Sandra García-Sanjuan es una empresaria española del mundo del entretenimiento con más de 20 años de experiencia. Es creadora del Grupo Starlite, que desde 2012 se encarga de organizar Starlite Occident, un festival de música donde han pasado artistas de todo tipo como Luis Miguel, Morat, Plácido Domingo, Sebastián Yatra y Elton Jhon, entre muchos otros.
También es la creadora y anfitriona, junto a Antonio Banderas, de la Gala Starlite, la gala benéfica más importante de España. Además, es cofundadora de la fundación “Niños en Alegría”, dedicada a la construcción de escuelas en México.
En este episodio hablamos sobre:
-La historia y filosofía de Starlite
-Romper esquemas
-No dejar que el miedo nos controle
-Dejar un legado
-Apostar por ti mismo
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Diego Barrazas: Sandra, gracias por tenerme aquí en tu casa. Ahorita mencionas que te gusta mucho México. No iba a partir de ahí, pero voy a empezar por ahí. Ya que estás en eso, ¿por qué tanto?
Sandra García-Sanjuán: Ay, bueno, yo es que me siento un poco mexicana. Encuentro que es el país más maravilloso y más bonito del mundo. Tengo grandes amigos mexicanos, pero grandes amigos de más de 30 años que son como hermanos, como Alejandra Alemán, con la que arranqué la Fundación Niños en Alegría hace veinte y pico años y ya llevamos 26 escuelas construidas, Sergio Berger, que fue padrino de boda de mi marido y mío hace ya 17 años y es un ángel de luz y un ser extraordinario. Y Andrés Carretero, luego Claudia Marcucetti, la escritora.
DB: ¿Qué te llevó primero a México?
SGS: Pues mira, estoy pensando, pero México siempre... He ido siempre, es como sentir una atracción tremenda. Puedo ir cinco veces al año, ahora me voy a ir la semana que viene.
DB: Sí, bueno, pero ahora ya tienes muchas razones por las cuales ir, pero cuando nunca había sido, ¿qué fue lo primero que hizo?
SGS: Estoy pensando y no me acuerdo cómo fue la primera vez que fui a México. Es que para mí México siempre ha estado en mi vida. Forma parte de mi vida y me siento un poco mexicana. Sin tener padres mexicanos es como que lo siento como mis orígenes. Yo creo que en otra vida debí ser mexicana.
DB: Puede ser, estamos muy ligados, ya sabes.
SGS: Total.
DB: Oye, Sandra, bueno, vamos a arrancar con lo que quiero profundizar. De entrada, quiero saber, yo sé que Starlite empezó ya hace más de diez años, tuvieron ahí en pandemia como esta onda que como quiera lo hicieron y fueron el único festival que sucedió, pero quisiera entender en qué punto... Para que sepas, voy a estar yendo y viniendo, ¿En qué punto del festival ya hace sentido hacerlo? Porque en el principio, es una locura, era un festival muy distinto al resto de los festivales, como en todos los festivales siempre se pierde al principio, es difícil empezar. ¿En qué punto dices “ok, esto ya...”? Pues es el principio, tú me dirás, pero dices “ok, esto ya agarró ritmo, ya se convirtió en algo, ya no es un experimento nada más, sino ya es algo”.
SGS: Yo creo que eso nos ha pasado varias veces a lo largo del camino y varias veces luego dices “¿pa qué me he metido en este follón, en este lío, qué complicación?” El primer año, la primera edición fue muy difícil, fuimos con toda la ilusión, con ganas de componer el mundo, con un proyecto diferente, porque reinventamos la forma de hacer música en vivo, piensa que en este país, yo creo que en casi todo el mundo, la gente iba a los conciertos, llegaba justo antes de arrancar y se iba en la última canción antes de que terminara para no pillar tráfico. Claro, nosotros no, nosotros hicimos un concepto donde venías dos horas antes, te tomabas tu copita, tu cervecita, tus tapas, luego podías cenar, pero con reservación, todo bien organizado, todo el mundo tenía sitio donde sentarse, luego veías el concierto y al terminar, te quedabas. Pero claro, tú sales a un concierto eufórico con la adrenalina arriba, ganas de festejar y no te van a mandar para casa, entonces dijimos “vamos a aprovechar y a seguir”.
DB: Es una súper buena forma de capitalizar esa emoción y en lugar de decir que se vayan al bar de al lado con alguien más, ven al que yo te monté aquí, yo te emocioné, sigue la fiesta conmigo.
SGS: Pues que al final yo creo que todo esto es como un camino que no te puedes basar en que llega un momento que consigues el éxito y ya todo es camino de rosas. No. El camino es lo que hay que disfrutar y los obstáculos y las dificultades. Y al principio nos fuimos de cabeza, arriesgamos todo y casi perdemos hasta...
DB: Eso iba a decir, porque decías esto de cambiar el formato, claro…
SGS: Pero la gente cuando cambias el formato tiene que asimilarlo. Tú tienes las ideas buenísimas, pero... Mira, mi marido es el inventor de los sistemas de guiado de los parques, las lucecitas verdes y rojas, que es un genio, el tío es un fenómeno, y es muy inteligente. Entonces, claro, tú dices qué idea tan buena queda ahora que ya está implantada Pero cuando él iba a vender esto tenía que generar una demanda. Convencer a la gente de que eso le venía muy bien para que la gente pudiera aparcar, para que diera menos vueltas en el parking.
DB: Sí, el del centro comercial te decía “¿pero para que lo quiero?”
SGS: “Que necesite luce verdes y rojas, nadie me lo ha pedido”. Y entonces dices “no, no, es que esto...” Ahorrar tiempo, pues es un poco lo mismo que, al final, tienes que generar una demanda y explicar a la gente, que es otro concepto, otro modelo de música en vivo, que llegara antes. Tú tenías preparado un montón de shows, de espectáculos, después del concierto, de camareros, de servicios, y la gente salía corriendo y tú “no, por favor, quedaros, que ahora viene lo bueno”.
DB: ¿Cómo le hacían para que se quedara la gente?
SGS: Bueno, teníamos animadores que los poníamos hasta la puerta.
DB: O sea, la primera vez se dieron cuenta hasta que se empezaron a ir y no habían pensado en eso.
SGS: No habíamos pensado que la gente se iba a ir y no miran porque se van yendo. Entonces, a los animadores que los teníamos en el escenario de la parte de la salida, los poníamos en la puerta como haciendo así de “mirad, que ahora todavía queda fiesta”. Y costó como dos años, por lo menos, en que la gente interiorizara que no se terminaba el espectáculo, que todavía ofrecíamos mucho más y que podían ver muchas más cosas habiendo pagado su entrada que ya estaba. Y luego nos venía bien porque consumían y se tomaban sus copas, pero ya tenían más espectáculo y más contenido que lo ofrecíamos con su entrada que habían comprado. Entonces, mucha gente empezó a quedarse y descubrió que había mucho más, pero costó trabajo. Y lo que te decía al final es un camino que no es que ya lo conseguí. Cuando lo consigues, de repente, al segundo o tercer año, recuperas todas las pérdidas del arranque y del principio, que pueden ser pérdidas si te retiras por el camino, o puede ser inversión, si aguantas y te quedas. Y ahí, de repente, pues te crees el rey del mambo y ya va todo fenomenal y dices “me voy a México, que ya ha llegado el momento, México, voy a conquistar el mundo”. Y llegas a México y vuelve a ser tu primer año en México.
DB: Es volver a empezar, claro.
SGS: Hubieron los vientos más fuertes de la historia, a ciento y pico kilómetros por hora, que se declararon días que los niños no iban ni al colegio, cerraron las escuelas, cerraron todo, se caían... ¿Cómo se llaman estos? Marquesinas, que ahí se llama...
DB: Sí, los panorámicos, los billboards.
SGS: Los billboards, los panorámicos, todo. Y tuvimos que cancelar tres conciertos.
DB: Ahí que era la primera vez, primera impresión.
SGS: Claro, los nueve días de festival y cancelar tres, una tercera parte. O sea, todo el margen y todo lo que hacía que los números funcionaran... Se va. Y también fue difícil. O sea, que al final yo creo que el gran aprendizaje es irte encontrando obstáculos y tú identificar que son obstáculos y tú darte cuenta que no es el final del camino, que es una parte que tienes que atravesarla y como si estuvieras en un maratón. Ahora viene un bache para arriba, ahora viene un momento difícil, pero no te preocupes que esto dura lo que dura y hay que seguir.
DB: A mí también me llama mucho la atención lo que dijiste de eso de no es un gasto, si sigues haciéndolo es una inversión, ¿no? Es eventualmente vas construyendo y construyendo, que es lo mismo que estás diciendo, es un obstáculo. Nada más un reto, vamos a seguir avanzando y seguir avanzando. Pero cómo... O sea, una cosa es decirlo hoy, ya viendo hacia atrás, pero en ese momento cuando, no sé, pasaba que a lo mejor no se llenó el foro o que se iba la gente o tal, ¿cómo anímicamente te pegaba eso?
SGS: Bueno, el primer año que perdimos, una vez que fuimos a España, perdimos hasta la camisa, o sea, que nos habíamos endeudado, habíamos hipotecado la casa, habíamos pedido créditos a los bancos, y de repente perdimos muchísimo y dijimos “¿cómo vamos a salir de esta?” Yo, la verdad, te tengo que decir que yo me planteé mucho y ya, una experiencia, lo hemos vivido, se acabó, yo esto no lo vuelvo a repetir, y mi marido, que es un hombre muy brillante, muy inteligente, me preparó, él quería seguir y me preparó un pros y contras de seguirlo haciendo. Y ahí fue donde me puso eso y dijo “a ver, tenemos dos opciones, o paramos, pero vamos a estar el resto de nuestra vida devolviendo todo el dinero que hemos perdido porque tenemos unos compromisos con los bancos, compromisos con amigos que nos han apoyado, y vamos a estar toda la vida devolviendo esto, nos ponemos a trabajar” y con un sueldo de una empresa, que no lo recuperas porque al final da para lo que da.
DB: Sí, pero aparte del tamaño de los artistas, el foro que construyeron, todos.
SGS: Claro, es mucho dinero que tienes que devolver. Tenemos esa opción, entonces, toda la vida, no pasa nada, esa es una opción y tenemos otra opción que es volverle a intentar, como hemos vendido tanto éxito, vamos a tener el apoyo para poderlo volver a hacer, porque la gente no sabe que hemos perdido hasta la camisa y los bancos nos van a apoyar. Es verdad, vamos a coger más crédito, vamos a agarrar más riesgo. Asumir más riesgo, pero... Él me hizo una pregunta clave, me dijo “¿tú crees que con lo que hemos aprendido ahora no sería un éxito?” Y yo, sí, claro, pero ahora, ya lo hemos aprendido, pero ahora que ya hemos pasado el desierto y ahora ya. Me dice “¿tú crees que si lo volviéramos a hacer ahora con lo que sabemos no sería un éxito?” Y yo, sí, ahora sí, pues vamos a hacerlo. Ya el máster nos ha costado carísimo, ya ese máster lo hemos pagado, ya vamos a seguir. Aprendimos muchas cosas, aprendimos, por ejemplo, que tú no puedes salir a la venta en mayo con un festival que empieza en julio, entonce a la gente le cuesta mucho interiorizar, que esto ahora es diferente, yo puedo lanzar un artista ahora y tener un concierto en dos meses porque ya la gente sabe lo que es Starlite, vas con una dinámica, ya tienes una red de que llega un montón, tienes cientos de miles de seguidores que tú lo lanzas en tus redes, en tu boletín y ya, pero hay partes de cero, entonces, no te da tiempo, no te da tiempo al boca a boca ya que la gente se entere. Y ese fue un gran error grave que lo aprendimos, ahora salimos a la venta en noviembre para que tengas capacidad de reacción y si en un mes y medio o dos ves que no vende, pues haces acciones para vender, ahí no lo hicimos así. Entonces, todo eso aprendes y...
DB: Explícame esto, perdón que te interrumpa, pero es importante lo que dices de que vendían éxito.
SGS: Pues, al final, yo creo que todos los proyectos... Hay dos cosas, por un lado son los números, que es interno, y ves si te funciona o no, y por otro lado es la percepción del público, la percepción de los medios de comunicación. Realmente Starlite fue un gran éxito el primer año. A cara al público era como “wow, ¿qué ha hecho esta gente?
DB: ¿Fue en el que David Bisbal cantó con Anotnio Banderas? ¿Fue ese primero o no fue el primero?
SGS: Ay, no, ese fue un poco más tarde. Ese fue un poco más tarde. Pero sí que vinieron grandes artistas, vino Julio Iglesias , Bisbal, todos.
DB: Pero la gente que estaba ahí dice “yo no tengo por qué saber cómo les fue, yo me la pasé increíble”.
SGS: Claro, vinieron 13 artistas que fueron espectaculares y mucho internacional, y además era un año que estábamos...En 2012, en España, había una gran crisis. No sé si en México pasaba o en Latinoamérica, pero en España había una crisis muy grande, de forma que todo el mundo se paró. La gente dejó hacer conciertos porque los promotores no querían invertir, arriesgar, si luego el público no iba a comprar el ticket.
DB: Venían arrastrando esa crisis de 2008, ¿no? Como 2008 y todos esos años...
SGA: Y esto era ya cuando estaba la crisis ya en lo más profundo, empezaba a arrancar para arriba, pero todavía la gente estaba muy deprimida, era muy complicado, con miedo de gastar, con muchos miedos. Y nosotros nos lanzamos con un festival, 13 artistas, que yo siempre decía que el número 12, porque 13 era como feo, pero fueron 13 la realidad. Y, claro, nosotros decíamos, pero somos los únicos, no hay nadie... En vez de darnos cuenta que todo el mundo estaba con un miedo que te morías, y todo el mundo se paralizó y dijo “este año no nos lo vamos a jugar”. Claro, eso fue una ventaja y una desventaja. La desventaja, que estábamos arrancando en un momento que no era próspero, ni era idóneo, era un momento complicado para arrancar. La gran ventaja, que no tienes competidores. Entonces tú llegas, haces algo, cuando no hay nadie haciendo nada, y eres el rey del mambo, te comes el mercado y todo el mundo habla de ti, y además, como la gente no...
DB: Y la gente de producción quiere trabajar.
SGS: Tienes a gente buenísima, quieren trabajar, artistas disponibles, porque están en sus casas, nadie les contrata, quieren hacerlo, y luego, además, el público, como no tiene oferta, eres la única oferta, por lo tanto, tienes mucha... Lo que pasa es que era un momento que la gente no tenía dinero para gastar. Y, pues eso, la ventaja, que en un año ya nos pusimos en lo más alto, todo el mundo hablando de nosotros, y vendimos un gran éxito a nivel comunicación, a nivel gente y tal. Por otro lado, a nivel ticket, o sea, a nivel venta, pues era un momento que la gente no le quedaba dinero en el bolsillo y no podía comprar las entradas por más que quisiera.
DB: Como para poner un contexto, ¿cuánta gente esperaban en el primer año y cuánta gente sientes que realmente llegó?
SGS: Pues, mira, te cuento, es por conciertos, hacemos 13 conciertos, el aforo son unas 3 mil personas.
DB: ¿En total o por concierto?
SGS: No, por concierto, 3 mil personas por concierto. Y los conciertos, el máximo que tenían eran 500 personas. Claro, imagínate, imagínate, tienes un 15%, un 16%... A ver, a nos arrasó Julio Iglesias, Julio Iglesias llenísimo, y algún concierto, fíjate que los que estaban más llenos, algunos sí que llenaron todo. Si hacíamos 13, pues en los últimos tres o cuatro, ya hubo el boca a boca y ya se llenó, pero en los primeros nos costó muchísimo.
DB: ¿Nunca llegaste en ese punto a pensar en “bueno, metamos gente de relleno”?
SGS: Claro, no nos quedó de otra, eso es vender éxito. Claro, si tú tienes un concierto que te van 500 personas y tienes 2 mil 500 sitios libres vacíos, dicen “que esto le está yendo fatal, esto es muy mal negocio”. Y la prensa lo hubiera trasladado, que nosotros rellenábamos, porque se tiene también el pro y el contra. Nosotros rellenábamos, y de cara a la gente, “qué exitazo, llenísimo, no sé qué”. Nosotros, una locura para llenarlo todos los días, buscar a quién le regalamos entradas. Esa es estrategia. Si tú regalas a gente de tu entorno, es el público que te puede comprar entradas, entonces, luego ya no te va a comprar. Entonces, pan para hoy, hambre para mañana. Tú no puedes invitar a tu público.
DB: Eso también quería preguntarte. La gente que te puede comprar y le regalaste, a la siguiente va a decir...
SGS: No, lo fácil es llamar a todos mis amigos a venir y hoy y mañana, pero entonces, ya no me van a comprar más. Entonces, ¿a quién tienes que invitar? A gente que estratégicamente no te vaya a afectar. Por ejemplo, teníamos un hotel oficial, hablábamos con el hotel, decimos “oye, queremos invitar a todas las camareras con sus maridos y con tal, porque queremos agradecerles cómo están cuidando a todo el equipo y a todos los artistas”. Entonces, venían las camareras y de repente decían “pero ¿podría tener una entrada más?” Bueno, sí, hacemos el esfuerzo que se venga con los hijos si quiere, pero por dentro tú “por favor, cuatro otras más colocadas, ya tengo cuatro”. O sea, fue una locura. O luego, de repente...
DB: Pero justo eso, no afectas al... No afectas a tu público ni a tu mercado.
SGS: O, por ejemplo, los de seguridad. Pues, oye, toda la gente de seguridad, vamos a invitar a sus familias. O, de repente, fundaciones de, de repente, de discapacitados, o gente con parálisis y, de repente, un artista con… Oye, pero este artista “¿cómo atrae a gente de tal? Les inspira, no sé qué”, y tú como “sí, debe ser”. Y todavía ahí a rellenar como podías. O gente que estaba en paros, o los ancianos, o sea, buscamos... Hicimos mucha labor social también, porque, claro, por un lado, te están rellenando, pero, por otro lado, a esa gente le das una motivación y le das una ilusión, y te los llevas, les pones un autobús, los traes a todos, les haces vivir una experiencia, entonces están todos felices, te sientes, joven, qué maravilla, pero, por otro lado...
DB: A ver, justo eso me llama mucho la atención, porque también te escuché platicarlo cuando hablabas de cómo llenaste o cómo hiciste para traer artistas a la gala. Y la forma en que mi cabeza funciona, yo tengo déficit de atención, pero entonces yo veo como todas las posibilidades en una sola cosa. A veces me hace mucho sentido el decir… O sea, esto que me dices, me hace mucha lógica el decir “okay, aprovecho un mismo lugar para generar ingreso, para quedar bien con ciertas personas o darles un gusto a alguien, para yo disfrutar, para tal, tal, tal, tal”, ¿no? Y esto, como lo acabas de hacer, como me lo acabas de contar ahora, pero quiero saber desde cuándo te diste cuenta, porque también lo hiciste y me puedes contar la parte donde cómo llegaste... O sea, la lógica que tenía detrás de decir “okay, hago un concierto pagado para que entonces vengan a los demás”. ¿Te acuerdas de esa parte?
SGS: Sí, sí, es que el Festival Starlite no surge como un negocio que teníamos planeado unos números, vamos a hacer esto, que se va a convertir en algo muy grande, no. Mi prioridad fue siempre la fundación y la gala benéfica. Entonces, llevábamos dos años haciendo una gala benéfica, Antonio Banderas y nosotros, para la fundación de él, que se llama Lágrimas y Favores y Niños en Alegría, que es la fundación que ya te conté que arrancamos en México, que ahora tenemos ya muchísimas escuelas construidas, 26, y entonces decidimos hacer un proyecto juntos para recaudar fondos para su fundación y para la nuestra. Y resulta que fue un exitazo también y se convirtió desde la primera edición en la gala benéfica más importante de España, porque vino gente importantísima, todos los artistas se prestaron a cantar, actuar, a venir, y funcionó de maravilla.
DB: Pero mi duda va sobre también cómo lograste, o sea, uno, cómo lograste meter a tantos artistas que te dijeron que sí, pero al mismo tiempo, que se me hizo una genialidad, esto de juntar...
SGS: Claro, entonces... Pero la gala, el primer año un éxito, es la gala benéfica que es un día dentro del festival. Y el segundo año ya nos dimos cuenta que ir siempre a pedir favores al vino que te dé el vino gratis, a la comida que te la ha comido gratis, a las flores que te las dé gratis y a los artistas que van a actuar gratis, al final es difícil. Y luego tienes una partida que no te lo dan gratis, que es traerte a los artistas, a la banda, a lo mejor consigas algunos hoteles, los billetes...
DB: Sí, toda la producción y todo lo demás...
SGS: El coste lo tienes, entonces cada vez se hace más complicado. Nos dimos cuenta que el primer año un éxito era la novedad, pero que iba a ser difícil. Y nos dimos cuenta también que las grandes galas benéficas en el mundo se hacen alrededor de un gran evento. Por ejemplo, tienes la gala de Amfar en Cannes, que se celebra durante el Festival de Cine de Cannes ¿Por qué? Porque tienes a todos los artistas y ahí es mucho más fácil. Por ejemplo, la gala de Elton John durante los Óscar, pues es que está todo el mundo en los Óscar, es muy fácil venir a la gala, no es que tengan que trasladar a todo el mundo a ver esa gala, entonces hace mucho sentido. Y entonces pensamos “¿por qué no hacemos un concierto el día antes y un concierto el día después empresarialmente como promotores y les pedimos a esos dos artistas que se queden a la gala?” Es muy fácil porque ya están acá, entonces ya es como “oye, mira, yo te contrato, nosotros te pagamos tus honorarios, tu contrato y tal, pero el día de la gala, que es el día antes, el día después, te quedas y nos cantas una canción”, y ese era un poco el trato. Y entonces, y ahí era mucho más fácil porque ya entonces puedes ir a los del alcohol “oye, ponme el alcohol gratis para la gala y yo te compro alcohol para el día antes y el día después para los conciertos para vender alcohol”. Al del sonido, dices “oye, me pones el sonido para el día antes y el día después, el día en medio, ya lo tienes instalado, ya me lo dejas ahí, ese día no me lo cobras”. Claro, entonces juegas a eso, yo te doy, tú me das y se compensa.
DB: ¿Siempre has pensado así? O sea, ¿siempre has tenido esta forma de resolver las cosas, de combinar como intereses y alinearlos y decir “a ti te conviene y a mí me conviene”? ¿O a partir de cuándo te diste cuenta que podías hacerlo, o sea, que funcionaba hacer esto?
SGS: Yo, inconscientemente, de alguna manera, yo siempre he querido que los negocios, las relaciones o todo, tiene que ser un win-win. No vale que a uno le funcione al otro, no, porque eso no tiene continuidad. Soy de las que piensan...
DB: Sí, “sentí que me defraudaste y ya no...” O sea, “te creí una vez y después no”
SGS: Claro, o sea, tú tienes que... Al final en el negocio, incluso la amistad, las relaciones, tiene que ser un win-win siempre, que a las dos partes les salga bien, entonces tú no puedes estar pidiendo, pidiendo, pidiendo y no dar nada a cambio. Y, en cambio, es mucho más fácil de yo te compro y tú me das. Yo te hago ganar dinero, pero luego te doy la oportunidad, con el marco que tienes, que a mí me compenses o me apoyes o incluso te involucres en una causa social y en un proyecto que también te vas a sentir orgulloso, pero ya no te va a ser tan dificultoso, porque te estoy dando las herramientas.
DB: O sea, te la estoy dejando fácil para que no me tengas que decir que no.
SGS: Te lo pongo fácil, pero venga, súmate. A mí me encanta eso, sumar y sumar fuerzas, porque entre todos somos mucho más fuertes. Y a la gente muchas veces ni se le ocurre, pero cuando les das las herramientas para que se puedan sumar y además se sienten que aportan y que dan un valor añadido y sienten que hace sentido, pues al final es mucho más poderoso.
DB: Quiero saber, tú te involucras mucho en todos los proyectos, justo ahorita estabas hablando de la edición, la producción y demás. ¿Cómo le haces cuando estás produciendo algo que no se ha hecho antes? Tratando de ver el tema de los equipos de trabajo, de las productoras, de todo donde les dices... O llegan y te dicen “es que así se hace aquí, o siempre se hace así”. Y tú “no, pero es que yo me imagino que va a ser esto otro, o necesito tal”. ¿Cómo le hacías, por un lado, para darte a entender y que sucediera lo que tú querías? Y, por otro lado, un poco como para que te compraran esa idea y se sumaran al proyecto cuando no existía un previo.
SGS: Me encanta, me encanta, porque es verdad que los principios son más difíciles, porque te diga gente que va toda la vida en esto y te dice “no, no, es que siempre se ha hecho así”. Pues aquí no, aquí se hace diferente. “Es que esto es así”. Muchas veces viene muy bien meter en los equipos a gente que no sea de esa industria concreta, para romper un poco el molde. Nosotros hemos metido mucha gente en la hostelería para darle fuerza a todo el tema de food and beverage, de comida y bebida. Hay que romper un poco esquemas. Siempre cuesta romper esquemas cuando eres el primero. Luego, cuando eres el primero y tienes éxito, estás innovando y todo el mundo te copia. Estás liderando un sector. Y eso también es una parte que hay que seguir liderando, porque también hay gente que inventa algo o apuesta por algo, crea una tendencia, pero ya se estanca ahí y se cree que lo ha conseguido y le adelantan por la derecha y por la izquierda. Cada año hay que reinventarse, cada año hay que replantearse, cada año hay que cuestionarse. Y a mí cada vez que los equipos me dicen “no, es que siempre se ha hecho así”, pues se va a hacer diferente. Pero, mira, cosas de repente que veo incluso a fecha de hoy, después de hace años, digo “¿pero no veis que esto no es operativo?”
DB: ¿Tienes un ejemplo de algo, te acuerdas?
SGS: Pues mira, sí, por ejemplo, las pulseritas que te dan para distintas zonas. Al final, pues si eres VIP, VIP en el parking, VIP que puedes entrar en la zona, no sé qué. Y la gente termina con siete pulseras. Digo, pero a ver, ¿no hay una manera más operativa y más fácil? Porque no tiene sentido que la gente se vaya con siete pulseras. “Es que siempre se ha hecho así”. Sí, sí, lo vemos complicado, vemos que no es operativo, pero es que siempre se ha hecho así. Pues vamos a sentarnos y vamos a plantear a ver qué se puede hacer diferente para no seguirlo siendo así, para hacerlo de otra manera. Pero tenemos que buscar algo que sea óptimo y que haga más sentido.
DB: Sí, más práctico.
SGS: Y eso es de este año, que llevamos once ediciones. O sea, que siempre te pasan cosas que siempre se han hecho así, pues vamos a replantarlas. Es verdad que el primer año no te puedes replantar todo y vas a lo fácil. Para entrar en esta zona, pulsera, falta... Pero ya vamos a aglutinar, a tener el big picture y a ver, pues esto de esta manera, esto se resuelve y cada vez tienes más recursos por el aprendizaje que vas agarrando cada año.
DB: ¿Cómo decides qué cosas sí vale la pena atender en ese momento y cuáles no? O sea, cómo dices “ok, esto es lo que se tiene que innovar, hay que cambiarlo, pero esto no puede cambiar.” O sea, me imagino que hay algunas cosas que la gente ya espera y que si se las quitas van a decir “¿Cómo? Yo voy por eso en particular, y ya no me está gustando”, no sé cómo lo miras.
SGS: Hay dos preguntas en una, de alguna manera. Por un lado, creo que hay siempre que innovar, que es sorprender y es muy difícil cuando tu oferta o tu concepto es el mismo. Realmente son conciertos al aire libre. Entonces, llega un momento que no solo puedes innovar con los artistas, porque los artistas van y vienen y un año tienes uno y otro otro. Te tienes que reinventar con el espacio, te tienes que reinventar con la comunicación, con el marketing, con la oferta, con cómo se ve la experiencia, con el previo, con todo. Hay que replantarse cada cosa. Y por otro lado, hay lo que son los core, los core, la esencia, que la esencia tiene que ser la misma. O sea, de repente no puedes cambiar la esencia.
DB: Es una línea delgada entre decir “quiero inventar algo nuevo, quiero sorprender”, pero como un artista que dice “oye, yo canto este tipo de música” y de pronto saca un disco distinto y dices “a algunos les va a encantar y a otros no”.
SGS: Tiene toda la razón y eso es así, es muy curioso. Muchos artistas de repente ven que su público de toda la... O sea, muchos artistas ocurren que decepcionan a su público de toda la vida. Sí, que tienes toda la razón, me impresiona tu percepción porque es increíble que tengas esa sensibilidad para darte cuenta. Sí, hay artistas que de repente cantan un tipo de música y de repente se ponen súper de moda todo lo del reggaeton, todo esto y de repente hacen versiones reggaetoneras y tú dices “es que tu público no está escuchando eso ni quiere eso tu público, otra cosa”, y acaban decepcionando a su audiencia. Entonces, es muy importante tener identificada cuál es tu esencia, cuál es tu core, como si fuera la matriz, la raíz, de dónde parte todo, qué es lo que ha hecho que enganche a gente que te siga y que se entusiasme con tu música o con lo que ofreces y a partir de ahí ir innovando en todo lo que son las capas, pero no en la esencia. Entonces, eso, tienes que tener muy claro el norte. Es como si la esencia nuestra es la música, la esencia nuestra es para todos los públicos, la esencia es...
DB: Además, es eso, es un perfil de cantante, no es el que está más de moda siempre, hay cierto nivel de cantantes con los que ustedes están o artistas que encajan con su público y que su público se espera ver y que a lo mejor si un día llegas y se pones a alguien que es famosísimo en TikTok y es que tal...
SGS: Nos ha pasado, nos ha pasado de poner artistas, que no te voy a decir nombres porque no quiero que se sientan mal, pero ha habido artistas que son muy grandes, muy potentes, pero funcionan en otras audiencias. Nuestra audiencia es una audiencia muy familiar y aunque es para todos los públicos y de pronto haces cosas para niños pequeños, tenemos muy distribuido y muy repartido, porque como tenemos conciertos todos los días, pues un día es más para niños, otro día es para gente joven, para más maduros, para mayores, tenemos todo tipo de música, es muy ecléctico, pero de alguna manera es muy familiar, es como un público muy sano, público que se ilusiona, público que busca desconectar y encontrar en esta... Pero no es un público indie, no es un público... O sea, lo nuestro es muy comercial en el sentido... No es como muy de nicho, no es como de repente muy transgresor...
DB: Es que hay festivales que lo que buscan es “nuestro sello del festival es que te va a poner artistas que hoy no conoces, pero que te van a gustar y tienes que descubrir”. Hay otros que te dicen “yo voy a poner a los tops de cierta industria en particular, o reggaeton, o rock, o lo que tú quieras”, y en tu caso, como estás diciendo, es este artista que sea suficientemente... Es multifacético, mainstream, que agrade a muchos...
SGS: Nosotros, la verdad, vamos a artistas que ya lo han conseguido. O sea, vamos a artistas, luego tenemos otra política que va en paralelo y por otro lado de apostar por talento joven para darles la oportunidad, atrás de la plataforma Starlite, de tener esa visibilidad y que le descubran. Pero los conciertos en el auditorio son gente que ya lo han logrado, que son grandes y que ya tienen un nombre y tienen un peso en la industria. Porque si no, no llegan al auditorio. O sea, no podemos poner...
DB: Sí, es un buen negocio, no te puedes arriesgar.
SGS: Y ya no solo es por riesgo, sino que al final, en un festival que tiene siete escenarios, este es un escenario que tienes a gente probante que vaya a ir a descubrir, pero al mismo tiempo puedes ver a un artista grande. Aquí no es simultáneo. Tú tienes un auditorio y tú compras entradas específicas para ese concierto. Entonces, no te van a comprar entradas por un desconocido, para ir a ver a alguien que no saben quién es. Otra cosa es una responsabilidad dentro de lo que es la industria y dentro de ser los líderes de la industria en decir “oye, si tenemos tanto peso, a nivel internacional y tenemos la capacidad de dar oportunidades a gente joven que está intentando tener un sitio y quizás por no tener la exposición no se le da, seamos nosotros los que brindamos esa oportunidad” y cada vez más atrás de la fundación, pues estamos estamos apostando más por dar esa oportunidad a ese talento joven, y de repente pasa… Y de hecho ya pasa, o sea, piensa que nuestro escenario pequeño, que es un poco el experimental, es un escenario que cuando terminan los conciertos en el auditorio pasa a ser la gran fiesta y ahí te actúan DJs, sigue la fiesta hasta las seis de la mañana, pero a primera hora ese escenario muchas veces se utiliza para artistas noveles que tengan la oportunidad, y ahí hemos tenido a Morat, a Sebastián Yatra, hemos tenido a Antonio José, que es muy conocido en España y se ha hecho muy grande, hemos tenido a Álvaro Soler, a Sofía Ellar, que son todas personas que luego han terminado el escenario grande. O sea, al final yo creo que es un proceso.
DB: Pero bueno, lo mismo de lo que me llama mucha atención en tu forma de trabajar, es que, a lo mejor consciente o inconscientemente, pero también esa oportunidad que le das a estas personas, que igual sirve a la audiencia, sirve al festival, pero también a ellos le sirve, al final ya hay cierta lealtad hacia… “Tú me diste una oportunidad y entonces es más fácil negociar para una segunda ocasión, de esa ocasión de “oye, ahora te queremos en el escenario grande”, es como “claro, tú me apoyaste, te voy a apoyar”, ¿no?
SGS: Claro, esto se ha convertido en una gran familia y esto que hablas de la lealtad es muy importante. Hay muchos artistas que dicen “me da lo mismo que haya otra oferta e incluso que me paguen más en otro lado, yo voy a Starlite, que es que yo soy parte de la familia Starlite”, quiero estar ahí. Y hay artistas que son incondicionales y que directamente cierran la gira y dicen “Starlite”.
DB: ¿Cómo logras eso?
SGS: Pues, mira, mucha es la apuesta de cuando no eran grandes, es apostar por ellos, por otro lado, también el cuidarles, el darle su lugar, en preocuparte porque estén bien, el cuidarles mucho a nivel prensa, también que les sume a ellos, que no sea solo “hago esto para sumarle a Starlite, hago esto porque me pagan y listo y es un concierto más la gira”. No, “esto es estratégico porque en mi gira en España, incluso internacional, voy a tener una exposición que me va a ayudar en el resto de mi gira y me va a hacer vender más boletos” porque nosotros tenemos una campaña de televisión muy potente que empieza en noviembre hasta final de año.
DB: Es que eso que me dices igual... Yo estoy pensando en la gente que está escuchando, bueno, en mi caso personal, donde dices “ok, quiero hacer algo, todavía no soy tan grande o todavía no tengo el poder”, pero estas pequeñas cosas, eso que me dices “ok, no lo hagas, no compites con otro evento o con otra propuesta por tal de que el artista o quien a quieras traer lo vea como algo más transaccional”, sino “conviértete en una decisión estratégica”, o sea, que te conviertes en...
SGS: Pero en la vida son decisiones estratégicas todo, no solo para un artista, para todo. Si tú piensas con cabeza, tú puedes elegir a corto o a largo plazo, el placer a corto plazo o la recompensa a largo plazo, y es todo así, o sea, no solo el artista que dice “oye, me pagan más en esto porque hay 18 mil personas en vez de 3 mil”, o puedes decir “no, es que esto resulta, que tengo un campañón de televisión, que todos mis conciertos de toda la gira se van a vender fenomenal, va a ser un éxito, y por lo tanto, esto va a ser el que tire de todo”. Pero en la vida también pasa lo mismo a nivel profesional. Mira, te pongo otro ejemplo, ya no de los artistas, de mucha gente que trabaja en Starlite. Ahora tenemos el recruitment, porque trabajan mil personas durante el festival y hacemos las convocatorias para elegir a gente que trabaja en el festival. Y hay muchos hijos de amigos que me llaman, “oye, mi hijo quiere trabajar y tal”, oye, pasa la selección, pero siempre intentas que esta gente entre. Yo siempre les hago una pregunta: ¿tú qué quieres, corto plazo o largo plazo? ¿Qué estás buscando? ¿Hacer dinero este verano? Que es una opción maravillosa, también puede ser, y también te curte, porque sales de tu círculo de seguridad, pero te pones de camarero, a servir copas trabajando, porque es duro, tienes el primer horario al show, estás ahí... Y eso es una opción, estás sirviendo copas, o estás de chofer y cobras un sueldo, está muy bien, y te haces el verano, o si tienes posibilidad, y no lo necesitas tanto, depende de los casos también, pero también ese es un aprendizaje, dices, “oye, yo estoy estudiando la carrera de periodismo, o estoy estudiando la carrera de audiovisuales”, te metes de becario en el departamento correspondiente, y es un máster que normalmente tendrías que pagar, y aquí cobras un sueldo mucho más bajo simbólico, porque estás de becario, estás de aprendiz, pero realmente sales con un máster hecho que aprendes más que en toda la carrera, porque estás realmente tres meses con un equipo superprofesional, haciendo, de repente, un programa de televisión que va a 60 países.
DB: Y que no te hubieran dado entrada nunca, o sea, no te hubieran dado acceso para llegar a algo así, poder tener ese nivel de cercanía y demás...
SGS: No lo tendrías. Y lo tienes en tu currículum, y ya sales de la carrera y tienes muchas más posibilidades de trabajo, muchas más. O los DJs, por ejemplo, que actúan en Starlite, en la fiesta, cerramos unas condiciones que no cierran en ningún sitio, porque lo tienen todo el invierno cubierto en Madrid, porque en su currículum ponen “soy DJ de Starlite” y ya tienen todo el invierno cubierto. Entonces, son apuestas personales. No hablo sólo el festival, en toda la vida son apuestas personales. Oye, ¿tú qué quieres en tu vida? ¿Quieres el corto plazo o el largo plazo? ¿Tú estás trabajando para el ahora, el hoy? ¿O estás trabajando para construir? Y la vida sí se trata de eso.
DB: Hablando de construir y de ir pensando a largo plazo, algo que me llama mucho la atención de Starlite, que si bien es un concepto muy distinto a lo que ya existe, algo que yo extraño mucho en eventos es la posibilidad de conocer gente. Eso es lo que a mí me emociona mucho, el poder decir “bueno, a ver, si estamos todos viendo lo mismo, tenemos ya al menos un interés en común y es fácil que podamos conocer algunas personas”. Starlite me da la impresión de que favorece el que se construyen relaciones, que no es nada más voy porque puedo ver el concierto, sino que voy porque puedo conocer a gente que tiene gustos como yo y eventualmente puede llegar a surgir algo, ¿no? A tener una relación más formal, a empezar un negocio juntos, a lo que sea. Y, entonces, quiero ir cada año, ir cada año y cada año, ¿no? ¿También fue desde el inicio pensado de esa forma?
SGS: Yo creo que eso fue surgiendo, eso más que pensarlo, porque no lo puedes pensar así, pero Starlite se ha convertido en un punto de encuentro donde se junta gente de todas partes del mundo y, al final, cuando tú sales de fiesta, estás totalmente desinhibido de... No estás con la presión del trabajo, no estás pensando en hacer business, estás en otro contexto. O sea, no tiene nada que ver en estar pensando en una reunión de trabajo a estar con alguien tomándote una copa, es que no tiene nada que ver. De hecho, ya no son solo relaciones y amistades y cosas que surgen, oportunidades profesionales. Mira, el director comercial de una cadena de televisión muy importante con la que estábamos en los primeros años, el director comercial, él al final se fue de ese puesto y montó su propia empresa, y sobre el palco que teníamos de acuerdo con la televisión que era sponsor, dijo “yo quiero comprar mi palco, quiero seguirlo teniendo, porque los negocios que cierro ahí, no los cierro en todo el año trabajando con reuniones”, porque, claro, yo invito al palco de Starlite al presidente de una empresa o al dueño, que es el decision maker, y no solo vienen, sino que me dicen, “voy con mi mujer, ¿te importa que vaya con mis hijos?” Y, entonces, al final lo tienes feliz y lo que quieren es compensarte y quiere ser agradable contigo, porque le has dado un regalo maravilloso, a compartir con su familia o con su mujer un momento mágico, y, entonces, hoy una copa, hoy vamos a hacer esto y este proyecto, y ya estás en una actitud de construir, de vamos a hacer cosas juntos, que es muy diferente a una reunión que tú le vas a plantear una propuesta y el otro está más, “¿qué me quiere vender?”
DB: Sí, sí, a la defensiva, ¿qué va a pasar?
SGS: No tiene nada que ver, entonces, el palco de Starlite… Y nos dicen, gente que tiene palcos, que es que el palco de Starlite… Se lo piden más el poder asistir a un concierto del palco de Starlite que el Real Madrid , el palco del Real Madrid. O sea, el palco del Real Madrid te lo piden mucho para la Champions , para la final de la Liga, para el Barça y el Madrid, pero, realmente, hay muchos partidos a lo largo del año que no tienen tanto atractivo. En cambio, en Starlite el concierto está muy bien, pero es lo de menos, es las experiencias, el vivir, el ver toda una cantera iluminada, el ver que va cambiando de colores toda la roca, que es como muy místico, el estar viendo las estrellas y ves todo el cielo iluminado, es una sensación… A ver si te pillas por aquí este verano y te vienes a verlo, porque, realmente, te digo que la gente que lo experimenta y lo vive dice “bueno, esto es único, místico”. No existe una parte del mundo igual, la acústica es extraordinaria, porque tiene toda la cantera que es en forma de anfiteatro, realmente, se ven experiencias muy únicas y muy increíbles. La cantidad de pedidas de matrimonio, que la gente se mira arriba y dice “oye, cásate conmigo”, o momentos que marcan la vida de personas, o cuántas parejas han salido de Starlite y me dicen “no, es que yo conocí a mi pareja ahí”, o “yo la llevé por primera vez a mi primera cita” y, al final, acaba siendo parte de la historia de las vidas de muchas personas que se las han cambiado sin ser ni siquiera conscientes, y eso es maravilloso.
DB: ¿Hace diez años te imaginabas que esto iba a poder pasar?
SGS: A ver, siempre apostamos muy fuerte, y nosotros teníamos muy claro que no veníamos a hacer algo corriente y una cosa más, porque para hacer algo corriente ya que lo hagan otros, o sea, nosotros veníamos a hacer algo extraordinario, y creo, además, firmemente, que en la vida, cuando haces algo, tienes que buscar la diferenciación, tienes que buscar el crear algo que nadie haya hecho antes para dejar tu legado, dejar una huella, hacer algo. Dices “es que esto es muy buen negocio”, pero voy a estar vendiendo clavos, tornillos, ya que lo venda otro, yo no he venido a este mundo, que tenemos aquí un tiempo relativamente corto con lo que es la eternidad para que esto sea el legado que dejó la huella, solo hacer dinero. El dinero está muy bien y ganarse la vida, pero hagamos algo que realmente esté basado en explotar nuestros dones, nuestros talentos, y dejar un legado y, de alguna manera, directo e indirectamente, hacer felices a la gente, ayudar a la gente con sus misiones en la vida, hacer que el mundo sea un mejor lugar donde estar.
DB: Sí, será una cosa que, si el día de mañana no existe, la gente lo va a extrañar y quiere que vuelva.
SGS: Claro, entonces, para mí eso siempre ha sido importante. Me he ido por las ramas, me estabas diciendo...
DB: No, que si te hubieras imaginado, entonces...
SGS: Ah, entonces, de alguna manera, siempre hemos apuntado a la luna para, si no llegabas tan alto, dabas a las estrellas, pero es verdad que una cosa es imaginártelo y soñar, que es el primer paso para lograrlo y para llegar, y otra, que se vayan realizando y vayas dando pasos. Y en cada momento que hemos tenido obstáculos y dificultades, lo difícil es extraerte, mirar desde arriba y decir “estoy pasando un bache, pero el camino es todo esto”. Ahora es un momento de dificultad, pero luego vendrá el momento bueno y esto pasa, y esto no es el final, porque al final todo sale bien y siempre sale bien si llegas hasta el final, si te quedas por el camino y te retiras, no.
DB: Pero ¿sí da ansiedad en el momento? ¿Sí dan bajones?
SGS: Muchísimo, muchísimo, o sea, como todo el mundo, lo que pasa es que el gran aprendizaje...
DB: O sea, como estás feliz y dices “es que sé que le va a ir bien, pero hoy estoy angustiado, estoy tal”. ¿Si te pasa?
SGS: Pero claro, y tienes angustias, y tienes ansiedades, y tienes dificultades y encrucijadas que no sabes si te va para la derecha o la izquierda o por dónde ir, pero al final lo importante es tener claro que estás en una parte del camino. Es como los grandes atletas que dicen “bueno, tengo maratones, tengo que llegar hasta el final” y hay momentos que tienen una sensación de que se mueren, momentos que dicen “mira, me quedo aquí, no aguanto más”. Pero por eso la cabeza tiene que estar firme, y la cabeza es lo más importante que tenemos, la cabeza, la conciencia, y la cabeza hay que trabajarla, porque la gente general trabaja mucho el músculo, trabaja mucho el gimnasio, pero la cabeza o la trabajas y la mantienes...
DB: Ejercitada.
SGS: Ejercitada a foco, o se rinde muy fácil. O sea, tú no te puedes pegar un maratón un día sin haber hecho ejercicio físico, porque es que te quedas por el camino, pues la cabeza no te puede lanzar en un proyecto enorme si a lo largo de tu vida no te has retado, no has salido de tu círculo de seguridad, no has hecho los ejercicios de ver, bueno, voy de aquí a aquí, y aquí me voy a encontrar esto y esto, pero mientras que estoy viviendo el proceso, sé que es parte de la dificultad. Si tú eres capaz, que eso es un aprendizaje, de cuando estás en un momento de dificultad, a extraerte, mirar hacia arriba y decir “voy a estar mucho mejor, porque peor no puedo estar, y lo estoy pasando fatal, pero luego vendrá lo bueno…” Claro, es muy difícil cuando tú estás en paro, no tienes trabajo, tu mujer te deja, vas a perder la casa, dices “esto no tiene solución, pero si tú eres capaz de pensar “bueno, peor no me puede ir, a ver, vamos a ver con qué herramienta he ido contando, qué activos tengo, activos a nivel todo, oye, pues tengo estas amistades, tengo esta persona que me puede ayudar”, y me pongo frío y no estoy con la mente negativa diciendo “se acabó”.
DB: Sí, no debes enfocarte en todo lo que no, te enfocas en todo lo que sí.
SGS: Y todo lo que sí, y te pones a poner un papel, pros y contras, a ver, te pones a focalizarte, ¿cuáles son mis miedos? Vale, pues si tienes los miedos muy localizados, los puedes como...
DB: Encapsular.
SGS: Encapsular, muy buena palabra, los puedes encapsular, si tú a todo tienes miedo, pues al final no...
DB: Sí, si tienes claro qué, ¿no? Como cuando alguien dice “es que siento que debo dinero”, pero si no tienes claro cuánto debes, pues nunca... Estás ahí como en las nubes
SGS: Claro, y si encapsulas los miedos, que también si tú sabes “oye, es que tengo miedo, me da vértigo tal situación”, pues ya cuando lo estás viviendo y dices “es que estoy con mis miedos, no voy a dejar que tomen aquí una posición importante”. Tienes claro cuáles son tus talentos, cuáles son tus dones, y focalizas tu atención y tu energía en los dones y talentos, qué es lo que te han dado para que cumplas tu misión de vida y para que encamines tu rumbo por donde tienes que ir, pues ya está, mucha gente se desvía de su rumbo y de su misión de vida porque los miedos los atrapan de tal manera que no son capaces de ver el camino, y entonces todo los conflictúa, todo los... Pero yo creo que quizás la mayor enseñanza en mi vida y el mayor consejo que me atrevo a dar a la gente es no tener miedo, y si tienes miedo, identificarlo muy claro. ¿Sabes cuál es el mayor problema de los miedos? Que los miedos, al no tenerlos identificados, pues se hacen enormes, es falta de información, falta de información. A mí, de repente, mi equipo me dice “vamos a poner carpas en Starlite” y yo digo “oye, ¿perderte el cielo iluminado y perderte esa visión?” “No, por si llueve, por si llueve”. Y digo “a ver, sácame una tabla. ¿Cuántas veces ha llovido en julio y agosto a lo largo de los últimos 15 años? Y tráeme números, entonces vamos a analizar. Si tú me dices que una o ninguna, pues no hace falta carpas, si tú me dices que hay 50% de las veces, planteémonos carpas”. Pero los miedos, la mayoría de veces, se basan en desconocimiento. Si tú el miedo lo atacas de frente, lo analizas. “A ver, ¿por qué tengo miedo? ¿Qué es lo peor que puede pasar?” Porque hay gente que tiene muchos miedos. Depende la edad que tengas y depende cuál sea tu punto de mira, el miedo es mayor o menor. Cuando estás estudiando en la universidad dices “es que si suspendo el examen, me muero, me muero”. A ver, vamos, no te vas a morir. ¿Qué puede pasar? “Una bronca de mi padre”, bueno, pues la pasas, tampoco pasa nada. “Es que si suspendo, puedo repetir”. Bueno, no se ha acabado el mundo, vamos a repetir, porque si repite, pues un año más de aprendizaje, un año más, porque el segundo año vas a sacar matrícula honor, porque se supone que ya te lo sabes, ya lo has vivido, vas a sacar muy buenas notas, tampoco pasa nada. ¿Qué te puede pasar si suspendes? “Es que se van a reír de mí”, pues que se rían un rato, y luego te reirás tú de ellos. ¿Qué te puede pasar? Eso lo vemos muy obvio cuando tienes una edad, porque ya has pasado por eso, pero el niño jovencito que se juega la vida en ese momento, en un examen que suspenda, no le hace tanta gracia y se le acaba el mundo.
DB: Sí, y volteas hacia atrás y te das cuenta de muchas veces que pensabas que era el fin del mundo en la escuela o en la universidad o lo que sea y no lo era. Una relación de chico, de “ay, es que terminé con esta persona” y dices...
SGS: Ah, yo me siento con mis sobrinos, que son una monada, y digo “a ver, ¿qué ha sido lo peor de tu vida?” Y me dicen “horrible, he tenido un día horrible, porque fulanito le dijo que yo era malo al otro amigo”. Y digo, “¡qué horror! ¿Y qué pasó?”. “No, al final yo fui…” Y el pobre niño lo está pasando fatal y lo vive y se le termina el mundo. Y tú dices claro, el círculo de seguridad está así, se supone que cuando vaya creciendo, con los años, va a estar así, y luego así, y luego así... Pero si tú no haces el proceso de ir creciendo el círculo...
DB: Sí, hay que estarlo ejercitando y tratando de ser cada vez más consciente de eso.
SGS: Te pierdes aquí, te quedas aquí, y hay gente que ellos mismos se autolimitan porque viven en el miedo, y viven en la angustia, y viven en la ansiedad, y eso está muy bien para retarte. A mí me gusta, a mí me pone el miedo.
DB: ¿Te gusta que te reten? O sea, que dicen “es que eso no se puede hacer”.
SGS: Hay una palabra prohibida en la oficina: imposible. “Esto es imposible” y yo digo “espérate, a ver, vamos a ver”. Pero para mí imposible no existe. Lo único imposible es resucitar a alguien. La muerte y la vida, eso no depende de uno. Pero todo lo demás… “Es que no se puede, es que no lo ha hecho nadie”. Pues vamos a intentarlo, a lo mejor somos los primeros. O no sé, que de repente pides un billete de avión y “está llenísimo, sold out, imposible”. Vamos a buscar recursos, vamos a buscar vías, vamos a ver tal, vamos a hacer escalas, vamos... ¿Te lo has planteado? Hay muchas opciones. Lo que pasa es que no nos dejan ver esas opciones nuestros propios miedos. Y nosotros somos nuestro peor enemigo. ¿Sabes una cosa? Si hiciéramos todo lo que somos capaces de hacer, alucinaríamos con nosotros mismos.
DB: Nos sorprenderíamos todo el tiempo.
SGS: Pero todo el tiempo.
DB: A ver, Sandra, me voy a cambiar a otra cosa, voy para atrás. Nada más, tengo una duda de... Te veo que eres muy... En México decimos echado para adelante, como con mucha certeza y esta mentalidad de voy por todo y demás. ¿Desde qué edad o qué pasó para que empezaras a pensar así? ¿Cómo eran tus papás contigo? ¿De dónde sientes que tienes esa personalidad?
SGS: Tiene mucho que ver con mi infancia. Yo creo que es muy importante la educación que recibes. La educación, la motivación o la confianza en ti misma que recibes. Tú la confías y también hay una parte genética pobre. Hay gente que es muy negativa y ve siempre el vaso medio vacío, entonces, tiene un ejercicio adicional de pensar “vamos a ver el vaso medio lleno”, entonces tiene que conscientemente hacer el clic. Yo tengo la suerte de que soy muy positiva. Eso es un punto de partida. Pero creo firmemente que tiene mucho que ver en mi madre y en cómo me educó y cómo creyó en mí. Creo que es una gran responsabilidad para los padres, enorme, el cómo educan a sus hijos, porque luego le van a hacer la vida mucho más fácil o mucho más difícil.
DB: ¿Te acuerdas de algún momento?
SGS: Bueno, todo, todo. Para empezar, mi madre, desde chiquitita, cuando yo le contaba la idea más disparata del mundo, más loca, “mamá, tengo una idea, voy a hacer esto,” no decía, “niña pero qué tonterías es eso, te va a hacer mal”. Decía “guau, qué idea, si alguien es capaz de hacer esto, eres tú”. Esa es la razón, “si alguien es capaz de hacer esto, eres tú”. Y yo decía “si esta persona tan mayor, a la que yo admiro tanto y que confío tanto en ella, cree que yo soy capaz, y hace que me quita mi miedo, lánzate, porque no va a pasar nada, ella me ha dicho que puedo, pues si ella me ha dicho que puedo, puedo”. O sea, ya no me planteo más. En cambio, si una madre te dice “estás loca, te vas a caer...” ¿Cuántos padres, por querer proteger, están todo el día “cuidado, que te vas a caer, que te va a salir mal, y no hagas esto”? Y, claro, al final crean un niño que todo el tiempo “cuidado, cuidado, cuidado”. Y va por la vida pidiendo permiso. Ya pedirás perdón, si te equivocas, pero tú, lo primero, lánzate. Y hay que lanzarse para experimentar, para probar, para ver. Mira, yo, de chiquitita, lo que te decía con mi madre, yo con ocho años monté mi primera empresa, con ocho años. Y fui con mi madre y dije “mamá, voy a hacer pulseras y trabas con hilos y con cordoncitos y con unos plásticos que recortaba, y hacer unas gomas de pelo”. Con ocho años. “Mamá, tengo una idea, voy a hacer esto y lo voy a vender en el patio del colegio”. Lo que iba a ganar era ridículo. Yo ya quería montar mi negocio. Y me dice mi madre “¡qué buena idea! Enséñame, ¿qué diseños tienes, qué ideas? te puedo ayudar? Oye, yo te hago de segunda, tú dime lo que tengo que hacer”. Y yo “ah, pues, mamá, te pones aquí, mira, las tijeras, tienes que recortar esto” que mi madre se sentaba conmigo y lo hacía, y decía “¿está bien?, ¿te gusta?, ¿lo estoy haciendo bien?”
DB: Y te está dando parte de una confianza de poder también, yo le puedo enseñar a otros a ayudar, o sea, no tengo que hacerlo ni sola.
SGS: Claro, es como yo te apoyo, yo estoy contigo, pero además, tú eres la creadora. Y entonces “¿está bien? ¿te gusta cómo lo estoy haciendo?” “Sí, mamá, está muy bien, está muy bien”. Y de repente me proponía, “¿te parece que le hagamos este color?” Y yo “ah, pues, lo veo bien”. Entonces, mi madre me ayudó a hacerlo. Y yo me iba con un pañuelo grande, lo ponía en el suelo, en el patio, y ponía todas mis pulseras, entonces, lo vendía y yo me sentía y llegaba “he ganado tanto dinero”. Fíjate, mi madre, si creía en mí, o si tenía esa filosofía de apostar, que me decía “vamos a ir a vender a las tiendas, vamos a buscar las mejores tiendas y vamos a vender tus pulseras”. Iba a las tiendas de diseño maravillosas, había una que se llamaba Diseño, que vendía una ropa maravillosa, cosas de marcas y tal. Y llegaba conmigo a la tienda y decía “oye, mi hija ha diseñado una colección que quiere venderla aquí”. que cualquier persona hubiera dicho “¿y esta loca?” Yo me sentía la superdiseñadora con lo que había hecho. Entonces, me ponían una vitrina, me ponían las pulseras, me ponían las cosas con mi nombre y tal. Y yo decía, con ocho o nueve, “estoy vendiendo en tal sitio, estoy vendiendo en tal sitio”. A ver, con los años, te das cuenta que la de la tienda era mucho más lista que yo en ese momento, porque era una niña y decía “esta señora va a venir todas las semanas a ver si su hija ha vendido y cada vez que viene me compra un traje, me compra cosas de marcas, y aquí, la inversión que está dejando versus lo de vender las pulseritas de esta niña, pues fenomenal, se las coloco”. Y al final, mi madre me potenció mucho la seguridad en mí misma. Y el creer que era capaz...
DB: O puede ser tu mamá la que iba y las compraba, ¿no? O que fuera una amiga y le hubiera dicho “ponlas por favor aquí”, pero para ti era...
SGS: Para mí era “oye, lo estoy haciendo y soy empresaria y tengo mi colección.” Desafortunadamente, hay madres que no son así, inconscientemente, no son así. Son sus miedos. Son sus miedos que los trasladan a los hijos. Sin embargo, toda madre quiere sacar lo mejor de su hijo, ser la mejor madre del mundo, quiere apostar, quiere impulsarlos. Sin embargo, inconscientemente les trasladan sus miedos, les trasladan sus frustraciones y quieren protegerlos. Y es una pena, porque los limita mucho.
DB: A ver, Sandra, ¿cuál ha sido uno de los peores consejos que te han dado? Lo hayas seguido o no.
SGS: Ten cuidado. Ten cuidado, ten cuidado, en general.
DB: ¿Por qué es uno de los peores?
SGS: Porque para mí un consejo es te puede pasar esto, te puedes ver en esta situación, tenlo en cuenta. Pero tenlo en cuenta. No ten cuidado, ten cuidado, no lo hagas porque o sea, dime con qué me puedo encontrar. Dime qué situación puedo vivir y yo pondré remedios para eso. Pero no me limites, no me frustres.
DB: Es que nada más el cambio de palabras hace la diferencia. Lo acabo de aprender, tengo dos hijos, uno de cuatro y uno de dos, y al principio se subía a una cosa y era “te vas a caer, cuidado”, era mi reacción inmediata. Y lo que he cambiado es “pon atención, nada más pon atención”.
SGS: “Pon atención. ¿Te quieres subir ahí? Vale, yo te ayudo. ¿Te quieres subir? Yo te ayudo. Dame la mano.” Pero no es “cuidado, te vas a caer”. Y el niño ya está como...
DB: Sí, que lo que yo quiero nada más es que se fije y que lo haga con cuidado.
SGS: Sí, es “pon atención”, o “¿necesitas que te ayude o quieres que lo haga contigo? ¿O te agarro la mano?” Es estar ahí. Pero no es bloquearle, ni limitarle, ni frustrarle. Que decida. Y si quieres, yo voy a estar aquí, me pongo a tu lado por si te caes, para levantarte. Pero no te bloqueo y no te dejo tal. Mi madre y yo, muy jovencita, estaba de “quiero viajar, quiero ir a tal…” Y entonces ella “bueno, pues vale, muy bien”. De hecho, fíjate cómo era. Mi madre… Hice un trabajo que tuve muy joven, como con 20 años, que era viajar por el mundo, que iba haciendo reportajes socioeconómicos de países y tal. Y ella estaba muerta de miedo, que me fuera, que “oye, de repente le hacen cualquier cosa, de repente...” Yo qué sé, imagínate, me voy a Angola. Una madre, con 20 años, dice “no vas”.
DB: Y menos comunicación, además.
SGS: Claro, no vas a ir a esos sitios rarísimos que te pueden hacer cualquier cosa. Fíjate, mi madre, qué inteligente, en vez de prohibirme ir, me dijo “qué maravilla el viaje, yo quiero ir contigo, no decimos nada a la empresa, yo me voy y duermo contigo en la habitación”. Con el tiempo descubrí que ella lo que quería protegerme. Dice “si le pasa algo, yo voy a estar ahí, y yo voy a estar ahí y la voy a acompañar”.
DB: Pero qué buena forma de cambiar la perspectiva.
SGS: Claro, yo la voy a acompañar, pero no lo voy a prohibir porque ella tiene que vivir su experiencia. Ella siente que quiere estar y quiere hacerlo. Y ahí llegó a pensar que era trata de blancas, que me iba a arrancar, que iba a hacer cualquier cosa, que de repente desaparecía. Entonces, tenía muchos miedos, pero no dejó que sus miedos me influenciaran en mi vida. Y con el tiempo lo descubrí. Y yo decía “mami, tú viajaste un montón conmigo a todos estos países. “¿Qué te crees? Viajaba para que no te pasara nada yo te iba a acompañar, por lo menos yo estoy ahí y ya somos dos, pero no estoy en la distancia, no vivir pensando lo que te puede estar pasando, que no me llamas, que no me contestas”. Yo, ingenua de mí, decía “mami, pues sí, vente, vente”. Y ya se pagaba su boleto de avión. Se venía. La escondía en el cuarto para que no supieran que estaba. E incluso a las reuniones la llevaba. “Mira, es mi asistente”, y mi madre, iba y se sentaba a mirar. Claro, yo tenía 20 años y mi madre tenía 40, porque me llevaba 20, tenía 40. No era llevar una mamá a tal. Es un chip diferente.
DB: Es que es tu cómplice, ¿no?
SGS: Es mi cómplice.
DB: ¿Qué aprendiste de esa experiencia que hiciste, que tuviste viajando en estos países?
SGS: Muchísimo, porque primero te das cuenta que cuanto antes salgas de tu círculo de seguridad, cuanto antes empiezas a experimentar, te das cuenta que puedes y te das cuenta que no hay límites y te das cuenta que el mundo está aquí para darnos oportunidades, no para darnos frustraciones, que las frustraciones nos las creamos nosotros y que todo se puede. Esto que dicen que puedes llegar a cualquier persona del mundo en seis conexiones y en dos y en tres, y que todo el mundo en el fondo tenemos un denominador común y buscamos lo mismo, todo el mundo busca la felicidad y de alguna manera trascender y dejar una huella. Cómo lo busques, cómo lo hagas, cómo que tu vida tenga sentido, que estés aquí para algo, ricos, pobres, todo el mundo quiere que su vida tenga sentido y tienes mil oportunidades diarias para que tu vida tenga sentido de hacer cosas que creen trascendencia o de hacer cosas tan simples como la sonrisa, el hacer feliz a alguien que tiene un mal día y le sonríes y le dices algo agradable, el ser parte de la experiencia de alguien de las que te vas topando constantemente a tu alrededor, pero estamos tan...
DB: Sí, todos los días tocas a alguien.
SGS: Todos los días tocas a alguien y luego cuando al cabo del tiempo te encuentras a alguien y dices “gracias a ti, fíjate que tuvimos esta conversación” que tú ni te acuerdas “y que me dijiste y que tal o que me regalaste este libro con este mensaje y me hizo cambiar mi rumbo porque yo iba ya a tirar la toalla” era El alquimista de Paulo Coelho. Yo lo regalé a mucha gente, cuando lo leí me impacto y dije “tengo que regalarlo porque le va a cambiar la vida a la gente”. Y ser mensajero de esos cambios y ser cómplice.
DB: Sí, porque aparte de eso, hay algunas personas que decimos “es que yo no tengo la sabiduría para decir x cosas o quién soy yo para dar...” A veces nada más tienes que ser el medio de decir “ok, encontré esto, creo que te puede servir y listo”. Yo no lo escribí, yo no lo inventé, pero yo te lo paso y con eso, pum.
SGS: Y luego hay gente, que seguramente te pasará como yo, que no tenemos tiempo, que vivimos todo el día en un maratón. Dices “no tengo tiempo a ayudar, no tengo tiempo de aportar a los demás”. Es que el tiempo que se me requiere a mí no es el tiempo. A lo mejor hay gente que son más ángeles de la guarda, que están pegaditos a alguien o que tienen una continuidad y le dedican mucho tiempo a determinadas personas para ayudarles en su vida. Yo no soy esa persona, yo tengo la suerte que me han dado una varita mágica que es maravillosa y es ir tocando y cambiando y transformando cosas, pero de forma como...
DB: Sí, muy puntual.
SGS: Muy puntual y esa varita puede ser una sonrisa a alguien que tenga un mal día, que se quiera suicidar o no suicidar, que tenga un mal día y que luego vaya a crear un momento conflictivo en su casa, una mala decisión o tal y que una sonrisa tuya o el hacerle sentir bien haga que le cambie el chip y que empiece una transformación.
DB: La sencilla es como llegar de buenas a su casa y ver a sus hijos contentos.
SGS: Ya está, ya está, y es todo el tiempo intentar dar, porque hay veces que nos apodera la envidia, el rencor, la venganza, cosas que al final te tienen enganchado, no te dejan sacar la mejor versión de ti misma y eso, si te pones a rascar y a escarbar, “¿por qué estoy criticando esto?, ¿por qué tal?” Son miedos, ayer lo hablaba con una amiga que es muy interesante, decía “mira, si me pongo a analizar la gente que me puede criticar o puede decir algo de mí malo, a mí cada vez que alguien me viene y me dice ‘oye, fulanito, me dijo que tú que no sé qué, digo ‘uf, qué pena, no le presté atención o le he ninguneado sin querer’”. Y la mayoría de veces si te pones a analizar por qué alguien te ha criticado hablar mal de ti, si en vez de tomártelo a la negativa, “pues ya no lo voy a valorar”, pues mira, piensa ¿qué ha pasado últimamente?, pues estuve el otro día coincidimos en tal y no le di bola porque estaba hablando con fulanito otra cosa y no le di bola, entonces él se ha sentido ninguneado, pues ya, si ha hablado mal de mí, está queriendo llamar la atención o se siente dañado, entonces la próxima vez que me lo encuentre o lo llamo y le digo “oye, vamos a comer juntos”, o la próxima vez que me lo encuentre, míralo a los ojos y dile “¿cómo estás?, perdona lo del otro día, me siento fatal, he estado pensando en ti y no te presté atención”.
DB: El switch cambia por completo.
SGS: Y la otra persona se siente y entonces desbloqueas el 80%, el 90% de esas personas que te está dando mal rollo y mala energía.
DB: Tú lo dices ahora con la gente uno a uno, pero es lo mismo que pasa muchas veces en redes sociales, que ha pasado un montón de veces que gente pone “ah, eres un estúpido”, le contestas y “oye, ¿qué pasó?” “No, no te creas, te admiro mucho, pero pensé que no me ibas a hacer caso y que no sé qué”, entonces digo, ¿cómo?, ¿está loca esta persona o qué?
SGS: Pero es porque la gente tiene sus miedos, sus frustraciones, como no paro de seguirla, le pongo cosas buenas y no me dice nada, pues le voy a decir que es un tal. Entonces, claro, a mí me acuerdo con Enrique Iglesias que cuando el lanzamiento de su primer disco, yo estaba mucho con él, es muy amigo de la familia, es el mejor amigo de mi hermano, y yo lo acompañaba a las ruedas de prensa y tal, y el tío es tan brillante, tiene una cabeza tan increíble y tiene escuela, claro, por su padre de toda la vida. Entonces, en la rueda de prensa me decía “oye, cuéntame, ¿quién es este?” “Pues este es tal que te ha puesto fenomenal en una nota”, y me pregunta “¿quién me está diciendo hijo de papá o me está poniendo mal?”. Y me dice “mira, este que te ha puesto un reportaje fatal, este está diciendo que no cantas nada bien y que además eres un no sé qué, este...” Y al terminar la rueda se acerca y decía “oye, fulanito, oye, Pepito, oye, Diego, oye, tu reportaje este de El País, oye, qué pena y tal, me encantaría que vinieras a ver un concierto mío, tengo un concierto la semana que viene, te invito, organizo para que te manden la entrada, te pasen a buscar, y luego, cuando termina el concierto, pasa al camerino y me cuentas qué te ha parecido, cómo lo has vivido”. El tío, o sea... Claro, y el tío caía en shock, y claro, a partir de ahí, iba al concierto y se convertía el mayor fan del mundo, y estaba... Entonces, al final...
DB: Pero quiere apagar el ego, o sea, quiere también...
SGS: Claro.
DB: Cuesta, como decirlo, pero...
SGS: La gente está criticando y poniendo mal, cuesta, pero tienes que estar por encima y decir “esta persona me está criticando, me está poniendo mal, está diciendo esto porque se siente, o que le estoy quitando…” Mira, normalmente es porque siente que le estoy quitando espacio que él considera que es de él, y estoy entrando en su terreno, entonces dice “este que se cree, esto siempre lo he hecho yo” en vez de... La gente no tiene la humildad de pensar “pues lo hace mejor que yo, y a lo mejor está tirando audiencia para él” o lo que sea o “a él le ha salido bien el proyecto” y yo te digo… A mí, no sé, cuando empezamos a estar, nos vino un tío, con un dossier así “es que este proyecto era mío, y llevaba diez años pensando hacerlo” pues ya no lo hiciste. “Y esta cantera ya la tenía fichada, y quería tal, pero no me dieron los permisos...” Ay, yo no sé, qué pena, cómo lo siento, pues la verdad, tenías una idea buenísima, qué pena que no lo hiciste, tenías una idea extraordinaria, qué listo eres, porque diez años antes pensaste en lo que nosotros tardamos mucho más, pero, o sea...
DB: Sí, pues ¿qué hago?
SGS: Muchas veces la gente siente que las ideas son suyas y que se las has robado, o que esa posición es suya y se las has quitado, o que les correspondía estar ahí y estás tú en su lugar, entonces se siente amenazado, eso puede ser una cosa, y la otra cosa suele ser que se sienten ninguneados, que se sienten que no les das bola, te olvidas de la típica persona que te presentan tres veces y no te acuerdas el nombre. Y llegas y ya te dicen “sí, es que nos han presentado tres veces”, y tú, “perdona, lo siento, culpa mía, nunca más se me va a olvidar, tengo la cabeza con mil cosas” pero tienes que hacer el esfuerzo de “ah, vale, pues...”
DB: Sí, que la gente quiere que se note el interés real, no, nada más…
SGS: La gente quiere decir “oye, soy alguien, tengo sentimientos, tengo motivos...”
DB: Quieren ser vistos.
SGS: Quieren ser vistos, no quieren ser invisibles, y desgraciadamente hay mucha gente invisible, entonces ellos son los que tienen que salir a la luz, ellos tienen que explotar su brillo, no depende de ti que ellos brillen, pero es mucho más fácil echar la culpa a otros que tú no brillas por la culpa de otros que la tuya, y si en tus manos está hacerles quitar sus miedos y que se sientan un poco más brillantes, darle eso, esa energía, ese enchufe.
DB: Mencionaste hace rato que te daba como gasolina que te digan “eso no se puede hacer”, pero también el tema que estamos hablando de no engancharte mucho, o sea, no caerte con “esta persona dijo algo malo de mí o lo que fuera”. ¿Cómo sabes cuándo...? Porque a mí también me da gasolina que alguien me diga “no, su podcast no es bueno”. Es “vas a ver que sí, pero a la vez…”
SGS: Es lo mejor que puede pasar, alguien cuando te dice “tu podcast no es bueno”, entonces le llamas” y… Bueno, mi recomendación, “oye, me encanta que seas crítico”, porque a mí la gente que me dora la píldora y me dice lo bueno que es todo, pues realmente me está aportando menos. Cuéntame, quiero que me asesores, dime qué es lo que no te gusta, o no lo tienes que hacer ni tú, alguien tuyo. “Oye, me ha pedido Diego que, por favor, que tiene una crítica tuya, entonces se supone que tú escuchas sus podcasts, dime aportaciones, nos encanta tu opinión, queremos saber cómo lo podemos mejorar”. El tío lo descoloca, lo deja fuera. Yo creo que el 90% son frustraciones del propio individuo que siempre uno tiende a echar la culpa al externo de lo que le pasa, de sus frustraciones, de sus miedos y tal. Hay un muy poquito, que puede ser un 10%, de gente que realmente es mala, o sea, es mala.
DB: Sí, en eso no hay nada que hacer.
SGS: Eso no hay nada que hacer. Entonces, ahí lo mejor es retirarte tú y le has dado tu luz, que no lo ha absorbido, porque la luz se refleja. Si tú das luz, normalmente el otro lo absorbe y brilla, es automático. O sea, es tan automático, tan automático como decirte… Tú ves a alguien un poco deprimido, le miras y le dices las cosas buenas que ves en él a un amigo, las cosas buenas que ves en él y ves que le brillan los ojos. Es tan brutal, es tan automático. Mira, nos reunimos las amigas de toda la vida, hace poquito en Sevilla, que éramos como 20, de Tenerife. Dije “chicas, vamos a hacer un ejercicio”, tenemos una cena, lo típico, “vamos a ir una por una y todas le vamos a decir lo que vemos en ella, de lo que hemos aprendido en ella, lo extraordinario de ella, lo que nos hace admirar a ella”.
DB: Porque son amigas de toda la vida, pero nunca se dicen así.
SGS: Nunca se dicen. Oye, no sabes las que terminamos llorando, los ojos aguados, emocionadas. Es tan fácil, pero no lo hacemos. Y si haces el ejercicio con alguien, te vas a tomar algo.
DB: Con tu pareja, incluso, a veces.
SGS: Con tu pareja, y dices lo que sientes, que no es mentir, es decir la verdad, pero nunca decimos, nunca decimos te quiero, nunca decimos lo importante que eres para mí. Y es como que se sobreentiende. No, sí, ya lo sabes, no, no, pero quiero escuchar, quiero oírlo.
DB: O gracias, en este caso, que me ayudó a conseguir muchas de las grabaciones que hemos hecho ahorita.
SGS: Oye, gracias, porque gracias a esto he conseguido unas cosas que me aportan y has dedicado tu tiempo, es importante para mí. Que hace sentir a la persona ha merecido la pena. Y es tan automático el brillo de los ojos, y eso te nutre de una manera que al final tú le estás dando, le brillan los ojos, ese brillo te alimenta a ti y se genera como un haz de energía que empiezas a brillar mucho más los dos. Y hay que ejercitarlo porque nos olvidamos, vamos tan deprisa.
DB: A ver, te voy a hacer una pregunta complicada de responderse, se me hace, porque estamos hablando de este lado de las amistades y demás, pero también el nivel de energía que uno tiene es limitado y, de pronto no puedo tener la cabeza en todos lados, no puedo dar seguimiento a tantas amistades. Y, por otro lado, hay gente que te busca por razones equivocadas.
SGS: Totalmente.
DB: Y entre más visible eres ante un...
SGS: Bueno, sí, absolutamente.
DB: Estas personas que buscan sacar provecho y tal, ¿cómo has aprendido a defenderte o identificarlas?
SGS: Yo he llegado a sentir que me despellejaban, tenía pesadillas de que sentía que me quitaban la piel a cachos de gente que quería absorber de mí, chuparme. Y decía “no puedo más, no puedo más”. O sea, es que me están despellejando de tener esa pesadilla. Imagínate qué horror de cómo te sientes que... Yo creo que, al final, es un proceso que por un lado, hay un momento en que dices “no quiero conocer más gente, no quiero relacionarme con más”.
DB: Sí, te haces así a lo seguro.
SGS: Y eso es una pena. Es una pena porque, por un lado, te proteges, pero, por otro lado, dejas de conocer a gente muy interesante que vas descubriendo por el camino. Entonces, yo ahí, lo que yo he aprendido y lo que me ha servido a mí, es dejarme llevar por mi intuición. Hay gente que descubre que es súper interesante, que te aporta, que admiras y que dices “qué buen rato, esta persona cuánto me ha aportado”. Y esas personas las introduces en tu vida porque te hace bien, es como una medicina. Y hay gente con la que estás que te chupa la energía, que te critica, que te aporta. Pues te distancias. Y hay gente que ha formado parte de tu vida mucho tiempo y que, al final, no te han acompañado al camino y tienes que ir soltando y dejándolas ir porque ves que te limitan, pero porque ellos mismos son limitantes. Y hay gente que se te acerca tu vida porque tiene que empezar a ser parte de ese camino y de ese proceso y seguir y acompañarte en otros momentos y hay gente que te vale en momentos puntuales. Yo creo que una parte es importante la intuición y luego yo tengo una máxima, que para mí es sagrada, que es hay que bailar con quien quiere bailar con uno. Esa es sagrada, hay que bailar con quien quiere bailar con uno. Y eso aplica a todo. Cuando yo era jovencita, a mí me gustaba el más golfo, el más difícil, el que no me daba bola y me atraía ese perfil de hombre. Entonces, ¿qué pasa? Iba a ser muy infeliz toda mi vida, porque si había un hombre a tantos kilómetros a la rotonda que me lo iba a hacer pasar canuta, ese es el que me atraía por el reto de “no me hace caso, pero lo voy a conseguir”. Nunca te puedes relajar porque todo el tiempo estás detrás de él. Estás en la lucha. Entonces, ¿qué pasa? Que tenía unos hombres maravillosos en mi alrededor y unos chicos estupendos queriendo salir conmigo. “Esto es muy fácil, yo quiero el reto”. Y en un momento el reto está muy bien, en lo que es imposible está muy bien, pero también hay que dejarse fluir y hay que ver qué planes tiene la vida para ti. Entonces, hay que elegir entre los que te escriben... Es como el cuaderno de baile, entre los que te escriben el cuaderno de baile. Si tú tienes diez opciones, hay que dar oportunidades a las diez opciones, uno no te gusta, otro lo descartas, pero descubres a gente que apuesta por ti, que cree en ti, que quiere estar contigo y que te vas a retroalimentar porque al final formas un equipo. ¿Cómo vas a formar un equipo con alguien que no quiere ser equipo contigo? Es que es muy difícil, es que no funciona.
DB: Trabajar es suficientemente desgastante como para aparte, tener que estar en una relación en la que “no sé si decirle o no decirle que no sé qué, qué se sintió...”
SGS: Es que no funciona. Para mí, pero esto aplica no solo a las relaciones, a todo. Pero para mí, cuando estoy con una amiga y me dice “es que me ha dejado después de lo que le he aguantado, después de lo que he sufrido”, es como “¿pero cómo? Es que no entiendo para qué has aguantado, para qué has sufrido una relación”. No es aguantar una relación, es disfrutar, es ser equipo, es construir juntos. Desde el momento que ya estás en una lucha y tal, salvo que sea algo puntual, porque ha pasado algo externo, que ha hecho que tengáis que poneros los dos juntos en una lucha constante... Es como del día a día dices “mira, no, te quiero, te adoro, pero es que si tú no bailas conmigo, nos estamos pisando todo el tiempo”. Y eso es en las relaciones personales, eso es en las relaciones de parejas, en los amigos. O sea, yo quiero amigos que me sumen. Amigos de los que aprenda y que ellos también me devuelvan luz, me iluminen, me quieran, me quieran, y quiero gente que trabaja conmigo, que le inspire el proyecto, que tenga la camiseta puesta, que quieren ser parte de esto. Yo no quiero ser sponsor de nadie, o sea, no quiero un tío que diga “bueno, me paga un sueldo, voy, cumplo y ya está”. No, mira, búscate otra cosa. Yo quiero gente aquí que se esté dejando la piel, que potencie sus dones y sus talentos y que esté 100% en el proyecto y lo disfrute, porque esto no es un sacrificio.
DB: Sí, que nos olvidamos que disfrutar tiene que ver también con a veces que cuesta, es trabajar, pero es parte de la foto de disfrutar.
SGS: Vamos a las guerras juntos y somos gladiadores, y vamos a comernos el mundo, y todo eso...
DB: Sí, me acuerdo cuando yo estaba estudiando y que de pronto te desvelabas toda la noche porque tenías que ir a un proyecto y no acababas. En ese momento decías “híjole, qué feo” Pero hoy lo ves y dices “qué padre estaba esa etapa”.
SGS: Y luego llegas al proyecto y te hacías una buena nota y decías, “wow, lo hemos logrado, lo hemos conseguido”, de eso se trata.
DB: Así lo siento en el trabajo. Hay momentos donde estás en friega, tal, tal, tal, y luego ya, te acuerdas y dices “qué padre era esa época donde teníamos que hacer eso”.
SGS: Pero de eso se trata, entonces al final tú eliges. A mí ahora me dices “si volvieras a nacer, ¿quién te gustaría ser? ¿Qué vida querrías vivir?” Quiero vivir mi vida, pero quiero la mía porque me encantan mis amigos, me encanta mi trabajo, me encanta mi marido, me encanta la gente que he ido eligiendo a mi alrededor, porque la he creado yo, he ido eligiendo lo que quiero en mi vida.
DB: Quiero tomar una cosa más sobre eso antes de que avancemos, porque yo estoy consciente del tiempo y todo.
SGS: No me importa nada, vamos muy bien, no te preocupes.
DB: Porque te lo voy a preguntar, pero hacia el otro lado, y te lo voy a preguntar ahora, que cómo te cuidas de la gente, pero tú también ahora dices que has ido construyendo y has ido construyendo la gente con la que te quieres juntar y tal y has ido soltando mucha gente. Y yo lo pondré justo del otro lado. Cuando alguien va arrancando en su carrera y demás, pues tienes que conocer gente, ¿no? ¿Cómo evitar ser o ser percibido como esa persona que es la que dicen “ah, este es un escalador” o “esta persona es un interesado”? ¿Cómo se hace, cuál es la forma adecuada, o incluso cómo la has hecho tú para de pronto decir “oye, ¿sabes qué?, necesito contactar con tal, porque esta persona me ayuda a traer a tal artista”, por ejemplo? ¿Cómo te metes en el radar de esa persona?
SGS: Mira, por ejemplo, lo que te iba a decir, primero, hay gente que te sobra por el camino. Fíjate, el otro día estuvimos en un evento con mi marido y había dos personas que quieren ser amigas mías, que no son malas personas, porque son dos personas que conozco de toda la vida, pero que a mí simplemente su energía me agota, porque son como muy “y te ven a mi casa, y te organizo y te presentas” y es como...
DB: Te abruma.
SGS: Me abruma, me abruma y me admiran, y me quieren bien, pero no puedo. Al final no te queda de otra que ir soltando, porque tienes que soltar y es una pena. Entonces, creo que el aprender a soltar lastres de cosas, de amistades, de cosas que te enganchan, que no te aportan, que son... Tienes que ir soltando y tienes que ir creciendo.
DB: Sí, no hacerlo por culpa o por compromiso o por sentir la obligación.
SGS: Eso por un lado. Luego, por otro lado, yo creo que cuando quieres algo, todo el mundo en el fondo quiere algo de alguien, todo el mundo, y ese algo puede ser material o puede ser emocional. Yo siento que... ¿Por qué me gusta estar con mi marido? Porque me da paz y porque estoy con él y me siento en casa y me da paz. Y él, ¿por qué quiere estar conmigo? Pues porque yo le doy pila y energía. Y, al final, todo es un intercambio, que no tiene que ser malo el intercambio, y el intercambio puede ser maravilloso. Uno te da luz, el otro te inspira, uno te... ¿Sabes? Si es que todo es un tomadaca, lo que pasa es que tiene que estar compensado, ¿sabes? Yo te doy cosas, que no es económico todo, no es materialista todo. Y, al final, a las personas, tú necesitas que alguien haga algo por ti… Mira, te ha salido automático con Robby. Robby es tu amiga. Y Robby te ha organizado este encuentro. Y Robby también es amiga mía. Y a ella no la has obligado, “oye, hazme tal...” No, simplemente ella se debe sentir agradecida contigo, por lo que sea, que no lo sé, y te dice “¿cómo te puedo ayudar? ¿Qué puedo hacer por ti?” Y, al final, no hay cosa más bonita que la gente que tienes alrededor quiera hacer cosas por ti porque siente que… Al final, la vida se trata de un banco de favores. Y hay un banco de favores. Y ese banco de favores, cuando tú más das, los otros más te quieren dar para compensarte. Entonces, no es cómo lo pido, no, es que no es cómo lo pido, es qué puedo hacer por la otra persona, para que la otra luego me diga, ¿qué puedo hacer por ti? O sea, quiero corresponderte, quiero darte de vuelta. Y entonces tú no te das cuenta, pero de alguna manera, cada vez te sientes que las cosas se van dando.
DB: Es que me llama mucho la atención porque todo lo que me estás contando en las diferentes etapas, todo regresa a que es que no hay de otra. Como no le estás dejando a las personas, o sea, la gente te quiere ayudar, la gente quiere estar... Se hacen las cosas de tal forma, al tú estar dando, al tú estar proponiendo, haciendo una cosa exclusiva o como si como especial de un evento y tal, que a la gente le queda como razón más obvia el apoyar.
SGS: Pero no es que lo pidas y tampoco lo haces para que te lo den. Es que te sale solo. Tú cuando quieres hacer feliz a alguien, esa otra persona dice “o sea, ¿cómo recompenso a esta persona que me ha hecho tan feliz?”
DB: A eso me refiero y parte de un lado de abundancia y no de un pensamiento limitante de que todo para mí y no sé qué.
SGS: Claro, si tú estás pensando, ¿cómo le pido a esta persona esto? ¿Cómo le...? ¿Sabes? Si no simplemente dices... O sea, es que la sonrisa es tan poderosa, tan poderosa, no somos conscientes lo potente que es la sonrisa. O sea, el mirar a alguien a los ojos y sonreírle, le estás dando un chute de energía y no lo utilizamos. Y es gratis, y es gratis, y está tan a mano. ¿Cuánta gente va seria? ¿Cuánta gente está contigo? Tío, ¿cuánta gente se reúne contigo y está con los brazos así? Es como un marco de distancia yo. En vez de estar así y estar como... Entonces, yo creo que la actitud... A ver, y es algo que se puede trabajar o es innato. Yo tengo la gran suerte y la bendición que soy buena para hablar, que me ha surgido de siempre, que he ido... Pero yo encuentro que... Es más, cuando yo me bloqueo y las cosas se paralizan digo “no estoy conectada, estoy muy ocupada” y estoy perdiendo atención con la gente, estoy dejando de cuidar a mi entorno. Y cuando tengo momentos de bloqueo, no pienso... Hay que analizar y hacer introspección, es decir “estoy bloqueada, no estoy consiguiendo las cosas, porque yo estoy limitando mis oportunidades y mis posibilidades”. ¿Cómo las estoy limitando? No prestando atención, yendo demasiado acelerado o acelerada, estando en mi mundo, cruzándome con gente que ni la miro. Entonces, al final tienes gente que tiene mensajes para ti, tiene...
DB: Sí apagaste el sistema...
SGS: Te apagaste las oportunidades. Entonces, de repente, sientes “estoy bloqueada, estoy limitada, estoy paralizada, no avanzo, no crezco”. No es el problema de los demás. “Y tengo que pedirle el favor a este, y tengo que pedirle el favor...” No, estamos ahí, estás mal. Es decir, vamos a aprender a conectar. Y la suerte de todo esto es que cuando tú das, das, das, en el momento que levantas el teléfono “oye, necesito esto de ti, ¿me puedes ayudar?”. “Ahora mismo, no te preocupes” porque la gente está deseando darte de vuelta. Pero primero te tienes que poner a dar, dar, dar, dar. Y es un banco de favores. También es importante una cosa, que es otra regla de oro, pero el banco de favores no suma como un banco, importe. Es uno por uno, dos por dos. ¿Qué quiero decir? Tú haces un favor, dos favores y tres favores, y tienes uno, dos y tres. Si tú llamas para pedir un favor, por ejemplo, yo jamás pido una entrada, jamás. ¿Por qué? O sea, yo una entrada la compro. Te digo un ejemplo de entrada, pero la entrada la compro. ¿Por qué? Porque si yo a un promotor le pido un favor, “oye, me quiero reunir con esta persona” o “está todo sold out”, tengo un compromiso de una persona que, por favor, ¿me podría resolver?” Y las pago. Si algo lo puedo pagar, lo pago. Yo no pido favor. A ver, si no tengo dinero, pues tal, pero no pido favores que puedo resolver. O sea, no, esto es uno por uno, yo te doy un favor, ahora el banco está a mi favor, pido una cosa que realmente merezca la pena, y si no lo dejo ahí, ya lo utilizaré, pero no pides un favor de una chorrada, que lo puedes pagar con dinero, que no te cuesta, y que es por comodidad, porque al final al otro lo saturas. A todos nos ha pasado que tienes el típico amigo que está todo el día pidiendo te favores. Mira, no, o sea, yo te hago un favor un día, te llaman un día “oye, qué tengo, que hay una catástrofe que necesito” dejas todo, vas, pero si te llama todas las semanas mira, no, este amigo no me interesa, o sea, por favor, o sea, es un abuso. Hay que saber utilizar ese banco de favores, y sobre todo intentar que el banco de favores siempre esté a tu favor, para que cuando levantes el teléfono todo el mundo te responda. Siempre está abierto.
DB: Sandra, ¿cuáles han sido unos de los mejores consejos que te han dado?
SGS: Pues quizás el que no tenga miedo, el que me lance, el que lo intente, el que lo intente, porque cuando intentas algo, siempre ganas, porque aunque no te salga bien, ya lo tenías, no hay peor gestión que la que no se hace, ¿sabes? No hay peor gestión que la que no se hace, porque él no ya lo tiene, cuando te dice “no, ¿y si luego me va mal?” Pues estás igual que como estabas, “¿y si no lo consigo?”, pues estás igual que como estabas, pero por lo menos si lo has intentado, tienes... Primero, si lo has intentado, lo has intentado, ya dices “mira, no ha podido ser, pero lo he intentado”. Segundo, has salido de tu círculo de seguridad, en el proceso has aprendido, por lo tanto, la próxima vez que te encuentras con una situación parecida, tienes más posibilidades de que te salga. Entonces, ese es uno y otro, no preocuparse, no preocuparse, porque la mayoría de la gente se pasa la vida preocupándose, que volvemos al tema de los miedos, se pasa la vida preocupándose. ¿Tú sabes que el noventa y tantos por ciento, no sé cuánto, pero creo que es el 97% de las preocupaciones de la gente, nunca pasan? 97%, entonces dices, ¿para qué me voy a preocupar? Además, para acertar, para hacer tres, pues para eso ya no me preocupo y cuando viene ya lo... Otra cosa es ocuparse, otra cosa es ocuparse.
DB: Sí, resolver, disminuir el riesgo o lo que tú quieras.
SGS: Disminuir el riesgo, por ejemplo, te puede pasar. Nosotros tenemos un director general que acaba de decir el director general, acaba de entregar la renuncia, pero eso lleva pasando a lo largo de los últimos años, cada dos veces al año entrega la renuncia porque de repente se le hace muy grande o de repente tiene su día o le salen otras oportunidades, cuando eres director general de un proyecto tan importante, te salen oportunidades todo el tiempo, por lo que sea. Entonces, tú puedes estar viviendo en angustia, preocupado, “¿qué voy a hacer si se va?”, o, el verano pasado, trajimos a una persona y dije “oye, por si esto se vuelve a dar, tengo aquí una persona que se va preparando, conoce el proyecto, está en otro trabajo, le dijimos “coge te vacaciones y vente una semana y conoces el proyecto, por si en algún momento surge”. Y hoy esa persona, sabe de qué se trata el festival y por lo menos a la hora de decidir, ya no le pilla el ¿cómo me voy a meter? ¿Qué ha pasado? Que este año nos ha pasado, ahora lo estamos viviendo en este momento. He llamado a la otra persona y he dicho “oye, nos han entregado la carta de renuncia, ¿te vienes?” Y dice “voy”, porque ya lo ilusionaste, ya conoció, ya estaba preparado y entonces te ocupaste.
DB: Y con tiempo.
SGS: Y con tiempo. No he vivido un año preocupada, no, me he ocupado y he dicho, esto está aquí, he sembrado, he dejado esto aquí colocado.
DB: Lo solucionaste hacia enfrente.
SGS: Enfrente, esto está aquí, sembrado, eso te puede pasar en muchas cosas, tú puedes tener cosas que dices “si se da esta cosa, vamos a analizarla, ¿qué riesgo tengo? ¿Qué porcentaje de qué pase hay? Pues vamos a poner cortapisas o remedios”. O “se me va a ir un tal, ya voy a ir pensando quién puede estar”, pero no voy a estar todo el día “si se me va, ‘qué voy a hacer?” Y con la angustia, porque no te lleva a ningún sitio.
DB: Estás a merced de la situación.
SGS: Estás a merced. Al final, la situación puede contigo, tú tienes que analizar situaciones que te puede llevar, tú puedes vivir angustiado cuando a tu hijo le pase algo y al final le pasa algo cuando tú tienes 70 y él tiene 50, pero te quedan 50 años sin disfrutarlo y vivirlo o tú puedes vivir 50 años espectaculares y le pasa algo a los 50 y dices “pues no lo puedo controlar yo, pero he disfrutado”. ¿Cuántas parejas…? A mí me impresionan de repente también amigas, es que se aprende mucho observando y escuchando, ¿cuántas amigas te dicen “lo voy a dejar con este novio por si me deja”? Y yo “pero estás enamorada”. “Sí, el amor de mi vida lo quiero, pero claro, estoy pasada tan mal, porque es que si me deja, es que si me deja”. Pues mira, si te deja, te dejó, pero disfruta, que tienes dos semanas, un mes, un año, disfrútalo. “No, pero es que si me deja, me voy a quedar hecha una mierda”. Claro que te vas a quedar hecha una mierda, estás enamorada, te gusta, lo quieres, disfrútalo. Y hay mucha gente que las oportunidades y las cosas buenas que le da la vida, en vez de disfrutarlas y de vivir el momento, están tanto en el futuro, en lo que va a pasar y en lo que puede venir, que dejan de vivir el presente. Y entonces, al final, es una pena, porque cuando llega, y al final siempre acaba llegando, porque además creo que uno, llamamos a las cosas. Si tú todo el tiempo estás pensando “mi marido me va a poner los cuernos, es que lo sé” y llega a casa, le revisa el teléfono, le miras la maleta y montas un pollo porque te ha puesto los cuernos que a lo mejor no te los has puesto. Tarde o temprano te los vas a poner, porque él ya ha pagado por esos cuernos, él ya ha tenido el castigo por esos cuernos, ya ha tenido las broncas, ya ha tenido... Entonces, al final, cuando pasa es “si ya piensa que se los pongo, ya voy a ponerlos, porque total no tengo nada que perder, porque es que ya están descontados, ya están descontados, ya he tenido las broncas, ya he tenido el tal, mi relación no funciona porque piensa que se los voy a poner”. Sin embargo, cuando tú tienes una relación estupenda, que tu persona, creen ti, apuesta por ti... Otra cosa es que te hagas lo loco, no. Pero que alguien está apostando por ti, creen ti, apuesta por la relación, el día que vas a poner los cuernos dices “uf, no me compensa, tengo una relación que te cagas, esto funciona de maravilla, no voy a arriesgar todo por esto”. Uno propicia las cosas que luego pasan.
DB: Sí, es como esta profecía autocumplida, ¿no?
SGS: Profecía autocumplida, pero tú mismo haces que se cumpla.
DB: Sí “me van a correr de ese trabajo” y entonces…
SGS: Dejas de trabajar, no cumples, no rindes...
DB: Y dices “¿ven? Tenía razón“
SGS: Claro. ¿Y además, ¿sabes lo peor? Que nos empeñamos en tener razón. Es el mayor error del ser humano. Nos saboteamos, nos empeñamos en tener razón. Entonces, para tener razón, tú creas el escenario adecuado para que se dé y para luego decir “ve, tenía razón”.
DB: Sí, entonces, mejor pensar en cosas buenas para que si tenías razón, pero de algo positivo, ¿no?
SGS: Claro, porque con todo lo negativo, es que a veces se va a dar, se va a dar, no te quepa... A mí, cuando la gente me dice “no, porque esto...” Digo, pues va a pasar, pero absolutamente, no me cabe la menor duda. Entonces, si tú estás liderando este proyecto y crees que va a ir mal y qué tal y dicen “te quito ese proyecto”, “no lo hagas”, “es que me va a perjudicar a mí”, “no, pero déjame intentarlo”. No, es que si tú no crees en esto, no te va a salir bien. O alguien dice “llama a este artista y propónle esto”, “me va a decir que no”. Digo “esa llamada no la vas a hacer tú”. “Pero déjame, ¿a quién vas a poner?” O lo hago yo o lo hace otra persona que crea que va a salir bien porque tú inconscientemente vas a conducir a ese resultado. Si tú vas a reunirte con alguien y crees que el resultado va a ser que no, no tengas esa reunión. O espérate dos días que esté más positivo y la pospones, cambia el chip, pero si no, no la tengas.
DB: Buenísimo, Sandra. A ver, de todo lo que has vivido tanto en lo personal como en lo laboral, has tenido un montón de aprendizajes. Si tuvieras que quedarte con tres aprendizajes que quisieras tener siempre presentes, que fueran como esta brújula o un norte en tu vida, a los que siempre quieras regresar, ¿cuáles serían?
SGS: De alguna manera te lo he contado, que es bailar con quien quiere bailar con uno en todos los ámbitos de tu vida. O sea, tus apuestas tienen que ser por quien apueste por ti, porque eso es lo que va a funcionar. El dejar los miedos a un lado, porque es lo más limitante y es el peor mal que tiene la humanidad, los miedos. Vivir y tomar decisiones condicionados por los miedos nunca funciona, siempre te equivocas. Y la tercera es lanzarte a apostar, tener las experiencias, vivirlo, porque siempre más vale llorar por haber hecho algo que por no saber lo que hubiera podido pasar. Y cuando vives algo, aunque al final no consigues el resultado, cuando apuestas, cuando lo intentas, siempre el balance sale positivo, porque el aprendizaje ya, aunque no lo hayas logrado, nunca estás en el mismo punto que estabas. El no ya lo tenías, el que no te ha salido, pero el aprendizaje que te ha generado esa apuesta y ese intento te pone en una posición mucho más elevada para que en las próximas oportunidades que te entrega la vida las puedas coger y puedas triunfar y te puede ir muy bien. Y actitud, la actitud es importantísima. Yo creo que cuando uno está negativo no sale nada. Entonces, tiene que decir “se están apoderando de mí las cosas oscuras y la negatividad”, fuera, fuera, fuera, y vamos a focalizarnos, porque el mundo ha puesto tantas oportunidades para nosotros y no sólo focalizado en el tema económico. Todo el mundo, si mirara lo positivo que tiene a su alrededor, hay un montón de cosas, la gente está negativa y yo le recomendaría, para salir de ahí rápido, dos cosas. Primero, ponerse música animada. Si te pones música deprimente acabas en el hoyo. Abrir las ventanas, ver la luz, pasear, forzarte y apuntar todo lo positivo que tienes en tu vida, que a lo mejor no lo valoras. ¿Qué son los activos de mi vida? ¿Qué son las cosas positivas que tengo en mi vida? A lo mejor tengo unos hijos maravillosos, a lo mejor tengo una madre que me quiere un montón, tengo un amigo estupendo, tengo un marido, o tengo un trabajo espectacular, o tengo salud, o tengo piernas, que ahora estoy yo, se me partió la rodilla y estoy valorando un montón poder dar un paseo, tener la pierna y poder caminar, o tengo manos, o tengo una cabeza, soy inteligente, o tengo oportunidad de trabajar, o lo que sea, hay tanta gente que va perdiendo todo eso y se da cuenta cuando lo ha perdido, o vive en los miedos y las preocupaciones en el futuro, o vive en el pasado enganchado con lo que no le ha salido bien, y es tan importante decir, fuera, quítate ataduras, límpiate, vive el presente y disfruta cada cosa que te está entregando la vida, y la actitud es tan importante porque mucha gente piensa que su vida es una mierda, pero si te pones a analizar por qué es una mierda, es porque tú estás construyendo una mierda, porque tú vives y todo, si tú estás pensando en una manzana, tú ves manzana, no quiero comer manzanas, no quiero manzanas, manzanas, manzanas, manzanas, tú vas a pensar que tu vida es una mierda, que todo te sale mal, que el trabajo es una mierda, al final proyectas eso, generas eso y atrás eso. Si tú estás pensando “voy a tener un hombre maravilloso, voy a estar abierta”, te vienen, las cosas te llegan, solo es cómo lo miras, la actitud, y es trabajarse eso, y hay muchas ayudas que te ayudan, hay gente que lo tiene innato, gracias a Dios yo tengo esa suerte y soy una afortunada, pero si tú vives agradeciendo a la vida, lo que la vida te da, te va a seguir dando, si tú vives castigando a la vida, diciéndole que todo es una mierda, que nada funciona, y echándole en cara y buscando razones para tener razón, las vas a encontrar todas, y siempre vas a tener razón, y lo que tú proyectas se va a dar, entonces depende de ti lo que tú elijas, y eso es lo que yo te diría.
DB: Gracias, Sandra, ¡feliz cumpleaños!