino. No sé si hacia adentro lo sientes igual, pero por así fuera tiene mucha proyección, tiene mucha visibilidad. En ese momento que se empezaron a juntar y que conociste a Mónica y conociste a Luis y “oigan, pues hay que hacer algo” y demás, ¿qué expectativa había de esto?
MC: Mira, en ese momento yo ya tenía un buen conocimiento de crear contenidos de audio. Tenía ya mucha experiencia y sabía lo que quería. Pero expectativa… Yo sabía que ese contenido yo lo quería escuchar. Tiramos aquí de pensamiento en primera persona. Creo que es una de las claves que me gustaría dejar aquí. ¿Cómo empiezas? Pues pensando qué te gustaría hacer a ti. Es muy obvio, pero muchas veces empezamos, y hay quien le irá bien, pensando en qué le va a gustar a la gente. Y creo que bajo mi punto de vista si vas a hacer solo lo que le gusta a la gente y a ti no te gusta, si triunfas, a lo mejor es una faena, porque pasarte toda la vida haciendo algo que no te gusta para gustar a la gente, volvemos al tema de agradar a los demás, que es una de mis grandes peleas. Yo en terapia, me daba cuenta de que era un bien queda y una de mis tareas era aprender a defraudar a los demás y a dejar de ser pasivo para aguantar lo que sea para que el otro esté bien.
DB: Sí, te da culpa eso o te sientes más por alguien más y no dices que no.
MC: El tema es cuando quieres agradar a todo el mundo, y entonces al final lo que hablábamos antes, cuando no te autorrespetas muchas veces, porque “oye, ¿me ayudas con la mudanza?” “Sí, sí”. Y a lo mejor ese día tienes que estudiar un examen, Entonces era como primero vas a agradar a los demás y luego ya te das tiempo para ti. Respétate, pon límites. Y no te digo que tenga que ser siempre tú, no, no, no, para nada. Pero sí que esté equilibrado. Que sea un poco de equilibrio. Y en mi caso no había. Me estoy yendo ahora mismo y ¿por dónde estábamos? Porque ya me he perdido.
DB: Vamos en el camino, te había dicho cuál era la intención y dijiste “lo hago desde la primera persona”. La clave ha sido ser la primera persona para no hacer algo que haces por dar gusto a los demás y que luego estés infeliz si le va bien. Pero no hay un plan, no hay una razón de vamos a hacer esto, no hay un modelo de negocio cuando lo empezaste.
MC: No, no, el primer año no había nada de modelo de negocio. Quería hacer ese contenido.
DB: ¿De qué pensabas vivir? Porque estás teniendo esta cosa y dices “bueno, me voy a ocupar más en otro proyecto”, Pero no tenías un plan alterno.
MC: Como ves, es un poco loco. Sí que es verdad que a veces tenía trabajos puntuales. Grababa algunas locuciones como locutor de publicidad, Pero era todo muy puntual. De hecho, en casa algún día me decían, “¿por qué no vuelves a hacer radio musical?” Desde mi entorno veían también que podía estar en un camino que no tenía sentido. Pero bueno, la suerte que tuve es que yo me comprometí con mis compañeros a pagarles una cantidad a partir del primer año del proyecto.
DB: Pero no sabías si ibas a hacer dinero tampoco.
MC: Sí, pero me había comprometido con ellos. Entonces lo que hice fue tirar de ingenio. ¿Qué puedo hacer para tener ingresos a partir del primer año para poder pagar esa cantidad? Entonces empecé a ver lo que hacían los demás. Había un comunicador que tiene un podcast que tiene un sistema de membresías que tú pagas una cantidad por acceder a contenidos extra. Y dije “¿Y si hacemos eso?” “¿Si creamos una zona de membresías y creamos una zona de membresías para oyentes de Entiende tu mente?” No daba mucha cantidad, pero si daba lo suficiente como para pagar lo que le había prometido a cada persona del equipo y para tener unos pequeños ingresos, muy pequeños, pero lo justo para pagar los desplazamientos, la gasolina, es decir, ya empezaba a ser sostenible.
DB: ¿Qué tan rápido pasó eso? ¿Cuánto tiempo pasó que empezaste a decir “oye, ya hay potencial de esto”?
MC: De entrada nada más abrirlo, ya llegamos a ese mínimo para pagar a todo el mundo, el día que lo abrimos. Es verdad que teníamos ya mucha comunidad, habíamos empezado también a hacer una newsletter, entonces, bueno, rápidamente hubo ese mínimo, que no era una gran cantidad, también te digo, pero ese mínimo lo conseguimos de entrada. Y, oye, pues fue creciendo, nunca fue un ingreso para decir “wow”, pero sí fue un ingreso para ya estar tranquilos. Y bueno, pues ese fue el comienzo de decir, vale, esto ya no es simplemente un proyecto como todos los demás que he hecho, que son muy bonitos y aprendes mucho, sino que me puede permitir pagar algunas facturas. Desde luego, no me permitía meterme en una casa, pero sí pagar facturas.
DB: A ver, y de que empieza el primer episodio de Entiende tu mente, ¿cuánto tiempo pasó para que tú personalmente dijeras “aquí es, esto es”?
MC: Pues mira, te voy a decir, yo creo que unos tres meses ya empezamos a ver que eso subía bastante, porque el primer podcast, la primera semana lo escucharon 30 persona.
DB: Que es mucho para ser un podcast, y no había Spotify en ese entonces.
MC: Claro. En ese caso estábamos creo que en iVoox, de entrada en iVoox y Apple Podcasts, que entonces tenía otro nombre, creo.
DB: Era iTunes.
MC: Sí, en iTunes. Y nada, y entonces vimos que la siguiente semana había 50. Y ya veíamos que había más, la segunda que la primera, porque en la primera piensas bueno, amigos y familiares. Y ya luego pues fue un poco creciendo de forma exponencial, de 50 a lo mejor a 100, de 100 a 180. O sea veías que había crecimiento y de repente no sé si fue a los tres meses de repente uno que tuvo mil. Y yo creo que ahí dije “wow, mil reproducciones, esto es serio”.
DB: Porque aparte no había publicidad, no era como que bueno, pauto para que llegue más gente y tal. ¿O cómo lo fueron creciendo?
MC: Fue todo boca a boca, fue todo boca a boca.
DB: Entonces es muchísimo, crecer así es muchísimo, porque aparte no es artificial o no está inflado, es gente que dice “esto vale tanto para mí que quiero que lo escuche más gente”.
MC: Sí, la verdad que fue increíble y claro, hablamos de que se puso el número uno en su día en iTunes Podcasts en muchos países. O sea, en España por supuesto, pero creo que en México también estuvo, Colombia, Argentina y de repente dices “wow”, o sea, hemos dado con una clave muy importante. Estamos conectando y además lo más importante, que es lo que te decía al principio, el tema de romper las barreras de los acentos, que es maravilloso. Da igual, no importa. Me da igual que haya nacido en México, en Colombia, en Paraguay, en Estados Unidos. Lo que están hablando estos chicos, lo que están hablando esta gente me afecta, porque lo que hablamos, que hablamos de psicología, afecta a todo el mundo. Todo el mundo pasa por las situaciones por las que compartimos y eso nos une.
DB: A veces pasa que un proyecto, y personas como tú que eres muy emprendedor, te da gasolina esta onda de empezar algo, arrancar algo, arrancar algo, el hacer algo, y después de tanto tiempo puede empezar a presentarse un tema de me empiezo a aburrir, ¿no? Lo empiezo a hacer ya por hacerlo, por no abandonarlo, pero a lo mejor empieza a perder esa chispa o esa cosa que te hacía decir “que padre, estoy emocionado, quedó muy bien y quedó muy bien”. ¿Cómo has evitado que te pase eso? O si ya te pasó, ¿cómo lo has estado resolviendo?
MC: Me pasa, me pasa porque no somos las mismas personas. No eres la misma persona ahora que vas a ser dentro de tres meses, aprendemos cosas nuevas
DB: Porque además eso, lo hiciste para ti, como esta cosa de “yo tengo estas dudas, y si ya no tengo estas dudas...”
MC: Claro, claro, claro. Y aparte llegas aprendiendo. Yo creo que cuando más estudias más te das cuenta que menos sabes. Esto es el síndrome del impostor, que creo que todo el mundo tiene, más o menos. Cuando más te vas formando en algo, más te das cuenta de lo que te falta, pero también a su vez ves cosas que dices “yo ya esto no lo quiero hacer”, porque ya he aprendido cosas que me impiden seguir haciendo esto por este camino o sencillamente porque te han dejado de gustar. Nosotros el año pasado, el 1 de agosto del año pasado, grabamos, por ejemplo, el último contenido conversacional, A tres bandas. Y pasamos a contenidos más narrativos.
DB: Y también es un poco lo que siempre has querido estar haciendo.
MC: Sí, sí, sí, sí.
DB: El podcast que tienes tuyo, que es también... Son historias.
MC: Total, total. Sí, sí, no. Y fue muy bonito lo que hicimos al principio y fue precioso y sigue estando ahí. Lo bueno es que sigue estando ahí y la gente todavía puede acudir a ello, escucharlo. Hablamos de muchísimos temas. Pero desde agosto del año pasado, queremos dar pasos más adelante para que en vez de ser tanto 100% a lo mejor contenido de autoayuda, sea contenido narrativo con un toque de autoayuda. También hay que decir que ahora mismo, cuando nosotros empezamos, éramos muy pocos. Y ahora hay muchísimos contenidos sobre estos temas. O sea, ahora...
DB: La gente ve lo que funciona y también lo hace.
MC: Claro, y es normal. Pero ya no nos apetece hacer eso. No sé, a lo mejor dentro de dos años todo el mundo dice “ya esto no mola y vamos a hacer contenidos narrativos y un poquito de aquello de lo que hablábamos”. Bueno, no sé. Nosotros hemos hecho el cambio ya y estamos contentos. Es lo que te digo. Si no hubiera hecho este cambio el año pasado, a lo mejor en diciembre hubiera parado este proyecto ya porque necesito sentir que lo que hago va acorde a lo que siento. Si no, lo paso muy mal. Y además yo tengo un tema que es el correlato fisiológico. Me explico: cuando no estoy cómodo con algo, con un contenido que hago, algo que produzco, yo qué sé, una persona, lo que sea, un compañero, un amigo, una relación de pareja, a mí el estrés me afecta a nivel físico de una forma descomunal, entonces, tiene una cosa mala que es que realmente lo pasas mal. O sea, yo cuando, por ejemplo, estoy en un sitio donde lo estoy pasando mal o estoy agobiado, yo qué sé, pues me cae la gota gorda, me sube la tensión. Pero por otro lado te impide... O sea, yo no puedo hacer cosas donde no me sienta cómodo, porque si no estoy cómodo mi cuerpo no me va a dejar.
DB: Físicamente no puedes hacerlo.
MC: Eso es. Entonces, bueno, pues cuando ya salten las banderas rojas, pues paro.
DB: ¿Cómo has diseñado esta nueva etapa de tu vida o este nuevo trabajo para evitar volver a caer en lo que te pasaba antes y volver a llegar a un punto en el que dices “ya no quiero hacerlo” o el tema de los horarios o el tema del ritmo de trabajo y de vida? ¿Ha cambiado tu forma de trabajar y si sí cómo lo estás...? ¿Qué estructura tienes o cómo lo haces ahora? ¿Qué reglas?
MC: Con los años voy mejorando, pero me va a seguir pasando. Es decir, yo creo que dentro de cuatro años me cansaré de lo que estoy haciendo ahora. Es que me va a pasar.
DB: Pero para no quemarte, por ejemplo, para no llegar al burnout, ¿qué haces?
MC: Vale, pues mira, intento seguir el consejo de hacer más deporte. Es decir, a mí el deporte me sienta muy bien y cuando no lo hago, lo noto. El otro día hablaba con un amigo que es para mi referente, mi amigo Mario, y él encontró como vehículo suyo, que cada uno puede tener su vehículo o no, todos los días lo primero que hace por la mañana es media hora, 45 minutos, media hora de deporte. Y eso le vale para todo el día estar bien, a todos los niveles. Yo cuando he estado haciendo deporte diariamente lo noto y me va bien. Ahora mismo estoy haciendo dos, tres días por semana, a veces incluso uno, y no estoy en mejor momento, pero es mi objetivo ahora. O sea, mi objetivo ahora es coger esa dinámica que a mí me viene súper bien. Hay un término que me encanta mucho que lo aprendí de Luis Muñoz, que es el termómetro emocional. Si quieres te lo comparto. Y a la persona que esté ahí escuchando también se lo comparto. Bueno, pues en el fondo, todo el mundo sabe qué le pasa cuando está estresado, cuando no está bien. Lo que pasa es que el estrés es muy sibilino y nadie reconoce que está estresado o estresada. O sea, tú un día estás agobiado y yo te digo “joder, ¿estás agobiado?” “No estoy agobiado, estoy perfectamente”. Pero sí que es verdad que cuando estamos... En mi caso, por ejemplo, cuando estoy estresado, no me pongo música, no me abro Spotify y no me pongo música. Ni podcast. O sea, no escucho nada. No hago deporte. Me cuesta concentrarme. Abro un libro y se pasan las hojas y no me doy cuenta de lo que he estado leyendo. Entonces, lo suyo es saber qué te pasa cuando estás estresado, hacerte esas preguntas y tenerlas apuntadas. Y hacerte de vez en cuando una revisión y decir “esta semana he estado un poco estresado, esta semana. No he hecho deporte. No me he puesto ni una canción ni una playlist más de media hora. No he leído en una página del libro. No he estudiado”. Yo cuando no estudio psicología, también es que estoy estresado. “Vale, ya tengo el dato. Tengo mi termómetro que me ha avisado de que estoy estresado aunque no lo quiero ver. ¿Qué podemos hacer?” En mi caso, lo que me funciona para desestresarme es todo lo que tengo en mi termómetro emocional que hago cuando no estoy estresado. Es decir, tengo que volver a hacer deporte, volver a estudiar, volver a ponerme música.
DB: Tienes que forzar a veces, porque es más fácil decir “no tengo tiempo, tengo tanto que hacer, que es por eso que estoy estresado, que si me pongo a hacer ejercicio ya no voy a poder hacer lo que tengo que hacer”, pero es al revés.
MC: Claro, el tema es tomártelo. Por ejemplo, cuando nos tomamos la medicación, no nos apetece tomar la medicación, pero la tomamos porque es una obligación. Lo del termómetro emocional es tomártelo como una medicación. ¿Estoy estresado? ¿Qué dice mi termómetro? ¿Cómo me he dado cuenta? ¿Y qué tengo que hacer cuando este termómetro me dice que estoy estresado? Pues tengo que tomarme una pastilla de una hora de gimnasio, o tengo que tomarme una pastilla de leerme un libro, o tengo que tomarme una pastilla de estudiar un poco de psicología. Para mí esa es la clave.
DB: ¿A dónde va ahora Entiende tu mente? ¿A dónde lo quieres llevar?
MC: Bueno, ahora fíjate, estamos muy abiertos a la exploración. Hasta ahora estábamos bastante cerrados en hacer siempre lo mismo. Y este año me gustaría, porque sé que el año que viene será diferente, pero este año me gustaría centrarme mucho en el formato que estamos haciendo de Así somos, que es como psicología social. ¿Qué me gustaría? Este año, te doy la primicia, estamos preparando un libro con esa misma temática de Así Somos, en la que mezclamos historias, historias súper interesantes con psicoaprendizajes. Estamos haciendo también algunos eventos, sobre todo ahora para empresas, pero queremos hacerlo también en otros lugares.
DB: ¿Cómo lo hicieron para empresas? ¿Cómo lo incorporaron a eso?
MC: Bueno, salió solo. Yo cantidad de cosas que hago salen solas. Hay un par de empresas que se dedican a estas cosas y nos dijeron “¿por qué no le ofrecemos vuestro producto”, por así decirlo, “a empresas? Que vayan a dar charlas a empresas”. Entonces, lo que hacemos es hacer una especie de Así Somos en una empresa para empleados y para tratar un tema que le interesa al departamento de Recursos Humanos de esa empresa. Vamos Luis y yo, contamos historias, interactuamos con la gente y luego lo bueno de las historias es que siempre el aprendizaje queda más grabado, yo creo, cuando es una historia que cuando es pura teoría, ¿no?
DB: No, cien por ciento, porque lo puedo volver a contar. Una historia, aunque te la cuenten una sola vez, puedes más o menos volver a contar detalles más, detalles menos, pero puedes volver a contar y te quedas con eso en la cabeza.
MC: Total.
DB: Hablando del tema de las historias, la semana pasada que estábamos en el evento contaste contó Luis una historia de Bob Dylan y hablaban de cómo este cuate tomó ese riesgo de decir “va, voy a hacer esto, aunque crean que no es lo correcto o aunque me digan que no, porque yo lo quiero hacer”. Tal vez ya has mencionado algunos, pero para ti ¿cuál ha sido uno de los momentos más Bob Dylan de tu carrera en ese sentido?
MC: Bueno, ha habido muchos. Por supuesto, cuando dejé la radio, o sea, era como “¿estás loco? ¿Cómo vas a cambiar esto? ¿Cómo vas a dejar la radio? Todo el mundo quiere radio, tú te vas de la radio, no vas a volver nunca”. Ese fue uno importante y otro, por ejemplo, el cambio que hicimos de contenidos en Entiende tu mente. O sea, con lo que hacíamos estábamos arriba en el top y era como “os va a ir fatal, estáis locos”. Pero bueno, en ese momento, igual que cuando me fui de la radio, casi que lo que me hubiera sentido, o sea, lo que me hubiera matado hubiera sido quedarme, pues también con esto, o sea, si no hubiera cambiado, el proyecto hubiera desaparecido, o sea, yo no hubiera seguido haciendo lo mismo en ese momento. Pero sí, creo que han sido los momentos más Bob Dylan, más de el cuerpo me pide esto y lo voy a hacer, aunque sé que a una parte del público no le va a gustar, pero es que si no lo hago, no soy yo, o sea, te estaría engañando, te estaría diciendo “oh, qué a gusto estoy haciendo este contenido”, no, te estaría mintiendo, ya no estaría a gusto si hubiera seguido haciendo ese contenido, es como una relación a lo mejor de pareja. Creo que todos a veces hemos, por miedo, por no querer enfrentar, porque en el fondo tienes mucho aprecio a una relación de mucho tiempo y no lo sabes ver a veces y te quedas y dices “pues la relación a lo mejor, si hubiera durado solo dos años, hubiera sido perfecto y ahora seríamos grandes amigos” pero continuas un poco más y se estropea. Yo creo que, por ejemplo, en este caso, al nivel profesional se dio el corte antes de que pudiera estropearse.
DB: Sí, es esto de estamos terminando esta relación porque sé que después no va a ir bien, pero la persona al principio no lo sabe y no lo entiende y la persona al principio puede decir “pero es que no, yo quiero estar contigo”, y años después, o tiempo después es “es cierto, fue la mejor decisión”. Tal vez aquí lo que dices que si hubiera seguido haciendo esto, igual toda esta gente que los escuchaba y demás empieza a notar que ya no está lo mismo, que ya no estan a gusto y empiezan solos a irse o a decir “ya no lo hacen bien” y en lugar de decir “confía en mí, vamos a hacer un cambio y es por el bien de lo que viene”.
MC: Y también te digo, entiendo a la gente que no le gusta, es que a mí ha pasado y a todos nos ha pasado. Yo en ese podcast y en la charla comentaba, cuando de repente el grupo favorito mío de música ha cambiado, el cantante se fue, yo me enfadé muchísimo. Cuando de repente quitan un personaje de una serie que me encanta, es que me cabreo y digo, “fatal, ¿cómo me habéis hecho esto? Es lo peor”. Y es que lo entiendo. Y es que realmente es una cosa que tienes que aceptar cuando das un cambio, va a haber gente que no le va a gustar. Y es así. Yo creo que la clave de cuando das ese cambio es aceptar que a la gente no le va a gustar y además te lo van a decir y te va a hacer daño también, porque a nadie le gusta cuando alguien te dice “tío, la has cagado”, pues te hace daño. Pero aún así eres consciente de que va a pasar y que aún así, es lo que te pide el cuerpo y vas si lo haces.
DB: Si estás en un negocio donde dependes tanto de la audiencia, ¿cómo gestionas este cambio? ¿Cuál es la forma correcta? Pensándolo en quien esté en un lugar similar al día de hoy y que diga “ya no quiero hacer este formato, ya no quiero entrevistar, ahora quiero lo que sea”. ¿Cómo tendría que hacer esa transición con lo que ya aprendiste?
MC: Pues yo creo que sabiendo eso, desde mucho realismo, desde saber lo que tú sientes, lo que tú necesitas, comentarlo, saber que va a haber gente que no le va a gustar, va a haber gente que se va a sentir traicionada, va a haber gente que te va a decir eso típico de “tú antes molabas”, que aquí lo decimos mucho. Y ya está, saberlo. Vas a defraudar expectativas que tenían puestas en ti, pero no te vas a defraudar a ti mismo. Entonces, saber eso, que no vas a conseguir agradar a todo el mundo, lo cual es un gran ejercicio, el aprender a no agradar para poner el foco en tratar de cumplir tus expectativas y no siempre las expectativas ajenas.
DB: ¿Cuál ha sido uno de los peores consejos que te han dado?
MC: Pues cualquier frase típica de tienes que aguantar. Aguanta, aguanta, aguanta, bueno aguanta hasta que puedas aguantar. Aguanta lo que consideres prudente aguantar. Todas las frases que han sido el rollo de sigue siendo pasivo, es decir, sigue aguantando, hay que pasar por el camino doloroso de la vida… La vida te da golpes y duele sola muchas veces, pero no hace falta aguantar tanto. Eso es lo que yo diría. Yo creo que he aguantado demasiado porque muchas veces me han hecho creer, con diferentes consejos típicas frases fácilonas, que la vida era para sufrir y para aguantar. Y yo creo que no hace falta. Es un comentario muy extendido y creo que tenemos que empezar a quitárnoslo. Hay que aguantar, bueno, pues depende. Dejémoslo por lo menos en depende.
DB: ¿Cuál ha sido uno de los mejores consejos que te han dado?
MC: Pues posiblemente el que te comentaba antes, el que me dio una antigua compañera de Los 40, de esta es una carrera de fondo. No hace falta que corras siempre, pero sigue andando, sigue caminando. A veces estarás arriba, a veces estarás abajo, a veces en la mitad, pero mientras sigas andando, van a ir llegando cosas. Y en ese camino de ir andando y en esa carrera de fondo, si sigues andando van llegando cosas, van llegando caminos. Pero bueno, hay que ser paciente, porque si tarda mucho un camino, un camino que sea bonito, puedes en algún momento llegar y decir “mira, no quiero seguir caminando, llevo mucho tiempo por este camino que es muy feo, no quiero seguir caminando. Y al no seguir caminando, te pierdes luego el siguiente camino que no lo tienes por paciencia. Entonces básicamente eso, esto es una carrera de fondo, a tu ritmo, a tu bola, pero sigue caminando.
DB: ¿Qué es un consejo que tú antes dabas como un buen consejo y que ya con experiencia ya no darías?
MC: Uf, qué buena pregunta. Y qué difícil de contestar. Porque además tengo una memoria pésima, con lo cual me olvido rápidamente de aquello que no quiero transmitir. Pero bueno, ¿qué consejo daba antes? Pues ¿sabes qué te digo? Que cualquier consejo quedaba antes, en el sentido de que, mira, a veces damos consejos pensados en nuestra vida personal, en lo que a nosotros nos ha pasado. Y nos olvidamos de una cosa que es que cada persona tiene un contexto diferente, entonces lo que a mí me ha valido puede que a ti no te valga. Y cometemos mucho ese fallo, ese error. Y a mí me gusta mucho de la psicología es que tiene esos factores. O sea, mira el contexto de cada uno. Cada uno tiene un entorno, cada uno tiene pues a lo mejor una familia que le puede apoyar más a nivel económicamente o menos, cada uno es un mundo, entonces está bien que haya gente que dé consejos porque hay gente que es súper sabia y los puede dar, pero tener en cuenta que tú tienes un contexto que puede ser muy diferente al de esa persona que está dando él.
DB: O sea, decirle a alguien “renuncia, arriésgate” no es lo mismo si no sabes el contexto de esa persona, qué posibilidades tiene, qué privilegios o accesos puede tener.
MC: Luis, mi compañero del podcast, Luis Muñoz, un abrazo. Siempre dice… Bueno, se suele decir que si deseas algo mucho el mundo va a conspirar para que se cumpla, ¿no? Dice “bueno, eso suele pasar, pero sobre todo si eres hijo de millonarios”. Cada uno y con su contexto que haga lo mejor que pueda y esté en sus manos. Pero eso, si no es muy frustrante, imagínate, que le ponemos a una persona la típica frase de todo depende de ti. Esa frase que es tan nociva, todo depende de ti. Bueno, ¿todo depende de ti? Si tienes en ese momento una carga descomunal, una enfermedad que te está machacando, es que todo no depende de ti. Básicamente eso, el cuidado con los contextos más que un consejo en general, cuidado con los consejos y tener en cuenta siempre los contextos.
DB: A ver, Los 40 principales dependió la entrada de que alguien le diera... O sea, tú no lo habías ni siquiera…
MC: Claro. Fue que me ayudó a grabar la maqueta de esta persona y esa persona que trabajaba no en esa emisora pero cerca, en una de las emisoras colindantes le dio esa demo, sin que decirme nada a mí, al director de la emisora. Si yo no hubiera ido a grabar la demo al estudio de mi amigo, esa demo nunca hubiera llegado. Yo no hubiera montado Entiende tu mente, si no hubiera empezado a estudiar psicología. No hubiera empezado a estudiar psicología si no hubiera terminado antes comunicación audiovisual. No hubiera terminado comunicación si no hubiera ido a Ecuador. Entonces, al final, realmente todo depende de muchos factores y hay que ser consciente de que la gran mayoría no dependen de nosotros. Tenemos un control sobre, yo qué sé, el 20% de las cosas que nos pasan. No más.
DB: ¿Qué opinión tienes que poca gente comparte contigo? Una opinión no popular que tengas. Para bien o para mal.
MC: Mi equipo de fútbol, el Real Valladolid, es el mejor del mundo. No, esta sería un poco broma. ¿Opinión que no comparte el mundo? Yo creo que en general no hay gente tan mala. Estamos en un mundo donde etiquetamos rápidamente a las personas para decir “tú eres bueno o malo”, mucha dicotomía. Ahora mismo en redes sociales es muy rápido. “Esta persona es lo peor”. Ahora se usan mucho etiquetas de diagnóstico psicológico. “Tiene un trastorno narcisista”. Se juega con eso. Yo creo que la gente de verdad, aunque haya gente, yo me he encontrado con personas que me han hecho la vida imposible, que se han portado muy mal conmigo, creo que todo el mundo, tiene otra vez, su contexto y que hay contextos que les llevan a tener esos miedos, a comportarse de esa forma. Creo que no hay tanta gente mala, aunque sí que es verdad que hay gente que con sus actos nos hacen la vida imposible, pero que no es tanta como nos hacen ver las redes sociales. Creo que en general la gente es buena. Hay un libro que recomendamos mucho que se llama Dignos de ser humanos que recomiendo muchísimo y que te hace ver que pese a todo, y aunque por supuesto, hay gente terrible, yo qué sé, si miramos la gente que está detrás de las guerras, generalmente siempre son gente que está en su despacho tranquilamente mientras hay gente que está muriendo en primera línea y eso es terrible. Pero como norma general, la gran mayoría de la gente es buena y muchas veces comete actos deleznables en muchas ocasiones por el contexto donde está y por lo que ha vivido. Entonces simplemente eso, que creo que no hay tanta mala gente como nos cuentan o nos dicen, sobre todo a través de redes sociales.
DB: Perfecto. ¿Qué es algo que la gente no sabe de ti y que si supiera le sorprendería?
MC: Pues a ver, hay muchas. Toco la guitarra mal, me gusta mucho, pero toco la guitarra mal, las sintonías a veces las compongo yo. Esto lo sabe mucha gente, pongo con la guitarra y hago las sintonías. Y hago un concierto con compañeros míos, amigos, que benditos, porque me dejaban tocar con ellos de pequeño y eso es una de mis pasiones. Y no sé, ¿qué más? Bueno, a veces me lanzo a hacer cosas tontas, como soy un deportista malísimo, pero el año pasado me hice un triatlón. A veces hago cosas que me dan miedo y soy muy miedoso. Una cosa que mucha gente no cree, pero de verdad, es que soy muy tímido. A mí me cuestan muchas cosas y me cuesta la exposición muchas veces. Cuando la veo como parte de mi trabajo, me sale bien. Aquí, por ejemplo, estoy a gusto, estoy contigo y lo veo casi como que estoy comunicando como parte de mi trabajo. Pero en el día a día, yo soy de los que se ponen a fila, deja pasar a todo el mundo y quiere pasar muy desapercibido. Te he dicho ya unas cuantas.
DB: Libro, película, documental o serie que haya marcado un antes y un después. No tienen que ser todas, pero si hayan marcado antes y después en tu vida o en tu forma de entender el mundo.
MC: El primer libro que cayó en mis manos que tenía que ver con algo de cómo funcionamos fue ¿Quién se ha llevado mi queso?. Me acuerdo que lo leí con 18 años o algo así. Y fue el primero que dije “ahí va, mola esto de preguntarse por qué hacemos las cosas”, en ese caso en dónde pones el foco. Fue un poco el que me abrió la cabeza a que luego fuera devorador de libros de autoayuda y de psicología. Ese fue el primero que me abrió un poco la cabeza. Seguro que si ahora lo releo no me gustará nada porque me pasa con muchos libros que luego releo y digo “esto ya no me lo creo”, pero en ese momento me abrió mucho la cabeza.
DB: Se puede convertir en un tuit. O sea, todo este libro se puede digerir en una cosa más chiquita.
MC: Sí, pero en ese momento lo leí y en ese contexto mío de ese momento me abrió mucho la cabeza. Y luego para ver... Bueno, me gusta mucho la película El club de los poetas muertos, es de mis favoritas. Todo lo que hizo Robin Williams me flipa, me parece un actor 10 y en muchas de sus películas trata temas que tienen que ver mucho con la psicología y también los sufrimientos anteriores. Y no sé, yo creo que esos dos son temas que me han marcado mucho. Y series completas que he visto, muy pocas. Te puedo decir que solo he visto completas Perdidos, incluido el final, Lost y This Is Us.
DB: Lost es una de las que la mayoría de la gente se decepcionó y es la que sí has visto hasta el final.
MC: A mí no me disgustó tanto, pero bueno, como estaba de moda decir que estaba fatal, pero bueno... This Is Us también me gustó porque había mucha psicología y los personajes estaban súper bien hechos.
DB: Última pregunta, Molo. De todo lo que has vivido tanto en lo personal como en lo laboral has tenido un montón de aprendizajes. Si tuvieras que quedarte con tres aprendizajes que quisieras tener siempre presentes y que fueran esta brújula, este norte en tu camino, ¿cuáles serían?
MC: El primero es que no te tienes que hacer daño. Volvemos al tema del autorrespeto. Muchas veces priorizamos, ponemos a los demás por delante y acabamos haciendo cosas que no queremos, aguantando cosas que no queremos aguantar y llega un momento en que a veces nos hacemos daño. Lo primero es intenta no hacerte daño. La segunda cosa que tengo es... Yo a veces... Creo que le pasa a mucha gente, ¿no? Soy más de estar en mi zona conocida. Por eso hice el podcast de Saliendo del Círculo porque me apetecía mirar fuera. En general, cuando te abres pasan cosas buenas. Hay una frase que me apunto muchas veces que es que cuando te abres a la vida, pasan cosas buenas. Yo cuando me abro y digo “voy a exponerme y voy a hacer esto que me da un poco de nervio”, me ocurren cosas maravillosas, conozco a gente maravillosa. Conocerte a ti ha sido porque he ido a un evento. Y tercera cosa, y no sé si me estoy desviando mucho, si no me corriges, pues tal vez... Bueno, lo que también he dicho un poco aquí es que tienes el pensamiento en primera persona. Es decir, cuando estamos empezando, por ejemplo, somos más jóvenes en el mundo de la comunicación, es normal que queramos imitar, queremos hacer un modelaje, queremos ver lo que hacen otros para aprender. Pero cuando llegue un momento que tú consideres que tienes una base para poder empezar, que no te fijes solo en lo que la gente quiera, lo que la gente haga, lo que la gente se le dé bien, sino que hagas esa introspección de decir “¿qué me apetece a mí hacer?” Y lo hagas o no, que es respetable no hacerlo, pero que si lo haces y quieres emprender el camino del emprendimiento, de hacer algo por tu cuenta, que realmente, de verdad, que sea algo donde el 90% sea una motivación intrínseca tuya y a lo mejor el 10%, pues sí, pues ver cómo puedes enfocar esa motivación tuya para que también llegue a más gente y pueda funcionar mejor, pero la base, la motivación intrínseca.